martes, 19 de enero de 2010

Causas que originaron la Segunda Guerra Mundial..

Causas que originaron la Segunda Guerra Mundial


1. Malestar dejado por la Primera Guerra Mundial

Alemania, derrotada albergaba un profundo resentimiento por la pérdida de grandes áreas geográficas y por las indemnizaciones que debía pagar en función de las reparaciones de guerra impuestas por el Tratado de Versalles en 1919.
Italia, una de las vencedoras, no recibió suficientes concesiones territoriales para compensar el coste de la guerra ni para ver cumplidas sus ambiciones, no había quedado muy conforme con la repartición de territorios hecha en virtud del Tratado de Versalles. Los italianos obtuvieron sólo los territorios de Trento y Trieste, cuando aspiraban a ganancias mucho mayores. Por otra parte, la miseria reinaba en los campos y la carestía azotaba las ciudades, haciendo crecer el descontento popular.
Japón, que se encontraba también en el bando aliado vencedor, vio frustrado su deseo de obtener mayores posesiones en Asia oriental.

2. Ideologías anticomunistas: el Fascismo y el Nazismo

Ideologías totalitarias de distinto signo se impusieron en tres naciones europeas: Rusia, Italia y Alemania. Con profundas diferencias entre ellos, estos sistemas tuvieron como denominador común la supresión de la libertad política y el papel de preponderante del Estado controlado por un solo partido.

Fascismo: Mussolini fundó en 1914 un periódico, "Il popolo d'Italia", tribuna que utilizó para incitar la entrada de Italia a la Primera Guerra. Al término del conflicto bélico, creó una unión de ex combatientes bautizada como "Fascio di combatimento". De este grupo nació el movimiento fascista, de cuño nacionalista y anticomunista. Los fascistas declararon la lucha al comunismo y al débil gobierno de la época, organizando expediciones a los pueblos italianos, donde obligaban a dimitir a los alcaldes socialistas.
Benito Mussolini estableció en Italia en 1922 la primera dictadura fascista. Su régimen fue nacionalista y totalitario. La economía se organizó en base a corporaciones gremiales que agrupaban a obreros y patrones. El corporativismo es una de las características principales que identificaron al fascismo. La preparación militar de la población fue otro de los objetivos del régimen fascista.
Mussolini logró algunos éxitos económicos en cuanto a aumentos de producción y gobernó como amo y señor de Italia, destruyendo a todos los partidos no fascistas y a sus adversarios políticos.
En 1937, Italia adhirió al pacto contra la propagación de los comunistas que ya habían firmado Alemania y Japón. Los bloques ya se perfilaban con nitidez.

Nazismo: Adolf Hitler postulaba que según las leyes naturales, los más fuertes debían imponerse a los más débiles. También consideraba que existía una tendencia natural hacia la duración de las razas, idea en la que se basó para luchar por la pureza de la raza aria, tronco étnico de lo germanos.


Según Hitler, los arios eran una raza privilegiada "forjadora de cultura". Los judíos, en cambio, representaban para él un pueblo destructor de esa cultura. Hitler veía en el antisemitismo un fundamento de su misión histórica. Esto le llevó a desencadenar una implacable persecución, que comenzó por despojar a los judíos de sus bienes, continuó con su discriminación en todos los aspectos y culminó con cinco millones de víctimas en los campos de concentración.
El estado debía organizarse en base a un principio aristocrático, donde la autoridad estaría en manos del líder, de especial capacidad, en el cual el pueblo depositaría su confianza. Esto explica que Hitler utilizara el título de Führer, o líder, en el régimen totalitario que logró instaurar. Por último, es necesario mencionar que el Führer consideraba fundamental para el porvenir de Alemania la conquista de un "espacio vital" en Europa, lo que implicaba la expansión territorial.
La oportunidad de triunfo para los nazis se presentó tras la crisis económica desatada el año 1929. La población estaba angustiada por la falta de trabajo y muchos capitalistas veían con temor el avance de los comunistas, que se habían hecho más fuertes después de la Revolución Rusa. Además, había en el ejército un deseo revanchista, provocado por la dura humillación que Alemania había sufrido en la Primera Guerra Mundial. Por todo esto, la idea nazi comenzó a ser captada con simpatía por parte de las masas alemanas, que quería recuperar su orgullo nacional.
Japón no adoptó un régimen fascista de forma oficial, pero la influyente posición de las Fuerzas Armadas en el seno del gobierno les permitió imponer un totalitarismo de características similares. Los militares japoneses aprovecharon un pequeño enfrentamiento con tropas chinas en las proximidades de Mukden (actual Shenyang) en 1931 como pretexto para apoderarse de Manchuria, en donde constituyeron el Estado de Manchukuo en 1932. Asimismo, ocuparon entre 1937 y 1938 los principales puertos de China.

3. Nacionalismos que se transforman en imperialismos

Las apetencias de expansión y dominio del régimen nacional socialista que desembocaron en la invasión de Polonia por Alemania, lo cual significó el estallido de la guerra dos días después.
El conflicto entre Alemania y Polonia se hacía inevitable. Polonia, Estado eslavo, constituía una traba para la expansión hacia el este soñada por Hitler. Desde 1919, Alemania intentaba formular reclamación de índole fronteriza a costa de Polonia, país que comprendía una minoría germana entre 700 y 800 mil individuos, que en opinión de los alemanes, las fronteras de Alta Silesia también constituían una "flagrante injusticia". Además, la cuestión de Dantzig y el corredor polaco venían produciendo grandes fricciones entre Varsovia y Berlín. En 1919 Dantzig se convirtió en un estado libre bajo control de la Sociedad de Naciones, pero Alemania lo reivindicaba por estimar que su población era casi exclusivamente de lengua Alemana.

4. La agresión alemana

Hitler inició su propia campaña expansionista con anexión de Austria en marzo de 1938, para lograr la cual no hubo de hacer frente a ningún impedimento: Italia lo apoyó, y los británicos y franceses, intimidados por el rearme de Alemania, aceptaron que Hitler alegara que la situación de Austria concernía a la política interior alemana. Estados Unidos había limitado drásticamente su capacidad para actuar contra este tipo de agresiones después de haber aprobado una ley de neutralidad que prohibía el envío de ayuda material a cualquiera de las partes implicadas en un conflicto internacional.
En septiembre de 1938, Hitler amenazó con declarar la guerra para anexionarse la zona de la frontera occidental de Checoslovaquia con sus 3,5 millones de ciudadanos de lengua alemana.
El primer ministro británico, Arthur Neville Chamberlain, inició una serie de conversaciones que concluyeron a finales de mes con el Pacto de Munich, en el que los checoslovacos, instados por británicos y franceses, renunciaban a la frontera occidental de Checoslovaquia a cambio de que Hitler se comprometiera a no apoderarse de más territorios checos.
Este acuerdo fue infructuoso: Hitler invadió el resto de Checoslovaquia en marzo de 1939. El gobierno británico, alarmado por esta nueva agresión y las amenazas proferidas por Hitler contra Polonia, se comprometió a ayudar a este país en el caso de que Alemania pusiera en peligro su independencia. Francia también estableció un tratado de defensa mutua con Polonia.

5. La crisis económica de 1929

En el período que siguió a la Primera Guerra mundial fue necesario reparar los daños que había provocado el conflicto y en ello se ocuparon prácticamente todas las fuerzas de trabajo. En los inicios de la década de 1920 hubo gran prosperidad, por lo que la gente pensó que bonanza y paz eran dos términos que iban de la mano.
Muchos de los proyectos de reconstrucción contaban con el sistema de créditos para lograr financiamiento. El mismo pago de las indemnizaciones de guerra exigidas a Alemania, en virtud del Tratado de Versalles, era realizado gracias a una importante corriente de préstamos provenientes, sobre todo, de Estados Unidos y Gran Bretaña.
La corriente de créditos enviada desde Estados Unidos hacia Europa fue la causa principal del ambiente de prosperidad en el viejo continente. Estados Unidos era entonces el gran soporte del bienestar.
El 19 de octubre de 1929 los indicadores de cotizaciones de la Bolsa de Valores de Nueva York cayeron como una avalancha, creando pánico en el mundo de las finanzas. El año de 1929 está marcado en el calendario de la historia como el inicio de la crisis económica que sumió en la pobreza y la desesperación a millones de personas.
Esta crisis repercutió en Europa y el resto del mundo. Estados Unidos ya no estaba en condiciones de seguir haciendo inversiones en el extranjero y el colapso se extendió rápidamente. La consecuencia inmediata fue la miseria de millones de personas, y el resultado último, que esta gente desesperada fue presa fácil de doctrinas totalitarias que les prometían recuperación material y empleo a corto plazo.




6. El débil comportamiento de la Sociedad de las Naciones

En 1935 Mussolini había atacado Etiopía y con gran despliegue de fuerzas no tardó en vencer a las desorganizadas tropas del Negus Fallé Selassie ocupando Addis Adeba. La Sociedad de Naciones aplicó unas sanciones económicas que ni siquiera impidieron la llegada del petróleo necesario para la guerra a los puertos italianos. Inglaterra permitió el paso de buques cargados de tropas por el Canal de Suez y con estos hechos la Sociedad de Naciones se desprestigió totalmente fortaleciéndose Italia y reforzándose el eje Roma-Berlín.
La Sociedad de las Naciones no pudo evitar el estallido de nuevos conflictos internacionales ni cumplir la misión pacificadora para la que había sido concebida. No pudo imponer el cese al fuego cuando Japón, Italia y Alemania empezaron las agresiones. A pesar de que aplicó sanciones económicas y diplomáticas, los países culpables optaron por salirse de la organización en lugar de acatarlas.

7. La guerra civil española (1936-1939)

Se dice que la Guerra Civil Española fue una especie de campo de prueba, en el que se ensayaron las armas que luego habrían de usarse en la Segunda Guerra Mundial, que se inicia cuando terminó el conflicto peninsular. Hitler, tras denunciar las cláusulas sobre desarme impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles, organizar unas nuevas Fuerzas Aéreas y reimplantar el servicio militar, puso a prueba su nuevo armamento durante la Guerra Civil española . Alemania e Italia entregaron material de guerra a Franco y enviaron tropas especializadas a combatir en suelo español contra el gobierno republicano en 1936. Las otras potencias no quisieron provocar un enfrentamiento directo y se abstuvieron de intervenir en la lucha.

8. El Pacto de Acero

Hitler y Mussolini firmaron en mayo de 1939 el "Pacto de Acero", temible alianza ofensiva, con la cual Alemania e Italia se comprometieron a prestarse ayuda militar en caso de guerra, lo que se convierte entonces en el objetivo primordial del nacionalismo. El Eje Berlín-Roma quedó así sellado definitivamente.
Los directores del vasto complejo siderúrgico Krupp estaban vinculados con los nazis y fueron los principales responsables de suministrar el material necesario al esfuerzo de guerra alemán.

9. La formación del Eje

Los tratados firmados por Alemania, Italia y Japón desde 1936, cuando los dos primeros países acordaron el primero de ellos, hasta 1941 (fecha en la que Bulgaria se incorporó a los mismos) dieron como resultado la formación del Eje Roma-Berlín-Tokio.



10. Pacto germano-soviético

El 23 de agosto de 1939 en Moscú, Hitler logró que Stalin, a pesar de sus divergencias ideológicas, firmara un pacto de no-agresión entre Alemania y la Unión Soviética (URSS) donde acordaban no luchar entre sí. Esto permitiría al Führer atacar Polonia, sin temor a una intervención soviética en el frente oriental. De esta forma, Adolf Hitler tuvo el camino despejado. Adicionalmente, se firmó un protocolo secreto en el que se concedía a Stalin libertad de acción en Finlandia, Estonia, Letonia y en el este de Polonia y en Rumania











Conflicto
El 1 de septiembre de 1939, las tropas alemanas invaden Polonia. El 3 de septiembre, Gran Bretaña y Francia, que no habían reaccionado a raíz de la anexión de Austria y que, en la Conferencia de Múnich, el 30 de septiembre de 1938, habían consentido un primer desmembramiento de Checoslovaquia, declaran la guerra a Alemania.
En Italia, Mussolini, de acuerdo con Hitler, declara el estado de no-beligerancia; Estados Unidos proclama su neutralidad; la Unión Soviética y Japón firman un pacto de no-agresión; la Commonwealth se alinea al lado de Gran Bretaña.
El 5 de octubre de 1939 el ejército alemán marchaba sobre las calles de Varsovia. La nación estaba condenada. Su caballería no podía hacer nada contra los tanques alemanes. Los bombarderos destruyeron el sistema de transporte de Polonia, derribaron su pequeña Fuerza Aérea y aterrorizaron a las ciudades. Cracovia cayó el 6 de septiembre. En tres semanas, Polonia es puesta fuera de combate por la infantería y los ejércitos blindados alemanes en combinación con el uso masivo de la artillería y aviación. Es la guerra relámpago o blitzkrieg.
Cuando la lucha casi había terminado llegaron del este los soviéticos. El gobierno polaco huyó al exilio. De un millón de soldados polacos, 700 mil fueron hechos prisioneros y 80 mil habían huido del país. Las fuerzas de expedición alemana eran de un millón y medio de soldados y sólo fueron dados de baja 45 mil. La Segunda Guerra involucró a todo el mundo. India contribuyó con 2 millones de soldados, Canadá también mandó hombres y su armada.
Stalin decidió apostar soldados en Finlandia para evitar que Hitler tratara de llegar a Stalingrado a través de ese país. Muchos soldados soviéticos murieron congelados. En febrero de 1940, Stalin lo intentó de nuevo. El 12 de marzo, Finlandia firmó un tratado de paz por el que cedía un décimo de su territorio a la URSS.
Alemania empezó la batalla del Atlántico, la campaña más amplia de la guerra. El 3 de septiembre de 1939 un submarino torpedeó al trasatlántico británico Athenia, matando a 112 pasajeros. La flota alemana aterrorizó a los aliados desde Islandia a Sudáfrica.
EEUU, en 1939, que proporcionaba armamento a Gran Bretaña y Francia, logró mantener al ejército fuera de la guerra hasta el ataque japonés a Pearl Harbor. Alemania estaba mejor preparada para la guerra que ningún otro país en el mundo. Hitler había encabezado un programa de rearme que duró 5 años. Multiplicó la producción y el empleo público, acabó el paro y ganó la gratitud de la gente. La invasión a Polonia fue revolucionaria y los aliados vieron que el enemigo era fuerte. Las fuerzas alemanas eran superiores en entrenamiento, disciplina y espíritu guerrero de soldados
Suiza permaneció neutral siendo la única democracia que sobrevivió. Durante la guerra, 400 mil refugiados se trasladaron a Suiza o la cruzaron. En 1939 los nazis reimplantaron los guetos, allí estaban confinados los judíos y fueron establecidos en Polonia. Las entradas eran vigiladas al igual que los movimientos. Las condiciones de vida eran denigrantes: Trece personas por habitación y era habitual morir lentamente de hambre. Las madres ocultaban la muerte de sus hijos para obtener la ración de comida que les tocaba.
Los que habían sobrevivido al hambre y las enfermedades fueron enviados a los campos de la muerte: Auschwitz, Bergen Belsen, Treblinka y Majdanek. El 7 de diciembre de 1941 Japón atacó Pearl Harbor y EEUU se unió a los aliados para combatir no sólo a Japón sino a las potencias del eje. Dos años más tarde, el Tercer Reich era el imperio europeo más extenso desde los tiempos de Roma. Alemania tenía el sector industrial coordinado a la perfección, un arsenal de armamentos y aviones modernos, junto a grupos de generales con sentido de estrategia aprendido de la derrota.
Tras esto, había un hombre de ideas fanáticas, perspicacia política y magnetismo personal. Hitler estaba lleno de obsesiones. Para una nación militarmente humillada y económicamente arruinada, él ofrecía elitismo basado en nociones maníacas de raza y visión de la vida como una guerra. Los nazis exprimieron Europa hasta el hambre, organizaron los campos de la muerte, pero falló en el aprovisionamiento de sus Fuerzas Armadas. La ideología nazi era irracional, como Hitler. Mezclaba un optimismo maniático con una paranoia enfermiza. Dirigió en persona las operaciones militares.

1940
En 1940, siguiendo el ejemplo de Hitler, Mussolini llevó su pueblo a la guerra contra Polonia y Francia. La URSS fue el más despreciado enemigo de Hitler, el país que más sufrió en la guerra. En 1943 detuvieron el avance alemán a Stalingrado e iniciaron un contraataque destinado a acabar en las ruinas de Berlín. El vasto territorio ruso, la enorme población y los inviernos asesinos hacían muy difícil conquistar Rusia. Los rusos resistieron heroicamente. Muchos seguidores de Stalin estaban dispuestos a morir por la revolución.
Durante la Segunda Guerra los ingleses perdieron el dominio de su imperio lucharon solos, por meses, soportando bombardeos y penurias extremas,
Hitler veía a Estados Unidos como la patria de los mediocres, filisteos sin autenticidad, sin historia, incapaces de ideales o grandeza. El desprecio enfermizo por la potencia norteamericana fue el factor más decisivo de su caída. Estados Unidos estaba protegido por dos mares, era dueño de grandes recursos y no dependía tecnológicamente de nadie. Esto le dio la ventaja necesaria para vencer. EE.UU se convirtió en la potencia más letal del mundo con el bombardeo atómico, pero la victoria la convirtió en la más brillante
En 1940 fue la invasión nazi a Francia y a los países bajos. Los ingleses rescataron a trescientos mil soldados del puerto francés de Dunkerque. Hitler suspendió el ataque y Churchill prometió no rendirse. En marzo de 1940 Mussolini quería la guerra pero su pueblo no. Se juntó con Hitler y prometió soldados para el ataque a Francia. El 10 de junio le declaró la guerra a los aliados.
El 9 de abril de 1940 llegó a Noruega, lo sometieron en dos meses. Luego cayó Dinamarca.
El rey y los ministros se escondieron en montañas nevadas, luego escaparon a Londres. Alemania había ganado una fuente inagotable de minerales y bases desde donde atacar a Gran Bretaña.
Líderes franceses y británicos cayeron. Nacieron nuevos gobiernos, encabezados por Paul Reynaud y Winston Churchill. Cuando los alemanes atacaron Francia, Reynaud fue enviado a los campos de concentración nazi. Churchill se convirtió en el máximo exponente británico de la intransigencia contra Hitler. Fue símbolo de la determinación británica. Alemania tomaba Luxemburgo, Bélgica y Holanda.
El 2 de mayo de 1940 tanques alemanes entraron a Francia. La organización de defensa era pésima y los alemanes tenían más aviones. El 3 de junio, doscientos aviones bombardearon París. Once días después los nazis entraron a la capital sin resistencia, marchando por los Campos Elíseos. El 16 de junio, Reynaud fue sustituido por el mariscal Henri Petain. El 22 firmó un armisticio. Parte del norte y del oeste francés eran zonas ocupadas. Petain trasladó la capital a Vichy y rompió relaciones con los británicos. Convirtió a la Francia ocupada en una dictadura fascista. De Gaulle, que había huido a Londres, fundó el movimiento Francia Libre, con exiliados y habitantes de colonias francesas que ayudaron a los aliados.
La armada británica y la barrera natural del canal de la Mancha protegieron a Gran Bretaña de la guerra relámpago. Hitler sabía que tenía que destruir la RAF(Real Fuerza Aérea) antes de invadir por mar. La aviación alemana intensificó la campaña a principios de agosto con incursiones diarias. Desplegaron mil 300 bombarderos y mil 200 cazas, pero los aviones alemanes estaban poco armados. Los cazas germanos operaban al límite de su alcance y las modernas estaciones de radar británicas impedían que el enemigo atacara por sorpresa.
El 28 de agosto, los británicos sorprendieron a los alemanes y atacaron Berlín. Era el primer ataque a la capital. Hitler contraatacó temerariamente bombardeando centros de población: Londres, Liverpool, Coventry, incluso fue alcanzado el Palacio de Buckingham.
En septiembre, Alemania había perdido muchos aviones y Hitler aplazó la invasión por mar. Pero intensificó los bombardeos con la esperanza de que Gran Bretaña se rindiera. Así continuaron hasta junio de 1941, cuando la fuerza aérea alemana fue necesaria en Rusia.
En agosto de 1940, la URSS se anexó 3 pequeñas naciones: Lituania, Estonia y Letonia. Desde mediados de ese año, los norteamericanos estaban dispuestos a ayudar a las víctimas de la agresión nazi. En septiembre, le prestó a Churchill cincuenta destructores antiguos a cambio del derecho a construir bases militares en posesiones británicas del hemisferio occidental. Luego, estableció el servicio militar obligatorio como medida defensiva. Roosevelt salió reelegido.
Tras la invasión de Hitler, más de veinte mil judíos que vivían en Bélgica, Francia y Holanda escaparon a Suiza, España y Portugal, con la ayuda de ciudadanos solidarios que les daban documentos falsos y protección para llegar a países neutrales.

1941

En 1941, el 7 de diciembre, Estados Unidos fue atacado en Pearl Harbor por fuerzas navales y aéreas japonesas. El Congreso declaró la guerra a Japón. El ataque sorpresa del almirante Yamamoto resultó efectivo. Simultáneamente, los japoneses atacaron a los británicos en Malasia y Hong Kong e instalaciones americanas en Filipinas y Guam. El 8 de diciembre, el Pacífico estalló por la acción japonesa.
El 11 de diciembre, Hitler declaró la guerra a Estados Unidos.También lo hizo Italia. Gran Bretaña se la declaró a Japón.Con EEUU en la lucha, el panorama de los aliados mejoró. El ejército alemán fue en ayuda del italiano ante las derrotas en África
En abril los alemanes tomaron Grecia y Yugoslavia. Los defensores británicos no pudieron hacer nada. Roosevelt firmó en agosto el tratado del Atlántico con Churchill. Era un pacto de paz que abogaba por la autodeterminación de todos los pueblos y prometía la destrucción de la tiranía nazi. En mayo de 1941, Hess, secretario de Hitler, fue a Escocia en misión de paz, decidida por sí mismo. El gobierno alemán declaró que estaba loco y los británicos lo encarcelaron. En junio Roosevelt y Churchill le avisaron a Stalin que Hitler planificaba asaltar Rusia. Cuando comenzó el ataque, la relación británico-rusa cambió. Se comprometieron a no firmar la paz separadamente con Alemania. Además, juntos invadieron Irán. Británicos y americanos suministraron ayuda a Rusia.
El 22 de junio de 1941, tres millones de soldados alemanes atacaron la URSS a lo largo de un frente de 2800 kms. El ejército era el más grande del mundo con cuatro millones de hombres activos y tres millones en reserva. Pero tenían problemas: aviones obsoletos y dirección militar débil. A pesar de las advertencias aliadas, Stalin no había movilizado sus tropas.
Hitler esperaba conquistar Rusia en dos meses, pero los soviéticos resistieron con tenacidad. Los invasores mataban sin piedad. Comenzaron las primeras matanzas masivas de judíos. Los escuadrones fusilaron a cientos de hombres, mujeres y niños.
Las atrocidades y el asedio a Leningrado incitaron a los rusos para pelear más tenazmente. Comenzó el invierno más duro en diez años. La nieve y la temperatura inmovilizaron a los vehículos alemanes y se congelaron los soldados. En diciembre los rusos contraatacaron, obligando a los germanos a retroceder.
Todas las naciones latinoamericanas se unieron a los aliados y al finalizar la guerra, refugiados nazis se instalaron en varios de estos países.

1942
Durante la primavera de 1942, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y Japón libraron dos batallas épicas que cambiaron el curso de la Segunda Guerra. Victorias en el mar de Coral y de Midway dieron ventaja a los aliados en el Pacífico. Ese mismo año los japoneses arrollaron el sudeste asiático. Durante el respiro alemán en cielos británicos, Gran Bretaña había fortalecido sus defensas aéreas y escuadrones de bombarderos.
En abril de 1942, EEUU bombardeó Tokio en venganza por Pearl Harbor. Dieciséis aviones atacaron y ninguno volvió. El 20 de enero de 1942, los altos mandos nazis se reunieron para discutir la solución final al problema judío. El genocidio no había sido organizado bien. Los grupos de trabajo mataban a miles de judíos en Polonia y la URSS, pero se necesitaba gran cantidad de hombres y municiones. Los soldados sufrían ataques de nervios.
La mayoría de los judíos habían sido enviados a guetos o a campos de concentración, pero no estaba decidido el destino final. Se resolvió mandarlos a todos hacia los campos en países del este, los sanos serían esclavizados. Se necesitaba obreros para la guerra. Además, implicaba que muchos desaparecerían por causas naturales. Pronto, los judíos y otros indeseables morirían en cámaras de gas en los campos. Tres mil judíos murieron en esos lugares.
Durante 1942, las tropas de Rommel en África fueron presionadas. El 27 de mayo de 1942, tres combatientes de la resistencia checa atacaron con una bomba a Heydrich, segundo SS, en Praga. Se produjeron represalias alemanas: asesinaron a varios centenares de judíos y allanaron hogares matando a familias enteras acusadas de colaborar con los asesinos. El 9 de junio, todos los hombres de Lídice mayores de quince años fueron arrestados y ejecutados en grupos de a diez. Mujeres y niños fueron enviados a campos de concentración. Mientras, en Francia, Petain construyó el régimen de Vichy según directrices fascistas. Promulgó leyes antisemitas y encarceló disidentes. En julio, trece mil mujeres y niños judíos fueron reunidos en un estadio deportivo de París en espera del destino final.

1943
En enero, cincuenta alemanes fueron asesinados en el gueto de Varsovia, mientras arrestaban a las víctimas para enviarlos a campos de concentración. Murieron mil judíos. El 19 de abril, llegaron dos mil soldados alemanes para deportar a sesenta mil judíos que quedaban en el gueto. Algunos combatientes resistieron durante semanas y lograron matar a unos cientos de nazis. El 8 de mayo se rindieron, la mayoría fueron asesinados o traicionados. El gueto fue extinguido. Hitler intentó una contraofensiva en Rusia, pero los soviéticos resistieron. El Führer ordenó el alto al fuego el 17 de julio pero los soviéticos siguieron presionando. El 7 de mayo, el general Alexander comunicaba que había cesado toda resistencia al norte de África. Dos días después, los alemanes se rindieron. Cuando Rommel pidió a Hitler que dejara África, éste lo relevó.
Los aliados invadieron Italia en julio de 1943. Cien mil soldados del eje habían escapado. Mussolini acababa de ser depuesto. Los comandos nazis rescataron a los alemanes y pusieron resistencia a los aliados en Italia. A finales de año, De Gaulle tomó el liderazgo de la resistencia francesa contra los alemanes. Este año Gran Bretaña dirigió tropas en Birmania tras los japoneses y Checoslovaquia firma un pacto con Rusia contra Alemania. Así se convertirían en aliados de post guerra. Sin darse cuenta el país invadido por los nazis se convirtió en el primer ladrillo de un muro que los soviéticos levantarían entre ellos y occidente. Einsehower, comandante de las fuerzas americanas en Europa, comenzó en diciembre de 1943 a planear la invasión de Normandía. También obtuvo triunfos en África, Sicilia e Italia. Después que EEUU entró en la guerra, Hitler tomó el mando militar en persona. Tomaba decisiones irracionales. Ordenó a sus soldados resistir al ataque soviético de más de cinco millones de soldados. Fueron aplastados. En el verano y el otoño del 43, los ataques aliados mataron a cuarenta mil personas en los bombardeos de Ruhr, Hamburgo y Berlín.

1944 - 1945
El día D fue la mayor invasión marítima de la historia. Participaron dos mil barcos, cuatro mil lanchas y once mil aviones.
Soldados aliados cruzaban el canal de la Mancha hacia Normandía el 6 de junio de 1944. La operación era reconquistar el norte de Europa tras cuatro años de dominio nazi. A las 6:30 am., ciento cincuenta mil hombres (entre soldados americanos, británicos y canadienses, bajo las órdenes de Montgomery) empezaron a abarrotar las playas. Cuando comenzó el ataque, Hitler pensó que era un simulacro y retuvo fuerzas para el ataque real. Los invasores se repartieron rápidamente, casi no encontraron resistencia.
A mediados de agosto, los aliados ya tenían Normandía y atravesaban Francia. El aparato de guerra nazi comenzaba a fallar. A mediados del 44 ,la ofensiva aérea de los aliados había conseguido minar la producción alemana de aviones y combustible, en contraste con los británicos que producían gran cantidad de aeroplanos.
Los alemanes desarrollaron armas secretas: las bombas volantes. La primera fue la V-1, que alcanzaron a Gran Bretaña en junio. Lograron matar a más de cinco mil personas. En julio, un grupo de oficiales y civiles alemanes, consternados por las derrotas en el campo de batalla y por las atrocidades cometidas, intentaron dar un golpe. Pusieron una bomba en el cuartel de Hitler en Prusia, donde resultó herido levemente. Los ocho golpistas fueron estrangulados y colgados en ganchos de carne. Otras cinco mil personas fueron ejecutadas. La segunda arma secreta fue la V-2. En Septiembre de 1944, los alemanes lanzaron la primera V-2.
Rommel, el héroe de África, se suicidó y Hitler ya no confiaba en nadie. La URSS venció a los alemanes en 1944. Se liberó Leningrado. En mayo, Hitler ordenó la retirada de Rusia. Los soviéticos persiguieron a los alemanes y tomaron Albania. El 19 de agosto estalló en París un alzamiento armado. Hitler ordenó quemar la ciudad, pero el comandante de la guarnición desobedeció. El 25 de agosto, se rindió al general Leclerc. Tras cuatro años de ocupación, París era libre. Horas después, de Gaulle era aclamado, su comité de liberación nacional se había autoproclamado gobierno provisional de Francia. La República no ha dejado de existir, dijo.
Acusaron y juzgaron a los colaboracionistas de alemanes. Nueve mil ciudadanos fueron ejecutados por sumario y setecientas tras un juicio. La traición fue castigada. El 5 de junio, los aliados entraron a Roma. Las multitudes aclamaron a los soldados. Florencia permaneció bajo el dominio alemán hasta agosto. Durante cinco años de ocupación alemana, se asesinó al veinte por ciento de la población polaca. A finales de julio de 1944 las fuerzas soviéticas llegaron a las afueras de Varsovia. El 1 de agosto, el ejército rebelde polaco se rebeló contra los alemanes. A los pocos días habían recuperado la ciudad. El ejército rojo se detuvo y los alemanes atacaron Varsovia. Los polacos resistieron sesenta y tres días antes de rendirse. Doscientos mil habitantes murieron, la ciudad estaba en ruinas.
El 18 de octubre, Hitler ordenó el reclutamiento de todos los hombres sanos entre 16 y 60 años. En diciembre lanzó una ofensiva masiva. Invadió Luxemburgo y Bélgica, rodeando a divisiones americanas. El 23 de diciembre, miles de aviones aliados bombardearon a los soldados alemanes y sus vías de suministro. Patton liberó Bastogne.
El 3 de enero del 45, las fuerzas aliadas en tierra contraatacaron. Cinco días después, los alemanes congelados y tristes se retiraron. Murieron ciento veinte mil. En otro frente, el 20 de octubre de 1944, cien mil soldados norteamericanos desembarcaron en la Isla Filipina para establecer una base desde donde recuperar todo ese país. La batalla de tres días fue el mayor encuentro naval de la historia. Japón perdió 36 barcos y la batalla terminó con la armada imperial. En esta ocasión aparecieron los ataques kamikaze, pilotos suicidas que intentaban hundir los barcos estrellándose contra ellos. El 3 de marzo cayó Manila. Los japoneses perdían las Filipinas y, en febrero, las islas Marshall. En abril, los aliados desembarcaban en Nueva Guinea. En junio, los norteamericanos invadieron Saipan, islas Marinas. Guam cayó en agosto
Los alemanes ocuparon Hungría en marzo de 1944. Seis años antes, las autoridades húngaras se negaron a deportar judíos a los campos de concentración. Los nazis pusieron entonces un gobierno títere y los judíos de Hungría fueron despojados de sus propiedades, obligados a llevar la estrella amarilla y condenados a guetos antes de ser enviados a campos de concentración. Cuatrocientos treinta y cuatro mil judíos fueron llevados a Auschwitz, la mayoría terminó en la cámara de gas.Cuando el ejército rojo invadió Hungría en 1945 y capturó a los soldados alemanes. De 750 mil judíos, habían sido asesinados 550 mil.
El 30 de abril de 1945, Hitler se suicida en su búnker en Berlín, invadido por las tropas rusas. El 7 de mayo en Reims, y al día siguiente en Berlín, generales alemanes firman la capitulación sin condiciones de todos los ejércitos del Reich Aleman.
La guerra aún continuaba en el Pacífico. El 6 de agosto, un bombardero estadounidense arroja sobre Hiroshima la primera bomba atómica de la Historia, que destruye por completo la ciudad y se lleva la vida de 250.000 seres humanos. El 9 de agosto, se arroja una segunda bomba atómica sobre Nagasaki. El 14 de agosto de 1945, el gobierno japonés se rinde incondicionalmente.
















Costes y consecuencias de la guerra
El mundo inició una nueva etapa a la que llegaba con un espectacular cambio de panorama respecto a la situación de 1939. En 1945, el mundo tenía abiertas graves heridas, la posición de cada uno de los principales componentes de la comunidad internacional era distinta y ésta pretendía organizarse de acuerdo con reglas nuevas.
La cifra de muertos como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial no puede determinarse de forma absolutamente precisa pero es muy posible que llegase a alcanzar los 60 millones de personas, al menos cuatro veces más que el número de muertos producidos durante el conflicto de 1914-1918. Como es lógico, este balance debe ponerse en relación con la potencia destructiva de las armas y el carácter de guerra total que tuvo desde el mismo momento de su iniciación o en un momento inmediatamente posterior.
Si se examinan esas cifras contabilizándolas por naciones, el resultado puede parecer algo sorprendente porque alguno de los vencedores cuenta entre quienes más padecieron en el conflicto. La cifra de ciudadanos de la URSS muertos como consecuencia de la guerra se eleva a 20 millones de personas (y quizá incluso un 25% más) de los que tan sólo un tercio serían militares. Porcentualmente, esa cifra supondría al menos el 10% del total de los habitantes de la URSS, pero en el caso de Polonia los seis millones de muertos representan todavía una cifra muy superior, el 15%. En esos porcentajes se incluye la población judía de ambos países. El tercer lugar en el grado de sufrimiento producido por la guerra corresponde a Yugoslavia, cuyo número de muertos (de un millón y medio a dos) derivó de la existencia de una guerra civil en la que el componente étnico jugó un papel primordial.
Estos tres países pueden ser considerados entre aquellos que resultaron vencedores en la guerra. Los demás que se alinearon en ese mismo bando tuvieron un número mucho más reducido de muertos. Francia, ocupada en su totalidad por los alemanes, experimentó 600.000 muertos, mientras que Gran Bretaña sufrió 500.000 pérdidas. La gran diferencia respecto a los padecimientos de la Primera Guerra Mundial de estos dos países radica en el número de muertos civiles. Gran Bretaña, que no los tuvo en 1914-1918, ahora, en cambio, padeció unos 60.000 como consecuencia de los bombardeos. Del conjunto de los aliados, los Estados Unidos resultaron ser los mejores parados, con 300.000 muertos, todos ellos militares.
De los países vencidos en la contienda, el mayor número de muertos le correspondió a Alemania, con algo menos de cinco millones. El peso del Ejército en este número de bajas se aprecia en el hecho de que existió durante mucho tiempo un mayor número de mujeres que hombres en Alemania (todavía en 1960 existían 126 mujeres por cada 100 hombres). Dos millones de japoneses murieron como consecuencia de la guerra, una cifra inferior también en términos porcentuales. La población civil japonesa tan sólo padeció la guerra en los meses finales de la misma.
Las muertes producidas por la guerra constituyen tan sólo una parte de sus consecuencias. Como resultado de la misma hubo, principalmente en Europa, 30 millones de desplazados, un tercio de los cuales fueron alemanes que sufrieron de forma directa las consecuencias de la doctrina que les había llevado a lanzarse a una nueva expansión hacia el Este. Quienes habían expulsado a la población autóctona (por ejemplo, en los Sudetes checos) se vieron, a su vez, obligados a emigrar ahora. También una cifra elevada de japoneses pasó por idéntica experiencia. Ambos países descubrieron en la posguerra que podían lograr un lugar mucho más confortable en el mundo de la posguerra renunciando a la expansión territorial e intentando un desarrollo económico que resultaría espectacular en ambos casos.
Sin embargo, por el momento la situación en que se encontraron esos dos países no tenía nada de reconfortante porque la destrucción padecida fue muy superior a la que sufrieron los beligerantes durante la Primera Guerra Mundial. En Alemania, el nivel de producción industrial se retrotrajo a las cifras de 1860, mientras que en el Ruhr, la zona más castigada, quedó limitada al 12% de las cifras de la etapa prebélica. Japón sólo se vio afectado de manera decisiva por la guerra en su fase final pero la producción se redujo en un tercio. La Flota mercante quedó reducida a una dieciseisava parte del tonelaje de 1941. Un 40% de la superficie urbana quedó destruida, como consecuencia de los bombardeos norteamericanos, especialmente destructivos cuando las bombas se empleaban ante una frágil arquitectura como la existente en el archipiélago.
Pero las consecuencias de la guerra no fueron crueles solamente para los vencidos, sino también para los vencedores y ello en los más diversos terrenos. Francia, primero derrotada y luego vencedora, pudo considerar arruinadas aquellas instituciones que durante muchos años no sólo ella sino la totalidad del mundo había podido considerar como la ejemplificación señera de la libertad política. Al concluir la guerra, había muerto la Tercera República, cuyas instituciones necesitaban transfigurarse por completo para adaptarse a la realidad de un mundo nuevo. Gran Bretaña había sido quien, con su decisión durante el verano de 1940, consiguió detener el avance nazi en el momento mismo en que todo el mundo la consideraba derrotada. Nunca, sin embargo, recuperaría ni tan siquiera la sombra de su poder de otros tiempos. En los instantes finales de la guerra estaba en la ruina: su deuda equivalía al triple de la renta nacional anual y por vez primera en mucho tiempo carecía de partidas invisibles con las que compensar una balanza comercial deficitaria porque las había liquidado en los años precedentes. Poco tiempo pasaría hasta que se hiciera patente de forma abrumadora la necesidad de considerar inevitable la liquidación del Imperio.
Frente a la decadencia de estas dos potencias europeas, dos gigantes estaban destinados a dominar el mundo de la posguerra. Los Estados Unidos no representaban más que un 7% de la superficie del globo, pero producían tanto como el resto en conjunto. Incluso en aquellos sectores en los que con el paso del tiempo se demostraría su debilidad relativa (como el petrolífero) el porcentaje de su producción se acercaba a un tercio de la mundial. De este modo, el mundo posterior a 1945 tenía que ser el de la hegemonía norteamericana. También fue el mundo de la hegemonía soviética, aunque ésta en realidad fue mucho más aparente que real. En efecto, por grandes que fueran los temores a su expansión, lo cierto es que la URSS había padecido mucho más que el resto de los vencedores. Por otro lado, en esta guerra, la Unión Soviética perdió el monopolio de su condición de única potencia revolucionaria del mundo: aunque eso de momento pudo parecer no tan grave. Con el transcurso del tiempo, China (y, en menor grado, Yugoslavia) se convertirían en rivales, más que en colaboradores. La URSS, cuyo protagonismo en la guerra fue decisivo, salió de ella con una convicción en su capacidad de liderazgo e incluso con el convencimiento de que podría llegar a superar a su adversario capitalista. Sólo con el transcurso del tiempo acabaría descubriendo que podía competir en el terreno militar, pero que era incapaz de hacerlo en otros campos a la larga mucho más decisivos, como el económico y el tecnológico.
Por último, hay que tratar de los cambios territoriales que tuvieron lugar en el mundo como resultado de la guerra. Este conflicto, en efecto, supuso escasas modificaciones de las fronteras, en comparación con los de otros tiempos, aunque tuviera una repercusión mucho más duradera en la configuración global del mundo.
La última de las reuniones de los grandes líderes mundiales aliados tuvo lugar en Potsdam, durante la segunda quincena de julio de 1945, cuando estaba reciente la derrota de Alemania pero todavía se pensaba que la japonesa podía resultar remota. Estuvo presente Truman, sustituyendo a su predecesor Roosevelt, y, a la mitad de la conferencia, debió retirarse Churchill a quien, por decisión del elector británico, le era negado el poder de moldear el futuro, después de haber tenido tan decisivo protagonismo durante toda la contienda. Ya se ha mencionado la relevancia de esta reunión en lo que respecta a la intervención soviética contra Japón y al descubrimiento de la bomba atómica por los norteamericanos, que Stalin conocía ya. Pero Potsdam supuso también una solución a la cuestión decisiva para la posguerra, la de Alemania, que, sujeta a un tratado de paz posterior, quedó contenida en una fórmula definitiva. En efecto, se acordó hacer retroceder su frontera oriental hasta la línea marcada por los ríos Oder y Neisse y se toleró en la práctica que los soviéticos empezaran a aplicar, por su cuenta y riesgo, un plan de reparaciones sobre la parte que le había correspondido.
Lo primero supuso una emigración masiva hacia Occidente de millones de alemanes y ello, a su vez, trajo como consecuencia que se abandonara cualquier veleidad de convertir a Alemania en un país exclusivamente rural. El mantenimiento de la industria resultaba imprescindible para la subsistencia de la población, por mucho que la solución citada pudiese resultar tentadora. Por otro lado, los soviéticos se apoderaron de las fábricas de su zona de ocupación en el Este de Alemania y, en muchos casos, las trasladaron a su propio país. La ausencia de sintonía entre las potencias democráticas y los soviéticos hizo imposible un acuerdo definitivo en éste y otros muchos puntos, por lo que los acuerdos sólo pudieron ser parciales, provisionales o incompletos. Se previó la existencia de una conferencia de ministros de Asuntos Exteriores, que se reunió en Moscú en 1945 y en Nueva York en 1946. En la capital francesa se suscribieron los tratados de paz relativos al Este de Europa e Italia, mientras que hubo que esperar hasta 1951 para que en San Francisco se firmaran los relativos al Japón, momento en que ya no estuvieron presentes los nuevos países comunistas. Los cambios territoriales en la Europa Oriental resultaron relativamente modestos, aunque ratificaron e incrementaron las ventajas que la Unión Soviética había logrado por los acuerdos con Hitler de 1939. Basta decir que la URSS obtuvo el Norte de la Prusia Oriental (que le proporcionaba una salida al Báltico), la Carelia finlandesa, la zona de Petsamo (que le aportaba una frontera con Noruega) y una base temporal (Porkkala) en territorio finés. Además, los soviéticos se anexaron Rutenia, el extremo oriental de Checoslovaquia. En cuanto a Italia, perdió sus colonias, que se independizaron (Libia, Somalia) o fueron incorporadas a otros países: Eritrea, a Abisinia; las islas del Dodecaneso, a Grecia.
En el resto del mundo, los cambios fueron también, en apariencia, pequeños. En el Medio Oriente, por ejemplo, Líbano y Siria lograron su independencia, mientras que la llegada de oleadas de inmigrantes judíos askenazis, procedentes de Europa del Este, tuvo como consecuencia que el Estado de Israel tuviera una condición mucho más beligerante que antes respecto a la población palestina. Lo decisivo, de todos los modos, fue el impulso inicial dado a la descolonización, movimiento un tanto contradictorio por el momento, pues a las promesas de japoneses y norteamericanos de independencia para las colonias se sumó, en esta circunstancia, la victoria de las potencias colonizadoras. De ahí que, por ejemplo, Filipinas consiguiera la independencia y que, por el contrario, los norteamericanos, después de haber apoyado la de Indochina, acabaran por apoyar el mantenimiento de la presencia francesa en aquellas tierras. Japón volvió a sus fronteras de mediados del siglo XIX, cediendo Formosa, Corea, Manchuria y las islas del Pacífico. Pero, mucho más importantes que estas nuevas fronteras territoriales, fueron las consecuencias de la división ideológica del mundo en dos partes enfrentadas.

lunes, 18 de enero de 2010

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA 1936-1939

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA 1936-1939

DESARROLLO MILITAR

La Sublevación del 18 de Julio de 1936
El golpe de Estado militar se venía gestando desde el mes de marzo. El ejército se había dirigido al gobierno aconsejándole un cambio de política. El ministro de Defensa cambió de destino a los generales más destacados por sus posturas antigubernamentales (Franco a Canarias, Goded a Baleares y Mola a Pamplona). Fue el general Mola el encargado de coordinar el levantamiento y buscar apoyo de elementos procedentes de organizaciones políticas opuestas al gobierno (monárquicos, falangistas, tradicionalistas).

La participación de grandes masas de población en la lucha contra la sublevación hace que el levantamiento de 1936 no pueda situarse en la línea de los viejos pronunciamientos militares del siglo XIX. El inicio del alzamiento militar tuvo lugar en Melilla y Ceuta del día 17 de julio. Al día siguiente, antes de que el gobierno pudiese reaccionar, se produjeron levantamientos en casi todas las comandancias militares de la Península que triunfaron en Navarra, Álava, León, Galicia, Mallorca y Canarias, y parte de Aragón y Andalucía, pero fracasaron en las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, etc) donde la acción conjunta de militares fieles a la República y organizaciones obreras aplastaron la sublevación.

Tras el fracaso del golpe, dos Españas enfrentadas se perfilan claramente en el mapa: la España republicana, en la que se concentraban prácticamente toda la industria e importantes zonas agrícolas (Castilla la Nueva, Levante, Cataluña, la cornisa Cantábrico), que contaba con la casi totalidad de la flota y las tres cuartas partes de la aviación; y la España sublevada, que se llamó a sí misma “nacional”, que disponía de la mayor parte de la producción agrícola y ganadera (más de dos tercios del trigo y el 90% del azúcar), lo que planteó graves problemas de abastecimiento en la zona republicana.

La España “nacional” contó desde el principio con una fuerza aglutinante, el ejército, que se impuso a las demás fuerzas, con lo que hubo un claro predominio militar (militarización de la política, de la economía y concentración de todos los esfuerzos para ganar la guerra).

La España republicana hubo de hacer frente a dos conflictos al mismo tiempo: la contienda bélica y una revolución social interna, que se desencadenó de forma violenta a raíz del alzamiento. Una de sus primeras medidas para solventarlos dará la práctica disolución del ejército de tierra, sustituido por unas milicias con un gran ardor combativo aunque inexpertas y desorganizadas, lo que tuvo una grave repercusión en el futuro de la guerra, hasta que socialistas y comunistas llegaron a determinar como prioritaria la contienda, “primero ganar la guerra, luego hacer la revolución” y ordenaron militarizar las milicias. Pero, para entonces, el ejército de los “nacionales” había ganado importantes posiciones.

Desarrollo de la Guerra
El clima de desorden que dominaba la zona republicana, en la que “proliferan por todas partes comités de grupos, partidos, sindicatos... todos usurpan las funciones del Estado, al que dejan inerme y descoyuntado” (Azaña: Obras Completas,), facilitó las operaciones militares de los “nacionales”. El general Franco se trasladó rápidamente de Marruecos a Sevilla y tomó el mando del ejército del Sur, mientras Mola dirigía el ejército del Norte. Una junta de militares se encargó de la acción política de gobierno hasta el 1 de octubre de 1936, en que se estableció el mando único en la persona del general Franco.

“Objetivo: Madrid” era el plan de los “nacionales”. La marcha hacia la capital se realizó desde el Norte por las tropas del general Mola y desde el Sur por las tropas de Franco, que tomaron Extremadura y se unieron con el ejército del Norte a través de la sierra de Gredos. El peligro sobre Madrid era inminente, lo que llevó al gobierno de la República a solicitar la ayuda exterior, que se plasmó en la creación de las Brigadas Internacionales, que intervinieron en la primera parte del conflicto. La ayuda de los extranjeros fue muy importante para ambos bandos, pero eso se desarrollará en el apartado de la dimensión internacional. La reorganización del ejército republicano quedó patente con la victoria republicana del Jarama (febrero, 1937). La victoria republicana de Guadalajara puso de manifiesto la dificultad de tomar Madrid, por lo que Franco abandonó, momentáneamente este proyecto y se dirigió al Norte.

La campaña del Norte fue, según muchos historiadores, la más decisiva de la guerra e inclinó decididamente la victoria hacia el campo “nacional”. Ya se habían tomado Irún y San Sebastián para controlar la frontera francesa, pero la verdadera batalla del Norte comenzó con el asedio de Bilbao. La creación por los vascos de una importante línea defensiva (el cinturón de hierro) y las dificultades del terreno prolongaron la resistencia durante dos meses. El terrible bombardeo de Guernica y la caída de Durango y Bermeo fueron el preludio de la entrada en la capital el 19 de junio de 1937. Las tropas republicanas organizaron una ofensiva en Guadarrama y en Brunete (batalla de Brunete, julio del 37) que, después de un éxito inicial, resultó un fracaso, aunque logró retardar la caída de Santander hasta mediados de agosto. Los “nacionales” atacaron a continuación Asturias. El avance fue lento, debido a la resistencia encontrada, a lo abrupto del terreno y a las maniobras del ejército republicano sobre Zaragoza para distraer a las tropas del Norte. La batalla de Belchite (agosto de 1937) puso de relieve la potencia del nuevo ejército republicano, que había militarizado las milicias y establecido un mando único. A pesar de la victoria republicana, el 21 de octubre las tropas nacionales entraban en Gijón, y todo el Norte quedaba incorporado a la España sublevada.

En diciembre de 1937 tuvo lugar la batalla de Teruel, una de las más duras de la guerra: con el fin de aislar el frente de Aragón de los demás frentes “nacionales”, el gobierno republicano lanzó una gran ofensiva y arrebató esta ciudad a los “nacionales”, pero éstos poco después la recuperaron.

En abril de 1938 los nacionales lograron uno de sus principales objetivos: llegar al Mediterráneo por el País Valenciano, dividiendo el territorio de los republicanos en dos partes y haciendo, por tanto, más difícil su resistencia. De julio a noviembre de 1938 tuvo lugar la batalla del Ebro, que terminó con el hundimiento del ejército republicano del este, lo que permitió al general Franco lanzar una ofensiva contra Cataluña, que a principios de febrero de 1939 estaba totalmente en manos nacionales.

Aunque los comunistas pretendían seguir resistiendo, el desmoronamiento del gobierno y del ejército republicano era total. El 28 de marzo Madrid fue tomada y el 1 de abril se daba la guerra por terminada.

EVOLUCIÓN POLÍTICA
El Devenir político en la España Republicana
Al producirse el alzamiento se hizo cargo de la jefatura del gobierno de la República José Giral, siendo sustituido a los dos meses por Largo Caballero, importante personalidad socialista. Largo Caballero constituyó un gobierno que aglutinaba miembros de muy distintas tendencias: socialistas, azañistas, comunistas, de Esquerra catalana e incluso cuatro representantes de la CNT. Esto último representaba un aspecto nuevo de la política de las izquierdas españolas, pues tradicionalmente los anarco-sindicalistas se negaban a colaborar en las tareas del gobierno. Durante los meses de julio y agosto del 36 el gobierno Giral promulgó varios decretos de signo reformista, cuya realización fue continuada por el gobierno de Largo Caballero. Las organizaciones obreras organizaron la vida nacional oponiéndose a todo lo que a su entender, había sido utilizado para oprimir al pueblo: la Iglesia fue perseguida ( salvo en Euskadi).

Las reformas se referían especialmente a la transformación de la Guardia civil en Guardia nacional republicana, la incautación de las industrias y tierras abandonadas por sus dueños. Esto último era el inicio de una reforma agraria, que dio por resultado la entrega de más de 4 millones de hectáreas a los campesinos. Respecto a la industria comenzó la nacionalización de las líneas férreas, compañías eléctricas, CAMPSA y algunos bancos.

El gobierno de Largo Caballero se había trasladado en noviembre de 1936 a Valencia, ante la inminencia del ataque de los nacionales sobre Madrid. Las Cortes reunidas en Valencia otorgaron al País Vasco el Estatuto de autonomía.

Independientemente de la labor reformista del gobierno, la CNT y la FAI iniciaron una revolución espontánea, mediante la expropiación y colectivización de industrias y tierras de cultivo, la mayor parte de las veces sin la autorización del gobierno. Esta experiencia fue particularmente intensa en Cataluña, donde la CNT llegó a conseguir la incautación del 70% de las empresas, y en la zona aragonesa adicta a la República.

Pero al ser sustituido el gobierno de Largo Caballero por otro presidido por Juan Negrín, también socialista, en mayo de 1937, fue suprimida la colectivización de la tierra de Aragón y se tendió a constituir un Estado fuerte, capaz de hacer frente al “Estado Nacional” ( primero ganar la guerra y luego hacer la revolución ). La caída de Largo Caballero y la formación del gobierno de Negreen son elementos de un cambio importante en la trayectoria política y económica de la España republicana: se produjo un frenazo en la actuación revolucionaria y el poder pasó a manos de los socialistas moderados, sobre los cuales tuvo lugar un proceso de influencia comunista creciente, al mismo tiempo que se produjo la eliminación de la extrema izquierda. Esta actitud más moderada del gobierno de Negrín se debió, por un lado, a la necesidad de ayuda exterior, que sólo recibía de la Unión Soviética ( por medio del PC, de ahí su influencia) país al que interesaba vivamente conseguir alianzas en Europa occidental, frente al fascismo; por otro lado, Negrín intentó poner en manos del gobierno el control económico, con el fin de conseguir un mayor rendimiento en todos los órdenes, que repercutiera favorablemente en el desarrollo de la guerra. En este sentido, el gobierno de Negrín se vio obligado a hacer respetar la propiedad privada frente a las colectivizaciones.

Pero ante los reveses dela guerra, el gobierno de Negrín se fue disolviendo al huir sus miembros al extranjero.

El Devenir político en la España Nacional
En los primeros momentos del alzamiento se constituyó en Burgos una Junta de Defensa, formada por militares y presidida por el general Cabanellas, pero pronto se advirtió la necesidad de unificar el mando político y militar para poder continuar con éxito la guerra, que se presentaba más larga de lo previsto. La Jefatura del Estado recayó en el general Franco, que fue designado también. el 1 de octubre de 1936, Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. Poco después el nuevo Estado fue reconocido por Alemania, Italia, Portugal y el Vaticano.

Durante una primera etapa, en la cual Salamanca hizo el papel de capital, la guerra fue la única preocupación del Estado “nacional”, pero en febrero de 1938 quedó constituido un gobierno con varios ministros civiles en Burgos, ciudad que ostentaría la capitalidad de la España “nacional” hasta el fin de la guerra. Se inicia entonces la labor administrativa y legislativa del Estado nacional, tomando como base los principios ideológicos de la Falange Española, cuyo fundador había sido fusilado por los republicanos al principio de la guerra.

Por otra parte, las disensiones entre los miembros de Falange Española (el ala progresista dirigida por Manuel Hedilla preconizaba una medidas de reforma social) habían sido resueltas mediante el decreto de unificación (abril de 1937), que unía en un solo bloque político a falangistas, carlistas, monárquicos y cedistas, bajo el mandato único del Jefe del Estado. La primera realización legislativa del Estado nacional fue el Fuero del trabajo (marzo de 1938), en el que se establecía el derecho y el deber de todos los españoles al trabajo. En el aspecto religioso, fueron anuladas todas las leyes anticlericales del régimen republicano (suprimidos el matrimonio civil y el divorcio, restaurada la Compañía de Jesús) y se estructuraron las bases de la política social dentro de la doctrina de la Iglesia católica.

De gran trascendencia fueron, en abril de 1938, la creación del Servicio Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra, a través de cuya actuación fueron volviendo a manos de sus antiguos propietarios las tierras expropiadas por el IRA, y la Ley de prensa, que establecía unos principios básicos de censura.

ALCANCE INTERNACIONAL
No resulta fácil acercarse históricamente a un acontecimiento todavía cercano. Existen miles de documentos y de testimonios orales que dan cuenta de lo ocurrido, y que podrían ayudar a la comprensión del conflicto desde una objetividad histórica, pero el apasionamiento de los españoles, y de los mismos europeos, en la interpretación de los hechos, de sus causas y sus consecuencias, invalida, en gran medida, la abundante bibliografía existente.

Las circunstancias históricas en las que se desarrolló la guerra, respondían a problemas no resueltos en la sociedad española: una economía atrasada, incapaz de satisfacer las necesidades del pueblo; una oligarquía terrateniente sólo preocupada por sus beneficios e incapaz de los cambios más elementales; una estructura social con abismales diferencias entre pobres y ricos, con una clase media insuficiente para servir de elemento equilibrador; y una polarización de la sociedad en dos bandos: las derechas, en las que prevalecía la concepción del mundo más conservadora, que identificaba el sistema político-social con sus creencias religiosas; y las izquierdas, decididas a romper con las estructuras existentes. La intransigencia y los actos violentos presidieron la relación entre ambos grupos, que ignoraron el respeto y la tolerancia como norma de entendimiento.

Se puede considerar la guerra civil como una guerra total, puesto que en menor o mayor medida en ella participó toda la población. La propaganda a través de carteles expuestos en los escaparates de los comercios, estafetas de correos, cafés bares y locales de las organizaciones políticas, sirvió en ambos bandos para dar mensajes claros a la población o a los soldados del frente. Abarcaban muchos aspectos de la vida de la España en guerra. Prestigiosos artistas--Renau, Monleón, los hermanos Ballesteros..., en el bando republicano; Flos, Sáenz de Tejada, en el nacional-- pintaron con sus estilos diferentes muchos de ellos.

Las persecuciones políticas y personales habían tenido lugar desde los primeros momentos. Los sublevados, cuando tomaban un pueblo o una ciudad, solían fusilar, numerosas veces sin juicio, a quienes se habían destacado en defensa de la República o daban pie para que las fuerzas que le apoyaban eliminaran a sus enemigos políticos. Aquellos días no daba lo mismo ser apresado por una partida incontrolada de falangistas o requetés que por la Guardia Civil; esta generalmente, trasladaba a los detenidos a la cárcel o a los campos de concentración, donde muchos fueron juzgados sumarísimamente por tribunales militares y condenados a muerte. Igual solía ocurrir en el bando republicano, donde grupos de milicianos ajusticiaban a todo aquel que era tachado de faccioso. Los “paseos” fueron habituales, sin que el Gobierno los poderes locales pudieran evitarlo (quema de conventos y asesinatos de frailes y monjas). Existen ejemplos en ambos bandos de crueldad y de odio y el hecho resalta aún más al realizarse entre españoles que se negaban unos a otros. Los llamados “nacionales” hablaban de los “rojos” como los antiespañoles, y estos acusaban a los primeros de fascistas y de reaccionarios, que querían impedir el progreso de España. Muchos prisioneros de la República murieron en Paracuellos del Jarama (asesinados) cerca de Madrid. José Antonio Primo de Rivera fue fusilado el 20 de noviembre en Alicante. En Extremadura, las tropas marroquíes, acostumbradas a la guerra del desierto, fusilaban por doquier. A medida que el tiempo pasaba, el odio se acrecentaba y resultaba más inevitable la eliminación del contrario. El “Movimiento”, término que fue extendiéndose entre los rebeldes como símbolo de un orden nuevo, excluía a todos los que no se sumaran a la sublevación.

Pero no se puede dejar de reconocer que gran parte de los luchadores de ambos bandos lo hicieron por unos ideales que ellos consideraban los mejores para su país, y a ello le sacrificaron sus vidas.

La guerra adquirió desde el primer momento un carácter internacional. El Gobierno tuvo que utilizar el oro del Banco de España para la adquisición de armas en el extranjero. Hitler y Mussolini apoyaron, decididamente, a los insurrectos con material bélico, aviones, tropas y dinero. En Francia, León Blum, socialista y jefe de un gobierno frente-populista, junto con a los sindicatos franceses, era partidario de la República pero, sin embargo, propuso la fórmula de “no intervención” el 8 de agosto de 1936, con la esperanza de que ambos bandos se agotaran pronto. Su aliada Gran Bretaña defendía enérgicamente la idea con el fin de no desequilibrar la frágil paz de Europa, ante las pretensiones alemanas, y de poder mantener intactos los intereses británicos en España. En la práctica esta medida no funcionó; los germanos e italianos siguieron ayudando a los “nacionales” y el bando republicanos contó con la ayuda encubierta de franceses e ingleses, junto con los de varios países que formaron las llamadas “Brigadas internacionales” El partido Comunista adquirió un papel destacado ante el decidido apoyo de la Unión Soviética, cuyo embajador, Rosemberg, tuvo cierta influencia en los círculos políticos y militares republicanos.

Pero la contienda no fue sólo un problema de las cancillerías. El conflicto alcanzó dimensiones populares en Europa y en América. Para muchos, estaba dirimiéndose una lucha contra el fascismo, para otros, los menos se estaba combatiendo contra el comunismo opresor y a favor de los valores religiosos.

La Península fue utilizada por alemanes, italianos y rusos, para probar sus ejércitos principalmente su aviación y tanques, y la llamada guerra total, preludio de la 2º Guerra Mundial.

Autor: Javier de la Hera

Causas que originaron la Segunda Guerra Mundial

Causas que originaron la Segunda Guerra Mundial
Malestar dejado por la Primera Guerra Mundial
Alemania, derrotada albergaba un profundo resentimiento por la pérdida de grandes áreas geográficas y por las indemnizaciones que debía pagar en función de las reparaciones de guerra impuestas por el Tratado de Versalles en 1919. Algunas de esas cláusulas establecidas dentro del tratado firmado por Alemania fueron:
1.- Pago de indemnizaciones por parte de Alemania a los Aliados por las perdidas económicas sufridas por los mismos a causa de la guerra.
2.- Reducción del ejercito alemán a la cantidad de 100.000 hombres, no posesión de ningún arma moderna de combate ( tanques, aviación y submarinos ).
3.- Reducción de la flota Alemana a buques menores a las 10.000 toneladas.
4.- La gran recesión que se presentó en el mundo entre los años 20 y 30, que en Alemania, crearon desempleo, caída del nivel de vida de la clase media, que a su vez abonaron el camino para el surgimiento de las reivindicaciones alemanas y con ello el impulso al partido Nacional-Socialista (Nazi).
Italia, una de las vencedoras, no recibió suficientes concesiones territoriales para compensar el coste de la guerra ni para ver cumplidas sus ambiciones, no había quedado muy conforme con la repartición de territorios hecha en virtud del Tratado de Versalles. Los italianos obtuvieron sólo los territorios de Trento y Trieste, cuando aspiraban a ganancias mucho mayores. Por otra parte, la miseria reinaba en los campos y la carestía azotaba las ciudades, haciendo crecer el descontento popular.
Japón, que se encontraba también en el bando aliado vencedor, vio frustrado su deseo de obtener mayores posesiones en Asia oriental.
Ideologías anticomunistas: el Fascismo y el Nazismo
Ideologías totalitarias de distinto signo se impusieron en tres naciones europeas: Rusia, Italia y Alemania. Con profundas diferencias entre ellos, estos sistemas tuvieron como denominador común la supresión de la libertad política y el papel de preponderante del Estado controlado por un solo partido.
Fascismo
Mussolini fundó en 1914 un periódico, "Il popolo d'Italia", tribuna que utilizó para incitar la entrada de Italia a la Primera Guerra. Al término del conflicto bélico, creó una unión de ex combatientes bautizada como "Fascio di combatimento". De este grupo nació el movimiento fascista, de cuño nacionalista y anticomunista. Los fascistas declararon la lucha al comunismo y al débil gobierno de la época, organizando expediciones a los pueblos italianos, donde obligaban a dimitir a los alcaldes socialistas.
Benito Mussolini estableció en Italia en 1922 la primera dictadura fascista. Su régimen fue nacionalista y totalitario. La economía se organizó en base a corporaciones gremiales que agrupaban a obreros y patrones. El corporativismo es una de las características principales que identificaron al fascismo. La preparación militar de la población fue otro de los objetivos del régimen fascista.
Mussolini logró algunos éxitos económicos en cuanto a aumentos de producción y gobernó como amo y señor de Italia, destruyendo a todos los partidos no fascistas y a sus adversarios políticos.
En 1937, Italia adhirió al pacto contra la propagación de los comunistas que ya habían firmado Alemania y Japón. Los bloques ya se perfilaban con nitidez.
Nazismo
Adolf Hitler postulaba que según las leyes naturales, los más fuertes debían imponerse a los más débiles. También consideraba que existía una tendencia natural hacia la duración de las razas, idea en la que se basó para luchar por la pureza de la raza aria, tronco étnico de lo germanos.
Según Hitler, los arios eran una raza privilegiada "forjadora de cultura". Los judíos, en cambio, representaban para él un pueblo destructor de esa cultura. Hitler veía en el antisemitismo un fundamento de su misión histórica. Esto le llevó a desencadenar una implacable persecución, que comenzó por despojar a los judíos de sus bienes, continuó con su discriminación en todos los aspectos y culminó con cinco millones de víctimas en los campos de concentración.
El estado debía organizarse en base a un principio aristocrático, donde la autoridad estaría en manos del líder, de especial capacidad, en el cual el pueblo depositaría su confianza. Esto explica que Hitler utilizara el título de Führer, o líder, en el régimen totalitario que logró instaurar. Por último, es necesario mencionar que el Führer consideraba fundamental para el porvenir de Alemania la conquista de un "espacio vital" en Europa, lo que implicaba la expansión territorial.
La oportunidad de triunfo para los nazis se presentó tras la crisis económica desatada el año 1929. La población estaba angustiada por la falta de trabajo y muchos capitalistas veían con temor el avance de los comunistas, que se habían hecho más fuertes después de la Revolución Rusa. Además, había en el ejército un deseo revanchista, provocado por la dura humillación que Alemania había sufrido en la Primera Guerra Mundial. Por todo esto, la idea nazi comenzó a ser captada con simpatía por parte de las masas alemanas, que quería recuperar su orgullo nacional.
Japón no adoptó un régimen fascista de forma oficial, pero la influyente posición de las Fuerzas Armadas en el seno del gobierno les permitió imponer un totalitarismo de características similares. Los militares japoneses aprovecharon un pequeño enfrentamiento con tropas chinas en las proximidades de Mukden (actual Shenyang) en 1931 como pretexto para apoderarse de Manchuria, en donde constituyeron el Estado de Manchukuo en 1932. Asimismo, ocuparon entre 1937 y 1938 los principales puertos de China.
Nacionalismos que se transforman en imperialismos
Las apetencias de expansión y dominio del régimen nacional socialista que desembocaron en la invasión de Polonia por Alemania, lo cual significó el estallido de la guerra dos días después.
El conflicto entre Alemania y Polonia se hacía inevitable. Polonia, Estado eslavo, constituía una traba para la expansión hacia el este soñada por Hitler. Desde 1919, Alemania intentaba formular reclamación de índole fronteriza a costa de Polonia, país que comprendía una minoría germana entre 700 y 800 mil individuos, que en opinión de los alemanes, las fronteras de Alta Silesia también constituían una "flagrante injusticia". Además, la cuestión de Dantzig y el corredor polaco venían produciendo grandes fricciones entre Varsovia y Berlín. En 1919 Dantzig se convirtió en un estado libre bajo control de la Sociedad de Naciones, pero Alemania lo reivindicaba por estimar que su población era casi exclusivamente de lengua Alemana.
La agresión alemana
Hitler inició su propia campaña expansionista con anexión de Austria en marzo de 1938, para lograr la cual no hubo de hacer frente a ningún impedimento: Italia lo apoyó, y los británicos y franceses, intimidados por el rearme de Alemania, aceptaron que Hitler alegara que la situación de Austria concernía a la política interior alemana. Estados Unidos había limitado drásticamente su capacidad para actuar contra este tipo de agresiones después de haber aprobado una ley de neutralidad que prohibía el envío de ayuda material a cualquiera de las partes implicadas en un conflicto internacional.
En septiembre de 1938, Hitler amenazó con declarar la guerra para anexionarse la zona de la frontera occidental de Checoslovaquia con sus 3,5 millones de ciudadanos de lengua alemana.
El primer ministro británico, Arthur Neville Chamberlain, inició una serie de conversaciones que concluyeron a finales de mes con el Pacto de Munich, en el que los checoslovacos, instados por británicos y franceses, renunciaban a la frontera occidental de Checoslovaquia a cambio de que Hitler se comprometiera a no apoderarse de más territorios checos.
Este acuerdo fue infructuoso: Hitler invadió el resto de Checoslovaquia en marzo de 1939. El gobierno británico, alarmado por esta nueva agresión y las amenazas proferidas por Hitler contra Polonia, se comprometió a ayudar a este país en el caso de que Alemania pusiera en peligro su independencia. Francia también estableció un tratado de defensa mutua con Polonia.
La crisis económica de 1929
En el período que siguió a la Primera Guerra mundial fue necesario reparar los daños que había provocado el conflicto y en ello se ocuparon prácticamente todas las fuerzas de trabajo. En los inicios de la década de 1920 hubo gran prosperidad, por lo que la gente pensó que bonanza y paz eran dos términos que iban de la mano.
Muchos de los proyectos de reconstrucción contaban con el sistema de créditos para lograr financiamiento. El mismo pago de las indemnizaciones de guerra exigidas a Alemania, en virtud del Tratado de Versalles, era realizado gracias a una importante corriente de préstamos provenientes, sobre todo, de Estados Unidos y Gran Bretaña.
La corriente de créditos enviada desde Estados Unidos hacia Europa fue la causa principal del ambiente de prosperidad en el viejo continente. Estados Unidos era entonces el gran soporte del bienestar.
El 19 de octubre de 1929 los indicadores de cotizaciones de la Bolsa de Valores de Nueva York cayeron como una avalancha, creando pánico en el mundo de las finanzas. El año de 1929 está marcado en el calendario de la historia como el inicio de la crisis económica que sumió en la pobreza y la desesperación a millones de personas.
Esta crisis repercutió en Europa y el resto del mundo. Estados Unidos ya no estaba en condiciones de seguir haciendo inversiones en el extranjero y el colapso se extendió rápidamente. La consecuencia inmediata fue la miseria de millones de personas, y el resultado último, que esta gente desesperada fue presa fácil de doctrinas totalitarias que les prometían recuperación material y empleo a corto plazo.
El débil comportamiento de la Sociedad de las Naciones
En 1935 Mussolini había atacado Etiopía y con gran despliegue de fuerzas no tardó en vencer a las desorganizadas tropas del Negus Fallé Selassie ocupando Addis Adeba. La Sociedad de Naciones aplicó unas sanciones económicas que ni siquiera impidieron la llegada del petróleo necesario para la guerra a los puertos italianos. Inglaterra permitió el paso de buques cargados de tropas por el Canal de Suez y con estos hechos la Sociedad de Naciones se desprestigió totalmente fortaleciéndose Italia y reforzándose el eje Roma-Berlín.
La Sociedad de las Naciones no pudo evitar el estallido de nuevos conflictos internacionales ni cumplir la misión pacificadora para la que había sido concebida. No pudo imponer el cese al fuego cuando Japón, Italia y Alemania empezaron las agresiones. A pesar de que aplicó sanciones económicas y diplomáticas, los países culpables optaron por salirse de la organización en lugar de acatarlas.
La guerra civil española (1936-1939)
Se dice que la Guerra Civil Española fue una especie de campo de prueba, en el que se ensayaron las armas que luego habrían de usarse en la Segunda Guerra Mundial, que se inicia cuando terminó el conflicto peninsular .
Hitler, tras denunciar las cláusulas sobre desarme impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles, organizar unas nuevas Fuerzas Aéreas y reimplantar el servicio militar, puso a prueba su nuevo armamento durante la Guerra Civil española .
Alemania e Italia entregaron material de guerra a Franco y enviaron tropas especializadas a combatir en suelo español contra el gobierno republicano en 1936. Las otras potencias no quisieron provocar un enfrentamiento directo y se abstuvieron de intervenir en la lucha.
El Pacto de Acero
Hitler y Mussolini firmaron en mayo de 1939 el "Pacto de Acero", temible alianza ofensiva, con la cual Alemania e Italia se comprometieron a prestarse ayuda militar en caso de guerra, lo que se convierte entonces en el objetivo primordial del nacionalismo. El Eje Berlín-Roma quedó así sellado definitivamente.
Los directores del vasto complejo siderúrgico Krupp estaban vinculados con los nazis y fueron los principales responsables de suministrar el material necesario al esfuerzo de guerra alemán.
La formación del Eje
Los tratados firmados por Alemania, Italia y Japón desde 1936, cuando los dos primeros países acordaron el primero de ellos, hasta 1941 (fecha en la que Bulgaria se incorporó a los mismos) dieron como resultado la formación del Eje Roma-Berlín-Tokio.
Pacto germano-soviético
La noche del 23 de agosto de 1939 en Moscú , Hitler logró que Stalin, a pesar de sus divergencias ideológicas, firmara un pacto de no-agresión entre Alemania y la Unión Soviética (URSS) donde acordaban no luchar entre sí.
Esto permitiría al Führer atacar Polonia, sin temor a una intervención soviética en el frente oriental. De esta forma, Adolfo Hitler tuvo el camino despejado.
Adicionalmente, se firmó un protocolo secreto en el que se concedía a Stalin libertad de acción en Finlandia, Estonia, Letonia y en el este de Polonia y en Rumania.



Cuando las tropas aliadas entraron en Alemania, a finales de la Segunda Guerra Mundial, no podían creer lo que sus ojos veían. El panorama de los campos de concentración y exterminio era tal, que tomaron registros de lo que encontraron y así, nadie pudiera negar su existencia o los horrores que en ellos se cometían.
Adof Hitler, el hombre que estuvo tras estos horrores, el que también prometió que formaría un Tercer Reich y que este perduraría por 1.000 años.




HITLER, EL HOMBRE TRAS EL IMPERIO


El Tercer Reich colapsó en la primavera de 1945. Pocos supieron lo que pasaba realmente tras su fachada. La dictadura operó en secreto. Hitler es el último de los grandes conquistadores en la tradición de Alejandro, César o Napoleón. Y el Tercer Reich, el último de los imperios. En el 28 de enero de 1933 se destituyó al anciano presidente mariscal Von Hindenburg. Hitler, jefe del nacionalsocialismo, el partido político más numeroso de Alemania, pedía la cancillería de la República Democrática que había prometido destruir. Quería abolir el régimen democrático. El Presidente tenía 86 años y aunque se oponía, flaqueó y el 30 de enero nombró canciller a Hitler. Éste ya se hacía acompañar por Goebbels, Roehm y Goering. Hitler había sido un vagabundo que caminaba en Viena, un soldado anónimo de la Primera Guerra mundial, fascinante orador y austríaco. Tenía 43 años cuando lo nombraron, se emocionó. Con ese episodio cambió la historia de la humanidad. Su nombramiento se celebró en las calles con marchas. ¿Supo Hindenburg lo que había echado a andar? Hitler saludaba y sonreía emocionado. Goebbels escribió: la revolución alemana ha comenzado.
Su reino duró 12 años y 4 meses. Causó una erupción violenta y destructora, desolación, calculada carnicería de vidas y espíritu humano. Sobrepasó todas las salvajes opresiones de las eras anteriores. Hitler fundó el Tercer Reich. Lo gobernó despiadadamente, con astucia poco común. Lo condujo a las vertiginosas alturas y a un espantoso fin. Tenía personalidad demoníaca, voluntad de granito, misteriosas intuiciones, fría crueldad, notable inteligencia y alta imaginación. Al final se encontraba borracho de poder y de triunfos. A algunos alemanes y extranjeros les pareció un charlatán. Luego tomó aura de jefe carismático, lo siguieron ciegamente como si poseyese el juicio divino.
Nació a las 6:30 de la tarde del 20 de abril de 1889 en una modesta posada en Braunau, Austria, en la frontera austro-germana. Hitler tenía una media hermana, Angela, que tenía una hija: Geli Raubal, el verdadero amor de Hitler. También tenía un medio hermano, Alois, pero Hitler no quería saber nada de él. Era el vivo recordatorio de su origen humilde. Hitler nunca habló de su familia.
A los 6 años ingresó a la escuela, era 1895. A los 15 años ya se había cambiado 7 veces de dirección y había estado en 5 escuelas diferentes. Un compañero lo recuerda como un discutidor autocrático, de opiniones propias, mal carácter e incapaz de someterse a la disciplina escolar. No era trabajador. Un profesor de historia, Leopold Poetsch, influyó en Hitler. Era un fanático nacionalista alemán. Hitler le rindió tributo en su libro. "Usaba nuestro fanatismo nacional en brote como medio de educarnos, apelando frecuentemente a nuestro sentimiento de honor nacional. Hizo de la historia mi tema favorito. Fue entonces cuando me convertí en un joven revolucionario", escribió en su libro. Con la muerte de su padre Hitler lloró. Su madre, viuda y con dos hijos, se vio obligada a hacerlo estudiar la carrera de funcionario civil. Pero su hijo no deseaba eso y, aunque se querían, entre ellos hubo fricciones. A los 16 años padeció de una dolencia pulmonar y fue mandado a la casa de su tía en Spitel.
En geografía e historia obtuvo notable, en dibujo sobresaliente, según su último informe. Al salir de la escuela se emborrachó. Luego se mantuvo abstemio, no fumador y vegetariano. Descubre los años más felices de su vida, entre los 16 y 19 años. Soñaba con un futuro como artista. Se negaba a trabajar y así ayudar a su madre económicamente. Le parecía repulsiva la idea de recibir un sueldo. La felicidad era no tener que trabajar y eso le dio libertad: soñaba, pensaba, hablaba con amigos del mundo, escuchaba a Wagner. Un amigo lo recuerda como pálido, enfermizo, un joven tímido y reticente con repentinos estallidos de furia histérica contra los que no estaban de acuerdo con él. Estaba decidido a ser artista, pintor o arquitecto. Pero desde los 16 años estuvo obsesionado con la política. Odiaba la monarquía de los Habsburgo y todas las razas no alemanas del Imperio Austro húngaro. Tenía un amor igualmente violento hacia todo lo alemán. A los 16 años ya era un fanático nacionalista alemán. Se hizo lector voraz. Sus obras favoritas eran de historia y mitología alemanas.
En 1906 se fue a Viena con el dinero que le dio su madre. La primera visita le encantó. A los 18 años postuló a la Academia de Bellas Artes, pero no aprobó el ingreso. Postuló al año siguiente y tampoco fue aceptado. Para el joven ambicioso fue el hundimiento. Sufrió el dolor del fracaso. El 21 de diciembre de 1908 murió su madre de cáncer. Fue un golpe. Había respetado al padre, pero a su madre la quería. La muerte puso fin a sus planes de alto vuelo. Se vio obligado a conseguir su propio dinero. Partió a Viena nuevamente. Entre 1909 y 1913 vivió años de completa miseria e indigencia. Hitler trabajó en extrañas tareas: retirar nieve de las calles, sacudir alfombras, llevar maletas, de peón. Durante 4 años vivió en pensiones de baja categoría, en barrios miserables, se salvó de morir de hambre porque iba a las cocinas de caridad. Fue la época más triste de su vida. Sufría de hambre, pero nunca trató de conseguir un trabajo fijo. No quería caer en las filas del proletariado, de los trabajadores manuales.
No tenía vicios y usaba un largo abrigo. Para él leer era un arte: saber retener lo esencial y olvidar lo no esencial. Fue tomando forma su visión y filosofía del mundo que fueron luego, los cimientos de sus actos.
¿Qué aprendió tan importante? La monarquía del Danubio agonizaba. Durante siglos una minoría germano-austríaca había gobernado un imperio formado por 12 nacionalidades diferentes. Desde 1848 la autoridad se había ido debilitando. A comienzos del siglo XX los pueblos eslavos pedían igualdad y autonomía nacional. Las clases bajas reclamaban derecho a voto, los trabajadores pedían sindicatos y derecho a huelga. Hitler, joven y fanático nacionalista austro-germano, era opuesto a estas evoluciones. Para él, el imperio se hundía en un pantano. Podía salvarse sólo si la raza germana dominante recobraba la antigua y absoluta autoridad. Otras razas, para él, sobre todo los eslavos, eran inferiores. Había que gobernar con mano de hierro y dejarse de tonteras democráticas. En los comedores de caridad comenzó a gestarse una astucia política que le permitió ver con asombrosa claridad las fuerzas y debilidades de los movimientos políticos contemporáneos. Hitler se dio cuenta de la importancia de la oratoria en la política. Los oradores públicos eran efectivos. Escribió: "la fuerza que mueve avalanchas políticas y religiosas es el mágico poder de la palabra hablada y sólo eso. Las grandes masas de gente pueden ser movidas solamente por el poder de los discursos. Todos los grandes movimientos son movimientos populares, erupciones volcánicas de las pasiones y de los sentimientos emocionales humanos, fomentados bien por crueles dioses del dolor o por la antorcha de la palabra arrojada entre las masas, no por chorros de limonada de los estetas literarios y de los héroes de salón".
Comenzó a practicar oratoria entre los grupos de oyentes que formó en las posadas de baja categoría, comedores de beneficencia y en las esquinas. Se convertiría en un talentoso orador, más que ningún otro alemán de la época, lo que contribuyó en gran parte a su asombroso éxito. Según sus amigos, desde la escuela era antisemita.
En Viena vivían unos 200 mil judíos. Hitler se preguntó si eran alemanes. Comenzó a leer literatura antisemita. Dice que empezó a ver judíos por todas partes "a menudo sufrí náuseas al oler a estos portadores de caftan". Poco después, dice, descubrió la mancha moral de este pueblo elegido. Aseguró que los judíos eran responsables de la mayor parte de la prostitución y trata de blancas. "Reconocí al judío como el director calculador, desvergonzado y sin corazón de este repugnante tráfico del vicio entre la gente baja de la gran ciudad, un frío estremecimiento me recorrió la espalda". Mi Lucha, su libro, está sembrado de alusiones espeluznantes a extraños judíos que seducían a inocentes muchachas cristianas y así adulteraban su sangre. En 1913 abandonó Viena y se fue a Alemania, tenía 24 años. Parecía un fracasado: ni pintor ni arquitecto. Era un vagabundo excéntrico, lleno de libros, sin amigos, familia, trabajo ni hogar, pero con una ilimitada confianza en sí mismo y un sentido ardiente de su misión. Le repugnaba el imperio de los Habsburgo, el conglomerado de razas de la capital, sobre todo los judíos. Mezcla, según él, que corroía a la cultura alemana. El verano de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial. Comenzaba el período más memorable de su vida. Lo hirió la derrota. El ejército alemán no había sido vencido en el campo de batalla sino por traidores de la retaguardia. Así nació para Hitler, como para otros alemanes, la leyenda de la puñalada por la espalda que ayudó a socavar la república de Weimar y preparar el terreno para su llegada al poder. Ahí supo su destino: la política. Una decisión fatídica para el mundo. ¿Qué posibilidades tenía un austríaco de 30 años, sin amigos, sin dinero, sin trabajo ni experiencia?
Comenzó a servir para el ejército. Lo destinaron oficial instructor que debía combatir ideas peligrosas: pacifismo, socialismo, democracia. Habló ante un gran auditorio y ése fue el comienzo de una habilidad con la que se convirtió en orador efectivo, de mágico poder.
Utilizó la radio para ganarse a millones de oyentes. Le ordenaron investigar al partido político obrero alemán. Hitler oyó una conferencia de Gottfried Feder y quedó impresionado. Vio el llamado de Feder a abolir las esclavitud capitalista, una de sus premisas esenciales para fundar el nuevo partido. Vio un poderoso slogan para la próxima lucha. Pensó que era una organización como tantas otras. Era época en que surgían muchos partidos políticos, no juzgó a éste diferente.
En esa charla, un profesor propuso que Baviera se separara de Prusia y se fundara Alemania del Sur junto con Austria. Hitler se encolerizó y habló violentamente, la gente miró a este desconocido y joven orador atónitamente. Hitler, luego, leyó un folleto del partido y vio reflejado en él gran parte de sus ideas. Recibió una postal en que se le anunciaba que había sido aceptado como miembro. Fue a una reunión, el ansia de esos hombres de un nuevo movimiento lo atrajo. Pensó que podía unirse a ellos, la insignificancia del partido podía darle la oportunidad a un joven enérgico como él. Tomó la decisión más importante de su vida: se unió al partido. Necesitaban un jefe, qué mejor que un buen orador como Hitler. Se convirtió en íntimo consejero y fue presentado, entre otros, a Rudolf Hess y Alfred Rosenberg.






NACE EL PARTIDO NACIONALSOCIALISTA NAZI
Hitler toma dirección de la propaganda del partido Obrero. Enunció los 28 puntos del programa que, a la larga, fueron el programa nazi. El 1 de abril de 1920 se convirtió en Partido Nacional Socialista de Obreros Alemanes. La mayoría de los enunciados programáticos fueron olvidados al llegar al poder. Los más importantes fueron llevados a cabo por el Tercer Reich con desastrosas consecuencias para millones de personas. Algunos de esos puntos eran: Unión de todos los alemanes en una Alemania grande. Varios de estos puntos promovian el antisemismo, lo que constituyeron una temible advertencia. Se les prohibía ejercer su profesión, se les negaba la ciudadanía y eran excluidos de la prensa. Fueron expulsados quienes hubiesen entrado en el Reich después del 2 de agosto de 1914. Había varios puntos demagógicos para atraer a los obreros: la abolición de los ingresos no ganados por el trabajo, la nacionalización de los trust, la participación del Estado en los beneficios de las grandes industrias, abolición de rentas agrícolas y de las especulaciones en tierra, pena de muerte a traidores, usureros y explotadores. Pedía la abrogación de los Tratados de Versalles y Saint Germain, junto con la creación de un fuerte poder central del Estado. Hitler quería el poder de todo el Reich para hacer su régimen dictatorial.
Era el fin de los estados semi-autónomos de la República de Weimar. Tenía una oratoria incendiaria y un programa radical. Pensó que las masas necesitaban no sólo ideas, sino también símbolos que ganaran fe, junto con boato y colorido que las elevaran. Además, actos de violencia y terror que, si tenían éxito, atraerían adhesiones y darían sensación de poder.


Svástica
Hitler organizó escuadras de choque con uniformes caquis. Reclutaron voluntarios, guardaban el orden de los mítines nazis y disolvían los de otros partidos. En 1921 Hitler dirigió uno y estuvo un mes en prisión por ello. Pensó que al pueblo le faltaba una bandera, un emblema. Diseñó la svástica, que se convirtió en el símbolo del poderoso partido nazi. Diseñó también un brazalete y estandarte. Era la mejor propaganda.
1921 Hitler se adjudicó la dirección del partido. Era poderoso orador, mejor organizador y propagandista. Conseguía fondos con sus discursos. Obtuvo poderes absolutos del partido y quedó establecido el principio dictatorial que iba a ser la primera ley de los nazis.
El Führer había salido a escena en Alemania. Se dispuso a reorganizar el partido. Tenían un diario, más parecido a una hoja antisemita, en la que pregonaban sus ideas. Hess se convirtió en íntimo amigo, devoto seguidor y secretario del jefe. Hasta el final sería uno de sus más leales seguidores.
Goering también cayó ante la fascinación de Hitler. Era piloto de guerra y cuando conoció al führer se unió al partido y lo ayudó económicamente con generosidad. Apoyó a Roehm para crear las tropas de asalto y en 1922 era comandante de las SA. Hitler abandonó el ejército y se dedicó al partido. Nunca recibió un sueldo.
¿De qué vivía? Nunca contestó. Dijo que ganaba dinero cuando hablaba para otras instituciones y tenía camaradas que lo ayudaban. Entre 1921 y 1923 tuvo que organizar el partido y mantener el control.
En 1921 los aliados cobraron 33 mil millones de dólares a Alemania por indemnizaciones de la Primera Guerra. La derecha comenzaba a cometer asesinatos y el gobierno de Berlín respondió con una ley especial de protección a la República. Ésta imponía severas penas a los actos de terrorismo. La joven República Democrática de Weimar se hallaba en grandes apuros. Su existencia era amenazada por extremistas de derecha e izquierda. El Tratado de Versalles cayó como balde de agua fría en Alemania, hubo protestas que llamaban a no firmarlo.
¿Qué lo hacía tan intolerable? Devolvía Alsacia y Lorena a Francia, un poco de territorio a Bélgica, una parte a Dinamarca y a los polacos las tierras que los alemanes habían tomado. Esta parte les dolió, porque consideraban a estos últimos como una raza inferior. Se les daba, además, la responsabilidad a los alemanes del comienzo de la guerra. Se exigía la entrega del emperador Guillermo II y ochocientas personas más, considerados criminales de guerra. Las reparaciones serían fijadas después, pero debían pagar 5 mil millones de dólares en marcos de oro entre 1919 y 1921.
El tratado desarmaba prácticamente a Alemania y, por lo tanto, le cerraba el camino de la hegemonía en Europa. Dejaba al Reich geográfica y económicamente intacto en su mayor parte. Además, reservaba su unidad política y fortaleza potencial como gran nación. No tenían alternativa frente a los aliados. O aceptaban el tratado o los aliados tomarían represalias. La resistencia armada era imposible, así lo decían los dirigentes del ejército.


El 28 de junio de 1919 el tratado de paz era firmado. Pero Alemania se convirtió en una casa dividida. Los conservadores no querían aceptar ni el tratado ni la república que lo había firmado. Ellos tenían riquezas que usaron para subvencionar a partidos políticos y a la prensa política, que se esforzaría en minar los cimientos de la República.
El ejército comenzó a burlar las restricciones militares del tratado y se convirtió en verdadero centro de poder político en la nueva Alemania. Se convirtió en un estado dentro del estado, ejerciendo influencia sobre la política extranjera y de interior. Mantuvo la independencia del gobierno nacional. Los socialistas moderados, ayudados por los demócratas y centristas católicos, fueron quedándose solos para llevar adelante la República. Se pensaba que la constitución de Weimar estaba sentenciada a muerte. Había una fuerza nacionalista, antirrepublicana y antidemocrática que Hitler detectó. El marco alemán comenzó a descender. Alemania no pudo pagar sus compromisos y en represalia, Francia ocupó el Ruhr, corazón industrial germano. Fue un golpe a la economía alemana y logró unir al pueblo como no se veía desde 1914. Hubo una huelga general en 1923, el descenso del marco continuó hasta que la moneda alemana se hizo inservible. El poder adquisitivo de los salarios y los jornales habían quedado reducidos a cero. La fe del pueblo alemán en la estructura económica de la sociedad alemana fue destruida. Y era la República la que se había rendido al enemigo, aceptando cargas de reparaciones. Los culparon.
El gobierno no supo enfrentar la crisis. El pueblo se sabía en bancarrota, tenían hambre. Culpaban de todo a la República. Tiempos así parecían caídos del cielo para Hitler. "Nuestra miseria aumentará, el Estado se ha convertido en ladrón y en estafador. Necesitamos una dictadura", gritaba.
La irreflexiva inflación conducía a miles de alemanes a creer en él. Las condiciones caóticas favorecían la caída de la República, él quería dirigir la revolución, Pero tenía dificultades: Primero, el partido nazi no era un movimiento importante y era desconocido fuera de Baviera. En segundo lugar, la ocupación del Ruhr unió a los alemanes tras el gobierno republicano de Berlín.
Hitler, quería la muerte de la República, la muerte de los traidores de la patria y la de los criminales del movimiento. Formó la Unión de Trabajadores de las Ligas Combatientes de la Madre Patria y, luego, un grupo más fuerte: la Unión Combatiente Alemana. Objetivo: derrocar la República y desgarrar el Tratado de Versalles.
El 26 de septiembre de 1923 el canciller anunció el fin de la resistencia del Ruhr y la continuación de los pagos de indemnizaciones. Hubo un estallido de rabia y de histeria entre los nacionalistas alemanes y los comunistas. Hubo revueltas y se estuvo al borde de la guerra civil. El gobierno central ordenó cerrar el diario de Hitler y arrestar a Hess, Eckhardt y Rossbach. Las órdenes fueron desobedecidas. Baviera desafiaba a Berlín.
La noche del 10 de noviembre las SA serían concentradas al norte de Munich y en la mañana marcharían sobre la ciudad, proclamando la revolución. Hitler abandonó este plan e improvisó otro para llevarlo a cabo el 8 de noviembre, durante un mitin en una cervecería. Las tropas de la SA rodearon la cervecería hasta donde había llegado el jefe del gobierno bávaro: Kahr. Hitler saltó sobre la mesa para atraer la atención de más de tres mil burgueses que se encontraban allí. Gritó: "la revolución nacional ha comenzado, los gobiernos de Baviera y del Reich han sido destituidos y se ha formado un gobierno nacional provisional". Tomó a los tres dirigentes y los arengó, mientras ellos se negaban a hablarle. Amenazó con matarlos. Ninguno quería unirse a Hitler.
Las cosas no estaban saliendo como él lo había planeado. Se dirigió a la multitud haciéndoles creer que el gobierno bávaro estaba destituido y que uno nuevo salvaría al pueblo. La multitud creyó su mentira. Hubo vivas estentóreos.
Enajenado de alegría por el afortunado comienzo hizo que todos juraran lealtad al nuevo régimen. Dio otra arenga en la que dijo que no descansaría hasta ver a los criminales de noviembre derrocados, hasta que Alemania volviera a tener poder y grandeza, libertad y esplendor.
Un error desmoronó su plan. Se alejó por unos minutos de la cervecería y los tres jefes del gobierno huyeron. El ejército comenzó a aplacar el alzamiento. Se ordenó la disolución del partido Nacional Socialista de Trabajadores Alemanes y de las ligas combatientes. Hitler había planeado un golpe militar, quería una revolución con las fuerzas armadas, no contra ellas. Ludendorff, el legendario jefe militar, le propuso marchar hacia el centro de la ciudad y apoderarse de él. La policía y el ejército jamás se les opondrían.
A las 11 de la mañana del 9 de noviembre Hitler y Ludendorff enfilaron una columna con trescientos hombres hacia el centro de Munich. Iban con la svástica y un camión cargado con ametralladoras. Las fuerzas de asalto llevaban carabinas y Hitler su revólver. Hubo disparos con la policía, se cree que el führer hizo el primero. Dieciséis nazis y tres policías murieron. Hubo heridos y el resto cayó a tierra. Hitler fue arrestado y también Ludendorff. En pocos días, los jefes rebeldes fueron cercados y encarcelados. La intentona nazi había terminado en un fracaso. El partido fue disuelto. Aparentemente el nacional socialismo estaba muerto. La carrera de Hitler al poder fue brevemente interrumpida, sin embargo, usó el juicio como plataforma para desacreditar a las autoridades y hacer que su nombre fuera conocido más allá de Baviera.





HITLER EN CAMINO AL PODER
Hitler fue sometido a juicio. Cuando terminó, había transformado la derrota en triunfo. Impresionó al pueblo alemán con su elocuencia y el fervor de su nacionalismo. Su nombre apareció en los titulares. Proclamó "yo soy el único responsable, pero no soy un criminal". Su confianza en sí mismo estaba intacta. En prisión, esperando el juicio, prometió no volver a cometer los mismos errores. Ya sabía como construir el Estado nazi. Necesitaba al ejército alemán con él. Por lo tanto, buscó la reconciliación con él. Ludendorff fue absuelto. Hitler y otros acusados fueron encontrados culpables y fue sentenciado a 5 años de prisión en Landsberg. Nueve meses después, el 20 de diciembre, Hitler era excarcelado y en libertad podía continuar su lucha: derribar el estado democrático.
Hitler se había convertido en famoso y para los ojos de muchos, era un patriota y un héroe. La propaganda nazi convirtió este episodio en una leyenda del movimiento. En su prisión Hitler era tratado con honores. Tenía una habitación para él solo. Convocó a Hess y empezó a dictarle su libro: "Mi Lucha". El libro tenía poco de autobiográfico. Durante su primer año de canciller fue el autor más próspero de Alemania. Y por primera vez era millonario. En el régimen nazi el libro se leyó tanto como la Biblia. Era casi obligatorio leerlo y las familias se sentían protegidas si tenían el libro en sus hogares. Si este libro se hubiese leído antes, quizás el mundo se hubiera librado de una catástrofe. Ahí se exponía la clase de Alemania que pretendía hacer si llegaba al poder y la clase de mundo que quería crear mediante la conquista armada alemana.
La impronta del Tercer Reich y el bárbaro orden que Hitler impuso entre 1939 y 1945 se hallan expuestos con aterradora crudeza y con gran extensión y detalle en ese libro. El concepto de la vida que ahí se detalla fue abrazado fanáticamente por millones de alemanes y produjo la ruina de muchísimos seres humanos decentes y sin culpa. Como pretendía lograr un nuevo Reich:
• Ajustando las cuentas con Francia.
• Expandiéndose hacia el este, sobre todo a costa de Rusia.
El Tercer Reich sería gobernado con el principio del caudillaje, una dictadura. No le daba importancia a lo económico, el tema lo aburría. Creía que ninguna política económica era posible sin una espada, ninguna industrialización era posible sin poder. En su libro, Hitler deambula de un tema en otro. Escribió sobre todo: cultura, educación, teatro y cine. También escribió sobre lo que será la eugenesia del Tercer Reich: el matrimonio no puede ser un fin en sí mismo, sino que tiene que servir para su meta más alta: el aumento y la conservación de la especie y de la raza.
Veía toda vida como una eterna lucha y el mundo como una selva en la que sobrevivían los más capaces y gobernaban los más fuertes: un mundo donde una criatura se alimenta de otra y donde la muerte del más débil implica la vida del más fuerte. El fuerte debe dominar y no mezclarse con el débil, sacrificando así su propia grandeza...los que deseen vivir deben luchar y los que no quieran luchar no merecen vivir. ¿Quién era el fuerte, en valor y habilidad, el favorito de la naturaleza? El ario. Este era el meollo del ideario nazi: la concepción de una raza superior era la base del Tercer Reich y del nuevo orden de Hitler en Europa.
Los arios han logrado tantas cosas y conquistado supremacías pisoteando a los demás, pensaba. Hitler se revela en su libro con un sadismo difícil de entender. Para él, la mezcla de sangres, era un error cardenal. Ella mata a las viejas culturas y los hombres pierden resistencia. Todos los que en este mundo no son de buena raza pertenecen a la broza, dice. ¿Y quién es la broza? Los judíos y los eslavos. Hitler llegó a prohibir el matrimonio entre alemanes y algún miembro de estas razas. Era ignorante de la historia y de la antropología. Para él los alemanes son la más alta especie en la humanidad que existe sobre la tierra y lo seguirán siendo si velan con cuidado por la pureza de su propia sangre.
Dice: "el Estado Popular debe colocar a la raza en el centro de toda vida, debe tomar las medidas necesarias para que solamente las personas saludables puedan engendrar hijos. Sólo hay una desgracia: traer hijos al mundo a pesar de las propias enfermedades y deficiencias. Es reprensible privar a la nación de hijos saludables".
El dominio alemán se había convertido para él en una obsesión. No estaba de acuerdo con la democracia: no debe haber decisiones de la mayoría, sino únicamente de personas responsables.
Un solo hombre poseerá la autoridad y el derecho para mandar. No dudaba en que construiría su Reich. Estaba poseído de ese ardiente sentimiento de misión peculiar. Unificaría a un pueblo elegido, purificaría la raza, lo haría fuerte, haría que sus hijos fueran señores en la tierra. Todas sus ideas tenían raíces en la experiencia y pensamiento alemanes. El nazismo y el Tercer Reich no eran sino una continuación lógica de la historia alemana. Primer Reich: sagrado imperio germánico medieval. Segundo Reich: el de Bismarck, en 1871 después de la derrota de Francia a manos de Prusia.
Ambos le habían dado gloria a Alemania. Para Hitler la república de Weimar había arrastrado este nombre por el fango. El Tercer Reich lo restauraría, prometía Hitler. Alemania había sido siempre un país formado de diversas naciones. No hubo crecimiento natural como nación, estaban divididos en diminutos estados. La idea de pueblo soberano, de democracia nunca echó raíces en Alemania. Las ideas no son propias de Hitler, sino la forma de aplicarlas. Alemania tuvo épocas gloriosas, como la de Bismarck. La idea de la raza dominante o de los judíos como raza inferior no era nueva en Alemania. Hitler admiraba a Nietzsche y odiaba el cristianismo: el hombre debe ser instruido para la guerra y la mujer para la procreación del guerrero. Al final, Hitler se consideraba a sí mismo el superhombre de la profecía de Nietzsche.
Como Hitler, Wagner también odiaba a los judíos, y el Führer admiraba a Wagner, le gustaba oír sus óperas con mitos germanos.
Se podría considerar a H. Stewart Chamberlain como el fundador espiritual del Tercer Reich. Este inglés vio en la raza alemana la dominante, la esperanza del futuro. Hitler lo consideró profeta, además tenía un sentido místico de su misión personal sobre la tierra en esos días. En su libro está salpicada la idea de genio escogido por la Providencia para conducir a un gran pueblo.
Un genio con una misión estaba por encima de la ley, no podía ser limitado por la moral burguesa, con esta idea Hitler pudo justificar los actos más crueles cometidos a sangre fría: la supresión de la libertad personal, la práctica brutal de los trabajos forzados, la perversión de los campos de concentración, la matanza de sus mismos seguidores en junio de 1934, el asesinato de los prisioneros de guerra y la carnicería masiva de los judíos.
En 1924 Hitler salió de la cárcel. Su partido y prensa estaban prohibidos, la economía alemana se estaba recuperando y el pueblo alemán estaba comenzando a vivir normalmente. El nazismo parecía morir.
Pero Hitler no se desanimaba fácilmente. Editó "Mi Lucha". Pocos vieron en ese libro la continuación de la historia alemana. Señalaba a su patria el camino hacia un glorioso destino.
Los años 1925 y 1929 fueron difíciles para Hitler y los nazis. Pero él perseveraba, confiaba en que los malos tiempos no durarían. Alemania recibió créditos y la gente parecía más feliz. El antiguo y opresivo espíritu prusiano parecía estar muerto y enterrado.
Casi no se oía de Hitler o de los nazis. Alemania parecía haberse consolidado. El primer ministro de Baviera levantó el castigo a Hitler y a su partido.
El 26 de febrero de 1925 se reeditó el diario y el líder habló en el primer mitin del partido nazi resucitado. Cuatro mil seguidores se reunieron nuevamente para oírlo. Y Hitler fue tan elocuente como siempre.
Sus camaradas ya no estaban. Tenía un nuevo objetivo:
concentrar el poder del partido en sus manos, restablecerlo como organización y buscar poder en las instituciones constitucionales.
La bestia no estaba domesticada, amenazaba al Estado con violencia. Por dos años, el gobierno de Baviera le prohibió hablar en público.
Hitler mudo era un fracasado. Pero también era un buen organizador. Se puso a trabajar por el partido. Primero atrajo gente. En 1925 eran 27 mil y en 1929 ya sumaban 178 mil. La organización política quedó dividida en dos grupos: POI (su misión era atacar y minar el gobierno) y POII (buscaba establecer un estado dentro de otro estado). Creó las juventudes hitlerianas (10 a 15 años) y organizaciones para las mujeres.
Las S.A estaban organizadas como bandas armadas. Debían proteger los mítines nazis y desorganizar a los otros, junto con aterrorizar a los que se oponían a Hitler. Una vez en el poder se convertirían en el ejército. Pero las camisas pardas (S.A) no llegaron a ser más que una confusa mezcla de chusma camorrista. Muchos de sus jefes eran homosexuales. Hitler creo las SS (Schutzstaffel) con uniformes negros y les hizo jurar lealtad a su persona. Primero fueron una guardia personal. El jefe definitivo fue Heinrich Himmler. Comenzaron con doscientos hombres y terminaron dominando a Alemania e infundiendo terror en toda la Europa ocupada. El jefe supremo del partido era Hitler. Pero la organización no era más que un conglomerado de alcahuetes, asesinos, homosexuales, alcoholizados y chantajistas. A Hitler eso no le importaba mientras fueran útiles. En 1926 constituyó el tribunal del partido.
Usando a un joven inquieto, Strasser, mandó a organizar el partido en el norte del país. Él nombró de secretario a un hombre de 28 años: Paul Joseph Goebbels. Goebbels era un orador vehemente y fanático nacionalista, tenía una pluma mordaz y una sólida educación universitaria. Era doctor en Filosofía. Tenía un pie malo, por lo tanto no había podido ir a la guerra. La cojera le produjo amargura. Los socialdemócratas y comunistas propusieron la expropiación de las tierras y fortunas reales para que fueran puestas a disposición de la República. Strasser y Goebbels propusieron apoyar la idea. Hitler se enfureció, muchos de esos antiguos gobernantes y grandes industriales apoyaban económicamente al partido.
Hitler envió a Feder al norte para acallar a los rebeldes.
Goebbels gritó propongo que Hitler sea expulsado del partido. El 14 de febrero de 1926 Hitler devolvió el golpe. Organizó una reunión en el sur durante un día hábil. Goebbels y Strasser estaban en minoría y tuvieron que abandonar su programa. Goebbels oyó el discurso de Hitler y sintió un golpe, le estaban moviendo sus cimientos. El Führer lo conquistó y lo convirtió en su más fiel seguidor hasta el final.
Esos años Hitler pasó mucho tiempo en un refugio en los Alpes bávaros. Era su único hogar.
En 1928 invitó a su media hermana, Angela, quien llegó con sus dos hijas. Hitler se enamoró de una de ellas, Geli Raubal, una muchacha de 20 años. No se sabe si ella también lo quería.
En 1931 Geli anunció que volvía a Viena, pero Hitler no la dejó. Al día siguiente ella se había suicidado. Él parecía inconsolable.
Tres semanas después Hitler obtuvo la primera entrevista con el jefe alemán, Hindenburg. Era su primera movida para llegar al poder.
La depresión del 29 le dio su oportunidad. El pueblo, duramente oprimido, clamaba buscando una salida a su triste situación. Millones de parados querían trabajo, los tenderos ayuda. Para los descontentos Hitler era un torbellino electoral. Desarrolló una campaña en que ofreció para los millones de desesperados una posible esperanza en medio de la miseria general. Haría una vez más fuerte a Alemania, se negaría a pagar las indemnizaciones, repudiaría el Tratado de Versalles, acabaría con la corrupción, obligaría a capitalistas (especialmente judíos) a proveer con dinero al Estado y trataría de que todo alemán tuviera trabajo y pan. Para los desesperados y hambrientos hombres que buscaban no sólo socorros monetarios, sino nueva fe y nuevos dioses, la llamada no fue hecha en vano.
Aunque sus esperanzas eran grandes, Hitler quedó sorprendido cuando la noche del 14 de septiembre de 1930 llegaron los resultados de las elecciones. Dos años antes, su partido había conseguido unos 810 mil votos y elegido 12 candidatos como miembros del Reichstag. Esta vez, su meta era cuadruplicar esos resultados, pero consiguió 6 millones de votos que le daban 107 escaños y hacían ascender al partido nazi del noveno lugar al segundo en importancia. El PC también había subido de 54 a 77 escaños. Engreído, Hitler volvió al propósito de atraer a dos grupos poderosos: el ejército y los grandes industriales.
En 1930 quedó en evidencia que la propuesta nazi hacía progresos en el ejército, especialmente en jóvenes oficiales. Los nazis comenzaron a recolectar dinero, los negociantes y banqueros les daban, hacían colectas.
En 1931 Hitler decidió concentrar esfuerzos en cultivar amistad con influyentes magnates industriales. Atravesó Alemania manteniendo entrevistas personales con prominentes personalidades del mundo de los negocios. A principios de ese año Hitler había reunido en torno al partido a una pequeña banda de hombres fanáticos y crueles que le ayudarían en su impulso final hacia el poder y estarían a su lado en el Tercer Reich. Había cinco que destacaban de su lote de seguidores: Roehm, Strasser, Goering, Goebbels y Frick.
En ese período, también, el camino difícil en Alemania continuaba. Había cinco millones de obreros parados, las clases medias enfrentaban la ruina, los labradores sin poder pagar sus impuestos, el Parlamento paralizado, el gobierno vacilante y el Presidente de 84 años se hundía en la cenilidad. Entre los nazis crecía la confianza.
El problema político: el canciller Bruning no contaba con mayoría y comenzó a gobernar por decreto.



HITLER, ANSIAS DE PODERÍO

El 10 de octubre de 1931 Hindenburg recibió a Hitler por primera vez. El futuro Führer intentó impresionarlo, pero no lo logró. El canciller Hindenburg pretendía extender el mandato del presidente, decisión que debía tomar el Parlamento.
Bruning llamó a Hitler, quería que el partido nazi aceptara la prolongación del mandato de Hindenburg. Le lanzó un anzuelo: ofrecía sugerir el nombre de Hitler como sucesor en el puesto de canciller. Pero el líder nazi quería el fin de la República y eso significaba darle más vida. Ofreció apoyar a Hindenburg en las elecciones si se deshacían de Bruning, nombraban un gobierno nacional y convocaban a nuevas elecciones para el Parlamento y la dieta prusiana. Hitler pensaba en la posiblidad de presentarse a las elecciones. Goebbels lo incitaba a hacerlo y el líder siguió su consejo. La campaña fue áspera y confusa.
Hindenburg era protestante, prusiano, conservador y monárquico, tuvo apoyo de socialistas, sindicatos y católicos. Hitler era católico, austríaco, antiguo vagabundo, nacionalsocialista, jefe de la clase media más baja, contaba con propios seguidores y con algunos de clase alta y monárquicos. Para resolver el tema de la ciudadanía y se convirtió en alemán.
Emprendió su campaña con energía, recorrió el país, hizo ardorosos mítines, habló a la ciudadanía y los fustigó hasta llevarlos a un estado de frenesí.
Los nazis hicieron una campaña de propaganda como nunca se había visto en Alemania. Pegaron carteles en paredes, distribuyeron ocho millones de folletos y doce millones de periódicos. Llevaron a cabo tres mil mítines en un día. Además, hicieron uso de películas y discos con ayuda de altavoces en camiones.
Hindenburg conservó la red de radiodifusión a favor de su propio bando.
En las elecciones, el canciller obtuvo el 49, 6% y Hitler el 30,1%. Ninguno consiguió mayoría absoluta. Era necesaria una nueva elección. Hitler había logrado aumentar la votación de los nazis en un 86% pero el Presidente lo había rebasado. Emprendió una nueva campaña con más ánimo. Realizó cuatro, cinco mítines en un día, volaba en avión de un punto a otro. Se dedicó a predecir un futuro feliz a todos los alemanes si votaban por él: trabajo para todos los obreros, precios mejores para cultivadores, más negocios, un gran ejército, llegó a prometer que todas las muchachas encontrarían marido. El 10 de abril de 1932 se realizó la segunda elección:
Hindenburg sacó un 53% y Hitler un 36,8%. Más de la mitad de los alemanes había expresado su confianza en la República Democrática.
Hitler había duplicado los votos nazis en apenas dos años. El consejo de ministros había decidido suprimir el ejército del partido, la SA, ante el rumor de que si ganaba se apoderaría de Alemania. El golpe aturdió a los nazis. Hitler obedeció, no era momento de rebelión armada. El 8 de mayo se volvió atrás con esta decisión de la SA y Hindenburg llamó a Hitler a apoyar al gobierno.
El 1 de junio de 1932 fue nombrado canciller Franz Von Papen. El hombre no era tomado en serio por sus amigos ni enemigos. Se le consideraba superficial, desatinado, intrigante, astuto, vano y ambicioso. No tenía respaldo político. El 4 de junio disolvió el Parlamento y llamó a elecciones para el 31 de julio.
El 15 de junio levantó el bando de suspensión de las SA. Le siguió una ola de asesinatos y violencia política como no se había conocido en Alemania. Fuerzas de asalto buscaban peleas y sangre. Sólo en Prusia durante veinte días, hubo 461 batallas campales en las calles con 82 muertos y 400 heridos. Papen prohibió las concentraciones políticas antes de las elecciones. El 20 de julio destituyó al gobierno prusiano y se nombró a sí mismo comisario del Reich en Prusia. Además, proclamó estado de guerra en Berlín. Hitler decidió derrocar a Papen. Los nazis se arrojaron nuevamente a la campaña. Ganaban terreno. En las elecciones del 31 de julio, los nazis consiguieron trece millones 700 mil votos y 230 escaños en el Reichstag. Era el partido más numeroso del Parlamento, pero les faltaba mayoría en la cámara.
Hitler aún no conseguía la mayoría para llegar él mismo al poder. El 4 de agosto fue a Berlín. Pidió ser canciller y para su partido varios puestos de ministros. No era tan fácil. Para presionar, el 10 de agosto las SA tendían un cerco a Berlín. Le dijeron que lo máximo que podía aspirar era a la vicecancillería.
Hitler se mostró ultrajado. Sería canciller o nada. Se reunió con Hindenburg, ya de 85 años, y repitió su petición. El Presidente replicó que con la tensa situación no podía arriesgarse a transferir el poder a un partido nuevo que no tenía la mayoría y que era turbulento e indisciplinado. Habló de actos de violencia y de ataques a judíos. Hindenburg consideraba que era un partido fuera de control. Le pidió colaboración a otros partidos y que Hitler desechara la idea del poder completo. El viejo presidente le dio un sermón al caudillo nazi. Cuando los alemanes se enteraron de la petición de poderes absolutos, la causa nazi sufrió un revés. El 30 de agosto los centristas se unieron a los nazis y eligieron a Goering presidente del Reichstag.
El canciller Von Papen había conseguido un decreto para disolver la cámara. Pero Hitler ordenó votar la enmienda comunista para derrotar a Von Papen antes de que éste disolviera el Reichstag. Estaba fuera de sí de alegría. El 6 de noviembre hubo nuevas elecciones. El pueblo ya estaba cansado de propaganda y discursos, los nazis no tenían dinero para una gran campaña. Los círculos adinerados se asustaron por la participación del partido en una huelga de obreros del transporte en Berlín.
En la votación, los nazis perdieron 2 millones de votos y 34 escaños del Reichstag. Sólo tenían 196 diputados. Seguían siendo el mayor partido de la nación pero habían retrocedido. Hitler estaba más débil.
El 17 de noviembre Papen y los ministros dimitieron. Hindenburg, entonces, llamó a Hitler el 19 de noviembre. El Presidente le ofreció la cancillería si podía asegurar una mayoría manejable en el Reichstag para llevar a cabo un programa definido o, bien, le entregaba la vicecancillería a las órdenes de Von Papen. No hubo acuerdo. Hitler no podía asegurar lo que pedía el anciano.
El ejército se puso contra Von Papen y Hindenburg apoyó a la institución armada. El canciller había sido depuesto y el Presidente pensó que libraba a Alemania de una guerra civil. El 2 de diciembre Kurt Von Schleicher fue nombrado canciller. El general llegaba a este alto puesto en la cumbre de la depresión. Estuvo 57 días en el puesto, en una época de odios e intrigas. Trató de que Hitler se uniera a su gobierno. Como no lo logró, trató de dividir al partido. Los nazis estaban en problemas económicos, no tenían fondos para pagar la nómina de miles de funcionarios, para los 2 millones de marcos que costaban las SA a la semana y debían las impresiones de los diarios.
En las elecciones en Turingia los nazis perdieron un 40 % de los votos. Sabían que nunca lograrían el poder mediante la votación.
Strasser discrepaba con Hitler en la forma de buscar el poder total. Le envió una carta renunciando, su principal seguidor desertaba.


Hitler se sintió traicionado. Pero se esforzó por cerrar en un círculo la lealtad al resto. El nuevo canciller estaba a punto de caer. No contaba con la mayoría del Reichstag. El 28 de enero presentó la dimisión a Hindenburg, quien le pidió a Von Papen que indagara la posibilidad de un gobierno encabezado por Hitler en términos constitucionales. Mientras los nazis celebraban, corrió el rumor de que se estaba preparando una dictadura militar. Goering le fue a avisar a Hindenburg y a Von Papen, mientras Hitler ponía en estado de alarma a la SA en Berlín.
Se nombró Ministro de Defensa a Blomberg el 30 de enero de 1933. El gabinete de Hitler se había constituido y fue nombrado canciller.
Los nazis eran minoría. Tenían 3 de 11 puestos del gabinete. Los ministerios importantes, los tenían los conservadores que creían estar usando a los nazis para sus fines. Nadie comprendió en ese momento las fuerzas que se estaban ayudando a encumbrar a las alturas.
Los alemanes impusieron la tiranía nazi a sí mismos.
El error:no oponerse unidos a Hitler. Al mediodía del 30 de enero de 1933, el Presidente nombró canciller a Hitler. Su poder, aunque grande, no era completo. Su tarea inmediata: eliminar a quienes le quitaban parte del poder. Con ese elemento llevaría a cabo su revolución nazi.
A las 5 horas hizo el primer consejo de ministros. Ayudado por Goering empezó a obligar a sus colegas conservadores para que le siguieran la corriente. Mandó a Goering a hablar con los centristas, que tenían 70 escaños en el Reichstag. Como ponían condiciones, Goering propuso disolver el Reichstag y llamar a elecciones. Hitler dio su aprobación. Fue a hablar con ellos y luego dijo que los del centro hacían peticiones imposibles de aceptar y que no había posibilidad de acuerdo. Pidió al Presidente que disolviera el Reichstag y llamara a elecciones, él aseguró que no haría cambios en el gabinete. El 5 de marzo hubo nuevas elecciones. Los nazis usaron vastos recursos del gobierno para acumular votos. Tenían la radio y la prensa a su disposición, por lo que pusieron en escena una obra maestra de propaganda.
Invitaron a magnates a ayudarlos económicamente. Hitler suprimió las reuniones y la prensa comunista. Goering fue nombrado ministro del Interior de Prusia. Expulsó a los oficiales republicanos y los reemplazó por nazis, sobre todo oficiales de la SA y la SS. Ordenó a la policía evitar hostilidades entre estas dos fuerzas. Invitó a eliminar a todos los que se opusieran a Hitler.


El poder policíaco de Prusia (dos tercios de Alemania) fue recayendo en manos nazis. El 27 de febrero de 1933 se incendia el edificio del Reichstag. Hitler acusó a los comunistas de realizar un crimen contra el nuevo gobierno. Goering gritó que con esto comenzaba la revolución comunista. Aunque no hay certeza, al parecer fueron los nazis los que organizaron el incendio. Llevaron tropas de asalto al túnel subterráneo, rociaron con gasolina y elementos químicos inflamables y regresaron. Luego, un pirómano comunista, elegido por los nazis, prendió fuego. En el juicio fue declarado culpable y decapitado. Pero , de todas formas, recayeron sospechas sobre nazis y sobre Goering. El 28 de febrero, Hitler consiguió del Presidente un decreto para la protección del pueblo y del Estado. Quedaban en suspenso las siete garantías de libertades individuales y civiles de la Constitución. Según Hitler, eran medidas defensivas contra actos comunistas de violencia.
Se autorizaba, además, al gobierno del Reich para ejercer un completo poder sobre los Estados Federales, cuando fuera necesario, e imponer pena de muerte a crímenes como alteraciones graves de la paz.
Hitler hizo callar a sus adversarios e posibilitó su arresto cuando fuera necesario. Creó así una amenaza oficial a los comunistas provocando miedo a la clase media y campesina. Si no votaban por él en las elecciones, los bolcheviques se apoderarían del poder. Unos cuatro mil funcionarios comunistas fueron arrestados.
Era la primera experiencia del terror nazi para los alemanes. Sus partidarios rugieron por las calles de toda Alemania. Las camisas pardas acorralaron a víctimas, las llevaron a barracones de las SA, las torturaron y las golpearon. La prensa comunista y las reuniones políticas fueron suprimidas; diarios socialdemócratas y liberales fueron suspendidos y las reuniones de otros partidos, prohibidas o disueltas. Sólo los nazis podían llevar a cabo campañas sin ser molestados.
Llevaron a cabo una gran propaganda. La radio estatal difundió sus voces, se pusieron banderas en las calles, hicieron grandes concentraciones, anunciaban el paraíso. En las elecciones del 5 de marzo, los nazis lograron 17 millones de votos. Pero, con todo, la mayoría seguía rechazando a Hitler, ya que esa votación sólo representaba un 44%.
Hitler no tenía los dos tercios en el Reichstag, necesarios para hacer su revolución, establecer dictadura con consentimiento del Parlamento.
Su plan fue pedir al Reichstag la aprobación de una ley de plenos poderes, confiriéndole al gabinete de Hitler facultades exclusivas legislativas por 4 años. Se necesitaban, nuevamente, dos tercios para lograrlo. Sin embargo, arrestando a unos cuantos comunistas podía asegurar esa proporción. Hitler logró el poder de legislar quitándole atribuciones al Reichstag. Prometió hacer buen uso de esas nuevas facultades.
Así fue enterrada la democracia parlamentaria en Alemania. Todo se hizo con entera legalidad, el Parlamento había cedido su autoridad constitucional a Hitler, cometiendo un verdadero suicidio.
Esta ley de plenos poderes constituyó la base legal para la dictadura del Führer. Desde el 23 de marzo de 1933, Hitler fue el dictador del Reich.





EL PODER TOTAL
Los Estados Federales comenzaron a caer en manos nazis. Comisarios del Reich fueron designados para hacerse cargo del mando. El 7 de abril Hitler designó gobernadores, todos eran nazis. Abolió los poderes independientes de los estados y los sometió a la autoridad central. Había unificado Alemania.




El partido nazi fue quedando solo y el 14 de julio se decretó la ley que decía que el partido de los trabajadores alemanes nacionalsocialista se constituía en el único de Alemania. El que quisiera formar otro partido sería castigado. El estado pasaba a ser totalitario Los sindicatos libres fueron eliminados tan fácilmente como los partidos políticos. El 1 de mayo de 1933 Hitler habló ante cien mil trabajadores, diciéndoles que la revolución no era contra ellos. Al día siguiente, los nazis ocuparon los cuarteles generales de todos los sindicatos, confiscaron fondos, los disolvieron y arrestaron a sus jefes. Muchos de ellos fueron golpeados e internados en campos de concentración. Tres semanas más tarde, por un decreto, Hitler puso fin a convenios colectivos, el decreto dejaba fuera de la ley a las huelgas. Las camisas pardas corrían por las calles sembrando el terror con el consentimiento del Estado. Los jueces estaban aterrorizados. Hitler era la ley. Para él los judíos no eran alemanes, no los exterminó enseguida pero fueron robados, apaleados o asesinados durante los primeros meses. Publicó leyes que los expulsaban de los servicios públicos, de las universidades y de las profesiones liberales. El 1 de abril de 1933 dictó un boicot nacional contra los establecimientos judíos. A mediados del verano del 33, Hitler era dueño de Alemania.


Había usado consignas socialistas para llegar al poder, como nueva propaganda. Ahora que tenía el poder, las masas no le interesaban. Debía afianzar la confianza de los sectores financieros para no llevar a Alemania a la bancarrota y arriesgar su régimen. Necesitaba orden en el país. La revolución nazi era política y no económica. Hitler sabía que necesitaba contar con el ejército. La SA no eran más que una turba buena para combates callejeros, pero de escaso valor como ejército moderno.
El 4 de abril Hitler creó el Consejo de Defensa del Reich, para estimular un nuevo y secreto programa de rearme. Ya había conquistado Alemania, ahora le faltaba Europa. El Tercer Reich estaba aislado diplomáticamente e impotente en cuanto a fuerzas militares. El mundo había sentido repugnancia por los excesos nazis, especialmente contra los judíos. Alemania estaba sin amigos y desarmada en comparación con sus vecinos.
Los objetivos era, entonces, librarse de las amarras de Tratado de Versalles (sin provocar sanciones) y lograr el rearme sin arriesgarse a una guerra.
Primero había que confundir al adversario pregonando la paz y el desarme. El 17 de mayo de 1933 Hitler dio un discurso de la paz ante el Reichstag.
Fue una obra maestra de propaganda engañosa, que conmovió al pueblo alemán profundamente. Lo unificó tras su jefe, junto con causar una impresión favorable y profunda en el mundo exterior. El presidente Roosevelt había pedido el desarme y Hitler lo había aceptado. Decía que Alemania no quería guerra y no tenía la menor intención de germanizar a otros pueblos. El mundo estaba encantado, Hitler hablaba con mesura y claridad. Pedía un trato igual a otras naciones. El 14 de octubre a Alemania se le niega la igualdad de derechos por parte de otras potencias. Como consecuencia, se retira de la Conferencia de Desarme y de la Sociedad de las Naciones.
Hitler disolvió el Reichstag y anunció que sometería a plebiscito la retirada de Alemania de Conferencia de Ginebra. Desde ese momento el país intentaría rearmarse en franco desafío a cualquier tratado de desarme y al de Versalles. Se estaban produciendo violaciones al acuerdo. Las naciones aliadas no adivinaron lo que se estaba construyendo en Alemania. El 95% del pueblo aprobó la retirada. El 26 de enero de 1934 se anunció la firma de un pacto de no agresión, por 10 años, entre Alemania y Polonia. En un año en el poder de Hitler había terminado con la República de Weimar; había logrado la dictadura personal; destruido los partidos políticos, menos el nazi; borrado los gobiernos estatales y sus parlamentos; había unificado el Reich; destruido sindicatos; suprimido asociaciones democráticas; expulsado a judíos de la vida pública y profesional; abolido la libertad de palabra y de prensa y anulado la independencia de tribunales la política. Además, la economía y la cultura estaban bajo reglas nazis. Las SA contaban con 2 millones de hombres. Roehm quería que fueran la base del ejército. Hitler no quizo ofender a la oficialidad y rehusó la idea. Altos oficiales aceptaron a Hitler como sucesor de Hindenburg, que estaba a punto de morir, a cambio de que él calmara las ambiciones de Roehm y de reducir a la SA. El trato sellaba la dictadura verdaderamente suprema.
Comenzaron presiones para que los nazis suspendieran los ataques a iglesias, detenciones arbitrarias, persecución de judíos y las conductas arrogantes de sus tropas de asaltos. Se pedía que el terror organizado por ellos terminara. El 1 de abril, Himmler fue designado por Goering jefe de la Gestapo prusiana y comenzó a formar el imperio de la policía secreta exclusivo para él. El 14 de junio, Hitler fue a Venecia a conversar con Mussolini.
Von Papen habló públicamente de los excesos del régimen que él había ayudado a afianzar. Pedía restaurar las normas de decencia y las libertades. Hitler se enfureció. Von Papen habló directamente con él y le comunicó que estaba hablando también por el anciano Presidente. El Führer entonces, se preocupó. Sabía que Hindenburg estaba disgustado y pensaba declarar estado de sitio para entregarle el poder al ejército. Hitler habló con el Presidente, quien le confirmó el ultimátum.
Su plan peligraba, debía recuperar la confianza. Pensando que conspiraba contra él, Hitler mandó a matar a Roehm. También fue ejecutado Gregor Strasser, el secretario de Von Papen y el jefe de la acción católica. El mismo Von Papen fue arrestado en su domicilio. Este hecho se conoce con en nombre de "La noche de los cuchillos largos".
¿Cuántos murieron en esa purga? No se sabe exactamente. Hitler anunció el fusilamiento de 61 personas, diecinueve de ellos eran altos jefes de las SA. Para otros, en realidad murieron 401 personas, pero sólo identificaron a 116. En el juicio de Munich de 1957 se habló de más de mil. ¿Hubo realmente una conspiración contra Hitler? No hubo pruebas.
El 1 de julio la matanza estaba terminada. Hindenburg agradeció el fin de la alta traición. Se legalizó la carnicería como necesaria para la defensa del Estado. En lugar de la SA vino la SS, quedando Himmler a cargo. El 2 de agosto. Hindenburg murió, a los 87 años de edad. Los cargos de canciller y presidente recayeron en Hitler, además se convirtió en jefe de Estado y comandante de las FFAA. Es a partir de ese momento en que es llamado Führer y canciller del Reich. Su poder era ahora completo. Hizo jurar fidelidad a las FFAA hacia él y obediencia incondicional. Los oficiales lo reconocieron como máxima autoridad. El 19 de agosto, el 90% de los ciudadanos (más de 38 millones) votaron aprobando la conducta de Hitler al usurpar el poder completo. Tenía 45 años y estaba sólo en el principio.
Los alemanes ya estaban acostumbrados a las reglas de Hitler. La Gestapo acechaba y enviaba a campos de concentración a quienes se salían de la raya, judíos y comunistas. Pero el terror nazi de principios de año afectaba a pocos alemanes.
Ellos lo apoyaban con genuino entusiasmo, imbuidos de una nueva esperanza y fe en el futuro de la nación. Mientras tanto, Hitler rearmaba Alemania: cañones antes que mantequilla. En el otoño de 1936 el problema de los obreros sin trabajo fue resuelto. Todos tenían un nuevo puesto. El bienestar de la comunidad estaba por encima de las ganancias personales. Las teorías raciales de Hitler parecían un retroceso a vista de los extranjeros, pero para los alemanes eran populares. ¿Qué podían hacer contra la persecución de judíos? El Tercer Reich era abierto a extranjeros, los nazis no tenían nada que esconder. Se creó la tolerancia hacia esta nueva Alemania y los extranjeros que iban, creían ver realizaciones positivas.
En Berlín, durante 1936, se realizaron los Juegos Olímpicos. Los nazis impresionaron al mundo con los éxitos del Tercer Reich. La persecución de judíos se detuvo temporalmente. La organización de los juegos fue espectacular. Las leyes de Nuremberg del 15 de septiembre de 1935 privaban a los judíos de ciudadanía alemana, prohibían matrimonios judío-arios y relaciones extramaritales. Decretos suplementarios expulsarían de la ley, por completo, a los judíos.



En muchas ciudades ni siquiera podían comprar alimentos. Las puertas de las carnicerías, panaderías y lecherías lucían letreros con la leyenda no se admiten judíos. Las farmacias no les vendían remedios y los hoteles no los alojaban. Los nazis también comenzaron una guerra contra las iglesias cristianas. Algunos pasos que dieron contra la Iglesia Católica fueron la ley de esterilización; la disolución de la Liga Católica; el arresto de monjas y sacerdotes por inmorales o tráfico de divisas extranjeras y la prohibición de publicaciones católicas.


En la noche del 10 de mayo de 1933, unos veinte mil libros fueron quemados por estudiantes. Algunos de los autores eran Thomas Mann, Albert Einstein, Jack London, Helen Keller, Emile Zola y Proust. Quedaba prohibido cualquier libro que obre contra el futuro alemán, la patria y las fuerzas impulsoras del pueblo.
Se comenzó a reglamentar la cultura. El Reich debía determinar las líneas de progreso mental y espiritual. Se establecieron siete subcámaras para la guía e inspección de todas las esferas de la vida cultural. Los judíos fueron desterrados de las orquestas y prohibida la música de Mendelssohn porque era de esa raza. Goebbels, ministro de propaganda, daba todos los días instrucciones a los diarios y corresponsales sobre qué noticias publicar y cuáles suprimir, cómo redactarlas e, incluso, los titulares. La ley de prensa del Tercer Reich decía que los directores debían ser arios, limpios, alemanes y no estar casados con judías.
Tenían el control total de la prensa. La radio y el cine también estaban acorralados para servir la causa nazi. El Tercer Reich también controlaba la educación. La instrucción era espartana, política y marcial. Había servicio laboral obligatorio y luego servicio militar. La idea era coger a la juventud.
Centros escolares fueron nazificados. "Mi Lucha" fue declarado órgano oficial de educación, mientras a los judíos se les prohibía enseñar.
El ministro de educación del Reich nombraba a los rectores. Se falseó la historia y se enseñó ciencias racistas. De los 6 a los 10 años, los niños debían hacer un aprendizaje para las juventudes hitlerianas.
A los 10 años, después de aprobar ejercicios de atletismo, prácticas de campamento y de historia nazificada, pasaban a las juventudes donde juraban lealtad al Führer hasta dar la vida por él.
A los 14 años ingresaban a la juventud propiamente tal, hasta los 18 años. Luego venía el servicio al trabajo y al ejército. Había una vasta organización. También para las muchachas. Tenían uniformes, les daban instrucciones y hacían marchas donde las adoctrinaban. Las mujeres debían ser madres saludables de hijos igualmente sanos.
Existía la BDM (Bund deutscher maedel). Eran muchachas de 18 a 21 años que hacían un año de servicio en granjas. A fines de 1938, las juventudes hitlerianas tenían siete millones 700 mil afiliados. En marzo de 1939 se dictó una ley que obligaba enrolarse.
Las juventudes eran educadas para tener cuerpos sanos y fuertes; fe en el futuro de la patria y en ellos mismos; además de un sentido de hermandad y camaradería. La dictadura nazi no se atrevió a suprimir las inmensas propiedades feudales, pero hizo programas agrícolas que estimulaban al campesino.
Se redujo la cesantía; la producción nacional subió en un 102% entre 1932 y 1937, mientras la renta nacional fue duplicada. Estimuló el trabajo por medio de grandes obras públicas y apoyó a la empresa privada. La base de la recuperación alemana fue el rearme. Era una economía de guerra, movilizada para ella. La industria pesada se benefició con estas acciones.
Los obreros no tenían derecho a huelga, ni a sindicatos. Por lo tanto, eran siervos industriales a quienes les fijaba el salario. Las leyes restringían, además, la posibilidad del obrero para cambiarse de trabajo.
En 1938 la ley instituyó el reclutamiento para el trabajo. Obligaba a trabajar donde el estado determinara. La fuerza de la alegría era la forma en que se trataba de controlar esparcimiento de los obreros. Se organizaron clubes y viajes de excursión a los Alpes bávaros. Se controlaban hasta los deportes.
Hitler era la ley. Goering dijo a los fiscales, que las normas y la voluntad del Führer eran lo mismo. Con el tiempo se estableció el temido tribunal del pueblo. La Gestapo también era ley, la policía secreta del Estado. Primero fue un instrumento personal de Goering para infundir temor, detener y asesinar a los adversarios del régimen. En 1934, el mismo Goering nombró a Himmler lugarteniente de la Gestapo. Las órdenes y las acciones de esta policía no estaban sometidas a revisión judicial.
Los primeros campos de concentración brotaron como hongos durante el primer año de gobierno nazi. A finales de 1933 habían unos 50. Se arrestaba para custodia protectora. A principios del régimen nazi había entre 20 y 30 mil presos. Luego serían millones. El 16 de junio de 1936 se estableció una policía unificada para todo el Reich, con Himmler al frente. El Tercer Reich había llegado a ser un estado policíaco. El 25 de julio de 1934 los nazis asesinaron al canciller austríaco Dollfuss, en Viena. Por radio se informó que había dimitido, pero la sublevación nazi fracasó. Hitler perseguía incansablemente su programa de rehacer las fuerzas armadas y procurarles armamentos. El ejército debía triplicarse en un año.
Goering fue nombrado ministro de aviación, debía organizar esa fuerza. Puso a trabajar a los fabricantes en diseño de aviones de guerra. Comenzó el entrenamiento de pilotos militares. La fabrica Krupp de cañones, tampoco estaba ociosa.
Alemania debía autoabastecerse de gasolina y de caucho. Hitler promulgó la ley de servicio militar obligatorio. Con el renacimiento del ejército alemán moría el Tratado de Versalles. Los países de Europa comenzaron a enviar mensajes a Hitler por la paz.
El Führer proclamó que Alemania no tenía la intención de conquistar otros pueblos. Había dicho, tabién, que no competiría navalmente con el poderío británico. El gobierno inglés creyó sus palabras. Se le concedió permiso para construir una armada, cuyo tamaño llegara a un tercio de la británica. Se le daba, por lo tanto, rienda suelta para proceder lo más rápido posible. Los astilleros trabajaban a toda máquina. Fue una inyección de ánimo a la industria del acero.
También se autorizó la construcción de submarinos, cruceros y destructores. En resumen, se pasó por alto el tratado. Cuando Alemania ocupó Renania, los franceses vacilaron y los aliados se mantuvieron en calma. Aunque superiores, no quisieron arriesgarse a una guerra. Seguían creyendo las palabras de paz de Hitler. La victoria del Rhin fortaleció su popularidad y poder, a pesar de lo pequeña que era la operación.
Los hechos se sucedían rápidamente. El 11 de julio de 1936, un acuerdo ratificaba el reconocimiento alemán de soberanía austríaca y prometía la no intervención. El canciller de esa nación, entonces, acordó libertar a los presos políticos nazis. Mientras, el 2 de mayo de ese año Mussolini había ocupado Albisinia y el 16 de julio estallaba la guerra civil española. Hitler tomó decisión de apoyar militarmente a Franco. La ayuda fue considerable, pero menos que la italiana. El 21 de octubre se firmó un protocolo secreto que unía a Roma y Berlín en una conducta común en lo relativo a la política exterior. El 25 de noviembre firmó pacto con Japón, según el cual se unían para defender la civilización occidental. Además, tenía protocolo secreto contra Rusia.
En 1937, Hitler fue al Reichstag para proclamar la retirada de la firma alemana del Tratado de Versalles (en realidad el tratado ya estaba muerto). Aprovechó y dio un informe de su gestión en los 4 años que llevaba en el poder: se abolió el paro obrero, se había creado un alza en los negocios, construido un ejército, una flota y fuerzas aéreas. Francia y Gran Bretaña no habían hecho nada para detener a Hitler. En poco tiempo, Alemania se había preparado para la guerra. Ese año, el país se dedicó a buscar la consolidación y a preparase para alcanzar sus objetivos. Fue un año dedicado a la fundición de armas, instrucción de tropas, experimentación de la nueva fuerza aérea, acumulación de sucedáneos del caucho y de gasolina, junto a la consolidación del eje Roma-Berlín.
El 24 de junio de 1937 el mariscal de campo, Blomberg, dio directrices secretas: Alemania no debía temer un ataque, pero tenía que estar preparada, porque los sistemas políticos son cambiantes. Los casos de posibles guerras eran en el oeste y el sudeste.
El 5 de noviembre de 1937, Hitler había afirmado su irrevocable decisión de ir a la guerra. Iba a usar las Fuerzas Armadas contra Austria y Checoslovaquia, aunque le significara un conflicto contra Gran Bretaña y Francia. Los comandantes desaprobaban la idea, pero el Führer los sacó del medio. Cayó el ministro Blomberg y luego el general Von Fritsch por medio de conjura de la Gestapo. Hitler, así, había destituido a los hombres de más alto cargo del ejército. Para el 4 de febrero de 1938, el gabinete alemán celebró su última reunión. Hitler se hizo cargo personalmente de las Fuerzas Armadas y abolió el Ministerio de Guerra. Creó el alto mando, con lo que el ejército, la marina y la fuerza aérea quedaban subordinadas. Goering fue nombrado mariscal de campo. Dieciséis generales, por último, fueron relevados de su mando y sacó al ministro de Relaciones Exteriores. Ese día, además,ocurrió un hito en la historia del Tercer Reich. Los últimos conservadores que se oponían al camino de Hitler fueron abatidos. La política exterior, económica y militar quedó concentrada en sus manos. También las Fuerzas Armadas.
Hitler, luego, hizo un ultimátum a Austria para que en una semana entregara el gobierno a los nazis. Si no lo hacía, invadiría . Ante tal amenaza, el presidente austríaco cedió. El 20 de febrero del mismo año, Hitler dio un discurso donde advirtió que Austria y Checoslovaquia serían alemanas. El 10 de marzo decidió la ocupación de su país natal. El canciller austríaco dimitió. Mientras, Gran Bretaña y Francia no adoptaron ninguna medida. El Füherer había previsto esta inmovilidad.




El 12 de marzo las tropas alemanas entraban por raudales en Austria. Pronto caería Checoslovaquia. Hitler se puso en camino a su país, donde recibió una bienvenida tumultuosa y mandó a hacer una ley que lo proclamaba presidente. Austria era, ahora, una provincia del Reich. Detuvieron a 79 mil personas que no eran de fiar.
Dijo al pueblo: "no hemos venido como tiranos sino como libertadores".
Miles de judíos fueron arrestados, encarcelados y sus posesiones confiscadas o robadas. Tal vez la mitad de los ellos, unos 90 mil, compró su libertad para huir entregando a los nazis lo que poseían. Comenzó, con esto, el lucrativo negocio de la libertad humana. Lo llevó a cabo una organización llamada Oficina para la Emigración Judía, única agencia nazi autorizada para expedir permisos a los judíos que querían irse del país. Se convirtió en agencia de exterminación y organizó una matanza de más de cuatro millones de personas.



Al anexar Austria, Hitler había añadido 7 millones de subordinados al Tercer Reich. Faltaba ahora el ataque sorpresa a Checoslovaquia. Éste era un país de minorías. La orden de Hitler era derrocar al Estado checo, apoderarse del país y someter a sus habitantes al mando del Tercer Reich. Londres, París, Praga y Moscú creyeron que Europa se encontraba cerca de la guerra. Los checos ordenaron la movilización de tropas. Gran Bretaña, Francia y Rusia mostraron firmeza y unidad. Los checos no estaban dispuestos a sucumbir sin defenderse. Pero la movilización checa enfureció al Führer. Los alemanes sufrieron la presión diplomática y Hitler gritó a sus seguidores que Checoslovaquia sería borrada del mapa. ¡Es mi terminante voluntad!, destacó. Había tomado la decisión para el 1 de octubre, aunque el alto mando se opusiera.
El movimiento de resistencia alemán fue reducido y débil. Tenían pocos partidarios. Algunos conspiradores tenían planificado apoderarse de Hitler cuando lanzara la orden de atacar Checoslovaquia y conducirlo a un tribunal del pueblo. Querían acusarlo de intentar arrojar a Alemania a una guerra.
Los principales conspiradores eran los generales Halder y Beck. Hitler dijo al canciller inglés que quería a los tres millones de alemanes que vivían en Checoslovaquia. Los británicos y franceses, que no querían la guerra, se pusieron de acuerdo en proposiciones conjuntas que los checos debían aceptar. Todos los territorios sudestes en los que la población alemana era de 50% o más, serían entregados a Alemania. Así, se aseguraría el mantenimiento de la paz y seguridad de los intereses checos. Los cancilleres británicos y franceses les dijeron que si se negaban, no se preocuparían más del futuro de ese país. Checoslovaquia debía, entonces, luchar sola y el Presidente se rindió.
El 21 de septiembre el gobierno checo capituló y aceptó el plan. No había alternativa, serían abandonados. Hitler insistió en la ocupación de territorios el 1 de octubre. El verdadero objetivo era destruir el país con una intervención militar. El 28 de septiembre la guerra parecía inevitable. Para el general Halder, había llegado el momento del complot contra Hitler. El Führer estaba en Berlín y había fijado la fecha del ataque para el 30 de septiembre. En ese momento, el primer ministro británico logró la paz por medio del acuerdo de Munich.
Los conspiradores se frenaron porque el peligro de la guerra había desaparecido. Un arreglo final, el 28 de noviembre de 1938, obligó a los checos a ceder a Alemania 28.600 kms2 de territorio.





EL INICIO DE LA GUERRA




El 1 de septiembre de 1939, las tropas alemanas invaden Polonia. El 3 de septiembre, Gran Bretaña y Francia, que no habían reaccionado a raíz de la anexión de Austria y que, en la Conferencia de Múnich, el 30 de septiembre de 1938, habían consentido un primer desmembramiento de Checoslovaquia, declaran la guerra a Alemania.
En Italia, Mussolini, de acuerdo con Hitler, declara el estado de no-beligerancia; Estados Unidos proclama su neutralidad; la Unión Soviética y Japón firman un pacto de no-agresión; la Commonwealth se alinea al lado de Gran Bretaña.
El 5 de octubre de 1939 el ejército alemán marchaba sobre las calles de Varsovia. La nación estaba condenada. Su caballería no podía hacer nada contra los tanques alemanes. Los bombarderos destruyeron el sistema de transporte de Polonia, derribaron su pequeña Fuerza Aérea y aterrorizaron a las ciudades. Cracovia cayó el 6 de septiembre. En tres semanas, Polonia es puesta fuera de combate por la infantería y los ejércitos blindados alemanes en combinación con el uso masivo de la artillería y aviación. Es la guerra relámpago o blitzkrieg.
Cuando la lucha casi había terminado llegaron del este los soviéticos. El gobierno polaco huyó al exilio. De un millón de soldados polacos, 700 mil fueron hechos prisioneros y 80 mil habían huido del país. Las fuerzas de expedición alemana eran de un millón y medio de soldados y sólo fueron dados de baja 45 mil.
La Segunda Guerra involucró a todo el mundo. India contribuyó con 2 millones de soldados, Canadá también mandó hombres y su armada.
Stalin decidió apostar soldados en Finlandia para evitar que Hitler tratara de llegar a Stalingrado a través de ese país. Muchos soldados soviéticos murieron congelados. En febrero de 1940, Stalin lo intentó de nuevo. El 12 de marzo, Finlandia firmó un tratado de paz por el que cedía un décimo de su territorio a la URSS.
Alemania empezó la batalla del Atlántico, la campaña más amplia de la guerra. El 3 de septiembre de 1939 un submarino torpedeó al trasatlántico británico Athenia, matando a 112 pasajeros. La flota alemana aterrorizó a los aliados desde Islandia a Sudáfrica.
Mientras EEUU, en 1939, que proporcionaba armamento a Gran Bretaña y Francia, logró mantener al ejército fuera de la guerra hasta el ataque japonés a Pearl Harbor. Alemania estaba mejor preparada para la guerra que ningún otro país en el mundo. Hitler había encabezado un programa de rearme que duró 5 años. Multiplicó la producción y el empleo público, acabó el paro y ganó la gratitud de la gente. La invasión a Polonia fue revolucionaria y los aliados vieron que el enemigo era fuerte. Las fuerzas alemanas eran superiores en entrenamiento, disciplina y espíritu guerrero de soldados.
Suiza permaneció neutral siguiendo su política desde 1648. Fue la única democracia que sobrevivió. Durante la guerra, 400 mil refugiados se trasladaron a Suiza o la cruzaron. En 1939 los nazis reimplantaron los guetos, allí estaban confinados los judíos y fueron establecidos en Polonia. Las entradas eran vigiladas al igual que los movimientos. Las condiciones de vida eran denigrantes: Trece personas por habitación y era habitual morir lentamente de hambre. Las madres ocultaban la muerte de sus hijos para obtener la ración de comida que les tocaba.


Los que habían sobrevivido al hambre y las enfermedades fueron enviados a los campos de la muerte: Auschwitz, Bergen Belsen, Treblinka y Majdanek. El 7 de diciembre de 1941 Japón atacó Pearl Harbor y EEUU se unió a los aliados para combatir no sólo a Japón sino a las potencias del eje. Dos años más tarde, el Tercer Reich era el imperio europeo más extenso desde los tiempos de Roma. Alemania tenía el sector industrial coordinado a la perfección, un arsenal de armamentos y aviones modernos, junto a grupos de generales con sentido de estrategia aprendido de la derrota.
Tras esto, había un hombre de ideas fanáticas, perspicacia política y magnetismo personal. Hitler estaba lleno de obsesiones. Para una nación militarmente humillada y económicamente arruinada, él ofrecía elitismo basado en nociones maníacas de raza y visión de la vida como una guerra.
Los nazis exprimieron Europa hasta el hambre, organizaron los campos de la muerte, pero falló en el aprovisionamiento de sus Fuerzas Armadas.
La ideología nazi era irracional, como Hitler. Mezclaba un optimismo maniático con una paranoia enfermiza. Dirigió en persona las operaciones militares.

Cronología:

1940


1941


1942


1943


1944 - 1945


1940
En 1940, siguiendo el ejemplo de Hitler, Mussolini llevó su pueblo a la guerra contra Polonia y Francia. La URSS fue el más despreciado enemigo de Hitler, el país que más sufrió en la guerra. En 1943 detuvieron el avance alemán a Stalingrado e iniciaron un contraataque destinado a acabar en las ruinas de Berlín. El vasto territorio ruso, la enorme población y los inviernos asesinos hacían muy difícil conquistar Rusia. Los rusos resistieron heroicamente. Muchos seguidores de Stalin estaban dispuestos a morir por la revolución.
Durante la Segunda Guerra los ingleses perdieron el dominio de su imperio, pero salvaron su honor. Lucharon solos, por meses, soportando bombardeos y penurias extremas, mientras Hitler consumía Europa.
Hitler veía a Estados Unidos como la patria de los mediocres, filisteos sin autenticidad, sin historia, incapaces de ideales o grandeza. El desprecio enfermizo por la potencia norteamericana fue el factor más decisivo de su caída. Estados Unidos estaba protegido por dos mares, era dueño de grandes recursos y no dependía tecnológicamente de nadie. Esto le dio la ventaja necesaria para vencer. EE.UU se convirtió en la potencia más letal del mundo con el bombardeo atómico, pero la victoria la convirtió en la más brillante.
En 1940 fue la invasión nazi a Francia y a los países bajos. Los ingleses rescataron a trescientos mil soldados del puerto francés de Dunkerque. Hitler suspendió el ataque y Churchill prometió no rendirse. En marzo de 1940 Mussolini quería la guerra pero su pueblo no. Se juntó con Hitler y prometió soldados para el ataque a Francia. El 10 de junio le declaró la guerra a los aliados.
Después de la invasión polaca, Hitler esperó 7 meses para su próximo movimiento.
El 9 de abril de 1940 llegó a Noruega, lo sometieron en dos meses. Luego cayó Dinamarca.
El rey y los ministros se escondieron en montañas nevadas, luego escaparon a Londres. Alemania había ganado una fuente inagotable de minerales y bases desde donde atacar a Gran Bretaña.
Líderes franceses y británicos cayeron. Nacieron nuevos gobiernos, encabezados por Paul Reynaud y Winston Churchill. Cuando los alemanes atacaron Francia, Reynaud fue enviado a los campos de concentración nazi. Churchill se convirtió en el máximo exponente británico de la intransigencia contra Hitler. Fue símbolo de la determinación británica. Alemania tomaba Luxemburgo, Bélgica y Holanda.


El 2 de mayo de 1940 tanques alemanes entraron a Francia. La organización de defensa era pésima y los alemanes tenían más aviones. El 3 de junio, doscientos aviones bombardearon París. Once días después los nazis entraron a la capital sin resistencia, marchando por los Campos Elíseos. El 16 de junio, Reynaud fue sustituido por el mariscal Henri Petain. El 22 firmó un armisticio. Parte del norte y del oeste francés eran zonas ocupadas. Petain trasladó la capital a Vichy y rompió relaciones con los británicos. Convirtió a la Francia ocupada en una dictadura fascista. De Gaulle, que había huido a Londres, fundó el movimiento Francia Libre, con exiliados y habitantes de colonias francesas que ayudaron a los aliados.


La armada británica y la barrera natural del canal de la Mancha protegieron a Gran Bretaña de la guerra relámpago. Hitler sabía que tenía que destruir la RAF(Real Fuerza Aérea) antes de invadir por mar. La aviación alemana intensificó la campaña a principios de agosto con incursiones diarias. Desplegaron mil 300 bombarderos y mil 200 cazas, pero los aviones alemanes estaban poco armados. Los cazas germanos operaban al límite de su alcance y las modernas estaciones de radar británicas impedían que el enemigo atacara por sorpresa.
El 28 de agosto, los británicos sorprendieron a los alemanes y atacaron Berlín. Era el primer ataque a la capital. Hitler contraatacó temerariamente bombardeando centros de población: Londres, Liverpool, Coventry, incluso fue alcanzado el Palacio de Buckingham.
En septiembre, Alemania había perdido muchos aviones y Hitler aplazó la invasión por mar. Pero intensificó los bombardeos con la esperanza de que Gran Bretaña se rindiera. Así continuaron hasta junio de 1941, cuando la fuerza aérea alemana fue necesaria en Rusia.
En agosto de 1940, la URSS se anexó 3 pequeñas naciones: Lituania, Estonia y Letonia. Desde mediados de ese año, los norteamericanos estaban dispuestos a ayudar a las víctimas de la agresión nazi. En septiembre, le prestó a Churchill cincuenta destructores antiguos a cambio del derecho a construir bases militares en posesiones británicas del hemisferio occidental.
Luego, estableció el servicio militar obligatorio como medida defensiva. Roosevelt salió reelegido.
Tras la invasión de Hitler, más de veinte mil judíos que vivían en Bélgica, Francia y Holanda escaparon a Suiza, España y Portugal, con la ayuda de ciudadanos solidarios que les daban documentos falsos y protección para llegar a países neutrales.
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1941



En 1941, el 7 de diciembre, Estados Unidos fue atacado en Pearl Harbor por fuerzas navales y aéreas japonesas. El Congreso declaró la guerra a Japón. El ataque sorpresa del almirante Yamamoto resultó efectivo. Simultáneamente, los japoneses atacaron a los británicos en Malasia y Hong Kong e instalaciones americanas en Filipinas y Guam. El 8 de diciembre, el Pacífico estalló por la acción japonesa.
Los líderes nipones creían que la guerra estaba por terminar. Gran Bretaña y EEUU no podrían resistir la voluntad militar de Japón. Hitler estaba de acuerdo: ahora no es posible perder la guerra, tenemos un aliado que no ha sido vencido en 3 mil años.



El acorazado USS Arizona después de recibir el impacto de una bomba, esto causó explosiones masivas matando a 1.104 hombres. Apagando las llamas en el acorazado USS West Virginia, que sobrevivió al ataque y luego seria reconstruido.
El 11 de diciembre, Hitler declaró la guerra a Estados Unidos.También lo hizo Italia. Gran Bretaña se la declaró a Japón.
Con EEUU en la lucha, el panorama de los aliados mejoró. El ejército alemán fue en ayuda del italiano ante las derrotas en África. Rommel fue enviado a ese continente con órdenes de mantener posiciones contra los británicos. Fue ambicioso y logró avanzar.
En abril los alemanes tomaron Grecia y Yugoslavia. Los defensores británicos no pudieron hacer nada. Roosevelt firmó en agosto el tratado del Atlántico con Churchill. Era un pacto de paz que abogaba por la autodeterminación de todos los pueblos y prometía la destrucción de la tiranía nazi. En mayo de 1941, Hess, secretario de Hitler, fue a Escocia en misión de paz, decidida por sí mismo. El gobierno alemán declaró que estaba loco y los británicos lo encarcelaron. En junio Roosevelt y Churchill le avisaron a Stalin que Hitler planificaba asaltar Rusia. Cuando comenzó el ataque, la relación británico-rusa cambió. Se comprometieron a no firmar la paz separadamente con Alemania. Además, juntos invadieron Irán. Británicos y americanos suministraron ayuda a Rusia.
El 22 de junio de 1941, tres millones de soldados alemanes atacaron la URSS a lo largo de un frente de 2800 kms. El ejército era el más grande del mundo con cuatro millones de hombres activos y tres millones en reserva. Pero tenían problemas: aviones obsoletos y dirección militar débil. A pesar de las advertencias aliadas, Stalin no había movilizado sus tropas.


Hitler esperaba conquistar Rusia en dos meses, pero los soviéticos resistieron con tenacidad. Los invasores mataban sin piedad. Comenzaron las primeras matanzas masivas de judíos. Los escuadrones fusilaron a cientos de hombres, mujeres y niños.
Las atrocidades y el asedio a Leningrado incitaron a los rusos para pelear más tenazmente. Comenzó el invierno más duro en diez años. La nieve y la temperatura inmovilizaron a los vehículos alemanes y se congelaron los soldados. En diciembre los rusos contraatacaron, obligando a los germanos a retroceder.
Todas las naciones latinoamericanas se unieron a los aliados y al finalizar la guerra, refugiados nazis se instalaron en varios de estos países.
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1942
Durante la primavera de 1942, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y Japón libraron dos batallas épicas que cambiaron el curso de la Segunda Guerra. Victorias en el mar de Coral y de Midway dieron ventaja a los aliados en el Pacífico. Ese mismo año los japoneses arrollaron el sudeste asiático. Durante el respiro alemán en cielos británicos, Gran Bretaña había fortalecido sus defensas aéreas y escuadrones de bombarderos.
En abril de 1942, EEUU bombardeó Tokio en venganza por Pearl Harbor. Dieciséis aviones atacaron y ninguno volvió.
El 20 de enero de 1942, los altos mandos nazis se reunieron para discutir la solución final al problema judío. El genocidio no había sido organizado bien. Los grupos de trabajo mataban a miles de judíos en Polonia y la URSS, pero se necesitaba gran cantidad de hombres y municiones. Los soldados sufrían ataques de nervios.
La mayoría de los judíos habían sido enviados a guetos o a campos de concentración, pero no estaba decidido el destino final. Se resolvió mandarlos a todos hacia los campos en países del este, los sanos serían esclavizados. Se necesitaba obreros para la guerra. Además, implicaba que muchos desaparecerían por causas naturales. Pronto, los judíos y otros indeseables morirían en cámaras de gas en los campos. Tres mil judíos murieron en esos lugares.
Durante 1942, las tropas de Rommel en África fueron presionadas.


El 27 de mayo de 1942, tres combatientes de la resistencia checa atacaron con una bomba a Heydrich, segundo SS, en Praga. Se produjeron represalias alemanas: asesinaron a varios centenares de judíos y allanaron hogares matando a familias enteras acusadas de colaborar con los asesinos. El 9 de junio, todos los hombres de Lídice mayores de quince años fueron arrestados y ejecutados en grupos de a diez. Mujeres y niños fueron enviados a campos de concentración. Mientras, en Francia, Petain construyó el régimen de Vichy según directrices fascistas. Promulgó leyes antisemitas y encarceló disidentes. En julio, trece mil mujeres y niños judíos fueron reunidos en un estadio deportivo de París en espera del destino final.
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1943
En enero, cincuenta alemanes fueron asesinados en el gueto de Varsovia, mientras arrestaban a las víctimas para enviarlos a campos de concentración. Murieron mil judíos. El 19 de abril, llegaron dos mil soldados alemanes para deportar a sesenta mil judíos que quedaban en el gueto. Algunos combatientes resistieron durante semanas y lograron matar a unos cientos de nazis. El 8 de mayo se rindieron, la mayoría fueron asesinados o traicionados. El gueto fue extinguido.
Este año, Hitler intentó una contraofensiva en Rusia, pero los soviéticos resistieron. El Führer ordenó el alto al fuego el 17 de julio pero los soviéticos siguieron presionando. El 7 de mayo, el general Alexander comunicaba que había cesado toda resistencia al norte de África. Dos días después, los alemanes se rindieron. Cuando Rommel pidió a Hitler que dejara África, éste lo relevó.
Los aliados invadieron Italia en julio de 1943. Cien mil soldados del eje habían escapado. Mussolini acababa de ser depuesto. Los comandos nazis rescataron a los alemanes y pusieron resistencia a los aliados en Italia. A finales de año, De Gaulle tomó el liderazgo de la resistencia francesa contra los alemanes. Este año Gran Bretaña dirigió tropas en Birmania tras los japoneses y Checoslovaquia firma un pacto con Rusia contra Alemania. Así se convertirían en aliados de post guerra. Sin darse cuenta el país invadido por los nazis se convirtió en el primer ladrillo de un muro que los soviéticos levantarían entre ellos y occidente. Einsehower, comandante de las fuerzas americanas en Europa, comenzó en diciembre de 1943 a planear la invasión de Normandía. También obtuvo triunfos en África, Sicilia e Italia. Después que EEUU entró en la guerra, Hitler tomó el mando militar en persona. Tomaba decisiones irracionales. Ordenó a sus soldados resistir al ataque soviético de más de cinco millones de soldados. Fueron aplastados. En el verano y el otoño del 43, los ataques aliados mataron a cuarenta mil personas en los bombardeos de Ruhr, Hamburgo y Berlín.
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1944 - 1945

El día D fue la mayor invasión marítima de la historia. Participaron dos mil barcos, cuatro mil lanchas y once mil aviones.
Soldados aliados cruzaban el canal de la Mancha hacia Normandía el 6 de junio de 1944. La operación era reconquistar el norte de Europa tras cuatro años de dominio nazi. A las 6:30 am., ciento cincuenta mil hombres (entre soldados americanos, británicos y canadienses, bajo las órdenes de Montgomery) empezaron a abarrotar las playas. Cuando comenzó el ataque, Hitler pensó que era un simulacro y retuvo fuerzas para el ataque real. Los invasores se repartieron rápidamente, casi no encontraron resistencia.
A mediados de agosto, los aliados ya tenían Normandía y atravesaban Francia. El aparato de guerra nazi comenzaba a fallar. A mediados del 44 ,la ofensiva aérea de los aliados había conseguido minar la producción alemana de aviones y combustible, en contraste con los británicos que producían gran cantidad de aeroplanos.
Los alemanes desarrollaron armas secretas: las bombas volantes. La primera fue la V-1, que alcanzaron a Gran Bretaña en junio. Lograron matar a más de cinco mil personas. En julio, un grupo de oficiales y civiles alemanes, consternados por las derrotas en el campo de batalla y por las atrocidades cometidas, intentaron dar un golpe. Pusieron una bomba en el cuartel de Hitler en Prusia, donde resultó herido levemente. Los ocho golpistas fueron estrangulados y colgados en ganchos de carne. Otras cinco mil personas fueron ejecutadas. La segunda arma secreta fue la V-2. En Septiembre de 1944, los alemanes lanzaron la primera V-2.



Rommel, el héroe de África, se suicidó y Hitler ya no confiaba en nadie. La URSS venció a los alemanes en 1944. Se liberó Leningrado. En mayo, Hitler ordenó la retirada de Rusia. Los soviéticos persiguieron a los alemanes y tomaron Albania. El 19 de agosto estalló en París un alzamiento armado. Hitler ordenó quemar la ciudad, pero el comandante de la guarnición desobedeció. El 25 de agosto, se rindió al general Leclerc. Tras cuatro años de ocupación, París era libre. Horas después, de Gaulle era aclamado, su comité de liberación nacional se había autoproclamado gobierno provisional de Francia. La República no ha dejado de existir, dijo.




Acusaron y juzgaron a los colaboracionistas de alemanes. Nueve mil ciudadanos fueron ejecutados por sumario y setecientas tras un juicio. La traición fue castigada.
El 5 de junio, los aliados entraron a Roma. Las multitudes aclamaron a los soldados. Florencia permaneció bajo el dominio alemán hasta agosto. Durante cinco años de ocupación alemana, se asesinó al veinte por ciento de la población polaca. A finales de julio de 1944 las fuerzas soviéticas llegaron a las afueras de Varsovia. El 1 de agosto, el ejército rebelde polaco se rebeló contra los alemanes. A los pocos días habían recuperado la ciudad. El ejército rojo se detuvo y los alemanes atacaron Varsovia. Los polacos resistieron sesenta y tres días antes de rendirse. Doscientos mil habitantes murieron, la ciudad estaba en ruinas.
El 18 de octubre, Hitler ordenó el reclutamiento de todos los hombres sanos entre 16 y 60 años. En diciembre lanzó una ofensiva masiva. Invadió Luxemburgo y Bélgica, rodeando a divisiones americanas. El 23 de diciembre, miles de aviones aliados bombardearon a los soldados alemanes y sus vías de suministro. Patton liberó Bastogne.
El 3 de enero del 45, las fuerzas aliadas en tierra contraatacaron. Cinco días después, los alemanes congelados y tristes se retiraron. Murieron ciento veinte mil. En otro frente, el 20 de octubre de 1944, cien mil soldados norteamericanos desembarcaron en la Isla Filipina para establecer una base desde donde recuperar todo ese país. La batalla de tres días fue el mayor encuentro naval de la historia. Japón perdió 36 barcos y la batalla terminó con la armada imperial. En esta ocasión aparecieron los ataques kamikaze, pilotos suicidas que intentaban hundir los barcos estrellándose contra ellos. El 3 de marzo cayó Manila. Los japoneses perdían las Filipinas y, en febrero, las islas Marshall. En abril, los aliados desembarcaban en Nueva Guinea. En junio, los norteamericanos invadieron Saipan, islas Marinas. Guam cayó en agosto.
Los alemanes ocuparon Hungría en marzo de 1944. Seis años antes, las autoridades húngaras se negaron a deportar judíos a los campos de concentración. Los nazis pusieron entonces un gobierno títere y los judíos de Hungría fueron despojados de sus propiedades, obligados a llevar la estrella amarilla y condenados a guetos antes de ser enviados a campos de concentración. Cuatrocientos treinta y cuatro mil judíos fueron llevados a Auschwitz, la mayoría terminó en la cámara de gas.
Cuando el ejército rojo invadió Hungría en 1945 y capturó a los soldados alemanes. De 750 mil judíos, habían sido asesinados 550 mil.
El 30 de abril de 1945, Hitler se suicida en su búnker en Berlín, invadido por las tropas rusas. El 7 de mayo en Reims, y al día siguiente en Berlín, generales alemanes firman la capitulación sin condiciones de todos los ejércitos del Reich Aleman.
La guerra aún continuaba en el Pacífico. El 6 de agosto, un bombardero estadounidense arroja sobre Hiroshima la primera bomba atómica de la Historia, que destruye por completo la ciudad y se lleva la vida de 250.000 seres humanos. El 9 de agosto, se arroja una segunda bomba atómica sobre Nagasaki. El 14 de agosto de 1945, el gobierno japonés se rinde incondicionalmente.





Costes y consecuencias de la guerra
Con la capitulación japonesa, el mundo inició una nueva etapa a la que llegaba con un espectacular cambio de panorama respecto a la situación de 1939. En 1945, el mundo tenía abiertas graves heridas, la posición de cada uno de los principales componentes de la comunidad internacional era distinta y ésta pretendía organizarse de acuerdo con reglas nuevas.
La cifra de muertos como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial no puede determinarse de forma absolutamente precisa pero es muy posible que llegase a alcanzar los 60 millones de personas, al menos cuatro veces más que el número de muertos producidos durante el conflicto de 1914-1918. Como es lógico, este balance debe ponerse en relación con la potencia destructiva de las armas y el carácter de guerra total que tuvo desde el mismo momento de su iniciación o en un momento inmediatamente posterior.
Si se examinan esas cifras contabilizándolas por naciones, el resultado puede parecer algo sorprendente porque alguno de los vencedores cuenta entre quienes más padecieron en el conflicto. La cifra de ciudadanos de la URSS muertos como consecuencia de la guerra se eleva a 20 millones de personas (y quizá incluso un 25% más) de los que tan sólo un tercio serían militares. Porcentualmente, esa cifra supondría al menos el 10% del total de los habitantes de la URSS, pero en el caso de Polonia los seis millones de muertos representan todavía una cifra muy superior, el 15%. En esos porcentajes se incluye la población judía de ambos países. El tercer lugar en el grado de sufrimiento producido por la guerra corresponde a Yugoslavia, cuyo número de muertos (de un millón y medio a dos) derivó de la existencia de una guerra civil en la que el componente étnico jugó un papel primordial.
Estos tres países pueden ser considerados entre aquellos que resultaron vencedores en la guerra. Los demás que se alinearon en ese mismo bando tuvieron un número mucho más reducido de muertos. Francia, ocupada en su totalidad por los alemanes, experimentó 600.000 muertos, mientras que Gran Bretaña sufrió 500.000 pérdidas. La gran diferencia respecto a los padecimientos de la Primera Guerra Mundial de estos dos países radica en el número de muertos civiles. Gran Bretaña, que no los tuvo en 1914-1918, ahora, en cambio, padeció unos 60.000 como consecuencia de los bombardeos. Del conjunto de los aliados, los Estados Unidos resultaron ser los mejores parados, con 300.000 muertos, todos ellos militares.
De los países vencidos en la contienda, el mayor número de muertos le correspondió a Alemania, con algo menos de cinco millones. El peso del Ejército en este número de bajas se aprecia en el hecho de que existió durante mucho tiempo un mayor número de mujeres que hombres en Alemania (todavía en 1960 existían 126 mujeres por cada 100 hombres). Dos millones de japoneses murieron como consecuencia de la guerra, una cifra inferior también en términos porcentuales. La población civil japonesa tan sólo padeció la guerra en los meses finales de la misma.
Las muertes producidas por la guerra constituyen tan sólo una parte de sus consecuencias. Como resultado de la misma hubo, principalmente en Europa, 30 millones de desplazados, un tercio de los cuales fueron alemanes que sufrieron de forma directa las consecuencias de la doctrina que les había llevado a lanzarse a una nueva expansión hacia el Este. Quienes habían expulsado a la población autóctona (por ejemplo, en los Sudetes checos) se vieron, a su vez, obligados a emigrar ahora. También una cifra elevada de japoneses pasó por idéntica experiencia. Ambos países descubrieron en la posguerra que podían lograr un lugar mucho más confortable en el mundo de la posguerra renunciando a la expansión territorial e intentando un desarrollo económico que resultaría espectacular en ambos casos.
Sin embargo, por el momento la situación en que se encontraron esos dos países no tenía nada de reconfortante porque la destrucción padecida fue muy superior a la que sufrieron los beligerantes durante la Primera Guerra Mundial. En Alemania, el nivel de producción industrial se retrotrajo a las cifras de 1860, mientras que en el Ruhr, la zona más castigada, quedó limitada al 12% de las cifras de la etapa prebélica. Japón sólo se vio afectado de manera decisiva por la guerra en su fase final pero la producción se redujo en un tercio. La Flota mercante quedó reducida a una dieciseisava parte del tonelaje de 1941. Un 40% de la superficie urbana quedó destruida, como consecuencia de los bombardeos norteamericanos, especialmente destructivos cuando las bombas se empleaban ante una frágil arquitectura como la existente en el archipiélago.
Pero las consecuencias de la guerra no fueron crueles solamente para los vencidos, sino también para los vencedores y ello en los más diversos terrenos. Francia, primero derrotada y luego vencedora, pudo considerar arruinadas aquellas instituciones que durante muchos años no sólo ella sino la totalidad del mundo había podido considerar como la ejemplificación señera de la libertad política. Al concluir la guerra, había muerto la Tercera República, cuyas instituciones necesitaban transfigurarse por completo para adaptarse a la realidad de un mundo nuevo. Gran Bretaña había sido quien, con su decisión durante el verano de 1940, consiguió detener el avance nazi en el momento mismo en que todo el mundo la consideraba derrotada. Nunca, sin embargo, recuperaría ni tan siquiera la sombra de su poder de otros tiempos. En los instantes finales de la guerra estaba en la ruina: su deuda equivalía al triple de la renta nacional anual y por vez primera en mucho tiempo carecía de partidas invisibles con las que compensar una balanza comercial deficitaria porque las había liquidado en los años precedentes. Poco tiempo pasaría hasta que se hiciera patente de forma abrumadora la necesidad de considerar inevitable la liquidación del Imperio.
Frente a la decadencia de estas dos potencias europeas, dos gigantes estaban destinados a dominar el mundo de la posguerra. Los Estados Unidos no representaban más que un 7% de la superficie del globo, pero producían tanto como el resto en conjunto. Incluso en aquellos sectores en los que con el paso del tiempo se demostraría su debilidad relativa (como el petrolífero) el porcentaje de su producción se acercaba a un tercio de la mundial. De este modo, el mundo posterior a 1945 tenía que ser el de la hegemonía norteamericana. También fue el mundo de la hegemonía soviética, aunque ésta en realidad fue mucho más aparente que real. En efecto, por grandes que fueran los temores a su expansión, lo cierto es que la URSS había padecido mucho más que el resto de los vencedores. Por otro lado, en esta guerra, la Unión Soviética perdió el monopolio de su condición de única potencia revolucionaria del mundo: aunque eso de momento pudo parecer no tan grave. Con el transcurso del tiempo, China (y, en menor grado, Yugoslavia) se convertirían en rivales, más que en colaboradores. La URSS, cuyo protagonismo en la guerra fue decisivo, salió de ella con una convicción en su capacidad de liderazgo e incluso con el convencimiento de que podría llegar a superar a su adversario capitalista. Sólo con el transcurso del tiempo acabaría descubriendo que podía competir en el terreno militar, pero que era incapaz de hacerlo en otros campos a la larga mucho más decisivos, como el económico y el tecnológico.
Por último, hay que tratar de los cambios territoriales que tuvieron lugar en el mundo como resultado de la guerra. Este conflicto, en efecto, supuso escasas modificaciones de las fronteras, en comparación con los de otros tiempos, aunque tuviera una repercusión mucho más duradera en la configuración global del mundo.
La última de las reuniones de los grandes líderes mundiales aliados tuvo lugar en Potsdam, durante la segunda quincena de julio de 1945, cuando estaba reciente la derrota de Alemania pero todavía se pensaba que la japonesa podía resultar remota. Estuvo presente Truman, sustituyendo a su predecesor Roosevelt, y, a la mitad de la conferencia, debió retirarse Churchill a quien, por decisión del elector británico, le era negado el poder de moldear el futuro, después de haber tenido tan decisivo protagonismo durante toda la contienda. Ya se ha mencionado la relevancia de esta reunión en lo que respecta a la intervención soviética contra Japón y al descubrimiento de la bomba atómica por los norteamericanos, que Stalin conocía ya. Pero Potsdam supuso también una solución a la cuestión decisiva para la posguerra, la de Alemania, que, sujeta a un tratado de paz posterior, quedó contenida en una fórmula definitiva. En efecto, se acordó hacer retroceder su frontera oriental hasta la línea marcada por los ríos Oder y Neisse y se toleró en la práctica que los soviéticos empezaran a aplicar, por su cuenta y riesgo, un plan de reparaciones sobre la parte que le había correspondido.
Lo primero supuso una emigración masiva hacia Occidente de millones de alemanes y ello, a su vez, trajo como consecuencia que se abandonara cualquier veleidad de convertir a Alemania en un país exclusivamente rural. El mantenimiento de la industria resultaba imprescindible para la subsistencia de la población, por mucho que la solución citada pudiese resultar tentadora. Por otro lado, los soviéticos se apoderaron de las fábricas de su zona de ocupación en el Este de Alemania y, en muchos casos, las trasladaron a su propio país. La ausencia de sintonía entre las potencias democráticas y los soviéticos hizo imposible un acuerdo definitivo en éste y otros muchos puntos, por lo que los acuerdos sólo pudieron ser parciales, provisionales o incompletos. Se previó la existencia de una conferencia de ministros de Asuntos Exteriores, que se reunió en Moscú en 1945 y en Nueva York en 1946. En la capital francesa se suscribieron los tratados de paz relativos al Este de Europa e Italia, mientras que hubo que esperar hasta 1951 para que en San Francisco se firmaran los relativos al Japón, momento en que ya no estuvieron presentes los nuevos países comunistas.
Los cambios territoriales en la Europa Oriental resultaron relativamente modestos, aunque ratificaron e incrementaron las ventajas que la Unión Soviética había logrado por los acuerdos con Hitler de 1939. Basta decir que la URSS obtuvo el Norte de la Prusia Oriental (que le proporcionaba una salida al Báltico), la Carelia finlandesa, la zona de Petsamo (que le aportaba una frontera con Noruega) y una base temporal (Porkkala) en territorio finés. Además, los soviéticos se anexaron Rutenia, el extremo oriental de Checoslovaquia. En cuanto a Italia, perdió sus colonias, que se independizaron (Libia, Somalia) o fueron incorporadas a otros países: Eritrea, a Abisinia; las islas del Dodecaneso, a Grecia.
En el resto del mundo, los cambios fueron también, en apariencia, pequeños. En el Medio Oriente, por ejemplo, Líbano y Siria lograron su independencia, mientras que la llegada de oleadas de inmigrantes judíos askenazis, procedentes de Europa del Este, tuvo como consecuencia que el Estado de Israel tuviera una condición mucho más beligerante que antes respecto a la población palestina. Lo decisivo, de todos los modos, fue el impulso inicial dado a la descolonización, movimiento un tanto contradictorio por el momento, pues a las promesas de japoneses y norteamericanos de independencia para las colonias se sumó, en esta circunstancia, la victoria de las potencias colonizadoras. De ahí que, por ejemplo, Filipinas consiguiera la independencia y que, por el contrario, los norteamericanos, después de haber apoyado la de Indochina, acabaran por apoyar el mantenimiento de la presencia francesa en aquellas tierras. Japón volvió a sus fronteras de mediados del siglo XIX, cediendo Formosa, Corea, Manchuria y las islas del Pacífico. Pero, mucho más importantes que estas nuevas fronteras territoriales, fueron las consecuencias de la división ideológica del mundo en dos partes enfrentadas.





OFENSIVA EN EL OESTE
En un mes y medio, entre el 10 de mayo y el 22 de junio de 1940, las Fuerzas Acorazadas alemanas desbarataron por completo los planes estratégicos aliados e inflingieron a Francia, Bélgica, Holanda y al Fuerza Expedicionaria Británica una derrota total.

La situación tras la campaña de Polonia
Solamente después de terminar la campaña contra Polonia, y una vez rechazada la oferta de paz proclamada por Hitler el 6 de octubre en el Reichstag a Gran Bretaña, comenzaron los preparativos para lanzar una nueva Blitzkrieg en el Oeste de acuerdo con su Directiva nº 6 emitida 9 de octubre de 1939.
Nada había sido planeado previamente puesto que Hitler esperaba que la situación se resolviese de manera similar a como se desarrolló con Checoslovaquia. Desde luego no esperaba que Francia y Gran Bretaña cumpliesen sus compromisos con Polonia y que tras la invasión se desencadenase la guerra con ambas potencias.
Inicialmente la ofensiva en el Oeste estaba planeada para que se desarrollase en noviembre de 1939, de cara a no dar más tiempo para preparar la defensa al enemigo. Hitler se sentía moderadamente seguro de no comprometerse en una guerra de dos frentes merced al pacto de no-agresión con la Unión Soviética.
Mientras tanto, las tropas rusas habían ocupado la parte de Polonia acordada en la claúsula de reparto firmado en el pacto germano-soviético y los Estados bálticos. El 30 de noviembre atacaron Finlandia. Esta guerra ruso-finlandesa provocó cierta inquietud en los mandos alemanes que no se fiaban demasiado de la amistad con los rusos.
Desde el mes de octubre de 1939 hasta la gran ofensiva alemana de mayo de 1940, las tropas francesas y alemanas van a permanecer en sus posiciones que bordean la frontera, limitándose a realizar algunos golpes de mano y escaramuzas, y manteniéndose unas y otras en posición defensiva.
Estos nueve meses de "tregua" corresponden a esta guerra de chiste (drôle de guerre para los franceses, komische krieg para los alemanes, funny war para los británicos).
Sin embargo, las intenciones militares de los dos beligerantes están lejos de corresponder a esa definición.
1. Del lado francés: el alto mando, que cree en el valor de la Línea Maginot como en un dogma militar absoluto, espera firmemente un ataque alemán que, según él, será rápidamente anulado.
2. Del lado alemán: Hitler, con el estímulo de sus victorias en Polonia, proyecta una guerra del mismo tipo en Francia.
La fecha de la ofensiva general es cambiada repetidas veces por Hitler: el 7, el 9, el 13, el 16, el 20 de noviembre; después, el 4, el 6, el 12 de diciembre. Pero la lluvia sigue cayendo a mares, y Hitler aplaza su ofensiva sine die.
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El plan Amarillo
El plan de ataque alemán en el Oeste, Fall Gelb (Plan Amarillo), en su concepción original era un calco del plan seguido en la I Guerra Mundial, el Plan Schlieffen, aunque con algunas variantes tácticas debidas a la existencia de la Línea Maginot.

El General Alfred von Schlieffen antiguo jefe del Estado Mayor del Ejército alemán desde 1891 hasta 1906, había propuesto a principios de siglo atacar Francia por el flanco derecho, avanzando por la costa del Canal de la Mancha y cruzando el Somme para luego caer al Oeste de París y cercar al ejército francés, obligándolo a capitular.
Aunque el plan obtuvo algún éxito en los primeros compases de la guerra, la ofensiva fue perdiendo fuerza y finalmente se detuvo en el Marne originando una guerra de desgaste frente a una de movimientos.
Descartado totalmente un asalto frontal contra la Línea Maginot, y cualquier incursión por la poco fortificada región de las Ardenas por considerarse poco propicia para el paso de infantería y blindados, el O.K.W. había propuesto lanzar el ataque principal por el ala derecha, a través de Holanda y el Norte de Bélgica.
Según el orden de operaciones del 29 de octubre, el plan era el siguiente:
Al Norte el Heeresgruppe B (Generaloberst Fedor von Bock). Compuesto por 4 ejércitos, debía lanzar el ataque principal con 43 divisiones (diez de ellas acorazadas). De Norte a Sur, el 18º Armee entraría en Holanda, el 6º Armee atacaría al Norte de Lieja en dirección Bruselas, y el 4º Armee atacaría al Sur de Lieja hasta llegar a la línea del Somme y la costa del Canal de la Mancha. El 2º Armee quedaría inicialmente como reserva móvil.
En en Centro el Heeresgruppe A (Generaloberst Gerd von Rundstedt). Compuesto por 2 ejércitos debía cubrir el flanco Sur del Heeresgruppe B avanzando a través de las Ardenas hacia el Mosa con 22 divisiones. El 12º Armee avanzaría a través del Sur de Bélgica y Norte de Luxemburgo cruzaría el Mosa en Fumay y seguiría hasta Laon estableciendo una línea defensiva para proteger el avance del Heeresgruppe B. El 16º Armee algo más al Sur en Luxemburgo avanzaría hasta el Mosa y establecería posiciones defensivas frente a la Línea Maginot al Sur de Sedan.
Al Sur el Heeresgruppe C (Generaloberst Ritter von Leeb). Compuesto por el 1º y 7º Armee se quedaría a la defensiva frente a la Línea Maginot con 18 divisiones.

El objetivo principal del plan era la derrota de los Aliados en Bélgica y la ocupación de los puertos y bases de la costa del Canal, al norte del Somme, que proporcionarían bases a la Luftwaffe para poder continuar la guerra contra Francia y Gran Bretaña en unas condiciones más favorables. Únicamente después de haber conseguido este primer objetivo, el O.K.W. decidiría si continuar la ofensiva o pasar a la defensiva.
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Manstein propone un plan alternativo
Naturalmente no todos compartían la misma idea, el Generalleutnant Erich von Manstein se opuso a la idea de lanzar el ataque principal por el ala derecha e ideó un plan alternativo.
En primer lugar rechazó por completo la idea de una victoria parcial mediante un ataque lanzado por el flanco derecho, ya que repitiendo la misma estrategia que en 1914 se perdía el factor sorpresa. Manstein advirtió también que era imposible obtener una victoria total mediante un único y poderoso golpe, dado el gran número de fuerzas de las que disponía el enemigo.
Si se quería una victoria decisiva habría que dividir el ataque en dos fases. En la primera habría que destruir el ejército Aliado en Bélgica dejando así el camino libre para una segunda fase en la que Francia que quedaría a merced de la Wehrmacht. Para Manstein, la única forma de destruir por completo al ejército Aliado en Bélgica era transfiriendo el peso principal del ataque al Heeresgruppe A, que debería lanzar un ataque sorpresa por el ala izquierda a través de la boscosa región de las Ardenas en el sur de Bélgica.

Para ello el Heeresgruppe A debería de ser dotado de tres ejércitos en vez de dos, además de fuertes elementos acorazados. El 12º Armee cruzaría Bélgica y se dirigiría hacia la costa del Canal atrapando a las fuerzas enemigas enfrentadas al Heeresgruppe B por la retaguardia. El 2º Armee cruzaría el Mosa y se dirigiría hacia el Suroeste para hacer frente a cualquier contra ofensiva aliada contra el flanco Sur.
Por último el 16º Armee tomaría posiciones frente al norte de la Línea Maginot.
A comienzos de noviembre el O.K.W. comenzó a recibir las primeras noticias sobre el nuevo plan, aunque no se mostró de acuerdo con la idea. La decisión sobre la fecha y forma definitiva del ataque se aplazaba constantemente y más aún cuando comenzó el mal tiempo, que interrumpió las operaciones de la Luftwaffe y empeoró el estado del terreno.
El 10 de enero de 1940 un avión de la Luftwaffe quedó desorientado y aterrizó en la neutral Bélgica, el piloto llevaba consigo el plan original del ataque Oeste (basado en el Plan Schlieffen) que fue capturado por los aliados. Aún así, el orden de operaciones permaneció inalterado. La insistencia de Manstein en su propuesta le costó el puesto y a comienzos de febrero el O.K.W. le confió el mando del 38ºArmee-Korps en un intento de deshacerse de la molestia. El 17 de febrero de 1940 Manstein fue llamado a Berlín, donde tuvo una entrevista con Hitler y pudo exponer su punto de vista.
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El plan Manstein en detalle
Hitler se mostró muy interesado y completamente de acuerdo con el nuevo plan. El 20 de febrero, Hitler ordenó el establecimiento de un nuevo y definitivo orden de operaciones de acuerdo con las ideas de von Manstein. Finalmente el 24 de febrero, en una reunión celebrada en Berlín con todos los jefes de los ejércitos del frente del Oeste presentes, el Oberbefehlshaber des Heeres Walter von Brauchitsch daba a conocer las nuevas intenciones:
"La situación en el frente del Oeste ha cambiado radicalmente. Ingleses y franceses tienen preparada una fuerte defensa contra un ataque alemán a través de Bélgica. Documentos que han sido probablemente perdidos en el accidente aéreo ocurrido en Bélgica revelaron los planes. El Führer ha decidido por lo tanto que el ataque principal y concentrado lo de el Heeresgruppe A en vez de las tres puntas de lanza planeadas anteriormente. Para asegurar uniformidad en la acción del punto de ataque principal, se moverá el 4º Armee del Heeresgruppe B al Heeresgruppe A. El Heeresgruppe B mantiene el objetivo de ocupar Holanda, rompiendo a través de las fortificaciones fronterizas belgas, atrayendo el máximo número de fuerzas enemigas hacia él".
En detalle, las órdenes eran las siguientes:
El Heeresgruppe B, al mando del Generaloberst Fedor von Bock, cubriría el flanco Norte. El 39º Panzer-Korps de Schmidt, con la 9ª División Panzer en vanguardia, actuaría en el Sur de Holanda. El 16º Panzer-Korps de Hoepner (3ª y 4ª Panzerdivisionen), cruzaría el Mosa en Masstricht y avanzaría hacia el area de Gembloux, a lo largo de la línea del Mosa y el Sambre, cubriendo así el avance principal del Panzergruppe Kleist más al Sur y evitando dirigirse hacia Bruselas donde, posiblemente, encontraría una más dura resistencia.
En el centro el Heeresgruppe A, al mando del Generaloberst Gerd von Rundstedt, llevaría el peso principal del ataque en el sector de las Ardenas. El 15º Panzer-Korps de Hoth (5ª y 7ª Panzerdivisionen), debía dirigirse hacia el Mosa y cruzarlo en Dinant. El Panzergruppe Kleist (41º y 19º Panzer-Korps), algo más al Sur, se dirigiría también hacia el Mosa. El 41º Panzer-Korps de Reinhardt (6ª y 8ª Panzerdivisionen), lo cruzaría al norte de Mézierès, y el 19ª Panzer-Korps de Guderian (2ª, 1ª y 10ª Panzerdivisionen), en Sedán.
El Heeresgruppe C, situado al Sur hasta la frontera suiza, al mando del Generaloberst Ritter von Leeb, tenía la misión de esperar situado en posición defensiva frente a la Línea Maginot con el 1º y 7º Armee.

La Luftwaffe tendría un papel fundamental en el ataque, y al igual que en Polonia, después de atacar los aeródromos enemigos procedería a apoyar directamente a las tropas de tierra. Se lanzarían tropas paracaidistas sobre la retaguardia enemiga, en Holanda, con la misión de tomar los principales puentes, y en Bélgica se atacaría el Fuerte de Eben Emaël.
La Kriegsmarine por su parte no actuaría prácticamente en la operación y sólo mandaría algunos de sus U-Boote (submarinos) y lanchas torpederas al Canal de la Mancha.
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Premisas del Plan Manstein
El éxito de la operación residía en la velocidad con la que los blindados alcanzasen el Mosa y de cómo reaccionasen los Aliados en un principio. Una vez que las cabezas de puente al otro lado del Mosa estuviesen consolidadas, se darían ordenes de avanzar hacia el Canal de la Mancha, efectuando un "movimiento en hoz" hacia el Norte.
Para ello se presuponían las siguientes condiciones:
1. Los blindados debían constituir cuerpos autónomos y librar sus combates sin preocuparse de las divisiones de infantería, que los seguirían a distancia y ocuparían y cosolidarían el terreno conquistado.
2. Dado que todo ataque supone una preparación de artillería, y que un avance rápido de los blindados impide la utilización de la artillería clásica (que no puede ser llevada a tiempo sobre el terreno), debe ser la aviación, utilizada en masa, la que se encargue del bombardeo intensivo de las líneas enemigas y de desorganizar sus comunicaciones.
3. Por último, un ataque rápido requiere la presencia física de los jefes a la cabeza de sus ejércitos; al contrario de lo que sucede en Francia (puestos de mando alejados del frente, a la moda de 1914-1918; Pétain, por ejemplo, mandó la batalla de Verdún instalado en Bar-le-Duc, en casa de Madame Varin-Bernier).
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Compases iniciales de la batalla: La invasión de Bélgica y Holanda
El 10 de mayo por la mañana, los ejércitos del Grupo B (Von Küchler y Von Reichenau), formados por diez divisiones acorazadas, 135 divisiones de infantería y apoyados por la fuerza aérea, penetran en Holanda y en Bélgica.
El general Sponeck, jefe de las Fuerzas Especiales alemanas, con un batallón paracaidista y dos regimientos aerotransportados, asaltó La Haya e intentó, infructuosamente, capturar al gobierno holandés.
Simultáneamente, la Luftwaffe arrasó Rotterdam, el principal nudo de comunicaciones, mientras la Wehrmacht atravesaba la frontera holandesa, haciendo que la confusión se apoderara del país.


Francia 1940: Panzer I en pleno avance.
Los puentes de Rotterdam, Dordrecht y Moerdijk eran paso obligado de la principal ruta hacia el Sur. Sobre ellos saltaron cuatro batallones paracaidistas y un regimiento aerotransportado.
Los holandeses no lograron volar estas vías y los alemanes, rápidamente, las ocuparon.
Una división de infantería enlazó sólo tres días después con la avanzada paracaidista para consolidar la posición. La flota mercante holandesa huye y se refugia en puertos británicos.
El 6º Ejército alemán, al mando del general Walther von Reichenau, recibe la orden de invadir Bélgica. Para ello se debe cruzar primero el Canal Alberto. Los belgas esperan con los puentes principales listos para ser volados a la menor alarma. Un batallón aerotransportado fue lanzado sigilosamente tras las líneas belgas. Los alemanes capturaron por sorpresa los puentes antes de que fuesen volados.
Quedaba aún otro obstáculo por salvar: el Fuerte de Ben Emael. El fuerte, considerado como "inexpugnable" es una fortaleza de hormigón armado de 700x900 metros de lado, con 35 casamatas de artillería e infantería cubriéndose mutuamente y rodeada de fosos artificiales y obstáculos naturales. El Fuerte de Ben Emael domina el área del Canal Aberto, el Mosa y el Canal Stich en dirección a Maastricht y protege los estratégicos puentes de Vrohenhoven, Veldwezelt y Canne. Los grandes cañones de Ben Emael alcanzan hasta Maastricht y Lieja y pueden batir cinco carreteras de primer orden en su sector.
El 10 de Mayo, 85 comandos aerotransportados fueron lanzados desde once silenciosos planeadores de carga tipo TSS 230 sobre el mismo techo de la fortaleza armados con 50 kilos de explosivo de carga hueca capaz de hacer saltar planchas blindadas de 250 mm. El objetivo era destruir los puntos y cañones principales del fuerte. La maniobra sorpresa, para la que los comandos se entrenaron secretamente en maquetas a escala en Alemania, salió a la perfección. Los 1.200 soldados belgas que guarnecían el fuerte fueron hechos prisioneros. El camino a Francia quedaba expedito para las divisiones Panzer.
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Compases iniciales de la batalla: el paso del Mosa

El 12 por la tarde, mientras se libran duros combates desde Amberes hasta Namur y nada se mueve detrás de la Línea Maginot, los carros de combate del general Guderian (1º, 2º y 10º Panzer) nan cruzado sigilosamente el espeso macizo de las Ardenas y se encuentran apostados en el bosque de Sedán.
El 13 de mayo a las 16 horas, Guderian lanza el asalto contra el Mosa. Los Panzer machacan las comunicaciones y posiciones francesas desde la orilla opuesta apoyados por la Luftwaffe. Entretanto, el general frances Huntziger está en su puesto de mando de Senac, a 50 km del frente.
Tras una fuerte preparación artillera y bombardeos a cargo de los Stukas y Do 17, los alemanes echan primeros botes de goma al agua. Tras las lanchas hinchables van las barcazas y transportes de vehículos. A las 19 horas, el regimiento de asalto Grossdeutschland alcanza la famosa cota 147, que es el objetivo previsto por el Führer.
Poco más tarde, todo el ala derecha del II Ejército francés huirá, presa de un pánico generalizado, en un "sálvese quien pueda" encabezado a veces por los oficiales superiores. Se huye ante el empuje de los Panzer y ante el bombardeo de los Stukas, que "pican" con un silbido infernal, pero todavía no ante el grueso de la infantería enemiga, que aún no ha llegado.
Simultáneamente, la 7ª Panzerdivision del general Hoth -mandada por el general Rommel- ha hundido el ala izquierda del IX Ejército del general Corap, casi sin preparación aérea. En el lado francés reina la confusión y la falta de coordinación. No funcionan las comunicaciones por radio ni los correos personales. El general Corap ha perdido la visión de conjunto de todo un frente que comienza a desmoronarse.
El 13 de mayo, hacia la medianoche, el general Gamelin -jefe supremo de las fuerzas armadas francesas- recibe las primeras noticias en su puesto de mando de Vincennes: "Se trata de un lío bastante serio por el lado de Sedán".
En la noche del 13 al 14 de mayo, los jefes militares (los generales Georges, Huntziger y Billette) no se preocupan -como podría creerse- de reforzar la zona de operaciones del IX Ejército, sino de proteger la Línea Maginot, con el temor de que pueda ser cercada. En lugar de enviar reservas a Corap, éstas se dirigen hacia Huntziger o hacia Blanchard (para proteger el acceso clásico de Gembloux).
En la mañana del 14 de mayo de 1940 la batalla del Mosa está decidida. Todo se ha desarrollado conforme al plan alemán. El movimiento en hoz puede irse cerrando a espaldas del grueso de las fuerzas francesas.
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Desenlace de la batalla: Dunkerque
Entre el II Ejército, que se repliega hacia el este, y el IX, que se repliega hacia el oeste, los Panzer profundizan el 14 y el 15 de mayo, después de aprovechar las cabezas de puente establecidas por Guderian y Rommel.
El avance de los blindados es extremadamente rápido. El mismo Rommel, al mando de la 7ª Panzerdivion, avanzaba con su carro en vanguardia, penetrando en el despliegue enemigo e impartiendo órdenes según lo observado. Pero el aislamiento de los Panzer no es peligroso pues ante ellos sólo existe un inmenso ejército en desbandada del que no se teme ningún contraataque.
Un ejemplo: el general Bruneau, que manda la 1ª División acorazada y que cuenta con 200 carros y 7.000 soldados de élite, recibe la orden de atacar a Rommel por el flanco; busca a su superior jerárquico antes de actuar, y no lo encuentra. Aunque lo hubiera encontrado, tampoco habría podido hacer nada: no sabía ni dónde estaban los depósitos de gasolina para alimentar a sus tanques.
Sólo el general francés Charles de Gaulle contraatacó con su regimiento blindado, replegándose al poco tiempo acosado por los bombardeos de los Stuka.
El General von Kleist, asustado por la audacia de sus subordinados, ordenó detener el avance, aunque Guderian, en una airada conversación telefónica, logró la autorización para marchar durante otras 24 horas. Avanzó con tal rapidez que, de nuevo, el Alto Mando alemán se asustó ante la posibilidad de un contraataque por el flanco. Hitler ordenó detener la ofensiva pero Guderian logró nuevamente que se rebatiese la orden.
El mariscal de campo lord Gort, jefe del Cuerpo Expedicionario Británico, indica a su gobierno la posibilidad de retirarse a Dunkerque. Recibe por respuesta la orden de internarse en Francia y romper el cerco alemán. En el lado francés, Gamelín es sustituido por Weygand, que toma el mando el día 19 de mayo. Éste, anclado mentalmente en 1918, no alcanza a comprender qué está ocurriendo.
El 20 de mayo, Guderian alcanza el Canal de la Mancha, cortando las comunicaciones entre los Aliados y los belgas. Los británicos comprueban en Arrás que un contraataque es imposible y comienzan a replegarse a la costa.
La mayoría de las tropas Aliadas se retira hacia el campo atrincherado de Dunkerque, donde una flota británica se apresta a repatriar a los combatientes a Gran Bretaña. El día 23 de mayo, los alemanes están en Gravelines, a 15 km. de Dunkerque. La maniobra de embolsamiento ha concluido atrapando en su interior a los Aliados.
En ese crucial instante Hitler ordena a sus tropas detenerse. El Führer se ha dejado convencer por Göering, que deseoso de gloria personal, propone "que descansen las unidades Panzer" asegurando que la Luftwaffe se bastaría por sí misma para aniquilar a los Aliados en retirada. Los generales al mando de las tropas blindadas, decididos a aplastar al Cuerpo Expedicionario Británico en una maniobre de "yunque y martillo" formada por los Panzer en un extremo y la Infantería en el otro, claman en vano.
La evacuación es autorizada por Londres el día 27. El Ejército belga se derrumba. Para proteger el embarque de tropas, amenazado por la Luftwaffe e infantería alemanas, Gran Bretaña emplea su fuerza aérea. Esta gigantesca batalla aérea, comenzada el 28 de mayo,llega a su fin el 4 de junio. La R.A.F. derribó 140 aviones alemanes y perdió 106 aparatos. La fanfarronería del máximo responsable de la Luftwaffe ha salvado al Cuerpo Expedicionario Británico de la total aniquilación.
Al amanecer del día 4 de junio de 1940, cuando el último barco Aliado deja tras de sí las playas, sembradas de cadáveres y material destruido, se han conseguido evacuar a 338.662 combatientes entre oficiales, suboficiales y tropa, entre ellos a 123.095 franceses.
Los restantes 40.000 soldados franceses, al mando del general Fagalde, cayeron prisioneros de los alemanes. El destino de Francia quedaba sellado.
Hitler ha ganado. Puede anunciar al mundo que ha destruido 75 divisiones, y capturado, herido o muerto a 1.200.000 enemigos, mientras que las pérdidas alemanas son mínimas (muertos: 10.255; heridos: 42.523; desaparecidos: 8.643.
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La Batalla de Francia
Culminada con éxito la primera fase de la operación, se trata ahora de invadir Francia. Hitler ya piensa en París.
Francia cuenta aún con 70 divisiones propias, 5 británicas y 2 polacas. Al norte de París se establece un segundo frente, que aprovecha los cursos del Caen, el Aisne y algunos canales, hasta llegar al extremo de la Línea Maginot.
El plan alemán es el siguiente:
El Heeresgruppe B (Von Bock) debe romper el frente del Somme y penetrar en Francia en abanico, hacia París, Lyón, los Alpes y el Mediterráneo por un lado, y hacia Bretaña y el Atlántico por otro.
El Heeresgruppe A (Von Rundstedt) cogerá de espaldas a los ejércitos del Este.
El Heeresgruppe C (Von Leeb) atacará Alsacia-Lorena y completará el cerco de Von Rundstedt.
La defensa prevista por Weygand es la siguiente: mantener hasta el fin todas las posiciones clave aptas para ser defendidas en todas las direcciones (táctica conocida como defensa en erizo).
Pero las 10 Divisiones Panzer alemanas que llevan el peso de la operación no atacan estas posiciones: se limitan a pasar por los huecos entre las mismas a toda velocidad desbaratando toda posibilidad de resistencia.
El ejército francés ya no está en condiciones de resistir el empuje alemán: la Línea Weygand es atacada el 5 de junio en el Somme y hundida en la noche del 7 por los blindados de Hoth y de Rommel, que llegan a Forges-les-Eaux. El 9 de junio, tal como estaba previsto, von Rundstedt ataca a su vez en el Argonne.
El 10 de junio, Italia declara la guerra a Francia. Friamente, Mussolini decía a su mariscal Badoglio: "necesito mil muertos para sentarme en la mesa con los vencedores". El Duce lanzó un desastroso ataque y obtuvo con creces esos muertos, pues las fuerzas francesas del sur, en la frontera franco-italiana, aunque desmoralizadas, baten completamente a unos militarmente incompetentes italianos.
Mientras tanto, von Rundstedt Toma Reims, atraviesa el Marne y avanza sobre París, que es declarada ciudad abierta el día 11. En las carreteras, paralizando todos los movimientos de tropas, crece el enorme éxodo de civiles que empezó el día 12.
Después del dramático consejo de ministros del 13 de junio de 1940 en el castillo de Cangé, los acontecimientos se precipitan. El día 14 de junio, los alemanes entran en París, con el consiguiente quebranto de la moral francesa.
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El armisticio
El primer ministro Reynaud presentó su dimisión. El presidente de la República, Lebrun, encargó formar gobierno al mariscal Philippe Petain (héroe de Verdún en la Gran Guerra), de 84 años. Contra la opinión de gran parte de su gobierno, Lebrun autorizó a Petain a negociar el armisticio.
El 17 de junio, Petain transmite a Hitler una propuesta de armisticio. El 21 de junio empiezan las conversaciones entre Francia y Alemania. Tienen lugar en Rethondes, en el mismo vagón donde fue firmado el armisticio deshonroso -para Alemania- de 1918. Hitler, los principales dignatarios del Tercer Reich y los jefes del ejército alemán están presentes.
Imponen a los plenipotenciarios franceses, dirigidos por el general Huntziger un armisticio que respeta la República francesa parcialmente; Los alemanes establecen una zona de ocupación que comprende todo el Norte y la costa atlántica con vistas a ulteriores operaciones cntra Gran Bretaña. Dejan 40 departamentos del sur de Francia, la flota y las colonias bajo la obediencia del gobierno colaboracionista de Petain con sede en Vichy, permitiendo la existencia de un ejército de 100.000 soldados en suelo francés y 180.000 en las colonias.
Además, son consideradas ciertas modalidades económicas y administrativas relativas al mantenimiento de las tropas de ocupación, a la entrega a Alemania de refugiados políticos alemanes, etc. La entrada en vigor del armisticio queda subordinada a la firma de un convenio análogo con Italia.
El 22 de junio, Huntziger firma las convenciones franco-alemanas. El armisticio con Italia es firmado por los mismos plenipotenciarios el 24 de junio. El 25 de junio, a las 00 h 35 min, cesan las hostilidades en todos los frentes.
Las pérdidas de la campaña de Francia son las siguientes:
Francia: 120.000 muertos.
Inglaterra: 3.500 muertos.
Bélgica: 7.000 muertos.
Holanda: 2.890 muertos.
Alemania: 27.074 muertos y 18.384 desaparecidos.





OPERACIÓN BARBARROJA
Nos encontramos en Junio de 1941. Unidades blindadas y mecanizadas han sido traídas de toda la Europa ocupada para iniciar una fulgurante ofensiva que destruirá al ejército rojo en el propio campo de batalla. El comienzo es bueno. Los rusos, al no retirarse, pueden ser fácilmente atrapados en enormes bolsas creadas por los Panzer, secundadas por la infantería mecanizada, y aniquiladas por la infantería regular y los Einsatzgruppen. Pero ahora estamos a menos de 100 kilómetros de Moscú, y los Rusos han decido no rendirse más, y dar la vida por La madre Rusia. Tendrán un gran respiro, cuando las lluvias de otoño inunden toda la penillanura y conviertan los caminos en auténticos barrascales.

La ofensiva por el centro


De todos modos, la ofensiva continúa una vez que las primeras heladas llegan y congelan el suelo, aliviando a los alemanes. Ellos mismos, que alabaron a esta helada, se arrepentirían considerablemente de haberlo hecho, cuando este frío los acosara en forma fatal. Los soviéticos resisten, y cada villa es una carnicería en ambos bandos, cada vez se parece menos a lo que fue Smolensk o Minsk, y el retraso para ser limpiada demora aún más el avance a la capital. Una vez hecho, continuar la ofensiva hacia adelante. Pero había lugares de donde los rusos no se retirarían. Tula era una gran interrogante: Si esta caía, el destino de la ofensiva alemana por el suroeste estaba sellado. Esta ciudad era el último gran punto de resistencia en el sur antes de Moscú. Era el verdadero centro de aprovisionamiento de la capital, y la mayor fuerza estaba apostada aquí.

¿Pero que otras alternativas podría haber tenido esta campaña?
Una de las causas principales de la derrota fue que empezó tardíamente. Esto se demoró por el fracaso de Mussolini de vencer a Grecia tras la invasión en Marzo, que resistió heróicamente, y llevó a una contraofensiva que peligraba la exitencia italiana en Albania y los balcanes. Por esto, Hitler ordenó en Abril, mientras se amasaba sigilosamente la invasión a Rusia, enviar 4 ejércitos, 2 de ellos acorazados, y uno húngaro. Se declaró la guerra a Yugoslavia, que no pudo oponer más de 2 días de resitencia, y los Griegos tampoco pudieron hacer mucho en contra de los tanques alemanes, ni si quiera ayudados por sus aliados británicos. Debido a esto, no se podía comenzar la ofensiva hasta que el terreno en los balcanes estuviera seguro, no hasta mayo, cuando cayera Creta.

Las fuerzas que en 1941 se enfrentaban en el frente ruso
Alemanas Rusas
Ejército de tierra Ejército de tierra
118 divisiones de infantería 118 divisiones de infantería
15 divisiones motorizadas 40 brigadas motorizadas
19 Panzer divisionen 20 divisiones acorazadas
Total: 152 divisiones Total: 138 divisiones y 40 brigadas
Aviación Aviación
1.160 bombarderos 1.800 bombarderos, 800 de ellos modernos
720 cazas 2.000 cazas, 300 de ellos modernos
120 aviones de reconocimiento 800 aviones de reconocimiento, muy anticuados.
Número de combatientes Número de combatientes
3.050.000 hombres de un efectivo total de 7.240.000 4.700.000 hombres

Una vez comenzada la ofensiva en la URSS, estaba planeado que para finales de agosto, a más tardar septiembre, la Wehrmacht se econtraría 100 kilómetros al este de Moscú. El objetivo final de la operación Barbarroja era ocupar un perímetro que abarcaba desde Arkángel hasta Astrakhan. Obviamente se consiguió apenas la mitad de esto, pero el verdadero objetivo era destruir al ejército rojo y toda capacidad de seguir oponiendo resistencia. Para lograr este objetivo podían atacarse 3 objetivos principales:

Objetivos posibles Norte Lenigrado: Al norte de Rusia, en Leningrado, se encontraba la mayor fábrica de armas, que le proporcionaría al Reich una capacidad industrial aún mayor para continuar la guerra, a base de las fraguas de Leningrado. Además era un centro moral invaluable ya que era donde la revolución de 1917 dio inicio.
Centro Moscú: El centro del país era el blanco más atractivo para los generales alemanes, pero Hitler, basándose en la experiencia de Napoleón al tomar Moscú, no le veía gran importancia, sin embargo creía con certeza que la capital representaba un blanco inigualable en importancia política. Contenía al gran imperio comunista. Hitler decía: "Solo hay que patear la puerta, y toda la estructura podrida se desplomará". Los hechos reales demuestran lo contrario, pero al ser Moscú el centro de la URSS, todo caería en poco tiempo, se cree. En los la realidad las instituciones políticas ya se habían trasladado a Kuybyschev, bien detrás de la meseta del Volga
Sur El Sur: Aquí se albergaban las riquezas económicas naturales de la URSS. Ucrania era "el granero de Europa", por sus extensas cosechas de cereales, mientras que en Crimea se encontraban minas de hierro. En la cuenca del Donetz habían ricos yacimientos de carbón, y extendíendose al cáucaso se encontraba la mayor fuente de petróleo de Europa. Finalmente se econtraba el Volga que a su paso dejaba un gran nudo ferroviario en la ciudad de Stalingrado, así como un próspero comercio. Pero tambíen era el área más fortificada, con grandes bastiones por sitiar: Kursk, Kharkov, Odessa, Rostov, Sebastapol, Kiev, etc. ya planteaban un problema y urgían al OKH a establecer un refuerzo fluido e ininterrumpido.

Finalmente, Hitler optó por realizar ofensivas simultáneas en las tres regiones, pero con prioridades. Al acercarse el grupo sur a Kiev, ordenó desviar al grupo centro y ayudar al sur a cercar a los rusos en la batalla de Kiev. Para ese tiempo, el grupo norte ya había roto la línea Stalin y se encontraba en camino a Leningrado, pero terminó sin tener tanta penetración como había sido previsto en el plan, ya que un ramal del ejército centro se desviaría a ayudar al norte, pero este ya estaba en camino a Ucrania.
Este desvío al sur, si bien significó una devastadora victoria alemana (los rusos perdieron más de 1 millón de hombres) dio un alivio al centro que ayudó a conformar las defensas de Vyazma y Smolensk, las que posteriormente serían tambien cercadas y aniquiladas.


He aquí el mounstro metallico de Europa hasta el momento. Sin embargo se mostraba impotente en superficies pantanosas y lagos congelados.
Otro problema que afrontaban los alemanes, era el formato del ferrocarril soviético, el cual poseía vías más anchas, y no permitía el rápido transporte de tropas frescas al frente, que debían ser llevadas por camiones o caballos. Pero la estructura de los caminos Rusos era muy rudimentaria, y ninguno estaba asfaltado, por lo que cuando llovía, se producían ciénagas con el contínuo paso de tropas y suministros. Fue entonces cuando el frente que todavía estaba en movimiento que el grupo centro, empezó a escasear lo que más necesitaba. Suministros de invierno: botas forradas, chaquetas, aceite anti-congelante para las ametralladoras y los tanques, aunque si tan solo fuera en un numero pequeño, pero en ese momento contaban con prácticamente nada, a la negativa de Hitler y el Oberkommando, desde sus cuarteles en Prusia oriental, de resistir con lo que se tenga.
Los oficiales de campo en el frente solicitaban detener la ofensiva, y retroceder hasta un lugar donde pudieran establecerse posiciones defensivas como para pasar el invierno, y luego de ser reforzados y con el terreno propenso para las Panzerdivisionen, y el cielo abierto para la Luftwaffe, reanudar la ofensiva. Éste plan de Heinz Guderian fue rechazado por Hitler argumentando que cuanto más tiempo les demos, más fuertes seran...Efectivamente la producción de las industrias tanto detrás de los Urales, como en la misma Moscú (que todavía seguían funcionando), así como las tropas frescas (de carácter reservista o veteranos Siberianos, mongoles y kosacos) era inmediatamente enviada al frente, y el Mariscal Zhukov se manejaba comisionando su destino como reservas o como fuerzas activas. En defenitiva todos vieron acción, y la mayoría vieron la muerte, pero la causa había sido salvada y Moscú estaba segura.
Después de econtrarse a tan solo 8 km de Moscú, y de amenazar la capital desde ambos flancos, fue imperativo realizar un repliegue, acelerado por los contraataques rusos, mencionados anteriormente. Pero Alemania no estaba vencida todavía. Aún conservaba su capacidad industrial, aunque había perdido años de producción en tan solo un mes frente a la capital. Si el destino era un guerra larga, Alemania necesitaría más de los recursos económicos del sur de Rusia, por lo que mientras tanto Hitler amasó lo que le quedaba durante toda la primavera para lanzar nuevamente una poderosa ofensiva, pero esta vez no a la capital nuevamente o Leningrado, sino al río Don y al curso inferior del río Volga.


EL DESEMBARCO DE NORMANDÍA


LA SITUACIÓN

El esfuerzo aliado se concentró en desembarcar en Europa un ejército liberador, que llegara hasta el mismo corazón del reich. Para esto había que realizar una gran invasión, preparándola en Inglaterra. 1942 no pudo ser el año, ya que todavía no se había podido juntar los hombres y el material necesarios para llevar una operación de tal magnitud. En 1943 la atención principal la llevó el teatro de operaciones de Italia, así que tuvo que posponerse otro año más. 1944 era el año ideal: El gran ejército alemán había quedado reducido a una guerra de varios frentes. En Rusia la situación era desesperante, en Italia la lucha estaba perdida, aunque seguían pelando. Era el momento ideal para trazar el final irremediable. Era el momento ideal para atacar. Algunos planearon invadir Europa en 1945, pero el sentido común de los más hábiles les intuyo que era demasiado tarde, y que Alemania no estaba tan fuerte después de todo.

EL PLAN

El plan dibujado minuciosamente entre Marshall y Eisenhower, involucraba a la masa del ejército Norteamericano, británico y canadiense para asaltar ferozmente las playas de Normandía, através de contundentes desembarcos anfibios, mientras que previamente, los paracaidastas de la 101 y 82 divisiones norteamericanas habrían asegurado ciertas zonas de la península de Contentin, y los paracaidistas británicos harían los mismo en el valle del Odon. El desembarco se realizaría en 5 zonas de influencia. Los ejércitos norteamericanos desembarcarían en Utah, al sur de Cherbourg, y Omaha, cerca del pueblo Viervielle-sur-mer. Al este, los británicos se ocuparían de las playas Gold (En frente de Arromanches) Juno y Sword, esta última con la ayuda de los canadienses. Esta última se encontraba adyacente al valle del rio Orne, entre los rios Odon y el canal de Caen. Bernard Law Montgomery planeó para tomar la ciudad el mismo día de la invasión, pero pronto se demostraría que era mucho pedir. Como estar preparada, la operación ya estaba lista para el 25 de mayo, y sólo faltaba encontrar un día con clima adecuado. El dia-D estaba planeado que fuera el 5 de junio, pero ese día se desató una tormeta sobre el canal, que obligó a postergar la invasión para el día siguiente. El golpe se asestaría el 6 de Junio de 1944, pero no podría ser postergada nuevamente, si se quería mantener todo en secreto. Del lado alemán, se sabía que iba a realizarse una invasión aliada en Francia, pero...¿donde? ¿cuando? Previniéndose a esto, en 1942 Hitler mandó a construir el muro del atlántico, cuya prioridad cerniría sobre Pas-des-Calais. En 1943 continuaron los trabajos y en 1944 Hitler ordenó acelerarlos. Aunque lejos de estar completada, era formidable. Los Aliados querían aparentar que la invasión se realizaría en Calais, por lo que de cada misión de bombardeo volada sobre Normandía, se volaban 2 a Calais. Hitler creía que los aliados al tener mayor radio de acción sobre el continente para sus aviones, y al haber menor distancia que la flota tuviera que recorrer, los aliados escogerían ese lugar.

LA INVASIÓN

A las 3 de la mañana los transportes y planeadores comenzaron a desplazarse hacia sus respectivas zonas de demarcación. Éstos serían reforzados con posteriores lanzamientos con más hombres y materiales, pero por el momento su misión era la de caer, reunirse y crear el pánico entre los defensores alemanes. Desde el principio las cosas empezaron a salir mal: Los transportes, al intentar evadir el fuego anti-aéreo se separaron mucho entre sí, de modo que cuando se lanzaran los paracaidistas estarían demasiado dispersos. De todos modos, un 70% de la fuerza pudo juntarse para entrar inmediatamente en acción. Los paracaidistas ingleses pudieron tomar sus respectivos objetivos, y sostenerlos hasta el arrivo de sus liberadores. En el agua los vehículos anfibios se dirigían hacia Normandía. Los británicos desembarcarían 2 horas después de los norteamericanos.








En Utah las cosas salieron bien, y en poco tiempo pudieron enlazar con unidades de la 82º división de paracaidastas pero en Omaha la suerte no estuvo del lado de los norteamericanos. Justo por una casualidad, la división 352 alemana se encontraba estacionada justo atrás de la playa, por lo que la resistencia fue tenaz, la 1era y 4ta división lucharon encarnizadamente y no fue hasta el final del día que pudieron establecer una cabeza de puente, gracias a los constantes refuerzos, el fuego de la artillería naval y los bombardeos tácticos. Los anglo-canadienses tuvieron mejor suerte, pero avanzaron poco, y para el anochecer lograron tomar muchísimo menos territorio del que habían prevenido, pero el objetivo había sido logrado: Establecer 5 cabezas de puente, en donde los siguientes días desembarcarían 250.000 hombres y 50.000 vehículos.





EL FINAL

Los alemanes realizaron varios contraataques panzer, pero eran rechazados salvajemente por el fuego naval y los bombardeos, por lo que tenían que permanecer escondidos. Los problemas vendrían para los británicos, quienes tardaron practicamente una eternidad en tomar la ciudad de Caen. La lentintud de Montgomery se hizo evidente, hasta que decidió terminarlo el 30 de julio, cuando abrió fuego sobre la ciudad con 500 cañones. El camino para la liberación estaba hecho. En vez de replegarse a otra línea, Hitler ordenó contraatacar con todas las fuerzas disponibles. La suerte del 5to panzer fue un total desastre. Ya era demasiado tarde para sanar las heridas abiertas... París fue liberado en agosto, y otro desembarco fue realizado en el mediterráneo como refuerzo. Ahora, lo único que separaba a los Aliados de Berlín era el Rin.





La batalla de Kursk (Operación Zitadell)
Siguiendo a los desastrosos eventos acontecidos en Stalingrado, los alemanes entran en un largo período defensivo, donde son empujados nuevamente hacia atrás, creando una inmensa saliente en el área de kursk, en donde los rusos mantienen un territorio aproximadamente del tamaño de la superficie de Inglaterra. En este punto de la contienda todos los Panzer General veían que, inevitablemente, la próxima ofensiva de verano debía desarrollarse en esta área.
Verano 1943, los alemanes se preparan a relanzar su ofensiva, esta vez en la zona donde en meses anteriores habían sufrido su peor derrota : El Frente Sur. La última gran ofensiva alemana, fue lanzada bajo el nombre de Zitadelle, el 4 de Julio de 1943. El punto crítico de la operación, fue la batalla de Kursk, en donde chocaron 6.000 tanques, 4.000 aviones y dos millones de soldados, por la cual se convirtió en la mayor batalla de Tanques en la historia de la humanidad.
El origen de la operación Zitadelle fue cortar la inmensa saliente en el frente que el ejercito soviético había logrado en el invierno anterior. Entre los oficiales alemanes encargados de esta inmensa operación, estaban el General de Campo Gunther von Kluge, el Grupo de la Armada del Centro, que atacarían el norte de la saliente, bajo el liderazgo de la 9ª Armada del Coronel Walther Model. El general Hans Zorn de la 46ª Panzer Corps en el flanco Derecho y el Mayor General Jisef Harpe de la 41ª Panzer Corps en el izquierdo. El General Joachim Lemelsen, de la 47ª Panzer Corps planeaba avanzar sobre Kursk, y enlazarse con el General de Campo Erich von Manstein, Jefe de los Ejércitos del Sur, que tenía como lideres del ataque a las armadas del General Herman Hoth ( de la 4ª Panzer Corps ) y a la Armada del General Werner Kempf.
En Oposición, las fuerzas Soviéticas, estaban el General Konstantin Rokossovsky, líder del Ejercito del Frente Voronezh. El frente Central, estaba el Teniente General Nikkolai Pukhovs y el General I.V. Galini.
Si el plan alemán tenía éxito, los alemanes lograrían atrapar y destruir más de cinco Armadas Soviéticas. Esto hubiera creado un desequilibrio nuevamente en el frente ruso, que permitiría a los alemanes retomar la ofensiva en todos los frentes. Además brindaría a Hitler el tiempo suficiente para consolidar sus frentes y desarrollar su programa de Super Armas, que él tanto creía que le darían la victoria.
Pero la Historia demostraría, que la 9ª Armada de Model, nunca pudo romper el frente defensivo Soviético, y en el Sur la 3ª Panzer Corps del General Kempf, también encontró una resistencia increíble aguerrida por parte del ejército soviético. Pero para el 11 de Julio, pese a todo, la 4ª armada Panzer de Hoth, estaba en posición de tomar la ciudad de Prochorovka, asegurar la cabeza de río en el Psel y avanzar sobre Obayan. Psel era la última barrera natural entre los Panzer de Manstein y la ciudad de Kursk.
El ataque de la 4ª Armada Panzer contra la cuidad de Kursk, en su intento de cruzar la riberas del río Psel, y así romper el equilibrio existente en los frente de batallas, comenzó el 11 de Julio. Liderados por la 2ª SS Panzer Corps, al mando del General de las SS Paul Hausser.
Las 2ª SS Panzer Corps estaba compuesta por 3 Divisiones Panzer de las SS: la 1ª SS Leibstandarte Adolf Hitler (LSSAH), la 2ª SS Das Reich y la 3ª SS Totenkopf. Las tres prácticamente era Divisiones Panzergrenadier , cada una con poco más de 100 tanques para cuando la operación Zitadelle comenzó. Oponiéndose a las fuerzas de Hausser estaban las recientemente llegada 5ª Armada Acorazada de Guardas, comandada por el General Rotmistrov. La 5ª armada era la última reserva estratégica que el Ejército Ruso tenía en el frente sur, con más de 650 tanques .Tenían en el frente a la 1ra Armada Acorazada, del General Katukovs, ya viendo acción con severas bajas que como ejemplo tenemos al Cuarto Cuerpo de tanques que originalmente estaba equipada con más de 200 tanques, para el 11 de julio solo tenía unos 50 operativos.
El 10 de Julio, la 3ra SS Division Totenkopf comandada por el General Hermann Priess, tenia establecida una cabeza de río en Psel, al oeste de la ciudad de Prochorovka. Un día después, el 11 de Julio, la división había logrado cruzar la rivera mediante el uso de puentes flotantes y estaban expandiendo el territorio bajo su control. Pero los soviéticos se reforzaron con dos divisiones : el 33º Cuerpo de Rifles, y el 10º Cuerpos de Tanques, que se unieron a la unidad bajo el mando del General Katukov, lanzando una continua contraofensiva contra las unidades de la Totenkopf que apenas comenzaban a consolidar la cabeza de playa al norte de la rivera del Psel.
Al mismo tiempo, el General Hausser ordeno a las divisiones restantes asaltar Prochrovka. Con Totenkopf ocupada al norte de la ciudad, tomó las dos divisiones restantes, ordenando a Leibstandarte ( comandada por SS Mayor General Theodore Wisch) asaltar la ciudad directamente, por toda la línea ferroviaria, y la Das Reich, (comandada por el SS Lt. General Walter Kruger ) a la derecha, para cubrir este flanco de una posible estrategia de pinzas por parte del Ejército Ruso, a varios kilómetros de la ciudad, y justo sobre el poblado de Tetrevino, y al sur de Prochorovka.
Pero los rusos, a su vez preparan su propia ofensiva ( para atrapar a Totenkopf ). El 11 de Julio , la 5ª Armada de Guardas con alrededor de 650 tanques operativos, reforzados con dos Cuerpos de Tanques más, llegando a tener una fuerza de 850 tanques, de los cuales 500 eran T- 34. La misión de esta armada era la de encabezar la contraofensiva rusa, llamada operación Rumyantsev, destinada a destruir las fuerzas alemanas en el sur.
Para entonces la 2ª SS Panzer Corps, solo poseía un total de 327 tanques, de los cuales muchos estaban inoperativos ( fallas mecánicas, atascados, etc. ). El 11 de Julio, el General Hausser reportó un total de 211 tanques operativos, en donde Totenkopf poseía unos 94 tanques, Leibstandarte unos 56 y Das Reich con 61. Sólo 15 tanques ( algunos de los cuales pertenecían a la unidad de Michael Wittman ) tipo Tiger entraron en acción durante la batalla en Prochovka y aquí no había SS Panther disponibles.
El 13 de Julio, después de el enfrentamiento crítico en Prochovka, las 2ª SS Panzer Corps poseían unos 163 tanques operativos ( según el reporte de Hausser ) lo que denota una perdida de 48 tanques. Estas perdidas son consideradas pesadas para dos días de batalla, para la esforzada industria alemana, pero si lo comparamos con las perdidas de los soviéticos, que según reportes militares poseían unos 200 tanques operativos, relevando unos 650 tanques dañados y/o destruidos que denota una perdida catastrófica.
Así las tres Divisiones de las SS continúan su avance, Leibstandarte se le asignó la Toma directa de la ciudad, en la línea de ferrocarril. Totenkopf mantenía el pie de playa en Psel, a la izquierda de Prochorovka, y Das Reich cubriendo el lado izquierdo, a varias millas de la ciudad.
Totenkopf mantenía un pie de río firme en las riberas del Psel, en donde eran constantemente atacados por efectivos rusos. Leibstandarte avanzó rápidamente hacia las afueras de la ciudad, en donde comenzaría una de las luchas más míticas de esta guerra. El 12 de julio, Leibstandarte ( las Unidades de Avanzada) reportan una gran cantidad de ruidos de Motores indicando un inmensa masa de Blindados acercándose.
Pronto a las 5 A.M. cientos de tanques soviéticos, transportando infantería hace su aparición en las afueras de la ciudad. Grupos de Choques de 40 ó 50 tanques ( T-34 y T-70 ) avanzan a gran velocidad con objeto de encontrar a los alemanes y parar el avance de Leibstandarte sobre la ciudad. Los alemanes, ya preparados abren fuego de ametralladora y mortero haciendo que la infantería salte de los tanques y corra a refugiarse. Así comienzan las bajas rusas, la infantería que sobrevivió al primer choque, pasa a ocupar posiciones defensivas dejando la ofensiva a los tanques rojos.
Pero los tanques soviéticos chocan con los blindados alemanes, ya colocados tácticamente defensivos, en donde los soviéticos quedan reducidos a escombros en este primer choque de blindados. Con este resultado, Leibstandarte retoma la iniciativa, y comienza el avance sobre la ciudad, en donde se encuentran con elementos de la reserva Blindada de Rotmistrovs. En este momento ocurre un encuentro de blindados muy comentado ( uno de los muchos Villa Bocage del Este).
La 13ª Compañía de blindados Pesados, del primer Regimiento Blindado de Leibstandarte, comandado por el entonces Segundo Teniente Michael Wittman choca con el regimiento Blindado Soviético 181. La compañía de Wittman, con algunos Tiger, soportaban el flanco derecho de la punta de ataque alemana, en donde toman una pequeña colina. Allí Wittman divisa al regimiento rojo avanzado a una larga distancia. Los soviéticos al ver los Panzer, inician una carga sobre la colina. Una decisión fatal : los cañones 88 mm alemanes hacen pedazos a los cañones 76 mm soviéticos a larga distancia. Pronto el campo estará llenos de vehículos soviéticos destruidos. Todo el Regimiento fue aniquilado.
Pero al final del día, pese a las grandes perdidas soviéticas, logran estabilizar una línea defensiva. Kilómetros al sudeste, Das Reich se encontraba enfrentada en un fiero encuentro con elementos de la 2º Cuerpo de Tanques y el 3º Cuerpo de Tanques de Guardas soviéticos. La batalla era sangrienta, y los guardas soviéticos mostraban porque se hacían llamar la Waffen SS Rojas, Grupos de batallas de 20 a 40 tanques chocaban estruendosamente con los elementos de avanzada de la Das Reich. Pero seguían avanzando, ante una bajas relativamente aceptables.
Un poco más el norte, el mismo 12 de Julio, Totenkopf logra la captura de una colina de alto valor estratégico : el pie de Río esta ya asegurado. Pero justo el mismo día, ocurre un evento que sellaría el resultado de la batalla, aunque ocurriera a cientos de Kilómetros del frente.
Después de recibir la reciente noticia de la invasión aliada a Sicilia, y reportes de una ofensiva rusa más al norte, en el área de Izyum, Hitler decide dar fin a la operación Zitadelle. Aunque Hitler toma la decisión de retirarse el 12 de Julio, no es hasta la noche del 17 - 18 de Julio, en donde la Divisiones SS logran retirarse del frente.
Así termina la operación en Prochorovka, ( y todo Zitadelle ) no por las bajas alemanas que poseían unos 200 tanques operacionales el 17 de Julio. En efecto, las divisiones de las SS continúan sus efectivas funciones en otras localidades : Leibstandarte es llevada a Italia, y Das Reich y Totenkopf se mantienen el este. A diferencia las unidades soviéticas poseían solo 120 tanques operacionales para la misma fecha, lo que implicaría una segura victoria alemana.
Con la retirada del frente, de los Blindados Alemanes, las unidades de reparación de blindados rusas rescatan cientos de blindados, semioperacionales y reciben otros tantos, de las últimas reservas Soviéticas. Así logran armar la suficiente fuerza para lanzar la contra ofensiva llamada operación Rumyantsev, unos días después de la retirada de las Divisiones de las Waffen SS.
La decisión de Hitler podría llevar una serie de discusiones, si se hubieran logrados lo objetivos de Zitadelle, y se hubieran destruidos 5 armadas Soviéticas, la guerra del este se hubiera replanteado. Tal vez hubiera brindado a los alemanes tiempo para desarrollar sus super armas, y mejor the Atlantik Wall en el Oeste. Pero esas son conjeturas.





ADLERTAG " El Día del Águila "


El día 3 de agosto, las dos fuerzas en presencia ya han establecido sus objetivos de forma concreta; la ventaja numérica se sitúa del lado de Alemania, que ha pasado de contar con 587 aparatos de caza el día 30 de junio a disponer de 708. El número de pilotos germanos se ha incrementado durante el mismo tiempo desde 1.253 a un total de 1.434. Sin embargo, la escasa actividad de los bombarderos que se manifiesta durante los siguientes días ha producido un descenso en la tensión reinante entre la población británica, a pesar de que la radio de Berlín anuncia una inminente ofensiva.
En la mañana del día 8, un convoy británico es atacado en aguas del Canal por una escuadrilla alemana, siendo respondida a su vez por la aviación procedente de la isla. Llegada la noche, pueden contabilizarse los efectos del enfrentamiento: 4 barcos hundidos, y 19 aviones ingleses y 31 alemanes derribados. Este había sido el combate más duro hasta el momento, y serviría como inmediato prólogo a la ofensiva conocía como "Día del Aguila".
Esta operación (Adlertag, en lengua alemana) estaba dirigida a doblegar de forma definitiva la tenaz resistencia inglesa. En ella habían sido puestas muchas esperanzas por parte del mariscal Göring y los demás altos jefes de la Luftwaffe, que imaginaban poder terminar rápidamente con el problema planteado por medio de una acción de gran envergadura.
De la importancia de la misión habla por sí misma la cifra de aparatos empleados, que suponía un 75% del total de los efectivos dispuestos desde Cherburgo hasta Noruega. Hasta aquel momento, la aviación alemana no había empleado en sus ataques más que un 10% de sus efectivos. Ahora, contaba con este espacio con un total de 3.358 aviones, de los cuales 2.250 se hallan en perfecto estado y dispuestos para su utilización. La superioridad alemana en cuanto al número de aparatos no había impedido sin embargo que, hasta aquel momento, la cifra de bajas británicas hubiera sido solamente de 96 frente a las 277 sufridas por su adversario. Esta desventaja no disminuía de hecho la amenaza que se cernía sobre Inglaterra aquel día 10 de agosto, fecha elegida para lanzar el ataque. Sin embargo, las condiciones climatológicas aconsejarían aquel día un aplazamiento del ataque.


A lo largo de la siguiente jornada, los aviones alemanes lanzaron repetidos ataques sobre la zona de Doda en la ocupada isla británica de Guernesey. A lo largo de esa jornada, en la que los daños materiales sufridos por el territorio bombardeado son especialmente graves, se batirá el récord de salidas por ambas partes. Así, mientras la RAF efectúa un total de 758, la Luftwaffe realiza 440. Poblaciones y convoyes marítimos sufren las consecuencias de esta acción. Por vez primera, las instalaciones de radar situadas en la costa son objeto de los ataques alemanes, ya que se ha comprendido la importancia que tiene en la lucha iniciada. Los resultados del enfrentamiento son conocidos esa misma noche, y aportan cifras que sitúan en 22 los aviones perdidos por la RAF frente a los 32 de la Luftwaffe. En este punto, la batalla de Inglaterra adquiere rasgos de gran dureza, y ya nadie es capaz de imaginar una marcha atrás en el camino emprendido. Sin embargo, la población inglesa todavía no conoce de forma clara los efectos de la batalla emprendida.
En la misma mañana del día 13 de agosto, elegido definitivamente para la realización del plan, los partes meteorológicos referentes al sur de Inglaterra muestran la presencia de acumulaciones de nubes y nieblas. Con todo, Göring decide que la fecha del ataque no debe ser aplazada más y lo fija para las 14:00 horas, a pesar de que el tiempo lluvioso no ayuda en absoluto a una óptima realización del mismo.
Dado que en la víspera han sido destruidas importantes estaciones de radar, los alemanes confían en poder penetrar impunemente en el cielo británico, encabezados por los Messerschmitt 110 procedentes de la base de Caen. Los ingleses, sin embargo, han puesto en funcionamiento otras instalaciones y este ariete es detectado de forma inmediata. Este primer enfrentamiento costará a los atacantes un total de 5 aparatos derribados, además de ver acribillados por las balas de ametralladora a gran número de los que han podido regresar.
El balance final del "Día del Aguila" se establece, llegada la noche, de la siguiente forma: 3.480 incursiones, los alemanes han perdido 40 aparatos, mientras que los ingleses han visto derribar a 13 de sus aviones a lo largo de sus 700 salidas. La Luftwaffe, a pesar de todo, ha inflingido fuertes daños sobre varios aeródromos y centros de población de tamaño reducido.
Aquella noche, aviones alemanes lanzan sobre las regiones del centro de Inglaterra y sur de Escocia materiales que pretenden hacer pensar en un desembarco de paracaidistas sobre las mismas. A la misma hora, una autotitulada "nueva estación británica de radiodifusión" situada en Berlín lanza una serie de fuertes amenazas dirigidas contra la población de la isla, asegurando este desembarco de soldados provistos de armas de fulminante efectividad.


El día siguiente, 14 de agosto, la Luftwaffe presenta evidentes signos de agotamiento debido al esfuerzo realizado durante las 48 horas precedentes. Debido a ello, realiza solamente un total de 489 salidas, atacando aeródromos y poblaciones de la costa. Mientras la zona del Canal sigue cubierta por las nubes, los comandantes de los cuarteles generales alemanes, Kesselring y Sperrle, son convocados por el mariscal del Reich. A pesar de los informes que recibe del general Halder, Göring sabe que el "Día del Aguila" no ha obtenido siquiera mínimamente los resultados perseguidos mediante su puesta en práctica. El mal tiempo reinante se había unido a las deficiencias sufridas por la realización de la operación. Por tanto, decide la continuación de los ataques, centrándose ahora sobre dos objetivos bien definidos en exclusiva: las fuerzas aéreas enemigas y las factorías aeronáuticas situadas en suelo inglés. Al mismo tiempo, decide suspender todo ataque sobre las instalaciones de radar, dado que ninguna de las afectadas había sido puesta fuera de servicio a pesar de los desperfectos sufridos.
El jueves, día 15 de agosto, la totalidad de las bases situadas sobre las costas de la Europa ocupada se encuentran en estado de alerta. Incluso las localizadas en Noruega van a entrar en funcionamiento por vez primera. Las fuentes informativas de la Luftwaffe han asegurado que Gran Bretaña cuenta solamente con un total de 300 cazas, aunque en realidad el número de estos aviones de que dispone el país es de prácticamente el doble. El territorio de la isla ha quedado dividido en tres zonas, dependientes del Mando de la Aviación de Caza. Todas ellas van a recibir en esta ocasión, en grado diferente, los efectos del ataque nazi, que en este caso pretendía hacerse presente sobre la totalidad del espacio británico.
La primera oleada de aviones produce un enfrentamiento a las 10:00 de la mañana, del que resultan derribados 3 aparatos británicos y 2 alemanes. En esta jornada, junto a los duros ataques realizados en el aire, varias ciudades e instalaciones industriales, y sobre todo el aeropuerto londinense de Croydon, sufren importantes destrozos. Alrededor de 80 personas resultan ese día muertas o heridas por las bombas.
Durante la noche, los bombarderos alemanes actúan eficazmente sobre Birmingham, Southampton, Bristol y otras poblaciones. En conjunto, durante el día 15 la Luftwaffe ha realizado un total de 1.786 salidas, frente a las 964 de la RAF. Dentro de este balance, debe citarse el desastre sufrido por la 5ª Flota Aérea alemana situada en Noruega, que pierde la octava parte de sus bombarderos y un quinto de sus efectivos de caza. Los aviadores alemanes llamarán a este día schwarze Donnerstag, es decir, "jueves sombrío".


En Inglaterra se respira un ambiente de victoria, a pesar de que durante el día 16 los alemanes realizan varias incursiones sobre los condados de Kent, Hampshire y Surrey. Estaciones de radar, aeródromos e instalaciones industriales, además de viviendas de poblaciones civiles, son destruidas en gran cantidad. La noche siguiente observará asimismo los efectos del ataque en multitud de puntos de la costa sur de la isla.
El 17, cuando ya han amainado los bombardeos de forma manifiesta, el ministro de Información anuncia a través de la BBC la definitiva derrota de la Luftwaffe. Sin embargo, al día siguiente varios oleadas de Dornier se lanzan sobre Inglaterra con ánimo de proceder ante todo a la destrucción de sus sistemas de radar. Esta rápida e inesperada incursión consigue dañar algunas instalaciones, pero muy pronto los atacantes deben volver a sus bases francesas, regresando en esta caso tan sólo 5 aparatos. Más adelante, los alemanes volverán a la carga, pero se enfrentarán con una decidida RAF, ahora estimulada por el triunfo obtenido horas antes. En ese día 18, el balance es el siguiente: las fuerzas británicas han perdido 7 aviones, mientras que la Luftwaffe ha visto derribar a un total de 71 de sus aparatos. Una desproporción que no se había visto hasta entonces a lo largo de la guerra.
Considerando que se había llegado al punto final de este episodio de la lucha, el Ministerio del Aire británico estableció un recuento de las pérdidas sufridas entre los días que mediaron entre el 8 y el 18 de agosto. Durante este lapso de tiempo, habían muerto o desaparecido 94 pilotos; de forma paralela, 240 aparatos habían sido irremisiblemente dañados en el aire y otros 30 sobre sus propios campos de aterrizaje. A partir de entonces, el mando de la RAF impondrá la consigna general que trata de conseguir una economía de pilotos, imprescindibles para proseguir la lucha. De hecho, el destino de decenas de millones de personas se encontraba en manos de un reducido número de hombres. Winston Churchill formuló su agradecimiento de forma bien expresiva: "La gratitud de todos los hogares, en nuestra isla, en nuestro Imperio, y hasta en el mundo -con excepción de los culpables-, va a los pilotos británicos que, intrépidos por la desproporción de las fuerzas en acción e infatigables en sus incesantes combates en lo peor del peligro, están en vías de ganar la guerra a cuenta de proezas y de abnegación. Jamás, en la historia de los conflictos humanos, una deuda tan grande ha sido contraída por tan gran número de hombres hacia tan pocos".
Lo que por parte de los agresores se había pretendido que constituyese un rápido y definitivo triunfo habría de volverse en su contra de la forma más absoluta. Las instalaciones de radar, fundamentales para la supervivencia de Inglaterra, se mantenían prácticamente intactas. Y, algo mucho más importante, se elevó la moral de la población, y no disminuyó ya durante los próximos años de la guerra.




La batalla del bosque Hürtgen



En otoño de 1944 la infantería norteamericana intentó sin éxito atravesar las defensas de la línea Sigfrido, en un punto donde los alemanes parecían incapaces de ofrecer resistencia. Se trataba del fantasmagórico bosque de Hürtgen.
Durante septiembre de ese año la guerra en Europa era extremadamente favorable a las fuerzas aliadas. El ejército alemán se retiraba de Francia y abandonaba los Países Bajos forzado por la infinita superioridad del enemigo.
Tras el desembarco de Normandía no cesaban de llegar una enorme cantidad de suministros, carros blindados, aviones y hombres para emprender la carrera hasta Berlín. En el frente soviético los alemanes luchaban contra un rival que no mostraba ninguna piedad en su afán por llegar antes a la capital de Alemania. Por todo esto, algunos mandos aliados pensaban que sus soldados estarían en casa para Navidad. Sin embargo, sus criterios estaban completamente equivocados. La tenacidad alemana se encargaría de demostrarlo.
Entre la frontera de Bélgica y Alemania, al sur de Aquisgrán y al este de Vossenack, envuelto por la niebla y dominado por el frío se encontraba el bosque de Hürtgen. El 19 de septiembre la 3ª División Acorazada y la 9 ª División de Infantería estadounidense llegaron frente a los altos y frondosos pinos dispuestos a entrar en territorio alemán.
Nada más dar sus primeros pasos se dieron cuenta de que ante ellos se encontraban tropas experimentadas y no los inexpertos soldados germanos que habían derrotado con anterioridad. La artillería alemana abrió fuego desde las defensas de la línea Sigfrido, y los estadounidenses quedaron perplejos ante la táctica usada.


Las bombas y granadas eran lanzadas contra las copas de los árboles, lo que se convertía en una lluvia de metrallas al rojo vivo y astillas que caían por todos lados a la velocidad del sonido. Los americanos descubrieron para su desesperación que no existía lugar donde protegerse de semejante granizada de muerte, pese a que cavaron con desesperación intentando crear refugios en el gélido suelo del bosque.
Durante más de un mes la artillería y la aviación aliada machacó las fortificaciones, pero el cemento alemán aguanto más allá de todo lo esperado. El 2 de noviembre la 28ª División de Infantería de Estados Unidos fue enviada como refuerzo ante la imposibilidad de superar las defensas. En once días la unidad fue destruida por completo. Los alemanes la llamaron “División de la palangana de sangre” en alusión al emblema rojo que la distinguía.
Para el 13 de noviembre habían muerto o estaban heridos prácticamente todos los oficiales estadounidenses, ya no existía ninguna moral de combate entre los soldados y se daba por perdida la batalla. Pero el Alto Mando aliado siguió ordenando ataques suicidas impasible ante la muerte de sus hombres. La aviación y la artillería cesaron su apoyo al ser utilizadas en otros frentes. De este modo, los soldados de infantería, con la escasa ayuda de los carros que no podían moverse entre el barro y los árboles, se lanzó inútilmente, una y otra vez, contra las defensas alemanas.
Los hombres comenzaron a desertar abandonando las armas en el lugar de la batalla. Muchos desobedecieron las órdenes y se retiraron a lugares más seguros, en la retaguardia. Los pocos que quedaron en sus trincheras fueron eliminados sistemáticamente por la artillería alemana.
El Alto Mando aliado envió entonces a la 4ª División de Infantería, pero resultó inútil, pues en menos de un mes perdió 7.000 hombres. Su único logro consistió en tomar momentáneamente el observatorio situado en la Colina 400, desde el cual los alemanes controlaban los movimientos enemigos. Sin embargo, fue reconquistada con extrema facilidad. Los Rangers cargaron torpemente a la bayoneta al estilo de la Primera Guerra Mundial contra la cima, y los alemanes simplemente se retiraron para recuperarla de nuevo luchando contra unos soldados destrozados por el esfuerzo físico.


Tras la guerra la Batalla de Hürtgen fue enterrada en el olvido; era una vergüenza para los aliados y una demostración de incapacidad bélica. Oficialmente se intentaron equilibrar las bajas para hacer menos llamativa la derrota: 33.000 aliados y 28.000 alemanes. No obstante, cerca de 50.000 estadounidenses perdieron la vida en esta absurda batalla, y 15.000 alemanes jamás volvieron a sus casas.

Las perdidas alemanes resultaron más significativas, pues no podían ser reemplazas, mientras que un rió de tropas aliadas seguía llegando al continente europeo.




EL EJÉRCITO DEL CRIMEN


Cuando los ejércitos soviéticos avanzaron por territorio polaco en el verano de 1944, hasta alcanzar la línea del Vistula, descubrieron la espantosa tarea a la que se habían estado dedicando las SS durante los tres últimos años. Aquellos duros soldados, curtidos en todas las formas que adopta la muerte en los campos de batalla, no pudieron contener el vómito y el espanto al entrar en Treblinka, Sobibor, Maidanek, Belzec o Rawa-Ruska, donde hallaron claros indicios de que millones de seres habían sido asesinados y reducidos a cenizas o sepultados en interminables fosas comunes. El periodista británico Alexander Werth, que seguía informativamente a los ejércitos del mariscal Zukov, escribió varias crónicas sobre el asunto, sin que su periódico las editara, sospechando que era contrapropaganda soviética por el asunto de Katyn.
El 27 de Enero de 1945 los soviéticos tomaron el campo de Auschwitz, la mayor fábrica de muerte fundada por Hitler. La noticia ya no pudo ocultarse por más tiempo. Pero no fue hasta Marzo de 1945, tras la entrada británica en el campo de Bergen-Belsen (donde pocos días antes había muerto Ana Frank) cuando se conoció en el mundo occidental la inmensa magnitud cometida por aquel ejército del crimen.


EL UNIVERSO CONCENTRACIONARIO NAZI

Ana Frank, la autora adolescente de un Diario que dio la Vuelta al mundo cuando su padre Otto, tras escapar del campo de concentración y de la muerte, decidió publicarlos en 1947, había desaparecido en uno de aquellos campos de horror, Bergen-Belsen, entre finales de febrero y principios de marzo de 1945. Hace ahora de esto poco más de cincuenta años.
Ana era judía, vivía en Amsterdam, a donde se habían trasladado sus padres desde Alemania, y tenía sólo trece años cuando, huyendo de las tropas de Hitler que habían invadido el país, se refugió (junio de 1942) junto con su familia y otras personas en una buhardilla contigua al lugar donde trabajaba su padre, comerciante. Allí descubrió y anotó muchas cosas, cosas que antes quizá no había siquiera sospechado a propósito de si misma y de quienes la rodeaban, y quiso convertirse en escritora - publicar su Diario- el día en que llegara la paz. Había oído al ministro de Educación Holandés en el exilio, por la radio, decir que ello serviría a otros muchos, para no repetir tanta desgracia, para no ceder a la barbarie. Algo después de que se cumplieran dos años del encierro, sin embargo, a principios de agosto de 1944, todos los ocupantes de la casa de atrás, Ana incluida, fueron detenidos por las SS hitlerianas y por la Policía Verde holandesa, conjuntamente, quizá después de que algún vecino hubiera denunciado a los refugiados.

Tras pasar por varias estaciones para detenidos políticos en la misma Holanda, los Frank y sus amigos fueron deportados hacia el Este, en los últimos trenes que salieron a principios de septiembre en dirección a Auschwitz, en Polonia. De allí en adelante sufrirían destinos distintos. Ana, deportada a finales de octubre a Bergen-Belsen, al norte de Alemania, sucumbió en la epidemia de tifus declarada en el campo poco después de que muriera su hermana Margot, y a lo sumo, sólo mes y medio antes de que las tropas inglesas entraran en el campo liberando a los supervivientes. Los restos de las dos yacen, seguramente, en la fosa común. Su padre, que por el contrario no había sido trasladado a Auschwitz, iba a ser, de todos los personajes que Ana Frank recrea en su Diario, el único en vivir para dar testimonio.


POLÍTICA Y POLÉMICA EN TORNO AL HOLOCAUSTO

Las generaciones que han vivido inmediatamente después de la II Guerra Mundial han sabido, todavía de manera directa y erizada, de la magnitud monstruosa del Holocausto. Las que hoy viven, en cambio, comienzan a olvidarlo. A pesar de los intentos de refrescar una memoria amarga (en el cine, en la literatura, la televisión o la prensa); a pesar de reflexiones varias sobre el racismo y la xenofobia y de actuaciones políticas y ciudadanas contra ellos; a pesar de alguna que otra voz alarmada sobre la existencia en nuestros días de campos de concentración, el Holocausto les parece a muchos de nuestros contemporáneos muy lejano. Hay no obstante, frecuentísimos cursos regulares sobre la persecución y el exterminio judío (distintos a los cursos de Historia general) en la mayoría de las universidades americanas y en algunas europeas, más una intensa y esforzada cantidad de libros que vuelven una y otra vez sobre el horror desencadenado bajo Hitler, tratando - al explicarlo- de evitar su retorno.
Pero lo cierto es que la propia inmensidad de la tragedia causada por los nazis ha facilitado la incredulidad o la banalización, cuando no la indiferencia, y, hasta incluso, de manera tan incomprensible como odiosa, la justificación moral del genocidio. Sabido es que, desde no hace mucho, prospera la negación rotunda de ese exterminio masivo y criminal por parte de algunos historiadores que dicen avalar con métodos científicos su reinterpretación de los hechos. (Las llamadas escuelas revisionistas, a pesar de lo que pudiera creerse por la burda entidad de sus mistificaciones y la endeblez de sus argumentos, gozan de adeptos).
Mientras duró la creencia generalizada en el progreso, el Holocausto se consideró por la mayoría de los observadores como una interrupción nefasta del curso de la historia, como una especie de execrencia cancerosa surgida en el cuerpo de la sociedad civil, una locura momentánea en un marco político occidental que, en general, era bastante democrático y gozaba de una salud satisfactoria, un espacio privilegiado en el que la igualdad de derechos entre los individuos era reconocida como un derecho. La tragedia, que había sacudido de manera muy especial a los judíos, movía a compasión, también, a los que no lo eran. Se olvidaba, sin embargo, por lo general, que ese mismo horror colectivo lo habían padecido también gitanos, eslavos, comunistas y homosexuales. Que el exterminio colectivo, aunque en proporciones menores, había alcanzado mas allá de los hijos de Sión...


UNA POLÉMICA ABIERTA





Los propios judíos han tendido a representar también el Holocausto como un asunto interno de su propio pueblo, sino de su exclusiva competencia, como una peripecia criminal que es decisiva para su historia interna y solo a ella vincula en desafío perpetuo, inolvidable. Al pueblo judío habría afectado intensamente - varios millones de muertos- el genocidio, y a él correspondería tanto la reparación como la venganza. Mucho se ha discutido no obstante a este propósito, pero todavía no se haya dicho posiblemente la última palabra: Cristianizar el Holocausto, se argumenta por los más radicales, conduce a diluir su significado real - aquel agravio inconmensurable al pueblo hebreo- en un conglomerado indiferente, el ámbito difuso de la humanidad, lleva a desvanecer -voluntariamente- culpas y responsables.
El estado de Israel intentó, por su parte, utilizar el recuerdo de la tragedia como garantía de su supervivencia, como razón de su legitimidad política y, casi también, como excusa y pago por adelantado para sus futuros atropellos. Y eso contribuyó también a dar a la experiencia concentracionaria nazi, en la memoria de los supervivientes tanto como en la de la mayoría de los historiadores, una peculiar naturaleza hebrea, un aire inconfundiblemente étnico y religioso, nacional en fin.
No todos los supervivientes, judíos incluso, se oponen sin embargo, a un reconocimiento extenso del territorio amplio, de los grupos sociales variados, a los que afectó el horror. Yehuda Elkana, un importante historiador de la ciencia que entró a los diez años en Auschwitz, levantó polémica en 1988 al proponer en un periódico israelí - Ha'retz -, y en lengua hebrea, empezar a olvidar: la historia y la memoria -escribió- son parte inseparable de cualquier cultura, pero el pasado ni es ni debe convertirse en el elemento determinante del futuro de una sociedad y un pueblo. Sin embargo, ese olvido, predicado por el hebreo Elkana, no parece ser el de que aquello no deberá suceder nunca más, sino de modo bien distinto, el más estrecho y circular de que eso no vuelva a sucedernos a nosotros...
Hay otros autores (como Zygmunt Bauman) que, desde la sociología, prefieren por su pensar - y argumentar - que el Holocausto fue un producto previsible de nuestra sociedad racional moderna, un espanto burocrático pensado y ejecutado en la culminación del desarrollo cultural humano, un desarrollo sólo comprensible en medio del proceso de civilización occidental. Es decir, que aquella aberración suscitada por la barbarie nazi, ha de ser entendida como un fenómeno típicamente moderno, incomprensible fuera del contexto de las conquistas técnicas y de la mentalidad cientifista. Por lo mismo sería, todavía, algo posible, por desdicha en la sociedad avanzada y tecnológicamente ritual en la que nos movemos. Al contrario de lo que pudiera parecer, esta reubicación de una página oscura -sin parangón amarga- de la historia Europea del siglo XX, no diluye en ningún sentido la memoria viva del Holocausto. La actualiza y la exige mas aún, trayéndola al presente sin posibilidad de absolución alguna. Y convirtiéndola, para los confiados y los incrédulos, sobre todo, en aviso alarmante de futuro, en poderoso antídoto contra cualquier especie de inercia moral, contra toda indiferencia política.
Pero, ¿qué fue exactamente del Holocausto? ¿Que quedo concernido en el ámbito del Universo concentracionario nazi?


EL MAPA DE LA CONCENTRACIÓN

De la doctrina totalitaria que el nacionalsocialismo profesa, se deriva, ineludiblemente, la organización concentracionaria de la sociedad. La menor manifestación de independencia, la menor diferencia, debía segregarse del resto. Entre 1933 y 1939, esa organización se limitará a ir apartando a los opositores (reales o imaginados) al sistema: comunistas, socialistas, demócratas que van siendo sometidos a penas de prisión en virtud del sistema de detención preventiva, una fórmula de segregación que fue autorizada por Hitler tras el incendio del Reichstag. Los primeros campos de concentración - Dachau, Buchenwald, Sachsenhausen- fueron poblándose con ese género de ciudadanos marginados por el sistema, sujetos e indefensos ante detenciones sin garantías. Las SA (Sturm Abteilungen), dejaron pronto paso a las SS (Shutz Stulfen).
Tras la anexión de Austria y Checoslovaquia, a partir de 1938, fueron llegando a los campos de concentración los resistentes de esos países. Se abrieron, para darles cabida, nuevos campos: Mauthausen, Neuengamme o Ravensbruck, solo para mujeres este último (la separación de sexos, tenía también, intenciones eugénicas en el proyecto nazi). Antes de la guerra, pues, en cualquier caso, los campos de concentración permitían - en principio al menos- abreviar las condenas mediante trabajos forzados. El sabotaje, por otra parte, era castigado con la muerte.
La guerra - con su inmensa cantidad inicial de prisioneros- exigió todavía la apertura de nuevos campos: Stutthof, Flössenburg, Auschwitz, Gross Rosen, Theresienstadt, Bergen-Belsen y los situados entre el Vístula y el Volga - Belzec, Maidanek, Sobidor, Treblinka -. Los habitantes de los campos de concentración fueron entonces, además de los habituales hasta el momento, todo tipo de polacos, belgas, holandeses, franceses, griegos, yugoslavos y, muy abundantes en este caso, soviéticos.
La economía de guerra, la necesidad de movilizar al total de la población para la producción bélica, se extendería también a los pobladores de los campos, a partir, sobre todo, de 1941. Surge ahí la primera contradicción, brutal, entre economía e ideología que pueda dar al traste con su esfuerzo: explotados al máximo los prisioneros para obtener ese trabajo de bajísimo costo, surgiría también en algunos de sus celadores - y surgiría poderosísima, insana- la tensión hacia su exterminación. Los campos de concentración, de una manera u otra, iban a convertirse en campos de muerte. Los dirigentes de la economía por su parte, tratarán siempre de seguir explotando al máximo, hasta la extenuación, la fuerza de trabajo de los prisioneros, los miembros de la SS, por el contrario - el mismo Himmler, desde luego -, perseguirán a ultranza la aniquilación gratuita, la asfixia de los hombres, mujeres y niños - útiles para el trabajo, no- en las cámaras de gas, o buscarán la desaparición colectiva, abrasados, en las fosas cubiertas con cal viva.


LA SOLUCIÓN FINAL

Nadie puede negar, a pesar de todo lo dicho mas arriba, el carácter de tragedia hebrea a los cinco millones de personas judías - de un total aproximado de 20 - a los que Hitler mandó exterminar, haciendo que la persecución sostenida hasta allí, desembocase en holocausto. La guerra facilitó, muy posiblemente - y la hizo extensiva a otros colectivos, de manera tan insensible como inevitable -, una decisión particular tomada seguramente desde mucho tiempo atrás. En diciembre de 1941, el decreto Nacht und Nebel -Noche y Niebla- advertía de la extinción segura, por cauces inmediatos o bien a través del ingreso en campos de concentración, para todos aquellos que osaran ofrecer resistencia al sistema.
A la altura también de 1941 - noviembre, lo más tarde-, es seguro que la decisión de exterminar a todos los judíos de Europa estaba tomada. Formalmente se acuerda en enero de 1942, en el barrio berlinés de Wannsee, en una reunión en la que estuvieron presentes Heydrich, Eichmann... Según la lógica del racismo nazi, según los planes avanzados por primera vez en Mein Kampf y de acuerdo, en fin, con la experimentación científica de aniquilación de débiles o ancianos, enfermos incurables o locos que había sido llevada a cabo por los alemanes antes de la guerra - y que fue suprimida momentáneamente debido a las protestas surgidas -, la suerte de extensos contingentes de población estaba echada.

Los comandos especiales formados en esta práctica de depuración eugénica, ignorantes de todo límite moral y ajenos a toda deontología posible, fueron trasvasados después a los campos de exterminio para aplicar en masa - perfeccionarla, podríamos decir macabramente- su experiencia científica en experimentos biológicos.
Pero los alemanes llamaron Endlösung (o solución final, tratamiento especial, dijeron otras veces practicar) no se llevó a cabo sólo en aquellos campos de muerte, sino también de otras maneras más antiguas y acostumbradas para quienes por desdicha hubieron de sufrirlas, menos tecnificadas.
Desde que los alemanes entraron en Polonia en 1939, y al mismo tiempo que se obligaba a los judíos a concentrarse en guetos, los miembros de las SS empezaron a entregarse libremente a masacres colectivas, a asesinatos individuales sellados por la violencia indiscriminada, matanzas de difícil cuantificación. Desde septiembre de 1941 los judíos fueron obligados a identificarse externamente con la estrella amarilla. En octubre se les prohibió terminantemente abandonar el Reich, comenzó a su vez la deportación masiva a los campos de concentración alemanes y polacos. A finales de noviembre, en fin, se les retiraba la nacionalidad.
Y entonces comenzaron las primeras experiencias con un gas mortífero, el Zyklon B, empleado primero con los prisioneros soviéticos en Belzec, Sobibor, Treblinka, Majadanek... No era fácil, sin embargo, trasladar -para su aniquilación conjunta en estos lugares- a grupos tan extensos de población como querían los nazis. Los problemas técnicos (que trataron de solucionarse, con gran despliegue de medios y cerebros, en la conferencia de Wannsee, el 10 de enero de 1942) pusieron en juego todas las capacidades del genio alemán, todo su potencial científico existente.

Si permitimos que sea Rudolf Hoess (primer comandante de Auschwitz-Birkenau) quien nos hable de ello -tal y como hizo en el juicio de Nuremberg-, sabremos como, destacado en el campo para su organización ya en el verano de 1941, visitó primero Treblinka para ilustrarse, cuyo comandante le dijo que había hecho desaparecer 80000 detenidos en seis meses: utilizaba óxido de carbono -relata Hoess-.
Sin embargo, sus métodos no me parecieron muy eficaces. Se decidió a su vez, buscando esa eficiencia, por el Zyklon B, ácido prúsico cristalizado o cianhídrico que dejábamos caer en la cámara mortuoria a través de una pequeña abertura. Así, y dependiendo de las condiciones atmosféricas, bastaban entre tres y quince minutos para que el gas hiciera efecto.
No parece tampoco que haya lugar a engaño en cuento a la capacidad y rapidez de las mejoras conseguidas respecto a Treblinka: donde los responsables de este no lograban matar más que 200 por cámara, los de Auschwitz, lograban a su vez 2000... Sabíamos que estaban muertos -de nuevo es Hoess quien habla- cuando dejaban de gritar. Esperábamos una media hora antes de abrir las puertas y sacar los cuerpos. Tras ello, nuestros comandos especiales les quitaban las sortijas y los anillos, lo mismo que los dientes de oro. Y cuando las mujeres trataban de esconder a sus hijos bajo la ropa para protegerlos, se los enviaba con ellas al mismo tiempo a los campos de gas.
Aunque no son exactamente lo mismo -como ya se ha advertido antes-, es cierto que resulta difícil distinguir, en la masacre causada por los nazis durante la guerra, entre un campo de concentración y un campo de exterminio. Estos segundos fueron construidos a propósito, con toda intención -comenzando su organización ese mismo otoño-. Pero los primeros acabaron convirtiéndose, también, en campos de muerte experimental, de la muerte en hilera -con números en serie de ejecutados, conseguidos con un tiempo preciso-. Como si de rebaños de seres humanos se tratara, engañados en cuanto al destino que los esperaba (se les decía que eran duchas colectivas), y humillados hasta la degradación más absoluta.
Los historiadores no han encontrado, sin embargo, el documento que contenga la orden concreta de proceder al exterminio. Lo que lejos de tranquilizar al observador -algunos historiadores, sin embargo, sí parecen sentirse por ellos mas seguros, achacando a las exigencias de la guerra el horror desencadenado paulatinamente-, nos enfrenta, a una dinámica demoniaca. Todo funcionó automáticamente (ejército, colaboradores de campo, ejecutores forzosos de los trabajos especiales, población colindante...) el horror más absoluto pudo, efectivamente, ser, realizarse y tomar cuerpo, materialidad... Se había abierto un túnel sin salida en el trayecto de la Humanidad, la quiebra del progreso indefinido estaba ahí, pantanosa e insondable. Con todo tipo de razones para dudar, al menos, sobre aquel optimismo antropológico de los ilustrados que, en su día, otorgó vía libre a la industrialización, y avaló una confianza sin límites en el triunfo del espíritu, en la mejora universal de las condiciones de vida, en las virtudes de la especie humana.


EL CAMPO DE EXTERMINIO, FÁBRICA DE MUERTE

Heinrich Himmler -figura de confianza de Hitler cada vez mas crucial en el desarrollo progresivo de la política de exterminio durante la guerra- utilizó los campos como medio más rápido para hacer de Europa un paraíso ario. La obsesión racista llegará a ser tal, que, en los últimos meses de la guerra, y con el Reich amenazado de hundimiento militar, los trenes se reservaban, con todo, prioritariamente, para la deportación. Las SS -lo que se llamó el Estado SS- no sólo habían conseguido pleno control d universo concentracionario, sino que además habían hecho de él una maquinaria industrial.
Auschwitz resultó ser una extensión diabólica del moderno sistema fabril. En lugar de producir mercancías -escribe Henry Feingold- utilizaba seres humanos como materia prima, produciendo la muerte como objeto final, serial incluso, cuantificado escrupulosamente por los cuidadores del campo. Igual que aquellos kilómetros de aire denso y negro, nauseabundo, producto de la quema constante de los cuerpos humanos, un aire que salía constantemente de las chimeneas y que correspondía a los desaparecidos apuntados -severa, cuidadosamente- por los funcionarios del campo en sus cuadernos. Un aire que quedaba indeleble tanto en los dedos como en los registros, llevados obedientemente, de los responsables directos de aquella horrenda administración. De aquella vergüenza.


BERGEN-BELSEN, LA TUMBA DE ANA FRANK

En el corazón de Alemania, a cien kilómetros de Hamburgo, a 65 de Hannover, a 90 de Bremen, se erigió el campo de prisioneros de guerra Bergen Belsen, que en 1941 fue puesto bajo la administración de las SS, convirtiéndose en campo de concentración. A partir de julio de 1944 comenzó a ser empleado como estación de tránsito para judíos de Holanda, Polonia, Hungría, Albania, Grecia y Yugoslavia.
Se proyectó encerrar a unos 10000 prisioneros, pero en la segunda mitad de 1944 -cuando Ana Frank fue internada allí- estaba superpoblado, con un promedio de 15000 cautivos. Al comenzar el desplome de las fronteras de Polonia los cautivos en aquella zona fueron a parar a Bergen-Belsen, cuya población alcanzó los 50 reclusos.
A comienzos de abril de 1945 se abrió un segundo campo para encerrar a los prisioneros que no cesaban de llegar del Este. Para ello, habilitaron los cuarteles de Belsen. En aquellos últimos días de la guerra la mortandad entre los prisioneros fue espantosa debido a su debilitamiento por el traslado, frecuentemente a pie por carreteras heladas, el frío y los malos tratos.
Aunque en Bergen-Belsen no hubo gaseamientos ni incineraciones, allí murieron 37000 prisioneros, víctimas del hambre, las enfermedades, la violencia de sus guardianes y el agotamiento en el trabajo.
Bergen fue el primer campo de prisioneros liberado por los aliados occidentales. Cuando llegaron allí, las tropas británicas quedaron espantadas ante los cadáveres hacinados en grandes fosas comunes aún sin cubrir. Los soldados obligaron a los civiles de los alrededores a peregrinar hasta el campo de concentración para que contemplaran fríamente el crimen cometido. El 21 de mayo, tras haber cubierto las fosas -labor en la que fueron empleados soldados de la Wehrmacht y de las SS- las autoridades británicas ordenaron que todo el complejo fuera incendiado para evitar epidemias. Joseph Kramer, comandante del campo desde el 1 de diciembre de 1944, fue capturado por los británicos, juzgado y ahorcado.


AUSCHWITZ, EL MATADERO NAZI

Auschwitz es una pequeña población situada a unos 60 kilómetros al sudeste de Cracovia, en Polonia. Allí, en 1941, los ocupantes abrieron un campo de trabajos forzados, donde se instalaron varias industrias alemanas que empleaban aquella mano de obra barata y dócil. Las SS (Schutz Stulfen) de las Totenkopfebande, es decir, unidades de la calavera, que se ocupaban de estos campos de concentración, explotaban a estos forzados hasta el agotamiento y la muerte.
El carácter de Auschwitz fue cambiando cuando se acentuó la persecución antisemita, cuando comenzó a ser eliminada sistemáticamente la población judía de Varsovia, cuando se dio la orden de eliminar a los gitanos, cuando, tras lo conferencia de Wannsee -en 1942- el régimen nazi decidió la solución final... etc. Las instalaciones se ampliaron a cuatro campos y a 38 comandos de trabajo. En todos ellos se maltrataba a los prisioneros, en todos se les agotaba trabajando, en todos se les mataba cuando desfallecían, pero uno de esos campos, Birkenau, era realmente una factoría para asesinar prisioneros.
Birkenau, situado a tres kilómetros de Auschwitz, en una zona pantanosa e insalubre, recibía diariamente a los judíos deportados. Allí se seleccionaban. Los débiles, los ancianos, los niños, y buena parte de las mujeres eran separados de los prisioneros útiles para el trabajo, que se repartían luego por las demás instalaciones. A los que se desechaba se les conducía, tras dejar su equipaje y su ropa -y las mujeres, su pelo- a unas naves donde serían desinfectados.

Encerrados en aquellos depósitos se les gaseaba con Zyklon B y, una vez muertos, se les desposaba de alhajas, dientes de oro, etc. Luego se llevaban los cadáveres a unos hornos crematorios que funcionaban día y noche.
Este sistema industrial de asesinar a los deportados alcanzó el formidable rendimiento de 22000 personas al día. Las cifras todavía son controvertidas, porque los alemanes destruyeron la documentación, pero se acepta generalmente que en el complejo de Auschwitz perecieron cerca de dos millones de personas, de las que la mitad eran de origen judío.
Ante el avance soviético, en enero de 1945, las SS evacuaron a unas 60000 personas de Auschwitz, en una marcha terrible hasta el oeste de Oder, que dejó los caminos sembrados de muertos. En el complejo de Auschwitz quedaron unos 10000 reclusos, incapaz de moverse. Algunos acertaron a escapar, aprovechando que las alambradas ya no estaban electrificadas y que no había centinelas, pero la mayoría, incapaz de dar un paso, se quedó. Una unidad de las SS en retirada pasó por Auschwitz y aún causó dos millares más de víctimas antes de irse definitivamente.

Cuando los soviéticos alcanzaron el campo el 27 de Enero, apenas había siete mil reclusos, todos en condiciones lamentables y muchos de los cuales morirían en las semanas siguientes. Pese a que los alemanes habían tratado de destruir las pruebas de su inmenso crimen, allí quedaban cerca de un millón de trajes de hombres y mujeres, mas de seis mil pares de zapatos y toneladas de objetos personales.
También se hallaron allí unos 700 kilos de cabello humano, que una fábrica de fieltro alemana compraba a 500 marcos la tonelada.
Y es que los nazis lo aprovechaban todo: su trabajo, su equipaje, sus joyas y dinero, su pelo, y una vez muertos, sus cenizas, que se utilizaban como fertilizantes agrícolas. Sobre la entrada de Auschwitz un letrero pregonaba "El trabajo os hará libres", pero para definir aquel infierno era más exacta la frase del criminal Dr. Mengele: Aquí se entra por la puerta y se sale por la chimenea.



LA SOLUCIÓN FINAL: WANNSEE, 20-1-1942

Cumpliendo las órdenes recibidas de solucionar la cuestión judía, el 20 de Enero de 1942, Heydrich reunió en el distrito berlinés de Wannsee a 13 personajes pertenecientes al Departamento Superior de Seguridad (RSA); a la Cancillería; a los Ministerios de Justicia, de Exteriores y del Plan Cuatrienal, y a los responsables de la represión en Polonia y en el Báltico. Como secretario actuó el coronel de las SS Adolf Eichman, del RSA, en cuyas actas puede leerse:
"Cerca de once millones de judíos han de ser tomados en consideración para esta solución final de la cuestión de los judíos europeos; estos están distribuidos en los diversos países del modo siguiente [...] Durante l proceso de realización de la solución final, Europa será barrida de Oeste a Este"
Hasta entonces, los judíos habían sido expulsados, expoliados, deportados, encarcelados, obligados a trabajar hasta la extenuación e, incluso, asesinado, pero el genocidio sistemático, industrializado, comenzó a partir de la conferencia de Wannsee. En las actas no se habla de realizar una matanza masiva -los nazis fueron siempre muy cuidadosos en no reflejar sus atrocidades en documentos de circulación corriente-. Pero Eichman, durante su proceso en Israel, declaró que en la discusiones se consideró la matanza, la eliminación y la aniquilación.

¿Quién dispuso tal atrocidad? El más autorizado biógrafo de Hitler, Bullock, responde: No pudieron ser los burócratas que asistieron a la conferencia de Wannsee, y que tan solo estaban preocupados por los problemas prácticos que planteaba la ejecución del proyecto. Tan sólo Hitler tenía la imaginación necesaria -aunque perversa- para idear un plan de esta índole.
El comandante de Auschwitz, Hoess, declaró ante el tribunal que le juzgó en 1946 que Himmler, en nombre de Hitler, le ordenó crear una fábrica de exterminio:
El Führer ha ordenado la solución final de la cuestión y a nosotros -las SS- nos toca llevar a cabo esa orden... He elegido Auschwitz para esa misión [...]. Será una tarea pesada y difícil, y requerirá su plena participación personal. Guardará el más estricto silencio en lo que respecta a esta orden, incluso frente a sus superiores [...]. Todo judío al que podamos echar el guante debe ser exterminado sin ninguna excepción. Si no logramos destruir ahora la base del judaísmo, llegará el día en que los judíos destruirán al pueblo alemán.


LAS CIFRAS INCONFESABLES

El más prestigioso biógrafo de Hitler e historiador del III Reich, Alan Bullock, en su obra Hitler y Stalin, vidas paralelas, publicada en Londres en 1991, eleva a 18 millones las víctimas del terror nazi. En esta cifra se incluirían los civiles muertos en los bombardeos, en los ataques contra los ciudadanos, en las represalias contra las acciones guerrilleras, en las persecuciones étnicas contra judíos y gitanos, en el agotamiento hasta la muerte de poblaciones deportadas y prisioneros de guerra. Aunque las cifras siguientes son solo orientativas, dan una idea clara del inmenso crimen nazi.

Unión Soviética 7.500.000
Polonia 5.000.000
Yugoslavia 1.500.000
Francia 300.000
Hungría 250.000
Benelux 150.000
Checoslovaquia 110.000
Grecia 100.000
Italia 70.000
Reino Unido 60.000
Alemania 2.000.000

En las cifras de víctimas civiles por países están incluidos los judíos. Entre las víctimas de la represión en Alemania se incluyen también Austria, los Sudetes y el Protectorado de Bohemia-Moravia; en esta cifra están incluidos los judíos, comunistas y socialistas, las oposición al nazismo, y los conspiradores antinazis, tanto civiles como militares, entre 1933 y 1945.
El resto fueron judíos sacados de Noruega, Dinamarca, Bulgaria y Rumania; prisioneros de guerra de otros países no incluidos en esta enumeración, como republicanos españoles capturados en Francia, norteamericanos, canadienses, australianos, sudafricanos, neozelandeses, indios, norteafricanos de las colonias francesas...
Por etnias, las víctimas más numerosas fueron los judíos; la cifra es aun controvertida pero se sitúa a la baja en 4.800.000, y al alza en 6.500.000. Les siguen los gitanos, con una estimación que se sitúa entre las 300.000 y las 500.000. Por campos de exterminio, el mas terrible fue el de Auschwitz-Birkenau, con cerca de dos millones de víctimas; seguido de Treblinka, con 700.000; Belcec, con 600.000; Maidanek, con 400.000; Chelmo con 350.000; Sobidor con 250.000, todos ellos en Polonia. En el estricto territorio de Reich destacaron los campos de trabajo y exterminio de Dachau, Bergen-Belsen, Dora-Milttelbau, Buchenwald, Flossenburg, Mauthausen, Terezin, Sachsenhausen, Ravensbrück, Grosrosen, etc., donde más de un millón y medio de prisioneros perecieron a causa del trabajo agotador, la mala alimentación, el frío, las torturas, los experimentos médicos, las enfermedades, las ejecuciones por fusilamiento, horca o garrote, etc.
Antes de cerrar esta macabra cuantificación de horrores, y para que no quede simplemente en eso, en una embotadora enumeración de cifras, hay que recordar al lector que todas y cada una de las víctimas sufrieron un auténtico infierno hasta el asesinato o la liberación, y cada uno de los supervivientes ha llevado en su médula grabada aquella vesanía hasta el fin de sus días.


TODO SE APROVECHA, HASTA LAS CENIZAS
Las crecientes necesidades de la industria de guerra fueron cubiertas por la población civil deportada de los países vencidos. Procedentes de éstos, más de 20 millones de personas fueron esclavizadas -en su mayor parte rusos y polacos- aportando pingües beneficios a las empresas que los empleaban y a las SS. Los empresarios solían pagar entre 3 y 6 marcos por trabajador y día a las SS, y estas apenas se gastaban 0,35 marcos diarios de manutención. Cuando el prisionero había sido reducido a un deshecho humano, inútil para el trabajo, era liquidado, rindiendo su último tributo al Reich: se comercializaba su grasa para hacer jabón, sus huesos para fabricar fertilizantes, sus cabellos para la industria textil... Sólo el campo de Auschwitz entregó 60 toneladas de cabello a la fábrica de fieltro Alex Zink, que pagó por ellas 30.000 marcos; 7.000 kilos más, preparados para su envío, hallaron los soviético al ocupar el campo. Hubo empresas que se constituyeron para aprovechar los últimos residuos humanos, como la acción Reinhard, que adquiría a las SS cuantas pertenencias de los prisioneros pudieran ser comercializadas: relojes, cadenas, joyas, dientes, etc.

Todo se clasificaba, limpiaba, reparaba, catalogaba, almacenaba. Luego se servían los pedidos a empresas interesadas. Fue próspera la venta de abrigos, botas, impermeables, jerseys y ropa interior de calidad. Debieron tener poca solicitud los juguetes, los trajes de mujer y de hombre, los objetos personales y las maletas... Cuando los soviéticos entraron en los campos polacos hallaron millones de maletas, perfectamente clasificadas y, en muchísimos casos, con el nombre de sus propietarios y su remite.






TABLA CRONOLÓGICA DE AUSCHWITZ
Sinopsis histórica
Primavera de 1940 Los primeros presos del campo de concentración de Dachau llegan a Auschwitz y empiezan a construir el campo de concentración. Rudolf Höss será el primer comandante de Auschwitz.

4 de junio de 1940 Llegada del primer transporte de presos (728 polacos).
1 de marzo de 1941 El jefe de las SS, Heinrich Himmler inspecciona Auschwitz dando la orden al comandante, Rudolf Höss, de ampliar el campo. Auschwitz I deberá acoger a 30.000 presos, Auschwitz II (Birkenau), a 100.000 presos.
Agosto de 1941 • Heinrich Himmler ordena a Rudolf Höss el exterminio en masa de judíos en Auschwitz.
Septiembre de 1941 • Primeros envenenamientos con el gas Zyklon B en Auschwitz: 600 prisioneros de guerra soviéticos y 298 presos enfermos son asesinados.
8 de octubre de 1941 • Empieza la construcción del campo de Birkenau..
20 de enero de 1942 • En la Conferencia de Wannsee en Berlín se toma la determinación de organizar el exterminio en masa de los judíos.
Enero de 1942 • Birkenau se convierte en el centro de exterminio en masa de los judíos; en una granja reformada situada dentro del terreno del campo de concentración Auschwitz-Birkenau se llevan a cabo los primeros asesinatos por el procedimiento de las cámaras de gas.
22 de marzo a 25 de junio de 1943 • Cuatro crematorios recién edificados con cámaras de gas son puestos en funcionamiento en Birkenau.
20 de noviembre de 1943 • Reestructuración del campo:
o Auschwitz I - Campo central: Campo de hombres.

o Auschwitz II - Birkenau: Campo de mujeres y hombres; exterminio en masa en las cámaras de gas;

o Auschwitz III - Comando exterior en empresas agrarias e industriales (p. ej.: Buna-Werke en Monowitz).
2 de mayo a 21 de septiembre de 1944 • Exterminio de los judíos húngaros.
Sólo del 2 de mayo hasta el 9 de julio de 1944, 437.402 judíos húngaros fueron deportados a Auschwitz.
Agosto de 1944 • El número de internados se eleva a 155.000 personas.
Las SS empiezan con la evacuación del campo.
7 de octubre de 1944 • Revuelta del Comando Especial:
Presos judíos prenden fuego al Crematorio IV.
Noviembre de 1944 • Las cámaras de gas en Auschwitz cesan su funcionamiento. Heinrich Himmler ordena el desmantelamiento de las instalaciones de exterminio y la destrucción de las cámaras de gas y de los crematorios.
17 de enero de 1945 • Empieza la evacuación de Auschwitz y de los campos adyacentes.
Los presos que todavía eran capaces de desplazarse por su propio pie fueron enviados a "la marcha de la muerte" hacia el oeste. En la última revista son contabilizados 66.020 internados en el campo de concentración de Auschwitz, incluidos los campos adyacentes.
27 de enero de 1945 • Liberación del campo de concentración de Auschwitz por tropas soviéticas. Se encuentran con alrededor de 5000 presos abandonados en el campo, demasiado debilitados para realizar la marcha de la muerte.





LAS VÍCTIMAS




El ingreso en un campo de concentración se llevaba a cabo en contra de toda base legal. Por medio del decreto provisional "Para la protección del pueblo y del Reich" del 4 de enero de 1934, las autoridades policiales en el Reich alemán podían arrestar preventivamente a personas, sin juicio y por un tiempo ilimitado, "para combatir toda aspiración antiestatal". En general, la central de la Gestapo y del RSHA de las SS en Berlin debía dictar auto de prisión preventiva, sin embargo esto sólo se tenía en cuenta en el caso de personas del Reich alemán. La estructura de persecución del nacionalsocialismo tenía como fin la aniquilación de grupos enemigos, además de a los enemigos políticos y enemigos del pueblo potenciales, afectaba sobre todo a los judíos. Después del año 1936 esta persecución de los enemigos políticos se extendió también a los asociales, los testigos de Jehová, los homosexuales, los gitanos y los judíos.
A partir de 1942 los judíos constituían indiscutiblemente el mayor grupo de presos.

Dado que las tareas encomendadas aumentaban cada día, la dirección del campo dependía de la colaboración de los presos. El sistema de la autroadministración -controlada- estaba estructurado según el "principio del Führer" (veterano del campo, veterano del bloque, capos de los comandos de trabajo). Como consecuencia, entre los presos se estableció una jerarquía comparable a la de las SS. Las SS comprometían preferentemente para estos puestos a los presos criminales, lo cual provocaba conflictos permanentes con los presos políticos. Sin embargo en Auschwitz los presos políticos conseguían ocupar estos puestos suplantando a los presos criminales. Debido a la asignación oficial de funciones y posiciones privilegiadas por parte de las SS, se estableció la siguiente jerarquía entre los presos:
• La clase alta de los presos, la así llamada "prominencia del campo", es decir del 1 al 2% de la totalidad de los presos (veteranos del campo, veteranos del bloque, médicos del campo, etc.) la constituían en su mayoría los presos alemanes que gozaban de autorizaciones casi ilimitadas frente a los presos subordinados.
• La "clase media" (presos con menos poderes, capos, enfermeros, etc.), es decir del 8 al 9% de los presos, vivían en mejores condiciones que la gran masa de presos normales.
• Los presos normales y los así llamados "musulmanes" constituían la gran masa que vivía en condiciones infrahumanas. Debido al duro trabajo, la escasa alimentación y las duras condiciones del campo, para sobrevivir era necesario ascender rápidamente a la clase media o a la "prominencia".
La gran mayoría de las víctimas asesinadas en Auschwitz fueron los judíos, a continuación los prisioneros de guerra rusos y los gitanos que fueron deportados, después de entrar en vigor el decreto de Auschwitz del 29 de enero de 1943.






LOS VERDUGOS



Desde el "putsch de Röhm", en verano de 1934, los campos de concentración estaban por completo bajo el mando de las SS (Schutz-Staffel), una unidad de combate paramilitar de la NSDAP. Originariamente creada para la protección de Adolf Hitler y los altos funcionarios de la NSDAP, las SS se convirtieron bajo Heinrich Himmler en una unidad especial con su propios fines elitistas.
En 1933 se convirtió en el instrumento de seguridad y terror político más importante del estado nacionalsocialista. Con el nombramiento de Heinrich Himmler a jefe de la policía alemana en 1936, las policías de seguridad y de orden del estado empezaron a depender de las SS, la policía de seguridad se integró del todo en las SS. Una nueva disposición organizativa de las SS a principios de 1939 estableció que los campos de concentración dependieran de los Servicios Centrales de la Seguridad del Reich (RSHA) de las SS, es decir, a partir del 16 de febrero de 1942 de la Oficina Central de Administración y Economía (WVHA) de las SS.
A partir de 1933 las SS empezaron a formar unidades propias, con formación militar, armadas y destinadas en cuarteles, la tropa de disposición de las SS y las Unidades de Calavera de las SS, éstas últimas responsables de la vigilancia de los campos de concentración. Después de estallar la guerra, a principios de 1939, se crearon las SS-Armadas que agrupaban la tropa de disposición y las Unidades de Calavera. En 1944 las SS-Armadas contaban con alrededor de 910.000 hombres, de los cuales 40.000 estaban destinados a la vigilancia de los campos de concentración.


Las SS, a la vez una orden y una mancomunidad, educaban a las nuevas generaciones neogermánicas, fieles al Führer. "Ser un luchador" era la filosofía de un hombre de las SS, su máxima consistía en obedecer a las órdenes sin reflexionar.
El hombre de las SS reaccionaba con dureza ante todo tipo de sentimientos humanos, era duro consigo mismo y con los demás, manifestando una concienciación elitista y un total desprecio hacia los seres inferiores. Con esa mentalidad el hombre de las SS se destacaba conscientemente de la gran masa formada por los camaradas del partido. El servicio en el campo de concentración se consideraba un servicio en el frente contra los enemigos del Reich.
El núcleo de la unidad de vigilancia en el campo de concentración de Auschwitz estaba formado por aquellos hombres de las SS que durante años habían prestado sus servicios en un campo de concentración. Al comandante del campo le asistían los jefes del campo de prisión preventiva (también responsables de la administración del campo), los responsables de los informes y de los servicios, los dirigentes de los bloques y de los comandos.
Los comandantes de Auschwitz fueron:
• Rudolf Höss, 4 de mayo de 1940 hasta noviembre de 1943
• Arthur Liebehenschel, 11 de noviembre de 1943 hasta mayo de 1944
• Richard Baer, 11 de mayo de 1944 hasta el 17 de enero de 1945.
Un grupo aparte lo formaban los médicos de las SS que eran responsables de la salud de las SS, de la asistencia médica a los presos y del estado de las instalaciones sanitarias. Su superior era el médico titular del campo. Muchos médicos de las SS, como los doctores Dr. Mengele, Prof. Clauberg y Dr. Schumann, realizaron diversos "experimentos científicos" con los presos, que en su mayoría morían a causa de las consecuencias. Una de las tareas de los médicos de las SS era llevar a cabo las selecciones , en la "rampa" así como en el campo.
También aquellos presos que desempañaban determinadas funciones en el campo - en su mayoría se trataba de criminales - pueden ser calificados de verdugos al convertirse en cómplices y ejecutores de los crímenes de las SS.





Introducción
De todas las organizaciones y fuerzas militares alemanas, las SS (Schutzstaffel) son sin duda las más difamadas y también las menos comprendidas entre los historiadores. No eran las SS un cuerpo vestido de negro que marchaba al paso de ganso como se les suele mostrar en las películas y en algunos trabajos de historia. En realidad las SS eran una compleja organización político-militar que estaba constituida por tres ramas bien definidas, todas relacionadas pero con funciones únicas.
La Allgemeine SS (SS Generales) Era el cuerpo principal de la organización que tenía un rol administrativo y político.
La SS-Totenkopfverbände (Organización SS de las Calaveras).
La Waffen SS (SS Armadas) Fue creada más tarde para complemetar las necesidades militares del Tercer Reich.
Las Waffen SS, los hombres de los que dependía todo el juego, y a lo largo de la guerra, la fuerza con la que había que contar; la infantería mecanizada de las Waffen así como sus Divisiones Panzers, crearon el mito del ejército "perfecto".




INTRODUCCIÓN
Las Waffen SS fue una organización de elite, dentro del gobierno Hitleriano, por lo tanto tenían equipamientos superiores al Heer (Ejército) o a algunos de los aliados, no es menos cierto que se comportaban con una brutalidad indescriptible. Tenían fuertes tendencias ideológicas, como ejemplo, "Panzer" Meyer, que combatió en la Leibstandarte y en la Hitler Jurgend se veía a sí mismo como un nuevo Sigfrido en un campo de batalla Wagneriano y que dicha visión permeabilizaba a sus subordinados.
El elitismo de las Waffen SS procede de la firme creencia en que eran biológica y políticamente superiores, algo en lo que les habían adoctrinado en escuelas no sólo militares (de las cuatro escuelas SS, sólo una era militar, dedicándose las otras de manera exclusiva a la formación política, mística y espiritual).
Aunque aborrecibles en su motivación, las Waffen SS me parecen un admirable ejemplo de en lo que se convierte una tropa convencida de su superioridad moral. Nadie puede dudar de su arrojo, valor, capacidad combativa y desprecio por el peligro, y el hecho de que en todas las batallas importantes del frente oriental, así como también en el Oeste desde la invasión de Normandía, el resultado hubiera sido muy distinto si no hubieran participado dos o más unidades de la Waffen SS.
Juramento de las SS: "Yo te juro, Adolf Hitler, Führer y Canciller del Reich, fidelidad y valor. Prometo obediencia hasta la muerte a ti y a los superiores por ti designados. Que Dios me ayude".

LA HISTORIA DE LAS WAFFEN SS
Desde los principios de la constitución del Partido Nazi NSDAP, antes de tomarse el poder, en sus años de formación, la elite del Partido conformo unidades especiales cuyo único propósito es la guarda y protección de sus líderes.
La primera de ellas se constituyo cuando los hombres de la Compañía 19 de Morteros, bajo el mando de Ernst Röhm, actúa como un cuerpo de guardia en las primeras reuniones de Adolfo Hitler y otros miembros del Partido. Este primer grupo de hombres se constituyo como las SA, las cuales pronto empezaron a crecer.
Desde sus inicios Adolfo Hitler las vio más como un problema, que como una herramienta útil. A medida que fueron creciendo Hitler ordeno la formación de una unidad especial de seguidores leales destinada a proteger a los líderes de la NSDAP. Esta unidad fue constituida bajo el mando de Julius Schreck y Joseph Berchtold. Sin embargo a pesar de estar separada en sus funciones, seguía bajo el control de las SA. Para esta época se determino utilizar como insignia de esta unidad la Calavera o Totenkopf, sobre la gorra de los hombres, además de otra serie de elementos exclusivos de esta organización.


El 9 de Noviembre de 1923 esta unidad , además de las SA y otras de la NSDAP tomo parte en el fracasado Putsch de Munich contra la República de Weimar. Al fracasar el Putsch, Hitler fue arrestado con otros miembros del partido y la unidad oficialmente disuelta, así como las SA.
Las SA continuaron existiendo bajo el nombre de Frontbahn , liderada por Ernst Röhm. Las SA empezaron a crecer sustancialmente, desde 2000 en Noviembre de 1923 a 30000 en muy corto tiempo. Cuando Hitler fue liberado de la cárcel, se estableció una batalla por el manejo de las SA entre Röhm y el; esto al final condujo al asesinato de Röhm, ordenado por Hitler posterior a la celebre Noche de los Cuchillos Largos, noche además durante la cual se inicio el asesinato de todas aquellas personas que pudieran representar algún día un problema para el futuro Führer; el 1 de julio de 1934, los hombres de las SS encabezados por Theodor Eicke, entran en la celda de Röhm en Munich y le disparan a quemarropa; dos días más tarde, el gabinete de Hitler paso una ley de un solo párrafo: " Se considera legalmente que las medidas tomadas el 30 de junio y el 1 y 2 de julio para suprimir las actividades traidoras fueron tomadas en defensa del estado en un momento de emergencia ".
Pronto Hitler ordeno la reorganización de su fuerza de adictos, por fuera del control de las SA, denominándolo para esa época como fuerza de choque o Schutzstaffel. Con la formación de esta fuerza conocidas posteriormente como las SS, vinieron a coexistir dentro de la NSDAP dos organizaciones políticas paramilitares.
Después de la formación de las SS en 1925, estas pronto adquirieron una dinámica propia de crecimiento, derivándose de ella la creación de la más tarde conocida como unidades Leibstandarte de las SS. En 1933, ocho años después de la creación de las SS, ellas contaban con 50.000 miembros, es en la primavera de 1933 cuando se decide la creación de unidades de elite alrededor de las SS.
Esta elite de la elite, se convierte en un cuerpo especial de guardaespaldas, conformando una unidad como Guardia de Korps de Hitler; la cual solo respondía a su mando.
Para aumentar la guardia personal de Hitler se envío a Berlín un selecto contingente de 120 hombres bajo el mando de un oficial de las SS bávaras, Josef Sepp Dietrich, quien más tarde seria comandante de la División Panzer Leibstandarte Adolfo Hitler. A partir de entonces, cualquiera que visitara al Führer tenia que pasar primero por el inflexible escrutinio de al menos tres miembros de esta Leibstandarte o guardaespaldas.
En 1933 se crean además dos nuevos Comandos Especiales (Sonderkommando) el de Zossen y el de Juterbog, estos dos funcionan como unidades de entrenamiento del localizado en Berlín.


En Septiembre de 1934 Hitler crea el ala militar del partido aprobando la formación de las SS Verfügungstruppe o SS-VT (tropas de servicios especiales), bajo sus ordenes directas. Pronto Himmler se decide a crear dos nuevos regimientos de las SS, el Germanía y Deutschland, que junto con la ya creada Leibstandarte Adolfo Hitler, constituyeron la semilla de las futuras Waffen SS. Se elige para comandar esta fuerza a Paul Hausser como general de brigada, quien introdujo las innovaciones en entrenamiento y equipo, fue el impulsor del uniforme mimetizado, y supo inculcar a sus hombres muchas de las teorías nazis sobre la supremacía de los hombres arios y los subhumanos.
Un gran oficial de reclutamiento, Gottlob Berger, que tuvo que emplear la imaginación y los recursos inimaginables para lograr reclutar las fuerzas que se sacaron para completar las unidades de Waffen SS, que no tenían disposición de cupos de reclutamiento ordinario, como otros servicios de las fuerzas armadas, hizo que se echara mano a lo que había disponible: voluntarios extranjeros, arios primeros, nórdicos después, y al final pasando de todo, policías y personal de otra rama de la SS como la Totenkopfverbände, que entre otras tareas de seguridad interna (perseguir a los enemigos del Reich), tenían la de vigilancia de los campos de concentración de prisioneros políticos y los de exterminio, hasta con criminales convictos, con los que se formo las Brigadas, más tarde Divisiones, Dirlewanger y Kaminski.


Como la SS era una organización muy compleja, con distintas ramas, que abarcaban desde reservistas en el Reich a tiempo parcial, en tareas se seguridad o gendarmería, hasta unidades de policía (tanto la de seguridad como la de orden público), ya que a partir de principios de 1944 se ordenó que todas las unidades de la Shutzpolizei debían vestir el uniforme de combate de la SS o llevar en su uniforme, en el bolsillo izquierdo, un escudo con las dos runas.
En Agosto de 1938 Hitler autoriza la motorización de sus preciadas SS. Con el fin de convertirla en una unidad de combate activo, el Führer las hace participar en la ocupación de Austria y en la de los Sudetes.
En Octubre de 1939 se autoriza la creación de las Divisiones de las SS, sujetas la Ejército a fin de evitar los recelos de los generales de la Wehrmacht; con los regimientos Deutschland, Germanía y Der Führer se crea la División SS Verfugugs. El Leibstandarte Adolfo Hitler será reforzado y más tarde elevado al rango de división. Himmler da a sus unidades militares el titulo de Waffen SS, (Waffe en alemán es arma). En Marzo de 1940 Hitler autoriza la formación de cuatro nuevos batallones de artillería motorizada para unirlos a las Waffen SS y el Leibstandarte Adolfo Hitler. En Mayo de 1940 encontramos las primera unidades de las Waffen SS encuadradas dentro de los ejércitos desplegados para invadir a Francia. Desde su constitución en 1940, hasta 1945, contó con 910.000 hombres con una formación militar de elite.
Las Waffen SS acarrearon gran parte de la mala fama de la organización madre, lo que no quita a que hubiera verdaderos comportamientos criminales entre sus miembros, desde el oficial que mandó fusilar prisioneros británicos en Merville (División Totenkopf) y Wormhoudt (División Liebstandarte) en 1940, la masacre de civiles franceses en Oradour-Sur-Glane (División Das Reich), y el fusilamiento de prisioneros norteamericanos en Malmedy (División Leibstandarte),estas últimas en 1944, hizo que al acabar la guerra acarreasen la infamia de "carniceros" y asesinos. Dentro del aspecto puramente militar, es criticable el desprecio fanático a la vida en el cumplimiento de la misión, lo que hizo que la proporción de bajas entre las unidades Waffen SS de primera línea fuese escandaloso en comparación con otras unidades del Heer (Ejército), pues eran bajas que con una planificación más metódica se podían haber evitado, pues una de los obligaciones del soldado es preservar su vida para seguir combatiendo al día siguiente: la carga del 9º Batallón de Reconocimiento Blindado de la División Honnestauffen en el puente de Arnhen es uno de los ejemplos más típicos, pues supuso la destrucción de la unidad.




Divisiones Waffen SS


I SS Panzer Division "Leibstandarte Adolf Hitler ". Guardia de Korps del Führer. Acorazada formada por alemanes.

II SS Panzer Division "Das Reich ". Acorazada formada por alemanes.

III SS Panzer Division "Totenkorpf ". Acorazada formada por alemanes.

IV SS Panzergrenadier "Polizei". Elementos de la Ordnungspolizei. Acorazada formada por alemanes.

V SS Panzer Division "Wiking". Acorazada formada por alemanes, holandeses, finlandeses, daneses.

VI SS Gebirgs Division "Nord". Elementos de la Totenkorpf y Volksdeutschen. Tropas de montaña formada por alemanes.

VII SS Freiwilligen-Gebirgs Division "Prinz Eugen". Tropas de montaña formada por Volksdeutschen.

VIII SS Kavallerie Division "Florian Geyer". Caballería formada por alemanes, holandeses, finlandeses.

IX SS Panzer Division "Hohenstaufen". Acorazada formada por alemanes.

X SS Panzer Division "Frundsberg". Acorazada formada por alemanes.

XI SS Freiwilligen-Panzergrenadier Division "Nordland". Granaderos acorazados formada por finlandeses, daneses, noruegos y holandeses.

XII SS Panzer Division "Hitler Jugend". Elementos de la Hitlerjugend y la Leibstandarte Adolf Hitler. Acorazada formada por alemanes.

XIII SS Waffen-Gebirgs Division der SS "Handschar(Kroatische Nr 1)". Tropas de montaña formada por musulmanes bosníanos (Croacia).

XIV Waffen-Grenadier Division der SS (Ukrainische Nr 1). Tropas de montaña formada por Ucranianos.

XV Waffen-Grenadier Division der SS (Lettische Nr 1). Granaderos formada por letones (Rusia).

XVI SS Panzergrenadier Division "Reichsführer-SS". Elementos de la policía y de la guardia de corps de Himmler. Granaderos acorazados formada por alemanes.

XVII SS Panzergrenadier Division "Götz von Berlichingen" . Granaderos acorazados formada por alemanes.

XVIII SS Freiwilligen-Panzergrenadier Division "Horst Wessel". Granaderos acorazados formada por la Volksdeutschen y alemanes.

XIX Waffen-Grenadier Division der SS (Lettisches Nr 2). Granaderos formada por letones (Rusia).

XX Waffen-Grenadier Division der SS (Estnische Nr 1). Granaderos formada por estonios (Rusia).

XXI SS Waffen-Gebirgs Division der SS "Skanderbeg (Albanische Nr 1)". Tropas de montaña formada por albaneses.

XXII Freiwilligen-Kavallerie Division der SS "Maria Theresa". Caballería formada por húngaros y Volksdeutschen.

XXIII Waffen-Gebirgs Division der SS "Kama (Kroatische Nr 2)". Tropas de montaña formada por musulmanes croatas.

XXIII SS Freiwilligen Panzer Grenadier Division "Nederland". Granaderos acorazados formada por holandeses y Volksdeutschen.

XXIV Gebirgs Division "Karstjäger". Tropas de montaña formada por tiroleses (Austria), italianos y eslovacos (Checoslovaquia).

XXV Waffen-Grenadier Division der SS "Hunyadi (Ungarische Nr 1)". Granaderos formada por húngaros.

XXVI Waffen-Grenadier Division der SS "Hunyadi (Ungarische Nr 2)". Granaderos formada por húngaros.

XXVII SS Freiwilligen-Panzergrenadier Division "Langemarck (Flämische Nr 1)". Granaderos formada por flamencos (Bélgica).

XXVIII SS Freiwilligen-Panzergrenadier Division "Wallonien". Granaderos acorazados formada por valones (Bélgica).

XXIX Waffen-Grenadier Division der SS "(Russische Nr 1)". Granaderos formada por rusos.

XXIX Waffen-Grenadier Division der SS "(Italienische Nr 1)". Granaderos formada por italianos.

XXX Waffen-Grenadier Division der SS (Weissruthenische Nr 1). Granaderos formada por bielorrusos y rutenos (Rusia).

XXXI SS Freiwilligen Grenadier Division "Böhmen und Mähren". Granaderos formada por el Volksdeutschen.

XXXII SS Freiwilligen Grenadier Division"30 Januar". Granaderos formada por tropas de reserva de las SS.

XXXIII Waffen-Kavallerie Division der SS "(Ungarnische Nr 3)". Caballería formada por voluntarios húngaros.

XXXIII Waffen-Grenadier Division der SS "Charlemagne (französische Nr.1)". Granaderos formada por voluntarios franceses.

XXXIV Freiwilligen-Grenadier Division der SS "Landstorm Nederland". Granaderos formada por holandeses.

XXXV SS "Polizei" Grenadier Division. Elementos de la Ordnungspolizei. Granaderos formada por alemanes.

XXXVI Waffen-Grenadier Division der SS "Dirlewanger". Granaderos formada por alemanes.

XXXVII SS Freiwilligen-Kavallerie Division "Lützow". Caballería formada por tropas de la caballería SS más elementos de varias nacionalidades.

XXXVIII SS Grenadier Division "Nibelungen". Granaderos acorazados formada por alumnos y personal de la SS-Junkerschule de Bad Tölz.


En total se batieron bajo el signo de las Waffen SS hombres de unas veinticinco nacionalidades; entre ellos, albaneses, armenios, belgas, búlgaros, checoslovacos, croatas, daneses, estonios, finlandeses, franceses, griegos, holandeses, indios, ingleses, italianos, letones, lituanos, noruegos, rumanos, rusos, suecos y turcos.
Con el término Volksdeutschen se indica todos aquellos alemanes que, aún residiendo en el extranjero durante varias generaciones, habían mantenido usos y costumbres alemanas, y seguían formando parte del grupo étnico germano.




















Das Reich
Das Reich, junto con la Wiking, fueron las divisiones más temidas durante la segunda guerra mundial. Su historial se extiende desde comienzos de la guerra, hasta los desesperados combates en Vienna, pasando por la famosa batalla de Ardenas.

La División SS Das Reich, nació como la primera unidad militar completa de las Waffen SS. Muchos consideran a la Leibstandarte como la primera, pero esta realmente era un regimiento, para cuando nació las Das Reich.
Las Waffen SS nacieron de las necesidad de Hitler de crear un ejército totalmente leal a él, y adoctrinado con las doctrinas nazis. Así las Waffen nacieron de voluntarios que eran severamente escogidos y forjados despúes de un duro entrenamiento.
Para la formación de la Das Reich, se escogieron diversas unidades independientes, para formar una sola organización, como la SS standarte "Deutschland", "Germania" y la "Der Führer". Todas estas unidades vieron acción durante la campaña en Polonia, pero despúes de esta fueron llamadas para formar una división completa.
La divisón tomó parte durante la invasión a Holanda, tomó parte en la batalla de Arras (dondé se enfrentó junto con Rommel a la BEF ,fuerzas expedicionarias inglesas, que incluían los mejores tanques de la época "Los Matildas"). Su última batalla en la campaña francesa fue en la linea Maginot donde capturó soldados franceses intentando huir.


La próxima campaña para la Das Reich fue en Yugoslavia, donde un oficial, el Hauptsturmführer Klingensberg, tomó la capital Belgrado, solo con su habilidad político-militar y unos pocos camaradas ( era una unidad de reconocimiento ). Esta gran hazaña militar es recordada como el Bluff de Belgrado.Siguió despúes de esto un período de descanso, donde obtuvo definitivamente su nombre y renombre como Das Reich.
Despúes de este corto descanso la unidad fue enviada a Polonia, para participar en la operación Barbarroja, como parte de 2nd Panzergruppe Guderian en el armygroup centre de Von Bock. Así tomó parte de diversos enfrentamientos como el cerco a tropas soviéticas en el bolsón de Bialstock, en la captura de Gorki y en Yelna.
En Yelna participó en un vasto cerco de tropas soviéticas donde se destruyeron 4 divisiones sovieticas, pero seguido de un poderoso contraataque, donde enfrento a 11 divisones incluyendo 2 blindadas. Poco despúes fue reemplazada y emviada a la zona de Smolensk para ser reforzada.
En septiembre 1941 partcipó en la captura de Romny, seguida por un duro contrataque de 2 divisones rusas frescas, donde resistieron por 5 días hasta que llegó la 4ta división Panzer a ayudarlos. Un mes despúes participó en la captura de Kiev donde se capturaron 5 armadas rusas. Su próxima asignación fue el ataque a Moscú , pero repentinamente el clima cambió, y las temperaturas bajaron rápidamente. Capturaron la aldea de Gzhatsk junto con otras 2, para el 9 de Octubre; pero otro fuerte contraataque ruso con soporte aéreo produjeron fuertes bajas alemanas.
En los siguientes días, siguieron duras batallas, en las aldeas de Shulvelo y Mozhaisk, donde se estabilizó un frente. Sangrientas batallas se dierón en las aldeas de Artemki y Borodino al sur de Mozhaisk. La Reich avanzó lentamente, cerca de los alrededores de Moscú donde fue sorprendida por un furioso ataque de tropas mongoles recién llegadas, luchando por cada metro de suelo a temperaturas bajo cero.
Durante estas semanas sufrieron alrededor 7.000 bajas. Después cuando se estabilizó el invierno, Hitler lanzó un ataque final, pero sin equipo ni preparación la ofensiva colapso ante el peso de la contraofensiva lanzada por Zhukov, en diciembre. Das Reich perdió 4.000 soldados más hasta marzo donde fue enviada a Francia a Reforzarse.
Durante su estancia en Francia fue reequipada y actualizada junto con otras dos divisiones de las SS, la Leibstandarte y la Totenkopf, y pasaron a ser SS Panzer Division ( Diviones Blindadas ) para ser luego enviadas de nuevo dal frente al Grupo de Armada del Sur (Don Gruppe) . Durante este período , estuvieron al mando de uno de los mejores oficiales alemanes, Paul Hausser.


Durante el avance en Kharkov, en 1943 las nuevas SS Panzer Corps ( formadas por las tres divisiones antes descritas ) participaron en el cerco a tropas sovieticas. En esta ocasión un contragolpe sovietico en esta región obligo a retroceder a las SS Korps, desobediciendo a las ordenes directas de Hitler de mantener cada centímetro de territorio a toda costa. Esta decisión fue acertada, así Paul Hausser ordenó retroceder ,y bajo las ordenes de Manstein, para recontraatacar cercando las unidades rusas alrededor de Kharkov. Esto fue parte de un brillante plan de Manstein para romper las líneas rusas, así luego 5 días de sangrientas luchas se retomó la ciudad de Kharkov.
Esto estabilizó el frente y allanó el camino para un nueva ofensiva en verano, alrededor de la saliente en Kursk. Esta ofensiva era visualizada tanto por los oficiales alemanes como los rusos, por lo que estos últimos comenzaron a construir un inmenso sistema defensivo.
En otras de sus malas desiciones, Hitler ordenó frenar la ofensiva hasta la llegada de la nueva arma alemana, los "Panther", dando a los rusos tiempo para terminar de plantar extensos campos de minas, bunkers y armas antitanques. Así la opercación Citadel comenzó el 4 de Julio ( meses despúes de Kharkov ), y Das Reich formo parte de la 4ta Panzer Army en el sector sur de la saliente de Kursk. Ahora estaba equipada con los "Tiger" y esperendo la llegada de un Batallón Panther, comenzaba así la lucha.
Pero los Panther nunca llegaron para las SS Panzer Korps,debido a que los 200 carros esperados, tuvieron un sin número de problemas en el camino, y como todo modelo nuevo su desempeño inicial fue mediocre, llegando soló 40 de estos carros el 7 de julio. Estas unidades vieron reducido combate y sufrieron muchos desperfectos mecánicos. Pronto los Panther se covertiran en los reyes en el campo de batalla, pero pasará tiempo para esto.
Así las SS Panzer Korps inician la ofensiva siendo separadas, en tres objetivos distintos, la Totenkopf fue asignada a abrir una cabeza de río , en las riveras del Psel, en las próximidades de Obayan. La Leibstandarte fue asignada a la toma de la ciudad de Prochorovka, y la Das Reich fue asiganada a abrir un corredor al sur, cerca de Tetrevino.


Aquí otro tema de discusión :¿ Cuantos tanques alemanes de las SS actuaron durante la batalla de Kursk ?, muchos opinan que fueron 700 ,otros 500, pero nueva información desclasificada por el gobierno de USA, y el ruso apuntan que las SS Panzer Korps poseían 327 tanques operativos, así como otros pocos como vehículos de Comandancia. Así para el 11 de Julio las SS Panzer Korps poseían en total 211 tanques operativos (Totenkopf 94, Leibstandarte 56 y Das Reich 61). Además se informa que sólo 15 tanques tipo "Tiger" partciparon en la batalla.
Dos días despúes, el 13 de Julio las SS Panzer Korps reportaron 163 tanques operacionales, lo que indica lo costoso y sangriento de la batalla. Pero nunca se acerca a las historia convencional descrita por otros autores. En contraste los rusos reportaron para entonces 400 tanques con daños reparables, sin indicar los no reparables. La evidencia sugiere que al comenzar la batalla, los rusos tenían alrededor de 850 tanques, y para julio 13 solo poseían de 150 a 200 tanques operativos.
La batalla continúo hasta el 16 de Julio, donde la Totenkofp habían alcanzado tomar la ruta Kartaschevka-Prochorovka, así como importantes colinas al norte cercando las líneas de suministro rusas . Pero en este momento crítico de la batalla, Hitler tomó una de las decisiones más cuestionables en toda la guerra. Recibiendo noticias de la invasión aliada a Sicilia, y reporte de ataques en el río Mius y Izyum, creyó inminente una ofensiva rusa más al norte.
Así ordenó el cese de la ofensiva, desmanteló a las SS Panzer Korps, envio a la Leibstandarte a reforzar el frente en Italia, dejando a las demás unidades a la defensiva. Este momente fue muy importante para los rusos, que lograron reparar las unidades dañadas en el campo de combate y utilizando sus últimas reservas lanzaron un severo contragolpe.
Las Das Reich quedaron envueltas en severas batallas defensivas. Debido a la desición de Hitler ,los alemanes tuvieron poco tiempo para estabilizar el frente lo que obligo la retirada parcial en Ucrania. Así las Das Reich fue retirada del frente y fue reenvíada a Francia en Enero de 1944 para sus reforzamiento y reemplazo.
Durante este período, las unidades de las Das Reich estuvieron envueltas en diversas situaciones políticas-sociales, no militares, y se le involucró en combate contra las guerrillas partisianas y purgas en algunas poblaciones.
Quedó como una unidad de reserva en Normadía, y para el 6 de Junio , no pudo entrar en combate, en otras de esas decisiones de Hitler. Hasta el 18 de Junio, cuando los aliados habían reforzados los pie de playas ,entraron en acción. En Julio batalló en la St. Lô, y en la primera semana de agosto participó en la contraofensiva en Mortain. Para el final del mes, participó en furiosos contrataques en el bolsón de Falaise evitando el colapso de este y dando tiempo a las unidades alemanas a escapar con la mayor cantidad de equipo posible, en las riveras del río Seine. Como sabemos los alemanes perdieron mucho de su equipo pesado aquí, debido a el río Seine no permitió el paso de estos.


Das Reich fue reforzada, esta vez con equipo de menor calidad (Soldados Novatos y Tanques menos poderos que los Panther) y fue enviada a la Ofensiva en las Ardenas como parte de la Sexta Armada Panzer luego transferida a la quinta bajo las ordenes de Manteuffels, donde lucho contra la 82nd airborne norteamericana en St. Vith, siguió avanzado hasta Bastogne, donde colapso la ofensiva debido a que el clima mejoró y los aliados usaron su mayor (y quizás lo que les dio la victoria en la Segunda Guerra Mundial ) ventaja : la aviación.
Luego del fracasó en las ardenas , fue enviada a frente oriental donde participó en la pequeña ofensiva en Hungría, retrocediendo hasta Austria, defendiendo Viena el 15 de Abril de 1945. Los remanentes de la divisón fueron capturados por tropas norteamericanas, en algunas regiones de Checoslovaquia.


La Das Reich, fue una de las mejores unidades en toda la segunda Guerra Mundial, brindó al mundo de algunos de los mejores oficiales que revolucionaron lo que para entonces era el concepto de guerra, y brindó un sin números de leyendas dentro de sus filas ( Michael Wittman como ejemplo ) siendo ejemplo para cualquier otra unidad en el campo de batalla. Su renombre vibra aún hasta esta época y en los corazones de aquellos que tuvieron algún conocido dentro de sus filas.












ENTRADA DE LOS PAISES A LA GUERRA
Esta es una lista de los paises que participaron en la SGM, con su respectiva entrada a este conflicto bélico.

ALIADOS

Pais Entrada en la Guerra
Polonia 01 septiembre 1939
Nueva Zelanda 03 septiembre 1939
Gran Bretaña 03 septiembre 1939
Francia 03 septiembre 1939
Autralia 03 septiembre 1939
Sudáfrica 06 septiembre 1939
Canadá 10 septiembre 1939
Dinamarca 09 abril 1940
Noruega 09 abril 1940
Luxemburgo 10 mayo 1940
Bélgica 10 mayo 1940
Holanda 10 mayo 1940
Grecia 28 octubre 1940
Yugoslavia 06 abril 1941
Union Sovietica 22 junio 1941
Irán 25 agosto 1941
India 07 diciembre 1941
Panamá 07 diciembre 1941
Estados Unidos 07 diciembre 1941
China 08 diciembre 1941
Costa Rica 08 diciembre 1941
Rep. Dominicana 08 diciembre 1941
El Salvador 08 diciembre 1941
Haití 08 diciembre 1941
Pais Entrada en la Guerra
Honduras 08 diciembre 1941
Cuba 09 diciembre 1941
Guatemala 09 diciembre 1941
Nicaragua 11 diciembre 1941
Checoslovaquia 16 diciembre 1941
México 22 mayo 1942
Etiopía 14 julio 1942
Brasil 22 agosto 1942
Iraq 17 enero 1943
Bolivia 07 abril 1943
Colombia 26 noviembre 1943
Liberia 27 enero 1944
San Marino 21 septiembre 1944
Ecuador 02 febrero 1945
Paraguay 07 febrero 1945
Perú 12 febrero 1945
Uruguay 15 febrero 1945
Venezuela 15 febrero 1945
Turquía 23 febrero 1945
Egipto 24 febrero 1945
Líbano 27 febrero 1945
Arabía Saudita 01 febrero 1945
Argentina 27 febrero 1945
Chile 11 abril 1945



EJE
Pais Entrada en la Guerra
Alemania 01 septiembre 1939
Italia 10 junio 1940
Hungría 20 junio 1940
Rumania 23 noviembre 1940
Pais Entrada en la Guerra
Bulgaria 01 marzo 1941
Finlandia 25 junio 1941
Japón 07 diciembre 1941
















PERDIDAS TOTALES DE LA GUERRA
Paises Perdidas
Totales Muertos Heridos Prisioneros o
desaparecidos

ALIADOS
China 3.211.419 1.319.958 1.761.335 130.126
Estados Unidos 1.076.245 405.399 670.846 ---------------
Francia 741.568 201.568 400.000 140.000
Gran Bretaña 772.462 357.116 369.267 46.079
Unión Sovietica 20.127.000 6.115.000 14.012.000 ---------------
Otros 2.802.000 400.000 2.400.000 2.000

Total 28.730.694 8.799.041 19.613.448 318.205

EJE
Alemania 11.800.000 3.250.000 7.250.000 1.300.000
Italia 505.228 135.723 225.000 144.505
Japón 2.025.000 1.800.000 140.000 85.000
Otros 1.340.000 884.000 26.000 430.000

Total 15.670.228 6.069.723 7.641.000 1.959.505







Estadísticas del Holocausto
Pais Población judía inicial Muertes estimadas % Muertos estimados Número de sobrevivientes
Polonia 3.300.000 91% 3.000.000 300.000
U.S.S.R 3.020.000 36% 1.100.000 1.920.000
Hungria 800.000 74% 596.000 204.000
Alemania 566.000 36% 200.000 366.000
Francia 350.000 22% 77.320 272.680
Rumania 342.000 84% 287.000 55.000
Austria 185.000 35% 65.000 120.000
Lituania 168.000 85% 143.000 25.000
Holanda 140.000 71% 100.000 40.000
Bohemia Moravia 118.310 60% 71.150 47.160
Latvia 95.000 84% 80.000 15.000
Eslovaquia 88.950 80% 71.000 17.950
Yugoslavia 78.000 81% 63.300 14.700
Grecia 77.380 87% 67.000 10.380
Belgica 65.700 45% 28.900 36.800
Italia 44.500 17% 7.680 36.820
Bulgaria 50.000 0% 0 50.000
Dinamarca 7.800 0.8% 60 7.740
Estonia 4.500 44% 2.000 2.500
Luxemburgo 3.500 55% 1.950 1.550
Finlandia 2.000 0.3% 7 1.993
Noruega 1.700 45% 762 938
TOTAL 9.508.340 63% 5.962.129 3.546.211









PRINCIPALES OPERACIONES BÉLICAS DE 1939
Frente Occidental
3 - 10 de septiembre : Declaración de guerra a Alemania por parte de Francia, Gran Bretaña, Canadá, África del sur, Australia, Nueva Zelandia, India, etc.
Frente Oriental
1 de septiembre : Invasión de Polonia por los alemanes.
7 - 28 de septiembre : Batalla de Modlin y Varsovia.
12 de septiembre : Rendición del ejército polaco del Sur.
17 de septiembre : Invasión de Polonia por los rusos.
Frente del Norte y Atlántico
3 de septiembre : Hundimiento del transatlántico inglés Athenia.
17 de septiembre : Hundimiento del portaaviones inglés Courageous.
14 de octubre : Un submarino alemán penetra en la bahía inglesa de Scapa Flow y hunde al acorazado Royal Oak.
26 de noviembre : Hundimiento del crucero auxiliar inglés Rawalpindi.
30 de noviembre : Comienzo de la guerra ruso-finlandesa.
14-17 de diciembre : Batalla naval y hundimiento del acorazado corsario alemán Graf von Spee por su propia tripulación (Montevideo).
31 de diciembre : Victoria finlandesa en la primera batalla de Suomassalmi.
PRINCIPALES OPERACIONES BÉLICAS DE 1940
Frente Occidental
10 de mayo : Invasión alemana de Bélgica, Holanda y Luxemburgo.
10 de mayo – 4 de junio : Batalla del canal.
29 de mayo – 4 de junio : Retirada de Dunkerque.
12 - 22 de junio : Batalla de Francia.
14 de junio : Las tropas alemanas entran en París.
22 de junio : Armisticio entre Alemania y Francia.
8 de agosto – 5 de octubre : Batalla aérea de Inglaterra que significó para los alemanes la pérdida del dominio del aire y las posibilidades de invadir aquel país.
Frente del Mediterráneo – Balcanes – África
10 de junio : Declaración de guerra a Francia e Inglaterra por parte de Italia.
24 de junio : Armisticio entre Francia e Italia.
septiembre – diciembre : Ofensiva italiana en África septentrional y avance hasta Sidi el Barrani (General Graziani).
28 de octubre : Ultimátum y ataque italiano a Grecia.
11 de noviembre : Ataque aéreo inglés a la flota italiana en el puerto de Tarento.
diciembre : Contraofensiva británica en África septentrional y derrota de las tropas italianas de General Graziani. (General Wavell).
Frente del Norte y Atlántico
8 de enero : Victoria finlandesa en la segunda batalla de Suomassalmi.
10 – 18 enero : Ofensiva soviética en el golfo de Finlandia.
9 de marzo : Desembarco soviético en Viborg.
13 de marzo : Fin de la guerra soviético-finlandesa.
9 de abril : Invasión alemana de Dinamarca y Noruega.
9 de abril – 9 de junio : Batalla de Narvik.
23 de abril - 6 de mayo : Batalla de Trondheim.
octubre : Comienzo del crucero corsario del acorazado de bolsillo alemán Admiral Scheer
PRINCIPALES OPERACIONES BÉLICAS DE 1941
Frente del Norte y Atlántico
febrero : Comienzo de la guerra Submarina alemana; el Admiral Scheer finaliza su crucero corsario.
febrero – mayo : Crucero corsario de los acorazados alemanes Scharnhorst y Gneiseneau.
mayo : Crucero corsario del acorazado alemán Bismarck y del crucero Prinz Eugen.
mayo : El Bismarck hunde el acorazado inglés Hood y pone fuera de combate al Prince of Wales, pero perseguido por la flota inglesa es hundido a su vez frente a la costa francesa de Brest.
25 de junio : Finlandia, aliada de Alemania, entra de nuevo en guerra contra la Unión Soviética.
Frente del Mediterráneo
4 de enero : Los ingleses ocupan Bardia y prosiguen su avance hasta El – Agueila.
10 de enero : Hundimiento del buque inglés Southampton.
28 – 29 de marzo : Batalla aeronaval de Cabo Matapán con el hundimiento de los cruceros italianos Pola, Zara, Fiume, por los Ingleses.
marzo – abril : Ataque italo-alemán en África del Norte (General Rommel) hasta Sollum, y asedio de Tobruk.
6 – 30 de abril : Ocupación de Yugoslavia y Grecia por fuerzas germano-italianas.
18 de mayo : Capitula en Amba-Alagi el duque de Aosta, virrey de Etiopía.
20 de mayo – 1 de junio : Ocupación de Creta por los alemanes.
13 de noviembre : Hundimiento del portaaviones inglés Ark Royal (Gibraltar).
18 de noviembre : Ataque italo-alemán a Tobruk y contraataque inglés (Mariscal Conningham).
25 de noviembre : Batalla aeronaval de Sollum.
27 de noviembre : Cesa la resistencia italiana en África oriental.
Frente Oriental
2 – 30 de mayo : Rebelión antibritánica en Iraq y fracaso de la misma.
8 de junio – 14 de julio : Ocupación de Siria por los anglo – franceses.
22 de junio : Ataque alemán a la Unión Soviética.
10 – 16 julio : Batalla en la línea Stalin.
20 – 27 de julio : Batalla de Smolensko.
6 de julio – 8 de agosto : Batalla de Uman y de Zitomir.
25 – 29 de agosto : Ocupación anglo-soviética de Irán
23 de agosto – 19 de septiembre: Batalla de Irán, batalla de Kiev.
2 – 8 de septiembre : Comienza el asedio de Leningrado.
1 – 12 de octubre : Batalla de Briansk.
15 de octubre – 16 de noviembre : Primer ataque a Moscú.
16 de noviembre – 5 de diciembre : Segundo ataque a Moscú
29 de noviembre : Reconquista de Rostov por los rusos.
6 – 31 de diciembre : Primer contraataque soviético (frente Norte).
Frente de Pacífico
7 de diciembre : Ataque aéreo japonés a Peal Harbor; declaración de guerra de los Estados Unidos y comienzo de las operaciones ofensivas japonesas de gran radio de acción.
8 de diciembre : Invasión de Tailandia.
9 de diciembre : Ocupación de la ciudad de Bangkok, ocupación de las islas Gilbert, desembarco en Luzón (Filipinas), hundimiento de los acorazados ingleses Prince of Wales y Repulse.
12 de diciembre : Nuevo desembarco japonés en las Filipinas.
14 de diciembre : Ocupación de Guam.
16 de diciembre : Desembarco en Sarawak.
18 de diciembre : Desembarco en Hong Kong.
20 de diciembre : Desembarco en Mindanao.
23 de diciembre : Ocupación de la isla de Wake.
PRINCIPALES OPERACIONES BÉLICAS DE 1942
Frente del mediterráneo
7 de febrero : Fin del contraataque inglés en África del Norte.
marzo – abril : Contraofensiva italo-alemana en África del Norte.
21 de junio : Reconquista de Tobruk por los italo-alemanes.
3 de septiembre : Conquista por los italo-alemanes de El Alamein; fin de la ofensiva.
23 de octubre : Ofensiva inglesa (Montgomery).
8 – 10 : Desembarcos americanos en Argelia y Marruecos.
11 de noviembre : Comienzo de la batalla de Túnez.
Frente Oriental
enero : Los soviéticos obligan a los alemanes a retroceder en el sector de Moscú.
12 de mayo – 14 de junio : Ofensiva rusa en Jarkov.
28 de junio : Comienzo de la ofensiva alemana en el Cáucaso (General von Bock y von Paulus).
3 de julio : Caída de Sebastopol.
28 de julio : Comienzo de la batalla de Stalingrado (punto máximo del avance alemán.
diciembre : Comienzo de la ofensiva soviética.
Frente del Pacífico
Prosiguen las acciones ofensivas Japonesas en una vasta zona de operaciones.
2 de enero : Ocupación de Manila y de la base naval de Cavite.
7 de enero : Desembarco en las Indias Holandesas.
11 de enero : Ocupación de Kuala Lumpur.
18 de enero : Ocupación de Tavoy e invasión de Birmania.
20 de enero : Comienzo de la invasión de Nueva Guinea.
22 de enero : Desembarcos en Rabaul y en las islas Salomón.
24 de enero : Desembarco en Balikpapan y en Kendari ( Islas de la Sonda ).
30 de enero : Toma de Amboina ( Islas Holandesas ).
3 de febrero : Desembarco en Gesmata ( Islas Bismarck ).
10 de febrero : Ocupación de Martaban ( Birmania ).
14 de febrero : Ocupación de Palembang ( Sumatra ).
15 de febrero : Caída de Singapur.
20 de febrero : Desembarcos en Bali y en Timor.
5 de marzo : Ocupación de Batavia.
8 de marzo : Ocupación de Rangún y desembarco en Lae y en Salamaua (Nueva Guinea).
abril : Bombarderos japoneses de Darwin y Sydney en Australia.
6 de abril : Batalla aeronaval del océano Indico.
9 de abril : Conquista de Batán.
7 – 8 de mayo : Batalla aeronaval del mar del Coral.
junio : Bombardeo japonés de Vancouver ( Canadá ).
mayo – junio : Termina la ocupación de Birmania y de las Filipinas.
30 de mayo : Bombardeo de Diego Suárez y de Sydney.
3 – 5 de junio : Batalla aeronaval de las islas Midway.
7 de agosto : Comienzo de las batallas aeronavales de Guadalcanal (punto máximo de las conquistas japonesas).
julio – agosto : Ataque a Port Moresby ( Nueva Guinea ).
noviembre : Comienzo de la reconquista estadounidense de Nueva Guinea.
diciembre : Cerco aliado de Rabaul y desembarcos aliados en las islas Bismarck.
PRINCIPALES OPERACIONES BÉLICAS DE 1943

Frente Oriental
enero : Batalla del Cáucaso.
12 de enero : Ofensiva soviética en Jarkov.
febrero : Definitiva reconquista rusa de Rostov.
23 de febrero – 15 de marzo : Contraofensiva alemana en Jarkov.
5 – 15 de julio : Ofensiva Alemana en Oriel – Kursk – Bielgorod.
15 de julio – 9 de octubre : Gran ofensiva rusa durante el verano.
9 de octubre – 16 de noviembre : Campaña soviética de otoño sobre Kiev y Herson.
noviembre – diciembre : Comienzo del avance al oeste de Kiev y ofensiva soviética de invierno.
Frente del Mediterráneo
23 de enero : Caída de Trípoli.
12 de mayo : Acaba la batalla de Túnez y finaliza la guerra de África del Norte.
10 de julio : Desembarco aliado en Sicilia.
22 de julio : Conquista de Palermo.
17 de agosto : Conquista de Mesina.
3 de septiembre : El mariscal italiano Badoglio firma el armisticio.
8 de septiembre : Los alemanes desarman al ejército italiano y detienen el avance aliado.
9 de septiembre : Desembarco aliado en Salerno.
1 de octubre : Conquista de Nápoles.
12 – 14 de noviembre : Batalla de Volturno.
Frente del Pacífico
7 de febrero : Finalizan las batallas aeronavales de Guadalcanal.
abril – agosto : Reconquista de las islas Aleutianas por los estadounidenses.
noviembre – diciembre : Reconquista de las islas Gilbert y de las islas Marshall.
PRINCIPALES OPERACIONES BÉLICAS DE 1944
Frente Occidental
6 de junio : Desembarco de las fuerzas aliadas en Normandía.
7 – 10 de junio : Batalla de las playas.
7 – 16 de junio : Primera batalla de Caen.
18 – 28 de junio : Batalla y conquista de Cherbourg.
28 de junio – 9 de julio : Segunda batalla de Caen.
31 de julio – 8 de agosto : Ruptura del frente alemán de Avranches.
16 de agosto : Desembarco aliado en la costa Azul.
25 de agosto : Conquista de París.
3 de septiembre : Conquista de Bruselas.
septiembre – noviembre : Batalla de Lorena. Conquista de Aix-la-Chapelle.
16 de diciembre : Comienzo de la contraofensiva alemana ( von Rundstedt ); batalla de las Ardenas.
Frente del Mediterráneo
22 de enero : Desembarco en Anzio.
noviembre de 1943 – mayo de 1944 : Batalla de Cassino.
4 de junio : Conquista de Roma.
Frente del Norte y Atlántico
10 – 21 de junio : Ofensiva soviética en Finlandia.
21 de junio : Finlandia solicita la paz.
19 de septiembre : Armisticio entre Finlandia y la Unión Soviética.
Frente Oriental
27 de enero : Termina el asedio a Leningrado.
15 de abril : Fin de la ofensiva rusa de invierno; los soviéticos penetran en Rumania, Polonia y Checoslovaquia.
23 de junio – 20 de agosto : Ofensiva rusa en el Centro y Norte.
19 de agosto – 7 de octubre : Ofensiva soviética en los Balcanes.
Frente del Pacífico
enero : Las fuerzas navales de Nimitz reconquistan las islas Marshall.
15 de febrero : Desembarcos aliados en las islas del Almirantazgo.
24 de abril : Reconquista de Madang ( Nueva Guinea ).
14 de junio – 8 de julio: Reconquista de Saipán.
julio : Ocupación aliada de las islas Salomón del Sur y Woordmaua ( Nueva Guinea ).
11 de septiembre : Reconquista de Salamaua ( Nueva Guinea ).
16 de septiembre : Reconquista de Lae.
19 de octubre : Desembarco de los aliados en Leyte.
23 – 28 de octubre : Batalla aeronaval de las Filipinas.
PRINCIPALES OPERACIONES BÉLICAS DE 1945
Frente Occidental
febrero : Los aliados conquistan la línea Sigfrido.
marzo : Los aliados cruzan el Rin.
24 marzo – 8 mayo : Conquista de Alemania Occidental.
25 de abril : Los aliados establecen contacto con los rusos en Torgau.
7 de mayo : Fin de la resistencia y rendición sin condiciones de las fuerzas armadas germanas (Reims).
Frente del Mediterráneo
9 de abril : Ofensiva aliada hacia la llanura del Po.
3 de mayo : Rendición general de las fuerzas alemanas en Italia.
Frente Oriental
12 de enero – 23 de febrero : Ofensiva soviética en los Balcanes; conquista de Viena ( 13 de abril ).
16 de abril – 3 de mayo : Batalla y caída de Berlín.
Frente del Pacífico
enero – febrero : Reconquista de las Filipinas.
enero – mayo : Reconquista de Birmania.
febrero – marzo : Reconquista de Iwo-Jima.
abril : Reconquista de Okinawa.
mayo – agosto : Reconquista de Borneo.
21 de junio – 14 de agosto : Campaña del Japón.
6 de agosto : Bomba atómica sobre Hiroshima.
9 de agosto : Se arroja una segunda bomba atómica, esta vez sobre Nagasaki.
9 – 14 de agosto : Invasión rusa de Manchuria.
14 de agosto : Rendición sin condiciones del Japón.









Las “ARMAS SECRETAS” de Hitler, algo más que fantasía.
Luigi Romersa
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La Historia que me dispongo a contar parte de ciertas experiencias a las cuales asistí hace 40 años y que tuvieron lugar -aún se encontraba en curso la guerra mundial- fueron definidas por muchos, apresuradamente, de fantasías. En un primer momento las consideraron fantasías, a decir verdad, también los servicios secretos estadounidenses, ingleses y franceses los cuales, sin embargo, debieron volver sobre sus pasos y tratar con todos los medios a su disposición, de colocarse a buen recaudo.


Estoy hablando de las armas secretas alemanas a las cuales se encuentra estrechamente ligado el nombre, o mejor dicho, el genio de Wernher von Braun, al cual me ligó, durante años, una amistad fraterna. En concreto, desde 1944 hasta su muerte.
Que Alemania hacia el final del conflicto, dispusiese de un arsenal de armas que, con relación a las que normalmente usaban sus enemigos por estructura y potencia desafiaban la fantasía, es un hecho reconocido fuera ya de toda discusión.
Con el fin de la guerra, el mito de estas armas terminó o, cuanto menos fue archivado especialmente por quienes ante el primer anuncio del empleo de medios capaces de revolucionar la técnica bélica, se mostraron incrédulos y atribuyeron la sensacional declaración al cerebro, siempre en fermento, de aquel brujo de la propaganda alemana que fue el ministro Goebbels. Pero la capitulación de Alemania, con la desaparición de las pesadillas que en los últimos meses habían empujado a los Estados Mayores aliados a forzar las defensas germánicas con un amplísimo empleo de hombre y de medios, abrió el camino a la verdad y la historia de las armas secretas se convirtió en una nueva rama de la ciencia militar al cual se aplicaron de inmediato, y con extremo interés estadounidenses, ingleses y rusos.
En 1945, al anunciar oficialmente la victoria, Churchill dijo: “Los descubrimientos recientemente llevados a cabo por nosotros en territorio alemán, francés y holandés, muestran como el derrumbe del enemigo libró a Gran Bretaña del peligro, gravísimo, no sólo de los torpedos volantes y de los proyectiles cohetes, sino también de las baterías múltiples de gran radio que estaban a punto de ser instaladas contra Londres. Los Ejércitos aliados aplastaron la víbora en su nido, justo a tiempo. Los alemanes estaban, además alistando una nueva flota de sumergibles a inmersión continua y estudiando una nueva táctica que, materializada, habría podido llevar la guerra submarina a un grado equiparable a los peores días de 1942”.
A esta autorizada voz se unieron otras muchas llegándose a la publicación de un verdadero y propio catálogo de aquello que los científicos alemanes estaban aprontando para la Wehrmacht, cuando ya había comenzado su agonía. El coronel D.L. Putt, del Mando de las Fuerzas Armadas estadounidenses destacadas en los territorios ocupados, no fue menos explícito que Churchill al comentar la conclusión de las operaciones. “Sólo unas pocas semanas más -dijo- y los alemanes habrían puesto en funcionamiento un arma resolutiva, acoplando la V-2 a la bomba atómica de la que poseían dos ejemplares”. Y después, el jefe supremo de las tropas de invasión, general Eisenhower, en su libro “Cruzada en Europa“, escribió: Si el enemigo hubiese podido ultimar la producción de sus nuevas armas seis meses antes y usarlas en masa, nuestro desembarco habría sido seriamente obstaculizado, sino convertido en imposible. Estoy convencido que con el empleo de tales medios, los alemanes habrían podido hacer fracasar nuestra operación “Overlord”.
Las palabras de Eisenhower encontraron eco en una publicación de la Universidad de Chicago titulada “El arma aérea de la SGM”, en la que se lee: Para los aliados la operación “Overlord” se resolvió afortunadamente. Pero en los últimos meses los alemanes habrían podido cambiar el curso de la guerra.
Tras una primera oleada de revelaciones clamorosas, como he dicho, volvió el silencio. Fue la aparición de los primeros platillos volantes lo que reavivó el recuerdo de las armas secretas alemanas y relacionó el misterio de aquellas inalcanzables y velocísimas máquinas a lo que Alemania produjo cuando se encontraba en las últimas. ¿Había o no algo de verdad en todo esto? Lo veremos de inmediato. LAS DUDAS DE MUSSOLINI
Sobre la existencia o no de nuevos destructores ingenios con los cuales el III Reich se aprestaba a revolucionar el arte bélico conocido hasta entonces, se hablaba mucho, pero sin datos precisos, dado que en la materia los alemanes eran muy avaros de información, incluso con sus aliados y en particular con los italianos. Mussolini estaba ansioso de saber pero cada vez que afrontaba el argumento se le respondía con un muro de circunspección. De las armas secretas, Hitler y Mussolini hablaron por vez primera durante un encuentro que celebraron en abril de 1944 en las cercanías de Salzburgo, en el castillo de Klessheim, construido por Hildebrand, padre del barroco austriaco, que había pertenecido al hermano del emperador Francisco José y que fue residencia estival de los obispos salzburgueses. El encuentro duró tres días. Con Mussolini se encontraba el mariscal Rodolfo Graziani, mientras que a Hitler le acompañaba Von Ribbentrop, Keitel, Dollman y el embajador Rhan.
Mussolini llegó de Italia en tren: Graziani en automóvil. El convoy especial que llevaba al duce se detuvo en vía muerta. El führer esperaba a su huésped en la estación. Utilizando automóviles, el grupo de personalidades alcanzó el castillo en el que se hospedaron sólo Mussolini y Graziani, mientras que los demás ocuparon un palacete en el parque, que fue residencia del archiduque Pedro Fernando. El primer coloquio, de alrededor de una hora, sirvió a Hitler para trazar un panorama de la situación general, política y militar. Fue un soliloquio en el curso del cual el jefe del III Reich vertió sobre los presentes un torrente de impresiones y de declaraciones, tocadas de un ligero optimismo. En aquella época, Hitler se encontraba fatigado, deciase que perdía la vista rápidamente y, desde luego, se notó que caminaba inseguro, seguido de continuo por su médico personal. Durante las discusiones estuvo, sin embargo, vivacísimo y agresivo. Afirmó que la conclusión de la guerra sería sin duda victoriosa porque el inmediato empleo de nuevas armas desharía los planes enemigos.
Paseando por la estancia, mientras Mussolini, sentado en un sillón lo miraba intensamente, ansioso de saber la verdad, dijo: “…tenemos aeroplanos a reacción, tenemos submarinos no interceptables, artillería y carros colosales, sistemas de visión nocturna, cohetes de potencia excepcional y una bomba cuyo efecto asombrara al mundo. Todo esto se acumula en nuestros talleres subterráneos con rapidez sorprendente. El enemigo lo sabe, nos golpea, nos destruye, pero a su destrucción responderemos con el huracán y sin necesidad de recurrir a la guerra bacteriológica para la cual nos encontramos igualmente a punto”. Con las manos a la espalda, la cabeza baja, medía en largo y ancho la sala que resonaba a sus pasos. En un momento dado se detuvo y, dirigiendo sus ojos enrojecidos sobre sus huéspedes, añadió: “No hay una sola de mis palabras que no tenga el sufragio de la verdad. ¡Veréis! ”.
Mussolini regresó a Gargnaro, sobre el lago de Garda, donde tenía su residencia algo más tranquilizado, pero con evidentes deseos de saber más.
En el otoño de 1944 fui llamado a la villa de Orsoline, que se encontraba poco distante de la villa Feltrinelli, en la cual el jefe de la República Social habitaba con su familia y allí el duce me dio el encargo de viajar a Alemania para ver, me dijo: ...más de cuanto se me ha dicho en Klessheim donde sólo obtuve informaciones genéricas. Comprendo las reservas del “führer” pero al menos yo debería disponer de informaciones más precisas. Le confío, pues, un encargo delicadísimo para el cual le he preparado algunas cartas credenciales. A su regreso venga a darme cuentas. Las cartas eran una para Goebbels y otra para Hitler.





Viaje a Alemania en automóvil. En el cuartel general de Hitler en Rastenburg, en Prusia Oriental el jefe del III Reich en persona, después de haber leído la carta de Mussolini me autorizó a visitar las fábricas de armas secretas y a asistir a varios experimentos. Comencé con las fábricas subterráneas, concentradas sobre todo en Baviera y en la alta Silesia. Estaba a punto de ser lanzada la V-2, hablándose de ella como un perfeccionamiento de la V-1, que se había demostrado demasiado lenta y por eso mismo abatible por la caza británica. Vi una V-2 en su montaje y en el lanzamiento. Era un ingenio de más de 14 Tm., cargado de explosivo de gran potencia, previsto de un sistema de propulsión absolutamente nuevo. Tenía un alcance de varios centenares de kilómetros, viajaba por la estratosfera y caía sobre el blanco a velocidad supersónica. Ni los aviones, ni los medios normales de avistamiento podían impedir la caída o advertir la llegada.
Las fábricas subterráneas a las que he hecho referencia, eran pequeñas ciudades construidas en las vísceras de las montañas. Se bajaba con ascensores, como en las minas. Las entradas, oportunamente mimetizadas eran vigiladas por patrullas y defendidas por puestos de ametralladoras y artilleros. Inmensas galerías, iluminadas de continuo, se extendían a lo largo de kilómetros y kilómetros, enlazadas por trenecillos que servían para el transporte del material y de las personas.
Durante la visita, vi también algunas galerías de la Luftwaffe en las que se estaban concentrando los aviones de cohetes y a reacción para una gran ofensiva. En las cercanías de Kiel donde en los astilleros fortificados había varios sumergibles provistos de un ingenio, el schnorkel, que les permitiría permanecer inmersos durante un tiempo indeterminado, en un lugar observé a un gran torpedo. De especial el artefacto tenía solo la cabeza, bastante gruesa. Supe por uno de los ingenieros que se trataba de un torpedo acústico capaz de buscar el blanco. Lanzados por un submarino, estos torpedos que navegaban en inmersión, eran atraídos por las ondas producidas por las hélices de los barcos atacados. Dotados de una velocidad superior a la de los torpedos normales, estaban en condiciones de seguir y alcanzar cualquier buque. De todas formas el punto fuerte del arsenal bélico germánico era la bomba disgregadora, es decir la atómica, cuyo primer experimento tuvo lugar en una isla del Báltico, en Rügen.
En la noche entre el 11 y el 12 de octubre de 1944 me encontraba de nuevo en Berlín. Un automóvil militar vino a recogerme al hotel Adlon, en el que me alojaba. Uno de los Oficiales que se encontraba a bordo del vehículo me comunicó que al regreso del viaje sería recibido por el ministro Goebbels. Pregunté que a dónde íbamos pero no contestaron. Partimos a las dos de la madrugada. Llovía con insistencia. Una lluvia continua y sutil, desde un cielo bajo, lleno de nubes hilachosas. Llegamos al destino hacia las diez. Sólo cuando descendí del automóvil supe que me encontraba en la costa báltica, en las cercanías de Stralsund, y que con una motora alcanzamos la isla de Rügen. Este era el centro de experiencias donde se alistaban las nuevas armas alemanas, un lugar secreto vigilado por unidades especiales y vedado a quien no se encontrase en posesión de un salvoconducto firmado por el jefe del Estado Mayor General de la Wehrmacht.
Nos dirigimos de inmediato a una zona protegida por árboles. En una vasta área del bosque habían sido preparadas construcciones en piedra y refugios de cemento armado. Entramos en una torre blindada, semienterrada, a través de una puerta metálica que fue cerrada de inmediato. Dentro estábamos cuatro: mis dos acompañantes, un hombre vestido de un mono y yo. "Asistiremos a una prueba de bomba disgregadora. Es el más potente explosivo descubierto hasta ahora. Destruye todo. No se resiste nada", dijo uno. Casi no respiraba. Miraba el reloj y esperaba que fuese mediodía, hora fijada para el experimento. Nuestro observatorio se encontraba a algunos kilómetros de la zona del estallido. Hasta la tarde -intervino el hombre vestido con el mono- habrá que permanecer aquí dentro. Saldremos al anochecer. La bomba desprende radiaciones que pueden dañar seriamente. Su radio de acción es mucho más amplio que el de una potentísima bomba normal. Más o menos un kilómetro y medio. La lluvia se había hecho más violenta. De pronto, en el interior del refugio sonó el teléfono. Desde la central advirtieron que el experimento había sido anticipado a las 11:45. Desde del refugio, a la altura de los ojos, tenia una aspillera protegida por una cristal ahumado. Veía sólo árboles y tierra baldía y oscura. El teléfono sonó de nuevo. Comunicaron la hora exacta con la cual sincronizamos nuestros relojes. De pronto un bramido tremendo sacudió las paredes de la torre; después de un resplandor cegador, una densa cortina de humo se extendió sobre el campo. Nadie hablaba. Con los ojos pegados a la aspillera miraba la nube que avanzaba compacta. Fuimos engullidos por ella. La sensación era que la torre se precipitaba en un abismo. Finalmente, el hombre vestido con el mono, que era un coronel del Heerswaffencunt, el servicio dedicado a la preparación de los armamentos, rompió el silencio y dijo:
“Lo que constataremos hoy es de importancia excepcional. Cuando podamos lanzar nuestra bomba sobre las tropas de invasión o sobre una gran ciudad enemiga, los angloamericanos se verán obligados a meditar si vale la pena continuar la guerra o concluirla razonablemente. Hace años que estudiamos. A través de experiencias largas y fatigosas hemos llegado finalmente a la realización del ingenio. Tenemos establecimientos por doquier. Algunos han sido alcanzados y dañados, especialmente en Noruega, pero en Peenemunde todo permanece intacto, si bien los aliados han tratado de arrasar aquella central. En seis o siete meses habremos construido las primeras bombas en serie y entonces las cosas cambiarán, si bien algunos se encuentran confusos ante el empleo de este terrible medio”.
Hacia las dieciséis horas, en la penumbra, aparecieron unas sombras. Corrían hacia nuestro refugio. Eran soldados que endosaban extrañas escafandras. Entraron y cerraron tras de si apresuradamente la puerta. Alles kaput!, digo uno, después de haberse quitado la protección. También a nosotros nos dieron una especie de albornoz blanquecino, rugoso y filamentoso. No podría decir de que estaba hecho, aunque al tacto parecía un compuesto de amianto. Ante los ojos el cubrecabezas tenía un pedazo de mica. Calzamos botas altas pero ligerísimas y metimos las manos en guantes del mismo tejido que el albornoz. Salimos en fila precedidos por los soldados. A medida que avanzábamos la tierra aparecía más revuelta. Hacía frío y la humedad llegaba hasta los huesos en aquel bosque por el que parecía que hubiera pasado una oleada de fuego. En un cierto momento, con el pie golpeé algo. Era la carroña de una cabra carbonizada. Las casitas que pocas horas antes había visto instaladas habían desaparecido, reducidas a montones de piedras. Más nos avecinábamos al lugar de la explosión y más la ruina tenía aspecto trágico. La hierba había tomado un extraño color de gamuza y los árboles que permanecían en pie estaban desprovistos de hojas. sigue »



Vergeltungswaffe Zwei (V-2)






Vergeltungswaffe Eins (V-1)




Vergeltungswaffe Zwei (V-2)






Vergeltungswaffe Eins (V-1)




LO QUE DIJO GOEBBELS

Por la noche regresé a Berlín. Hacia finales de octubre tuvo lugar mi encuentro con Goebbels, en su casa de la Unterden Linden. Era la primera vez que lo veía directamente. Vestía un traje gris con una camisa blanca y una corbata azul a rayas rojas. Era pequeño, con el rostro más bien oscuro y los ojos movilísimos y punzantes. Sé por el subsecretario Neumann -me dijo- que ha tenido una entrevista exhaustiva y que ha asistido a un experimento en Rügen. Con estos y otros medios que en algunos meses estaremos en condiciones de producir en gran número, podremos inferirle al enemigo un golpe decisivo. La bomba disgregadora, cuya fabricación en serie ha comenzado con un notable retraso sobre la fecha prevista, será la gran novedad de este siglo. Una contramedida, si tiene lugar, no será posible antes de un par de años, cuando la guerra será ya un recuerdo…
Hizo una pausa tras la cual añadió: De los sumergibles especiales, provistos de schnorkel y de motores de turbina; de las nuevas bombas V radiodirigidas, de las cuales la última será una sorpresa sin precedentes; de los aviones ultraveloces, de los cohetes A-4 y A-9 teledirigidos, dotados de una autonomía de varios millares de kilómetros y accionados por un ingenio propulsor alimentado por una mezcla de alcohol y de oxígeno líquido; de todo cuanto nuestra técnica ha venido creando a través de inmensos sacrificios y años de estudio, esperamos el milagro. Por algunos meses aún debemos apretar los dientes, encajar y reaccionar en los límites de lo posible. Necesitamos tiempo. Veinticuatro horas perdidas podrían ser determinantes.
A mi pregunta de que si los aliados estaban al corriente de estos secretos, respondió: Sin duda. Sus servicios de inteligencia trabajan sin descanso. Estos bombardeos continuos, conducidos por formaciones de centenares de aviones, son un índice del nerviosismo del enemigo. Churchill, que es sin duda el más inteligente y sagaz de nuestros adversarios, no se hace ilusiones. Sabe que las posibilidades de nuestra técnica son infinitas. Ingleses y norteamericanos buscan las fábricas de las “Vergeltungswaffen”. Visan sobre todo a Peenemunde y a los depósitos de agua pesada, pero con escasos resultados. Para apoyar la obra de los bombarderos han pensado en enviar comandos a las costas de Alemania oriental y a Noruega. Muchos saboteadores han sido capturados: en Noruega, sin embargo, una central de óxido de deuterio ha sufrido daños bastante serios.
Goebbels se refería al golpe de mano cumplido por el noruego Knut Haukelind, quien junto con otros siete paracaidistas consiguió volar un buque cargado con al menos dos toneladas de agua pesada y dañar el establecimiento de Ryukan.
El agua pesada -dijo- es el elemento esencial para la fabricación de la bomba disgregadora. Ya antes de la guerra habíamos avanzado por ese camino pero las investigaciones se suspendieron, a causa del desarrollo favorable de las operaciones militares. El “führer” estaba convencido, como por otra parte lo estaban muchos de sus colaboradores, que el conflicto se resolvería victoriosamente sin necesidad de recurrir a armas del género. El profesor Otto Hahn, director del Instituto Kaiser Wilhelm, junto con Strassman, dio a Alemania el prodigioso descubrimiento de la fisión nuclear. El 6 de junio de 1942 yo estuve presente en una reunión decisiva sobre los estudios atómicos. El “führer” les preguntó a los científicos cuánto tiempo seria necesario para alcanzar resultados positivos. Le contestaron que al menos dos años. Hitler dijo que era demasiado, pero pidió que continuasen los experimentos sin fijar una fecha precisa. Sólo en 1943 cambió de idea y ahora se trabaja a toda marcha, pero entre enormes dificultades.
Preguntando sobre si la bomba disgregadora podría resolver por si sola la suerte de la guerra, me contestó: No completamente. Si junto con la bomba hay buena infantería y carros la cosa cambia. A esta infantería y a estos carros les estamos dando un armamento que el enemigo ni imagina. Tenemos cañones de nuevo tipo, cohetes e instrumentos que nos permiten mirar y tirar en la oscuridad con toda precisión. Esta especie de lámpara invisible es un objeto no más grande que una mano. Con él los vehículos pueden moverse como en pleno día, los artilleros apuntar sin preocuparse de la falta de luz y los carros atacar. Tenemos una decena de cohetes teleguiados cuya potencia es sorprendente y la precisión desconcertante. Cuando el enemigo vea caerle encima una lluvia de A-4 y A-9, el uno con 10 y el otro con 15 Tm. de cargas atómicas, no sé si juzgará útil seguir combatiendo…
Goebbels añadiendo: Para nosotros, ahora, en único problema es resistir. Cualquiera en nuestras condiciones, se hubiera rendido hace ya tiempo. Día y noche la aviación enemiga descarga sobre nosotros toneladas de bombas en la esperanza de que cedamos. Hoy los aviadores norteamericanos se pasean por los cielos alemanes. Dentro de algunos meses, con la presencia de nuestros nuevos aviones, ya no ocurrirá así. Nos bastan seis, siete meses al máximo. Son muchos, lo sé, pero la apuesta es enorme, decisiva. La salvación de Alemania ha sido confiada a sus genios.
Fueron sus últimas palabras antes de despedirme. Por la calle la gente reentraba de los refugios. Sobre Berlín había una claridad neblinosa. En el horizonte se reflejaban unos incendios.
Los meses indicados por Goebbels transcurrieron y la guerra acabó con la derrota de Alemania. Muy pocos de los medios prodigiosos mencionados entraron en acción, y por tanto quienes sostuvieron que las armas secretas eran solo un expediente propagandístico creyeron haber tenido razón. Sin embargo, como he dicho al principio, ni Churchill ni los Estados Mayores, ni los servicios secretos aliados, incluido el de los rusos, eran de ese parecer y sus preocupaciones como observaron una vez finalizadas las hostilidades, eran más que fundadas. El capítulo de las armas secretas era una realidad pasmosa de la guerra. Los prodigios de hoy, que duda cabe, nacieron entonces.


Goebbels



Josef Mengele el " El Ángel de la Muerte "



Nació en una respetada familia católica bávara. Amaba el arte y la música, e hizo el juramento hipocrático de sanar a los enfermos y de no entrar a una casa sino para sanar a sus pacientes. Eso fue lo que juró. Lo que hizo: torturar, deshumanizar y masacrar. El Doctor Mengele envió a cientos de miles de inocentes a la muerte en los campos de concentración nazi, donde era conocido como "El Ángel de la Muerte". ¿Qué sistema social, jurídico y político pudo crear a un hombre como Josef Mengele? Un médico responsable de seleccionar a miles de judíos para primero experimentar y luego exterminarlos en los campos de concentración de Auschwitz. Un hombre que realizaba los más dolorosos experimentos sobre gemelos, con la esperanza de descubrir el secreto de los nacimientos múltiples, para así crear genéticamente la Súper Raza Aria que dominaría al mundo durante los mil años que, según Hitler, duraría el Reich.
Para tratar de comprender la personalidad de Mengele y develar sus malignos impulsos, debemos ver cómo era el mundo el 11 de marzo de 1911, día en que nacía el Ángel de la Muerte Josef Mengele, el médico macabro de Auschwitz.
La Alemania que vio nacer a Josef se encontraba al filo de la Gran Guerra de 1914. Mientras su padre Karl prestaba servicio militar en el frente, su madre Volgoria controlaba el negocio familiar de venta de implementos agrícolas, y criaba a sus tres hijos: Josef, Karl y Hallois.
La guerra terminó en 1918 con la derrota de Alemania y el humillante Tratado de Versalles, que redujo el territorio y el poderío militar germano. Pero la ética germana para el trabajo no se extinguió, y en pocos meses Alemania era una nueva nación. Karl Mengele regresó a reconstruir su empresa en Gÿinzburg, e hizo de ella la más grande en la región, y a su familia una de las más respetadas en Bavaria. Aún hoy se los respeta, a pesar del infame criminal de Auschwitz.
Karl Mengele pasaba poco tiempo en la gerencia de su planta, sus horas transcurrían en el laboratorio, inventando máquinas que permitieran automatizar todas las labores agrícolas. En cierta forma compartía con su primogénito el gusto por la investigación, quien la pondría en práctica años más tarde en los campos de Auschwitz, inclinado sobre los microscopios, silbando una tonada familiar, y perdido en la macabra pasión de su proyecto de investigación.
Un buen estudiante.
En la década del ‘20, Alemania era el centro cultural y artístico del mundo. La medicina y la música florecían y Berlín era considerada una de las ciudades más refinadas, sobrepasando incluso a París. Nuevos conceptos sobre la evolución de la raza humana se discutían. Las teorías de Darwin eran contrastadas con los nuevos descubrimientos y una nueva ciencia causaba revuelo: era la EUGENIA o EUGENESIA: el estudio de los cruces genéticos.
Ese ambiente sería de extrema importancia en la vida posterior de Mengele. Desde joven supo que el negocio familiar no era para él. "El padre de Mengele era de duro carácter. Cuando llegaba a la fábrica lo hacía gritando. Era una persona muy dura. Y su madre estaba hecha con el mismo molde. Era una devota católica, piadosa, aunque muy recta de carácter y de dura disciplina. Mengele siempre tuvo el impulso por hacer algo muy especial, para probarse y superarse a sí mismo. No tenía amor ni calor hogareño. Un ex compañero de escuela recordaba que desde aquellos tiempos, Mengele decía que debía hacer algo especial, que definitivamente pruebe su capacidad académica" (Gerald Astor, actor y autor del libro "El último nazi").
La familia Mengele tenía cuantiosos recursos, y su fábrica empleaba a 1.200 personas. Josef Mengele asistió a una escuela pública, y posteriormente al Gymnasyum, destinado a quienes tenían aspiraciones académicas. "Era un estudiante brillante y extraordinariamente ambicioso. Siempre intentaba hacer algo fuera de lo común, para ser un gran científico" (Julius Disbach, ex compañero de clases de Mengele). Otro amigo de esa época lo describió como agresivo y muy patriótico.
En 1930, Mengele ingresó a la Universidad de Münich, ciudad que se convertiría en un centro de la agitación política. Allí, fue impactado por un discurso de Hitler sobre la superioridad de la raza germana. En esos tiempos muchos estudiantes se unieron al movimiento nazi. La "herencia" y la "eugenia" eran términos aplicados normalmente por la comunidad científica, que en su mayoría apoyaba a Hitler y a su concepto místico del pueblo alemán, pueblo que no podía florecer si parásitos como los judíos, gitanos y otros, los contaminaban. El antisemitismo ganaba impulso y la comunidad científica parecía estar de acuerdo. Pureza hereditaria, eutanasia, esterilización de los indeseables y superioridad racial mediante la eugenesia, ocupaban a la comunidad científica. La eugenesia se convirtió en una palabra sagrada. Este término fue creado por el primo de Charles Darwin, Francis Caultin en 1833, y literalmente significa "buenos genes". El propósito de Caultin, basado en sus estudios sobre mejoramiento de animales, era aplicar estos conocimientos para mejorar la raza humana, para una mejor sociedad, con gente más exitosa: gente superior. Aunque no hubiera sido su intención, Caultin sembró una de las semillas fundamentales del Holocausto, con un siglo de anticipación.
Nadie abrazó esta idea con mayor pasión que Mengele. En 1934 se unió al Partido Nazi, pero siguió con sus estudios y recibió el Doctorado en Filosofía, para luego aprobar los exámenes de ingreso a Medicina. Se trasladó a la Universidad de Frankfurt y comenzó a investigar en el Instituto de Herencia Biológica e Higiene Racial bajo la tutela del doctor Ottmar von Verschuer, ardiente nazi y especialista en la ciencia eugenésica, mediante la cual se crearía la raza superior. Durante esta época, Mengele publicó un buen artículo sobre la genética y los niños, y al igual que su mentor, se concentraba en el estudio de los gemelos. En el sudeste de Polonia, las puertas de los campos de concentración de Auschwitz llamaban a Mengele. Allí, el científico encontraría gemelos en abundancia, quienes no tendrían otra opción más que participar en sus mortales experimentos genéticos. Pero Auschwitz es el final de un largo camino, y varios años habrán de transcurrir hasta que Mengele se convierta en el “Ángel de la Muerte” para más de 4.000 hombres, mujeres y niños indefensos.
El sagrado juramento
La transición de la magia a la Ciencia de la Medicina fue un proceso gradual que duró siglos. La medicina era el arte de la curación en la antigua Grecia, y era celebrada por los griegos con el juramento de Hipócrates, Padre de la Medicina. Este juramento ha llegado a nuestros días, y es pronunciado por todo nuevo médico: "El régimen que adopto será para el bien de mis pacientes, y no para su perjuicio. No administraré drogas a ningún paciente ni entraré a casa alguna, sino para beneficio de los enfermos". Es difícil imaginar que Mengele alguna vez haya pronunciado estas palabras. Pero sí hizo el juramento, que era reverenciado por los médicos alemanes, a pesar de contradecirse con su antisemitismo. Una extraña dualidad existía en la Alemania Nazi.
Héroe nacional


Josef Mengele se hizo miembro del cuerpo de elite Waffen SS, una organización que exigía pureza racial en sus miembros, cónyuges y familiares, preferiblemente hasta la 4° generación. Mengele se había enamorado de Irenna Schumbaimm, de quien más tarde afirmaría: "Era hermosa y bien educada... fue el amor de mi vida". Cuando él decidió casarse con Irenna, hubo un interrogante acerca de sus antepasados, porque uno de ellos fue hijo extramatrimonial y había dudas acerca de sus ancestros. Mengele debió redactar documentos afirmando que no existían rastros de impurezas raciales ni sangre judía, algo que sería un pecado imperdonable para un oficial nazi de su jerarquía, proveniente de una familia aria pura, y además católica. Por otra parte Irenna provenía de una familia luterana. Todo esto hacía su situación extremadamente incómoda. ¿Quién hubiera pensado que el novio, cuyo atractivo aspecto ario sólo era afectado por la separación de sus dientes incisivos, se convertiría en el nazi más buscado y esquivo de la historia, con una recompensa total de US$ 3,4 millones por su cabeza, por crímenes contra la humanidad?

Mengele terminó el servicio militar obligatorio con su grupo de elite SS en los Alpes Tiroleses. Volvió a sus estudios en Frankfurt, donde vivía junto a Irenna en una hermosa casa cerca del río Main. En septiembre de 1939 comenzaba la Blitzkrieg y Polonia caía en manos de Alemania en menos de un mes. Mientras la guerra se desarrollaba a favor de los nazis, Mengele permaneció con Irenna concentrado en su investigación biológica. Pero cuando la guerra se extendió a dos frentes, con el ataque sobre Rusia, Mengele y su unidad fueron movilizados al frente oriental; poco después fue herido en combate, por lo que le otorgaron condecoraciones y se convirtió en un héroe nazi. ¡Un doctor condecorado por valor en combate, con todo lo que ello significa! Mengele recibió, además de las condecoraciones normales por servicio en el frente ruso, la Cruz de Hierro en Primer Grado, y luego la Cruz de Hierro en Segundo Grado: un honor al que muy pocos accedían.
Auschwitz
Cuando las heridas de Mengele sanaron fue declarado no apto para combate. Por ello, se ofreció voluntariamente como médico de campamento: es decir como médico en los campos de concentración. ¿Por qué querría alguien con tan elevadas calificaciones y antecedentes, ir a un sitio como Auschwitz? "Porque él buscaba "zwillingen" (gemelos) para sus experimentos y tendría a numerosos de ellos y hasta se podía dar el lujo de matarlos. Allí, desde el principio, dispuso de 226 gemelos, con edades entre 2 y 18 años. Y podía hacer lo que quisiera con ellos." (Michael Barembaum, médico, director del US Memorial Museum).


Una de las asignaciones de los médicos de campamento era recibir los trenes cargados con judíos. Estos doctores tenían un poder terrorífico: podían decidir instantáneamente si un prisionero iba a la muerte en la cámara de gas, si se lo destinaba a experimentos, o si iba a trabajos forzados. La mayoría de los alemanes llamaba a Auschwitz "Anus Mundi" o "ano del mundo", pero para el Ángel de la Muerte era su paraíso de investigación. En muy poco tiempo, se haría famoso por descubrir los secretos de la vida. Y los trenes seguían llegando. Mengele era uno de los pocos médicos de campamento que podía llevar a cabo la tarea de selección a sangre fría, siempre en busca de gemelos.
Eva Mozes Kor, sobreviviente de Auschwitz relata "Cuando el tren se detuvo, escuchamos a muchos nazis dando órdenes afuera. Envolviendo al campo había enormes muros con alambres de púas. Todo allí era de un color tétrico. Uno debía obedecer inmediatamente las órdenes o moría. Debía ser instantáneo, como un flash. Ello decidiría entre la vida en el campo o la muerte en las cámaras de gas. Mi madre nos sostenía a mí y a Miriam, mi hermana gemela de las manos. Nosotras nos quedamos congeladas en ese lugar. Mi madre no nos soltó. Mi padre y mis otros hermanos desaparecieron en la multitud, y jamás los volvimos a ver... De pronto, apareció Mengele gritando en alemán "¡zwillingen, zwillingen!", es decir "¡gemelos, gemelos!". Se detuvo frente a nosotras y mirándonos a mi hermana y a mí, preguntó si éramos gemelas. Mi madre no sabía qué decir; sólo atinó a preguntar: "¿es eso bueno?" Allí, un oficial SS ordenó: "¡responda por sí o no!". Y mi pobre madre dijo "sí, son gemelas". Mi madre fue enviada en una dirección, y nosotras en la dirección opuesta. Cuando me di vuelta, la vi por última vez, extendiendo sus brazos hacia nosotras..."
Eva Mozes Kor jamás volvería a ver a su madre, y la colección de conejillos de india de Mengele seguía creciendo. Regularmente enviaba los resultados de sus trabajos al Instituto Kaiser Willheim de Berlín, a su maestro von Verschuer. Mengele luchaba contra el reloj para descubrir los secretos que permitieran crear una raza aria pura, mientras la marea de la guerra se volvía adversa a Alemania.
Ciencia al servicio del odio
El interés de Mengele en el genotipo humano rubio de ojos azules es curioso, pues ni él ni sus superiores respondían a esa descripción. Mengele estaba fascinado por los ojos azules, y se decía que tenía una colección de ellos en las paredes de su oficina, similar a una colección de mariposas. Constantemente trataba de cambiar el color de los ojos de los niños.
¿Por qué podría alguien querer cambiar el color de los ojos? ¿Qué hacía tan especial a los ojos azules? Mengele intentaba responder mediante sus experimentos eugenésicos, ¿Por qué la "raza superior aria" presentaba más cantidad de personas con ojos azules, que con ojos de otros colores característicos de las razas inferiores? Para resolver el intrincado rompecabezas genético Mengele tendría un poder de decisión absoluto: podía hacer lo que quisiera.
Personificación del Demonio Nazi
Las investigaciones de Mengele tenían un fin claramente demarcado: lograr la absoluta perfección de la raza aria y asegurar su reproducción. Es por ello que intentaba descifrar los secretos de los nacimientos múltiples. Cuando se sabía que tocaba el turno de las rondas de Mengele, la tensión invadía por igual a prisioneros, guardias y doctores de la SS. Todo el mundo se aterrorizaba cuando comenzaba a revisar a los recién llegados, en su frenética búsqueda de gemelos. Cuando él llegaba con su terrible voz, los guardias nazis se aterrorizaban, y eso aterrorizaba aún más a los judíos. Mengele siempre se presentaba con su uniforme impecable y sus botas de cuero perfectamente lustradas, muy elegante, como un caballero refinado y aristocrático, caminando como si fuera dueño del universo, absolutamente seguro de sí mismo, mirando a los ojos a cada uno de los recién llegados. "Lo veíamos vestido inmaculadamente, con un par de guantes de cuero en una de sus manos, y con un pequeño látigo para cabalgar en la otra. La relación entre "sujetos" y "amo" es muy difícil de explicar, y aún luego de haberla vivido, no puedo explicarla" (Eva Mozes Kor).
Mengele sabía el efecto que causaba en las mujeres, y calculaba perfectamente sus ademanes para lograr el resultado deseado. Gissela Weird, una doctora judía prisionera, recuerda: "Mengele se deleitaba presentándose ante nosotras, exquisitamente perfumado... tan elegante y atractivo... Vestía hermosas camisas de color azul. Muchas mujeres decían: “me encantaría pasar la noche con él”. Era su forma de hacernos enloquecer: se debe estar loco para respirar el humo de los crematorios, y seguir viendo en él a un hombre tan atractivo como para pasar la noche".
En otras ocasiones, su lado oscuro surgía descontrolado. Un sobreviviente lo recuerda ejecutando a un joven de 17 años, por robar carbón. Mengele le disparó en ambas rodillas, luego lo tomó del cabello y le disparó en la cabeza. "Robar está prohibido, y ustedes deben respetar las reglas de este lugar" dijo, para luego salir caminando como si nada hubiera ocurrido.
A excepción de ocasionales visitas, Irenna Mengele no convivía con su esposo. Auschwitz era muy poco cosmopolita para ella, por lo que es dudoso que conociera cabalmente lo que ocurría, como así también que Mengele le hubiera sido fiel durante su estadía en el campo. "Mengele gustaba seleccionar las más bellas mujeres judías para pasar sus horas libres. Las hacía pasar una bella noche, tocando el piano. Pero en todos los casos, por la mañana, las mataba" (Siegfried Halbreich, sobreviviente). Mengele era un excelente pianista. Incluso se conoce una grabación suya, cantando y tocando. A menudo, tocaba para los invitados, mientras las notas se paseaban, macabras, por el campo, hasta el amanecer.


¿Estaba Mengele loco, o sufría otro desorden mental? ¿Acaso la búsqueda de los secretos genéticos humanos, destruyeron todos los restos de conciencia en él? Las opiniones varían, pero algo es seguro: Josef Mengele fue la personificación del peor demonio. Se convirtió en un verdadero símbolo del terror nazi. Es absolutamente imposible leer la acusación hecha contra él en la ex Alemania Oriental, que describe cabalmente sus atrocidades, sin siquiera dejar caer una lágrima. "Fuimos completamente sobrepasados por su monstruosidad" (Eli M. Rosenbaum, director de la Oficina de Investigaciones Especiales del Departamento de Justicia del Gobierno de los Estados Unidos). Lo más importante es ver que su mente operaba como la de un científico, concentrándose en sus estudios y experimentaba dejando de lado los sentimientos. "Realmente no pienso que Mengele tuviera remordimientos por lo que hacía. Pienso que en su mente de científico, justificaba lo que hacía. El nos inyectaba hasta cinco inyecciones juntas, para ver qué pasaba. Muchas veces uno simplemente se moría. No teníamos idea de qué eran esas inyecciones" (Eva Mozes Kor). Mengele inyectaba en las venas toda clase de substancias, como fenoles, cloroformo, nafta, insecticidas... Algunas veces, directamente en el corazón. El mataba a los objetos de sus experimentos para hacerles autopsias. Hacía vivisecciones, para estudiar los límites de resistencia a los traumas y el dolor en los seres humanos. Una vivisección, es lo mismo a hacer la autopsia en un ser vivo. De más está decir que lo hacía con la persona consciente y sin anestesia... Obviamente, nadie sobrevivía. De esta forma, los experimentos de Mengele cobraron hasta 60 víctimas diarias.
Demente o no, los experimentos de Mengele llegaron a su fin. El invierno se acercaba y el Ejército Rojo avanzaba hacia el campo de muerte. El 26 de noviembre de 1944, Einrich Himmler, máximo jefe de las SS, telegrafió a todos los Comandantes de Campo ordenando suspender las muertes. Así comenzaría la huida de Mengele, desde Auschwitz hacia una vida de constante tortura.

Últimos servicios al Führer
Antes del desmantelamiento del campamento, Mengele hizo su selección final, enviando a 461, de un total de 509 prisioneros recién llegados, a una muerte instantánea. Fue su último servicio en Auschwitz. Con el sonido de los cañones rusos cada vez más fuertes, Mengele reunió sus registros y anotaciones, y el 18 de enero de 1945, el Ángel de la Muerte desapareció para siempre.
"Los experimentos duraron hasta el momento mismo en que se dio la orden a todos los nazis, de abandonar el campo. Esa fue la última vez que vi a Mengele" (Eva Mozes Kor). Así comenzó uno de los más grandes movimientos evasivos de la historia.
Constante huida
Mengele dejó su uniforme de oficial de la SS, y vistió el de oficial de la Wehrmatch (ejército alemán) y se dirigió a una unidad hospital que iba hacia el sur. Cuando finalmente, en mayo de 1945 Alemania capituló, Mengele terminó en dos campos de prisioneros de los aliados, ignorado por sus captores. Ello se debió a que él había pasado por alto muchos de los trámites necesarios para ser parte de las SS. Esos trámites, capturados por los oficiales aliados de Estados Unidos, eran utilizados para determinar qué sujeto era arrestado en forma automática. No hay documento que explique por qué Mengele carecía del tatuaje obligatorio de oficial de las SS, que se hacía en la parte interior del brazo izquierdo, dos pulgadas por debajo de la axila. Antiguos doctores de las SS, confirmaron que no estaba tatuado. Otro de los elementos que jugó a su favor fue la urgencia con que los aliados liberaron a millones de prisioneros de guerra alemanes. Mengele se retiró calladamente entre la multitud, usando un nombre falso, y con la ayuda de su familia trabajó en una granja de la zona de Rosenheimm, cercana a su ciudad natal de Gÿinzburg. Entre 1945 y 1949, fue visitado varias veces por Irenna. Ella no estaba feliz con la situación, aún cuando en 1942 dio a luz un hijo de Mengele, producto de una de sus visitas a Auschwitz.
Las listas de criminales de guerra circulaban por la República Federal de Alemania y los doctores y oficiales de las SS estaban siendo juzgados. Mengele estaba atemorizado y pidió a Irenna que huyera del país con él. Irenna se negó. Decepcionado pero resuelto, huyó a Italia en 1949; poco después abordó un buque que lo llevó a Buenos Aires. En Argentina se sentiría seguro, gracias a una organización secreta conocida como ODESSA, encargada de otorgar salvoconductos a antiguos oficiales SS. La presencia de comunidades alemanas ofrecía confianza, y ciertas zonas de Argentina le recordaban las montañas de su Baviera nativa. Mengele se sentía como en casa, en su residencia en la zona de Florida, en Buenos Aires, viviendo bajo el nombre de Helmut Gregor. Más tarde en la década del ‘50, consideró que la caza de criminales de guerra había terminado, y comenzó a decir su nombre. Incluso, habría llegado a obtener la nacionalidad argentina. Inició una compañía de implementos agrícolas con su verdadero nombre... ¡Hasta figuró en la guía telefónica!
Su padre lo visitó y le informó que Irenna demandaba el divorcio, a lo que él accedió. ¿Qué otra cosa podría hacer? Era sólo una formalidad. Irenna tendría su libertad y él seguiría adelante con su vida en Argentina. Tiempo después su abogado le informó que el Gobierno alemán había mandado cartas al Gobierno argentino, solicitando la extradición de nazis. Mengele cayó en pánico. Con la ayuda de ODESSA huyó al Paraguay, donde tramitó su ciudadanía. Bajo las leyes paraguayas ya no podía ser extraditado. En aquellos tiempos, este país era gobernado por el dictador Alfredo Stroessner, descendiente de alemanes y admirador de los nazis. Seguro, aunque intranquilo, Mengele se dejaba ver en las calles de Asunción.
En 1960, en Argentina tuvo lugar el secuestro de "Otto" Eichmann, a manos de un comando de la policía secreta israelí. Eichmann estuvo a cargo de la sección judía de la Gestapo y de los traslados a los campos de concentración. En Paraguay, Mengele ya no se sentía seguro, e incluso antes de enterarse de la noticia, se ocultó aún más. El MOSSAD, servicio secreto israelí y creador intelectual del secuestro de Eichmann, estaba tras sus huellas. En aquellos días, era un hecho público que perseguían a otros jerarcas nazis, por lo que Mengele debió huir... el juicio de Eichmann hacía eco en sus oídos...
Eichmann fue sentenciado a la horca, y Mengele sintió también la soga en su cuello. Por ello, decidió viajar al Brasil, donde se ocultaría durante el resto de su vida, ya no como el Ángel de la Muerte, sino como un hombre atemorizado, solitario y fugitivo. Cuando llegó a Brasil en la década del ‘60, su vida se disuelve. Durante los siguientes años se reportaron varias apariciones. Fuentes confiables como el Departamento de Estado de USA, el Centro Simón Weissenthal y el MOSSAD israelí identificaron a Mengele en lugares y estilos de vida aparentemente contradictorios con su historia, con documentos falsos, bajo nombres como José Mengele, Helmut Gregor, o Wölgang Gërhard, con la ayuda y protección del as de la Luftwaffe, Hans Lücklobe, líder de la ODESSA que también había ayudado a otros nazis como Klauss Altmann o "Barbie". Dos novelas se basaron en Mengele: "Los niños del Brasil" y "Hombre maratón", ambas llevadas al cine, aumentando su reputación a proporciones míticas e interfiriendo con la búsqueda que llevaban a cabo los Gobiernos de Alemania, Estados Unidos e Israel.
Impunidad
Las recompensas ofrecidas por Alemania, el Centro Weisenthal e Israel para su captura, sumaban US$ 3,4 millones, cifra que hoy en día debiera ser multiplicada por doce, una suma impresionante, pero que no dio resultados. En junio de 1985, la noticia del descubrimiento de la tumba de Wölfgang Gërhard recorrió al mundo. Los restos que habían permanecido bajo tierra desde 1979 fueron exhumados. El equipo forense concluyó que eran los restos de Josef Mengele, el nazi más buscado desde la Segunda Guerra. Si esto era cierto, ¿cómo fue su vida desde su huida del Paraguay en 1960, hasta su presunta muerte en 1979? En Brasil fue puesto en contacto con refugiados bávaros, todos ex pertenecientes al movimiento nazi que se habían refugiado en Brasil luego de la guerra. Ellos se alegraron al encontrar a Mengele en la frontera, donde lo instruyeron sobre su nueva "identidad". Se disfrazó como un suizo de apellido Stammer, comerciante de implementos agrícolas. Una familia adoptiva que verdaderamente llevaba el apellido Stammer, lo estaría esperando. Además, fue entrenado para mantenerse anónimo, ocultarse y a quiénes recurrir si alguien intentara detenerlo.
Mengele pasó dieciséis años viviendo con los Stammer en una granja cercana a Sâo Paulo, adquirida por la firma alemana Mengele. En 1976 la convivencia con sus familiares adoptivos se tornó imposible, por lo que solicitó una nueva familia. Peter y Geza Bossert se ofrecieron para acoger a Mengele en su hogar, donde permaneció hasta su muerte. Según testigos, Mengele pasaba sus horas construyendo botes y jugando con los hijos de sus anfitriones. Su temor a ser atrapado crecía, y siempre dormía en su pequeña y oscura habitación, con una pistola al alcance. En 1976 recibió la visita de su hijo Rolf, quien luego declararía para una revista alemana "Mi padre asegura que nunca hizo algo incorrecto en Auschwitz. Dice que sólo seleccionaba prisioneros para trabajar, y nada más. Odio lo que hizo, pero es mi padre, y quiero creer en él".

Su muerte


Según la evidencia descubierta en 1985, 1979 sería un año marcado en la vida de Mengele. "En 1979 fue invitado a pasar un día de playa, a 50 millas de Sao Paulo. Mengele se introdujo en el mar, hasta que el agua alcanzó sus rodillas. En ese momento desapareció. Sufrió un ataque cardíaco, cayó al agua y se ahogó. Cuando fue llevado a la playa, y a pesar de los esfuerzos, no pudo ser resucitado". Geza Bossert hizo los arreglos para que Mengele fuera enterrado en el cementerio de Ambu, bajo una lápida que lleva el nombre de Wölfgang Gërhard, y allí permaneció hasta su exhumación en 1985.
Expertos forenses de Estados Unidos, Alemania e Israel se encargaron de las investigaciones. Se enviaron muestras óseas a Inglaterra, donde existen bancos de datos para su comparación. Esa comparación se retrasó muchos años debido a que la ex esposa de Mengele, Irenna, y su hijo Rolf, se negaban a dar muestras de sangre. "Fue allí que decidí ir a Alemania con mi hermana gemela, y durante tres semanas protestamos frente a la fábrica Mengele. Yo simplemente dije: ¡nosotros entregamos la sangre de millones en Auschwitz! ¡Cómo pueden negarse a dar una simple gota, para el estudio de la verdad!" (Eva Mozes Kor). Finalmente las autoridades alemanas presionaron a Rolf y a su madre, y se obtuvieron las muestras requeridas. El examen de ADN dió un resultado: el hombre sepultado en Ambu, Brasil, fue el padre biológico de Rolf Mengele.
En 1992, el Departamento de Justicia, cumpliendo con una solicitud del Departamento de Estado de los Estados Unidos, publicó dos grandes volúmenes titulados "En cuanto al tema Josef Mengele". El informe concluía que Estados Unidos nunca tuvo relaciones con Mengele, y que las investigaciones forenses determinaban que los restos exhumados en Brasil, correspondían a Mengele. Los gobiernos de Alemania e Israel estuvieron de acuerdo con el informe. Otro extracto del informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos de 1992, concluye con que el hecho que el Ángel de la Muerte haya sido capaz de perpetrar sus crímenes, para luego morir familiarmente como un anciano en Brasil, evidencia de una enorme conspiración para la impunidad.
A pesar de todo ello, muchas de las víctimas o sus descendientes quedaron inconformes con la forma de la muerte, e incluso con la veracidad de la misma. "La muerte de Mengele no se condice con el sentido de justicia. Si pensamos que murió, quisiéramos que haya muerto de cáncer u otra enfermedad, muy lentamente, órgano por órgano, y sólo luego de una muy larga y dolorosa agonía. Sin embargo, y aunque hubiera estado consciente durante el ataque cardíaco, su muerte se habría consumado en sólo dos o tres minutos. La muerte fue terriblemente benévola con él, e injusta con nosotros" (Michael Rosembaum).
La doctora Gissela Weird, sobreviviente de Auschwitz, quien hizo sus estudios de medicina en la Alemania de preguerra, afirmó: "Sé que todos los estudiantes de medicina realizan el juramento de Hipócrates. Es como una página de la Biblia que Mengele ensució". De hecho, alguna vez Mengele pronunció las palabras sagradas del juramento hipocrático: "Si cumplo acabadamente con este juramento, ganaré para siempre reputación entre los hombres, por mi vida y mi arte. Si lo transgredo, que lo opuesto recaiga sobre mí". En cierta forma, su juramento se ha cumplido: el Ángel de la Muerte, demonio-médico de Auschwitz, es un sinónimo universal de muerte y genocidio.







La unidad japonesa 731
Al terminar la Primera Guerra Mundial en 1918 los médicos de ejército japonés comenzaron a estudiar los productos químicos y biológicos usados durante los combates en Europa. El Comandante Terunobu Hasebe fue asignado para controlar los resultados obtenidos por un equipo de 40 científicos dirigidos por el doctor Ito. Pronto las observaciones del grupo de expertos demostraron que se trataban de armas capaces de producir devastaciones masivas en los ejércitos enemigos, pero para el orgulloso ejército japonés aquello resultó demasiado deshonorable. Sin embargo, esta actitud cambiaría tras el viaje de un, entonces, desconocido médico a occidente.


Ishii Shiro se graduó en la Universidad de Kyoto en 1920, e inmediatamente entró en el ejército. En 1924, volvió a la Universidad de Kyoto para cursar estudios especializados, casándose con la hija de Torasaburo Akira presidente de la universidad, doctorándose en 1927. Un año después fue enviado a Europa con el cargo de agregado militar, viajando durante dos años en diversas ocasiones a América, familiarizándose con las investigaciones biológicas de los países Occidentales. A su regreso a Japón se consagró a promover, investigación y fabricar armas biológicas. Su teoría se basaba en que la guerra moderna sólo podría ser ganada con el uso de la ciencia y su capacidad para producir armas de destrucción masiva.
Un hecho fortuito ayudó a implantar las teorías de Ishii. Tras su regreso de Europa, un tipo de meningitis hizo erupción en Shikoku. Ishii diseñó un filtro de agua especial que ayudó a parar la expansión de la enfermedad. Su capacidad como bacteriólogo comenzó a ser famosa, sobre todo en el ejército, donde presentó la epidemia como una muestra del resultado que podían dar sus armas científicas.
Las armas biológicas industriales resultaban ideales para su país cuyos recursos naturales eran muy pobres. En plena carrera armamentística, poco importó su falta de moralidad, Ishii encontró partidarios poderosos de sus ideas en el ejército: el Coronel Tetsuzan Nagata, jefe de asuntos militares; el Coronel Yoriniichi Suzuki, jefe de lST, la sección táctica del Estado Mayor del Ejército Imperial; el Coronel Ryuiji Kajitsuka jefe de buró médico del ejército; y el Coronel Chikahiko Koizumi, cirujano jefe del Ejército. El apoyo definitivo vino de la mano del Ministro del Ejército Sadao Araki líder de la facción fundamentalista del ejército "proceder imperial".
El 18 de septiembre de 1931, Japón ocupó el todo del nordeste de China. Ishii y su unidad para investigación bacteriológica se estableció al norte de Manchuria, en donde el ejército de Kuantung podía mantener un suministro ilimitado de prisioneros chinos para realizar toda clase de experimentos humanos.
Al final de agosto, 1932, Ishii llevó un grupo de 10 científicos de la Universidad Médica del Ejército hacer una gira de Manchuria y regresó con la decisión para asentar definitivamente su centro de investigaciones en un lugar cerca del rió Peiyin a 20 kilómetros sur de Harbin. El centro se inauguró a finales de 1932 bajo el nombre de Unidad de Kamo o Unidad de Togo. Ishii fue promovido a coronel y recibió un presupuesto de 200.000 yens.


En 1936 se establecieron definitivamente dos unidades por orden de Emperador Hirohito: una era la unidad de Ishii bajo el nombre de "Prevención Epidémica y Sección de purificación de Agua del Ejército de Kuantung" (el nombre no se cambió a Unidad 731 hasta las 1941), que fue trasladada a una nueva base en Pingfan a 20 kilómetros al sudoeste de Harbin. La segunda fue la Unidad de Yujiro Wakamatsu (después cambió a Unidad 100) estableciéndose en Mengchiatun, cerca de Changchun, con el nombre de “Sección de Prevención de la Enfermedad Veterinaria del Ejército de Kuantung”. En junio de 1938, la Unidad 731 tuvo lista su base de Pingfang que ocupaba un área de 32 kilómetros cuadrados ocupada por 3.000 personas entre científicos y técnicos.
En la campaña del 13 de agosto de 1937, y ante la atenta mirada de las armadas occidentales, el ejército japonés usó gas venenoso contra las tropas chinas. Antes de entrar en guerra contra los aliados Japón usó por lo menos en cinco ocasiones productos de guerra bacteriológica en China, intentando producir epidemias y plagas: el 4 de octubre de 1940 un avión japonés dejó caer bacterias en Chuhsien, provincia de Chechiang, causando la muerte de 21 personas; el 29 del mismo mes otro avión japonés lanzó bacterias sobre Ningpo, igualmente en Chechiang, matando a 99 personas; el 28 de noviembre del mismo año, los aliados se enteraron de que aviones japoneses habían dejado caer gérmenes en Chinhua pero no produjeron víctimas; en enero 1941 Japón extendió gérmenes en Suiyuan y Shansi causando erupciones epidémicas de cierta consideración.
Estados Unidos, ante estos resultados no tomó el programa biológico japonés en serio, posiblemente porque Japón estaba muy lejos y no podría lanzar un ataque masivo contra el continente americano. Los informes de la época, sorpresivamente, también afirman que los militares estadounidenses creían que los japoneses serían incapaces de desarrollar sofisticadas armas biológicas sin la ayuda de “hombres blancos”. En agosto 1942, el periódico médico Rocky Mountain publicó un largo artículo con el título "Pruebas de guerra de gérmenes japonesas contra chinos” asombrando a los desprevenidos americanos.
Entre el gran número de prisioneros japoneses capturados en el Pacífico Sur se habían localizados a médicos especializados en la guerra de destrucción masiva. Se averiguó que Japón sólo les había dejado saber lo que les convenía antes de entrar en guerra. Su programa se encontraba mucho más avanzado de lo que jamás habían sospechado. Los americanos se enteraron entonces que Tokio era el centro para la experimentación biológica y por primera vez surgió el nombre de Ishii Shiro como precursor de la guerra biológica japonesa con su unidad camuflada como especialistas en prevención epidémica tras la oficina principal de purificación de agua a Harbin. De pronto, el tamaño de Unidad 731 y sus bombas de gérmenes y virus resultaron un peligro real.
La enorme distancia que separaba a Japón de Estados Unidos parecía su protección más segura, pero los japoneses habían ideado un sistema increíblemente sencillo y barato de alcanzar el continente enemigo. Varios sumergibles nipones ya habían lanzado globos con cargas incendiarias sobre las costas de Estados Unidos y Canadá. Los aliados los consideraban como un arma ridícula que no obtenía ningún resultado, sólo producía pequeños incendios. Aquellos incendios eran observados desde los sumergibles anotándose el éxito o el fracaso de alcanzar la costa, de tal modo que Ishii y sus hombres pudieran calcular la cantidad de globos que se debían lanzar con armas biológicas para que pese a los fallos su resultado fuera letal. Los globos “Fugo” resultaron un peligro inesperado.


Sólo una semana después de Japón se rindió, el coronel Sanders se encontraba entre el primer grupo de americanos que aterrizó en Japón. Su misión era localizar la máquina de guerra biológica japonesa y al propio Ishii lo más pronto posible. En los siguientes tres meses, Sanders interrogó a muchos miembros militares y científicos de Unidad 731, entre ellos a Yoshijiro Umezu, Jefe del Personal del Ejército de Kuantung, al Comandante en Jefe del Ejército, el diputado coronel Tomosa Masuda, al especialista Jun'ichi Kaneko, pero no el propio Ishii que siempre se le escapaba de las manos.
En septiembre de 1945, Sanders descubrió que la Unidad 731 estaba envuelta en horrorosos experimentos con humanos. Informado el general MacArthur de las increíbles torturas y suplicios por los que habían pasado, no sólo los presos chinos, sino los propios americanos contestó: "Necesitamos más evidencias. Simplemente no podemos actuar sin más. Siga yendo. Haga más preguntas. Y quédese callado sobre todo esto".
Sanders estuvo sólo diez semanas en Japón pues comenzó a sentirse enfermo. Se trataba de una tuberculosis que tardó en curar dos años. La segunda fase de investigación fue realizada por el teniente coronel Arvo T. Thompson, un veterinario.
Cuando Coronel Thompson llegó a Japón, el Tribunal Militar Internacional para el Este Lejano apenas había comenzado sus juicios sobre los criminales de guerra japoneses. Por fin fue localizado Ishii Shiro. Intentando ocultarlo a los soviéticos se le declaró muerto, se publicó la noticia en los periódicos y se simuló un entierro en su pueblo natal. El interrogatorio de Ishii duró desde 17 de enero al 25 de febrero de 1946.
Ishii cambió sus conocimientos no sólo por su indulto y el de sus hombres; también por que fuera borrado por completo su historial y pudiera llevar una vida normal. Shiro Ishii tras su estancia en Estados Unidos volvió al Japón recibiendo los máximos honores. Murió en 1959 de un cáncer en la garganta tras haber sido gobernador de Tokio, presidente de la Asociación Médica y del Comité Olímpico del Japón en la posguerra.
Aquella protección a unos científicos que causaron el sufrimiento y el dolor sin el menor remordimiento repelió a muchos de los americanos que intervinieron en su protección y ocultamiento. El coronel Thompson terminó suicidándose y el general MacArthur se manifestó en contra de aquella actuación de su gobierno y fue retirado de la misión por petición propia.
Experimentos con seres humanos similares a los realizados por el grupo de Ishii, se habían condenado como crímenes de guerra por el Tribunal Militar Internacional en el juicio contra los criminales de guerra nazis, comenzado en Nüremberg el 30 de septiembre de 1946. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos perdonó a los científicos japoneses a cambio de sus secretos en la guerra bacteriológica amparándose en la excusa de que se aproximaba un posible enfrentamiento con la Unión Soviética.




Experimentos realizados por la unidad 731.
• Disección de personas vivas para experimentos de laboratorio y en ocasiones asesinados simplemente para documentar la muerte. El número de personas utilizado para este fin iba de las 400 a las 600 cada año.


• A partir de la segunda mitad de 1940, las tropas agresoras japonesas empezaron el uso a gran escala de armas bacteriológicas, y desencadenaron todo tipo de enfermedades infecciosas como el cólera, el tifus, la pestilencia, ántrax, difteria y bacteria de la disentería.
• Congelaban a los prisioneros y los sometían a técnicas de deshidratación severas y documentaban la agonía.
• Los exponían a bombas para aprender a curar a los heridos japoneses. Bombardearon poblados y ciudades chinas con pulgas infectadas y dieron a los niños golosinas con ántrax. Después entraban para comprobar los daños a la población y se llevaban enfermos todavía vivos para abrirlos y perfeccionar el arma.
• Contaminaron las fuentes de agua.
• Algunos de los experimentos llevados a cabo allí incluían inyectar a los sujetos con bacteria causantes de la peste bubónica producidas en moscas infectadas, para luego registrar la evolución de la enfermedad e incluso disecarlos en estado consciente.
• Los japoneses no dejaron nada sin probar: hongos, fiebre amarilla, tularemia, hepatitis, gangrena gaseosa, tétano, cólera, disentería, fiebre escarlata, ántrax, muermo, encefalitis de las garrapatas, fiebre hemorrágica, difteria, neumonía, meningitis cerebroespinal, enfermedades venéreas, peste bubónica, tifus, tuberculosis y otras endémicas de China y Manchuria. Realizaron pruebas con cianuro, arsénico, heroína, con veneno de serpientes y de pez erizo. En este programa murieron más de 10.000 personas.
• Algunos murieron como consecuencia de las investigaciones. Otros fueron ejecutados cuando quedaron tan débiles que no podían continuar en la Unidad 731 y en otros tantos puntos se hicieron tests con insectos, y todo tipo de gérmenes. Se probaba la resistencia humana al botulismo, ántrax, brucelosis, cólera, disentería, fiebre hemorrágica, sífilis y también la resistencia a los rayos X.



















Sección dedicada a los devoradores de libros. En esta ocasión encontraras un libro muy bueno y entretenido, a mi juicio, titulado "ATRAS DE LAS LINEAS ENEMIGAS" de James Dean Sanderson. Trataré de subir los demás capítulos lo más pronto posible.


Prefacio

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La palabra "héroe" en el siglo XX ha sido sumamente debatida. Esto se debe parcialmente a que muchos de nuestros héroes han sido formados o manipulados para propósitos morales o de propaganda; parcialmente debido a que la guerra en sí ha llegado a ser tan monstruosamente destructiva, tanto en su violencia física como espiritual, que es difícil encontrar algo qué admirar en ella.
Sin embargo, toda generación necesita de estos héroes en el más amplio sentido de la palabra: "de aquellos hombres, nobles, valerosos y de mentes elevadas, que mostraron la medida de nuestra grandeza en términos de autosacrificio, misión, lealtad, audacia y tenacidad".- (Mariscal Foch).
Resulta irónico que la tragedia de la guerra sea una de las formas principales de iluminar a muchos hombres pero siempre ha sido así. La guerra no forma miras precisas y la sociedad nos concede un extraño perdón general dentro, para gastar todos nuestros recursos e incluso a arriesgar la vida para alcanzarlas.
Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial fue demasiado vasta, unos sesenta y cinco millones de hombres portaban uníforme en un momento o en otro, en ambos bandos.
¿Quién es capaz de elegir a los verdaderos héroes en esta enorme masa? Especialmente desde el momento en que poblaciones enteras tenían que ser sostenidas en su moral conminándolas a mayores sacrificios de productividad.
Lo mejor que se podría hacer en aquel tiempo y desde entonces, era canonizar a los generales. Incluso los hemos encontrado lo bastante fuertes y lo bastante admirábles para convertirlos en nuestros adalides políticos. Sin embargo, este no es un libro acerca de generales, es la verdadera historia de diez hombres modernos ordinarios y de sus inmediatos compañeros de armas, todos los cuales se agigantaron bajo las tremendas presiones de la Segunda Guerra Mundial. Estos hombres arriesgaron sus vidas y muchos de ellos con bastante frecuencia, y todos ellos contra momios verdaderamente increíbles.
La mayoría de sus batallas las pelearon tras las líneas enemigas. Si se pudiera restaurar la palabra héroe a su significado prístino y verdadero, estos hombres fueron héroes.
A causa de que la guerra es algo mal recordado y a causa de que gran parte de la Segunda Guerra Mundial se libró con masas de ejércitos, estas historias de hombres extraordinarios que pelearon una especie de guerra personal y extraña no fueron fáciles de localizar. La investigación principió en una forma completamente accidental hace casi diez años, cuando unos soldados de la Highland Light Infantry esparcidos en una "benghazi cooker" preparaban té inglés para un grupo estadounidense que filmaba películas para la televisión en el desierto Egipcio, al occidente de Suez. La plática giró sobre la posibilidad de hacer una guerra de guerrillas de pegar y correr con pequeñas bandas, y sobre el hecho de un mayor "ruso" que tenía un ejército particular, polígIota que había recorrido el desierto occidental en jeeps durante la Segunda Guerra Mundial haciendo precisamente eso.
Popski ya no vive, pero de regreso a Inglaterra fue posible reunir lentamente su historia con ayuda de su viuda y de los hombres que estuvieron bajo sus órdenes.
En los años que transcurrieron desde este primer hallazgo, se descubrieron a otros hombres en otras formas de lucha en conversaciones igualmente casuales o mediante una pequeña referencia en los archivos oficiales de las historias de la guerra. Los discursos en tiempo de guerra, en ocasiones en que los países ocupados representaban a menudo la única pista de los actores principales y en algunos casos, pocos, solamente se dispuso de carta y recuerdos de parientes, de amigos que pelearon a su lado, comandantes, e incluso de los relatos de los enemigos.
Individualmente, cada uno de estos diez hombres influyó bastante en el curso de la guerra; que hayan sido efectivos, tanto como audaces, es indudablemente el criterio de un héroe.
Los hubo también de muchas naciones: ingleses, noruegos, holandeses, belgas, franceses, americanos, italianos y alemanes. Después de todo, la grandeza de los hombres no está limitada a ningún país en particular. Tampoco está limitada a la juventud. Varios de este grupo eran extremadamente jóvenes, sin embargo, otros ya eran maduros y otros estaban en la mitad de la vida cuando Regó la guerra. Como hecho histórico, nueve de cada diez eran cortos de estatura, lo que bien puede ser accidental o puede ayudar a confirmar en el punto de vista psiquiátrico del complejo napoleónico.
El hecho es que cualquiera que fuera su estatura, algo dentro de esos hombres no dejaba que pasaran desapercibidos, ni por calamidades de la naturaleza, ni por la falta de visión de sus superiores, ni por la acción del enemigo. ¿Qué constituía este "algo"? Quizá era el verdadero significado del orgullo; parcialmente era frustración. Pocos de estos hombres apenas si se habían hecho notar antes de la guerra. En cierta forma fue solamente en la guerra cuando todas sus energías y toda su inteligencía pudo canalizarse en una dirección útil intelectual. Esta aseveración puede parecer notable a los supervivientes de nuestras grandes Guerras Mundiales, veteranos cuyos principales recuerdos pueden no ser de pelea, sino de ignorancia, de inutilidad, de espera y de estupidez completa.
Sin embargo, parte del genio del heroismo es que busca su propio centro de acción. Estos diez hombres no pelearon en grandes batallas como tropas de línea. Pelearon como comparsas, como incursionistas, como pilotos, como franco-tiradores. Para alguno de ellos fue pura casualidad lo que les proporcionó su primera oportunidad en la guerra; sin embargo, para diez, representó cierta fuerza mística que los impulsaba a seguír adelante y que les hizo aparecer "nobles en valor, y de mentes elevadas".

J.D.S.
New York, New York





La Expedición para Matar a Rommel

01

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GEOFFREY KEYES sabía que estaba corriendo un gran riesgo como teniente coronel de los "comandos", Keyes se daba perfectamente cuenta del peligro que representaba colocar una sub-ametralladora en el estómago de un centinela. Pero tenía que forzar la entrada y nueve de diez hombres se quedaban aterorizados, helados por la sorpresa cuando sentían la presión del cañón del arma.
Nueve de diez hombres, sin embargo, Keyes no tuvo suerte aquella noche.
El centinela alemán emitió un gruñido y movió su brazo por acción refleja. Cogió el corto cañón por la punta y lo hizo a un lado con un solo movimiento, y se aferró. Cuerpo a cuerpo él y Keyes luchaban por la posesión del arma en la entrada. Cala una lluvia torrencial norafricana que resonaba como tambor.
-Era una situación ridícula, -afirma el Capitán Robin Campbell que permanecía inmóvil precisamente atrás de Keyes-. Ellos estaban tensos y jadeaban como luchadores, permaneciendo así por, aproximadamente, diez segundos. El alemán luchaba por su vida; Keyes lo hacía desesperadamente para librarse del hombre sin despertar a todo el cuartel general.
"Antes que pudiera moverme para rebasar a Keyes, el centinela lo había arrinconado contra la pared, aún sosteniendo el arma, y con cada uno de sus costados protegidos por las puertas de entrada.
Campbell sacó su Colt .45. Se inclinó sobre el chorreante ya casi exhausto Keyes y le metió un tiro en un ojo al alemán. El estampido de la Colt hizo eco una y otra vez a lo largo del oscuro corredor. El casco de acero del alemán resonó cuando su cabeza golpeó el suelo de piedra. Y Keyes, liberado de aquel centinela de reacciones rápidas que jamás pensó encontrarse, corrió por el largo pasillo con Campbell pisándole los talones. Ya no había motivo para guardar silencio. La incursión contra Rommel estaba en todo su apogeo. Ya era cosa de matar o ser muerto, y si la acción moratoria del centinela les había impedido atrapar al general... Bueno no había tiempo para pensar en esto ahora, los incursionistas que iban tras de Rommel sembraban la muerte. Abrían a puntapies puerta tras puerta, rociando a los ocupantes de las habitaciones con balas y lanzándoles granadas de acción rápida. En total dieron muerte a unos treinta hombres y oficiales del Afrika Korps, varios de ellos, hombres clave del Estado Mayor de Rommel.
La Expedición para Matar a Rommel

02

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Sin embargo no lograron capturar al general Panzer Erwin Rommel, y a su vez los incursionistas encontraron la muerte. Casi todos ellos. Keyes, jefe y creador de la operación fue destrozado por la explosión de una automática cuando abría la puerta final al extremo del corredor para que Campbell lanzara su granada. La granada explotó, silenciando a los ocupantes del cuarto y Campbell cayó por un instante sobre el derrumbado Keyes.
La cara de Keyes era una masa sanguinolenta.
Capturen a Rommel -musitó- y cerró los ojos.
Campbell se irguió y corrió hacia las escaleras esperando hacer precisamente eso.
* * *
Es una ironía aceptada de la guerra que la sangre y el valor extremado a menudo se gastan inútilmente.
Rommel, en ese momento se encontraba cómodamente sentado en Roma, con su esposa a su lado, levantando una copa de champagne en una fiesta de cumpleaños que se daba en su honor. A mil millas de distancia los hombres lo buscaban y morían en una de las más audaces acciones de guerra.
¿Quién planeó aquella emboscada nocturna para un general enemigo a quinientas millas atrás de las líneas enemigas? ¿Qué clase de hombre llevó a cabo esta sardónica fiesta de cumpleaños intentando destruir el mito de la invencibílidad de Rommel, en una misión que sus superiores calificaron de plano como completamente suicída? ¿Quién fue el hombre alabado después de muerto por el mismo rey por su "temeraria audacia", y por qué insistió en abrir personalmente en aquella tormentosa noche la puerta que le iba a poner cara a cara con el factor humano dominante de la guerra del Africa del Norte?
Geoffrey Charles Tasker Keyes fue mayor a los veintitrés años y cuatro meses después teniente coronel, y sin embargo, odiaba la guerra. Cuando era joven fue tímido e introvertido, con pretensiones intelectuales, y sin embargo, en Eton tomó clases de boxeo y jiu-jitsu. Juró que nunca entraría al servicio militar pero fue a Sandhurst, en donde se graduó como subalterno en el Royal Scots Greys ocupando el cuarto lugar en una clase de doscientos.
La dificultad con Geoffrey Keyes eran sus antecesores, un Keyes había defendido a Inglaterra y a su Imperio en cada generación desde la Armada Española de 1588. El propio padre de Keyes fue un héroe de la Primera Guerra Mundial y cuando muchacho, Geoffrey Keyes había hecho un crucero por el Mediterráneo en el yate del al:mirante.
Era incapaz de olvidar la tradición familiar, ni tampoco sus jefes superiores, quienes lo obligaban a marchar a la cabeza de otros oficiales menores, a pesar de su timidez con las tropas y de su apariencia completamente desproporcionada para un milítar (incluyendo un defecto de miopía ocasionado por un brote prematuro de escarlatina, una cara de luna llena y un bigotíllo delgado y afectado).
Keyes entró a los comandos a causa de que su padre y un amigo personal de Churchill, habían ayudado a organizarlos. Por lo menos ése era el sentimiento general del conjunto de Oficiales del Grupo Número 11 de Comando Escocés, y de las clases. A Keyes a pesar de la tradición de su nombre, se le consideraba como demasiado delicado y de poca brillantez para estar con los audaces y rudos componentes del Número 11.
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03

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El 8 de junio de 1941 cambió todo eso. Se informó que habían aterrizado en Siria, con la convivencia del Vichy francés, un grupo de paracaidistas alemanes y el Alto Comando aliado se movió rápido para contrarrestar el golpe. Sin embargo, los tan subestimados franceses resistieron en forma salvaje y rechazaron a los australianos en el fronterizo río Litani, después de un sangriento asalto que costó a los australianos el veinticinco por ciento de bajas.
A la mañana siguiente la Marina Real desembarcó al Comando Número 11 a las 4 a. m., con órdenes de apoderarse de una cabeza de puente sobre la orilla norte. El intenso fuego obligó a la Marina a desembarcar al Número 11 en la orilla sur. Los comandos utilizaron una canoa de remos para cuatro hombres facilitada por los australianos y principiaron el cruce. Un impacto directo de un 75 francés eliminó a una de las canoas haciendo de Keyes el oficial al mando del asalto. Por cuatro veces, Keyes personalmente impulsó los remos de la canoa furiosamente cruzando el río bajo el fuego de ametralladoras, morteros y granadas de 75. Finalmente con diez y ocho hombres y otros dos oficiales asaltó y capturó el reducto fortificado, volvió sus cafiones sobre la batería que dominaba el cruce y la silenció. A continuación los comandos procedieron a eliminar los nidos de ametralladoras y los morteros. Se sostuvieron en la cabeza de playa contra los contraataques franceses hasta el siguiente día cuando los australianos los arrojaron a Siria.
Keyes merecía y obtuvo la Cruz Militar y el respeto de sus hombres por esa acción.
Un rudo combatiente del Número 11 llamado David S. Brodie, recuerda: "en los desfiles era muy estricto de la disciplina y de los detalles y al principio nos figurarnos que era como muchos otros, que simplemente viviría al abrigo de la reputación de su padre. Sin embargo, después del Litani todos los hombres de la Unidad lo hubieran seguido de ida y vuelta al infierno, yo estaba con él y puedo decir con toda honradez que ignoraba por completo el significado de la palabra miedo".
Eso habría bastado para un hombre ordinario. Pero había algo más en Keyes, algo que le ordenaba continuar, aquellos eran los días en que la leyenda de Rommel se agigantaba. En febrero de 1941, el Ejército Británico del Nilo había avanzado ochocientos kilómetros en dos meses persiguiendo a los italianos y capturando ciento treinta mil prisioneros, cuatrocientos tanques y mil doscientos cañones al costo de dos mil bajas. Inglaterra había estado ensoberbecida con la victoria y los había arrojado más allá de Benghazi, aparentemente lista para otro empuje de ochocientos kilómetros hacia Trípoli.
El Ejército del Nilo, había solamente esperado para reagruparse y reabastecerse, y poco les preocupó cuando a fines de febrero un escaso grupo de tropas alemanas desembarcó en el Golfo de Trípoli, había mucho más interés con relación a las noticias de que el general Erwin Rommel había llegado y, en efecto, había asumido el mando de las fuerzas del Eje. ¿Quién era él, sino otro comandante de la División Panzer? El había peleado en Franda pero aquí en Africa se enfrentaba a un ejército fogueado y victorioso. Encontraría que las cosas iban a ser diferentes.
Pero el 31 de marzo, Rommel había desatado una serie de deslumbrantes ataques y correrías que lo pusieron a ochocien&m kilómetros al Oriente; bien dentro de la frontera egipcia y fácilmente había eliminado los débiles contraataques de Wavell en los meses que siguieron, en tanto organizaba su línea de abastecimiento y reservas. Rommel hizo todo aquello con una división motorizada alemana y un regimiento Panzer, además de los elementos italianos que tan fácilmente quedaron derrotados dos meses después.
Así pues, la leyenda de Rommel crecía incluso entre los ingleses. Y así fue como Keyes comenzó a pensar en Rommel. Si sólo un hombre era responsable de todo esto, ¿por qué no eliminarlo y hacerlo precisamente en el momento en que las fuerzas del imperio estaban listas para asestar un golpe aplastante? Quizá en la confusión resultante el Eje podría ser elimínado del Africa de una vez por todas.
La Expedición para Matar a Rommel

04

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En El Cairo, Keyes acorraló a todos y cada uno en el Cuartel General del Ejército del Nílo. Lo promovieron a teniente coronel, pero solamente escuchaban su plan pon un oído. Por un motivo, no era honorable; no se puede matar generales enemigos en sus propios cuarteles generales muy lejos de la línea de fuego y a la mitad de la noche. Pero tampoco era muy honorable arrastrarse detrás de un descuidado centinela, cortarle la garganta o agarrotarlo, alegaba Keyes, aun cuando los comandos habían sido entrenados para hacer precisamente eso... Y lo harían en intervalos bastante regulares. En la guerra moderna las líneas de batalla son flexibles argüía Keyes y si los ingleses estaban preparados para hacer frente al hecho de que en alguna ocasión, en algún lugar, los alemanes podrían tratar de matar a sus generales entonces no había ninguna razón por la que Rommel, el más importante soldado enemigo del Africa, no fuera muerto cuando y donde se pudiera encontrar.
Lentamente, la lógica impersonal de la posición de Keyes comenzó a filtrarse, y, después de meses de alegatos, obtuvo un gran "procede. El asesinato de Rommel como hombre y como leyenda tendría lugar a la media noche del 17 de noviembre. La ofensiva principiaría al amanecer, seis horas después.
"Keyes estaba jubiloso" -recuerda el coronel (ahora mayor general) Robert Laycock en aquel tiempo, jefe de todas las operaciones de comando en el Mediterráneo. Pero dí mi autorizada opinión de que las oportunidades de que fueran evacuados después de la operación, eran sumamente débiles. El ataque a la casa de Rommel, aun cuando tuviere éxito, significaba una muerte casi segura para los que tomaran parte en él".
-Hice estos comentarios -agrega Laycock-, en presencia de Keyes, quien me suplicó que no los repitiera, a menos que la operación fuera cancelada.
El entusiasmo de Keyes era tan contagioso que finalmente Laycock se dio por vencido y se unió activamente a los que planeaban la operación y al final se encargó de manejar el peligroso desembarque desde los submarinos, a lo largo de la costa enemiga, técnica en la que era particularmente diestro. Los dos analizaron cada fragmento de información de la Inteligencia y aún enviaron a un agente especial, un capitán inglés que hablaba árabe para explorar el área con varios meses de anticipación. Su informe: Al Cuartel General del Estado Mayor en Beda Littoria. "El primer edificio se encuentra a la derecha entrando a la aldea procedente de Cirenia y en un silo, a continuación una hilera de bungalows, después, regresando por el camino, - se encuentra un gran edificio de dos pisos rodeado de cipreses, con un exterior triste y sombrío. Ese es el lugar".
Ahí era en donde Geoffrey Keyes daría muerte a Erwin Rommel y a tantos del Estado Mayor como fuera posible, extendiendo el pánico y desmoralización entre las fuerzas del Eje en Africa, en tanto los ahados desencadenaban su nueva y climática ofensiva.
Era muy bello en teoría, pero terriblemente equivocado. Aun cuando Rommel no hubiese estado en Roma era posible que Keyes no lo habría encontrado en la sombría mansión de Beda Littoria que servía como cuartel general suplente. El general en ocasiones conferenciaba con su Estado Mayor en aquel lugar, pero su cuartel general personal se había mudado a una ruta situada a pocos kilómetros del pueblo. Esta ruta nunca fue descubierta por la Inteligencia Británica.
Los espías alemanes, eran más diestros; por ejemplo, Rommel sabía que las fuerzas del Imperio Británico podrían lanzar una ofensiva entre el 15 y el 25 de noviembre (Un agente nazi disfrazado de hermana enfermera había sorprendido una exclamación casual de un empleado del Cuartel General del Ejército del Nilo, hospitalizado en Jerusalén, según Manfredo, hijo de Rommel y editor de los papeles del general).
Esta fue una de las razones que hicieron que el jefe del Afrika Korps volara a Roma. Deseaba obtener permiso del coronel general Alfred Jodl para aplastar a una irritante división australiana y que aún se sostenía lejos de su retaguardia en el rebasado Tobruk. Esto liberaría a cuatro divisiones italianas y a tres batallones de la Quinta División Ligera (Motorizada) alemana para afrontar el ataque esperado. Su fiesta de cumpleaños fue idea de su esposa. Fue una de las pocas veces que Rommel se permitía descansar completamente de las preocupaciones de las batallas.
Así pues, en Beda Littoria se montó un escenario completamente vacío, un escenario en el cual se iba a representar un drama fútil, de osadía y muerte, por Geoffrey Keyes y sus comandos.
A las 4 p. m. del diez de noviembre de 1941 descendieron por el puerto de Alejandría y treparon por la torreta del submarino Torbay. Al lado de Keyes, del coronel Laycock y del capitán Campbell, había veinticinco hombres. Un segundo submarino el Talismán, llevaba al teniente Guy Coock y a veintisiete hombres más. De todo este grupo solamente Campbell no era comando, y probablemente pagó al final por este hecho con la pérdida de una pierna al olvidar una de las órdenes de Keyes en la Mansión. Campbell, amigo íntimo de Keyes, era attache del Cuartel General en El Cairo y había insistido con Keyes para que le permitiera acompañarlo hasta que finalmente obtuvo lo que deseaba.
Una vez en el mar, hubo mucha especulación entre los tumandos sobre su punto final de destino, Brodie, a bordo del Torbay recuerda: "tuvimos finalmente la certeza de que la acción se iba a desarrollar en Creta o en Rodas, en el Mediterráneo Oriental".
Dos días después Keyes leyó las órdenes a los hombres. -Quedamos sorprendidos y un tanto inquietos cuando nos informó que nuestro objetivo era la casa del general Rommel, con Instrucciones de matar al mismo Rommel- comenta Brodie.
En la mañana del trece, el Torbay levantó cautelosamente el periscopio en el lugar designado para el desembarco, una pequeña caleta en la costa Cirenaíca. Sin embargo Laycock tenía sospechas de los rebaños árabes y de sus pastores que se encontraban en las distantes montañas que dominaban la caleta, y los dos submarinos se sumergieron haciendo rumbo mar adentro.
Lo intentaron nuevamente la manana siguiente, convenciéndose Laycock por sí mismo de que la rada estaba desierta. Sin embargo debido a que la marea se elevaba, el comandante del submarino aconsejó que no se hiciera el desembarco aquella noche; pero otra demora hubiera hecho fracasar toda la expedición. Un oleaje pesado, y sin luna, el submarino salió a la superficie de la pequeña caleta un poco después de oscurecer. Como se había predicho, la tormenta aumentó con rapidez. Para cuando los catorce dinghies de dos plazas fueron llevados al puente e inflados, las olas barrían totalmente al submarino.
-De pronto una violenta racha de viento lanzó a cuatro dinghies fuera del submarino llevándose con ellos a Spicke Hughes -recuerda Brodie-. El mar se encontraba tan agítado que perdimos la esperanza de verlo otra vez; sin embargo, apareció sano y salvo unos veinte minutos después remando su propio dinghy y remolcándo a otro que había podido rescatar.
"Con la tripulación del submarino luchamos contra la tormenta toda la noche, en las primeras horas de la mañana finalmente desembarqué en el bote No. 13 que se había volcado cinco veces. El Torbay desembarcó veintiséis hombres de los veintiocho que llevaba, un hombre resultó herido al tratar de desembarcar y el otro se había acobardado y había rehusado trepar al bote en aquel encrespada mar.
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05

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Cerca de las 2 a. m., el Talismán recibió instrucciones de entrar al muelle pero cuando se encontraba en posición de atracar, el ventarrón había empeorado, sin embargo, Laycock remó hacia ella cabeceando como un corcho en un remolino. Todos los intentos de desembarcar del Talismán fracasaron; de todos ellos solamente el teniente Cook y cinco hombres llegaron a la orilla. El mismo Laycock fue arrojado al agua; después de decidir que el Talismán haría el intento la noche siguiente y solamente pudo llegar a la orilla nadando desesperadamente.
Aquel fue el princípo de la mala suerte.
Amaneció la fría y gris mañana del quince y los comandos consideraron la situación. Laycock permanecería a la cabeza de playa con cinco hombres, la mayor parte de los abastecimientos y municiones, y esperaría aquella noche la llegada del Talismán. Coock tomaría seis hombres, cortaría las líneas del teléfono y telégrafo en las cruces del camino al Sur de Cirenia y volaría un centro de comunicaciones en las afueras del pueblo.
Esto dejaría a Keyes y Campbell con diez y siete hombres para efectuar la incursión contra Rommel. Esto significaba menos seguridad durante los treinta y siete kilómetros de marcha nocturna y de retirada, pero sin embargo, en nada afectaba al verdadero ataque; ya se había decidido que solamente cuatro hombres entrarían al edificio, por temor de estorbarse unos a otros.
Los cuatro. Keyes, Campbell, Brodie, y un rudo y frío sargento de corta estatura originario de Yorkshire llamado John Terry que era, al igual que Brodie, un artista en la subametralladora Sten.
-Pasé el día con Keyes revisando una y otra vez los planes -continuó Laycok-. Le pedí varias veces que encomendara a algún otro jefaturar el punto crucial de la incursión en el interior del Cuartel General. Traté de demostrarle que era demasiado valioso para los comandos para perderse en lo que esencialmente era la tarea de un pistolero. Desde luego, Keyes rehusó.
Los dos guías -árabes alquilados por el agente avanzado hicieron su aparición durante el día y a las 8 p. m. de aquella noche los dos grupos se movieron. La narración de la parte principal de la incursión, sigue aquí por Campbell:
-La lluvia había cesado pero unas nubes bajas oscurecían completamente la luna haciéndonos tropezar y lanzar maldiciones a la maleza, aproximadamente a las 10 p. m. desapareció el guía árabe y por un momento sufrimos pánico. Sin embargo, Keyes se mostraba frío y animoso. Exploró la trocha que tenía delante y a continuación nos condujo por ella usando únicamente un mapa italiano bastante vago y una brújula. Cerca de la 1 a. m., llegamos a una pequeña altura cubierta de árboles y de maleza y decidimos acampar durante el día.
Principió a caer una persistente llovizna; sin embargo, algunos hombres lograron conciliar el sueño: no obstante, poco después de la alborada del diez y seis, uno de los vigías dio la alarma. Ayudados por su larga práctica, los comandos adoptaron inmediatamente un perímetro de defensa. Desde atrás de cada arbusto encontrado contemplando los cañones de los cortos rifles italianos.
-Nos encontrábamos rodeados por una banda de los árabes más bribones que jamás hubiéramos contemplado-, continuó Campbell, el jefe era tuerto y tenía un vendaje de tela roja alrededor de la cabeza colocado en un ángulo caprichoso. Si no hubieran estado tan sucios hubieran resultado pintorescos.
Keyes se portó a la altura de la situación. Ondeó un documento y solicitó una tregua para parlamentar. El documento era una orden del Jefe de la tribu árabe Senussí (ahora el Rey Sayed Idris I de Libia) para proporcionar toda la ayuda y facilidades necesarias a los igleses aliados de los Senussís en la batalla de veinte años contra los opresores italianos.
Pero el único ojo bueno del jefe nunca pudo aprender a leer y ninguno de los de su banda era mejor usando los dos ojos.
Finalmente la persecución y las deslumbrantes promesas de oro decidieron el incidente a favor de Keyes. Los árabes prometieron cooperar. Condujeron a los comandos a una gruta cercana e incluso proporcionaron un cabrito asado para la cena. Sin embargo, aún temerosos de alguna traición, Keyes condujo a sus hombres fuera de la gruta un poco antes de la madrugada del diez y siete. La incursión estaba dejada para la media noche y todavía quedaba una distancia que recorrer. Keyes decidió el momento de acción para las 6 p. m., un poco después del oscurecer. Se dejó todo el equipo con excepción de las armas y municiones en la caverna bajo la vigilancia de un hombre.
Los expedicionarios se movilizaron a las 6:15 p. m., en medio de una cruel y desatada tormenta.
-Aquella noche tuvimos la peor tempestad que hubíéramos visto, -refiere Brodie-. Estaba tan oscuro, que tenla que aferrarse a la funda de la bayoneta del que tenía adelante para conservar el grupo intacto. Cuando un hombre caía todos caíamos.
La Expedición para Matar a Rommel

06

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Con los dos árabes a la cabeza, deslizándose y arrastrándose continuaron la marcha durante cuatro horas.
A las 10: 30 p. m., llegaron al pie de una escarpada y descansaron brevemente en el lodo. A las 11 p. m. los árabes guías señalaron un sendero que afirmaron conducía a la parte de atrás de la casa de Rommel. A continuación los guías desaparecieron. El teniente Cook y su pequeño grupo partieron para los cruces de la Cirenaica para volar todas las líneas de comunicación.
-A continuación el coronel Keyes se dirigió solo a reconocer la casa -continuó Brodie-. Cuando regresó, el sargento Bruce fue despachado en compañía de tres hombres para inmovilizar todos los vehículos que se encontraran estacionados. El método consistía sencillamente en colocar una bomba de tiempo en cada tanque de gasolina, la cual explotaría algún tiempo después de la hora cero. Bruce me contó después que encontraron la tienda de la guardia enemiga con todos sus ocupantes dormidos, de manera que hice que compartiera una granada entre ellos.
A las 11:30, después de un avance sumamente cauteloso, los comandos llegaron a los edificios exteriores del cuartel general. Keyes y Terry se adelantaron para efectuar un reconocimiento, pero apenas habrían caminado una docena de pasos cuando un perro comenzó a ladrar y a gruñir.
Un soldado italiano y otro árabe salieron de una pequeña tienda de guardias. El italiano comenzó a explorar el área con su lámpara. Keyes, oculto tras de un arbusto, lo maldijo en alemán y en un pésimo italiano, prometiendo fusilarlo si algún perro italiano osaba interrogar a una patrulla alemana. Atendiendo a aquellos sonidos, tan propios de los SS, tanto el árabe como el italiano regresaron inmediatamente a su tienda de guardia y penetraron en su interior.
Keyes y Terry continuaron su patrulla. A las 11:45 regresaron portadores de malas noticias. La puerta posterior de la mansión de Rommel estaba herméticamente cerrada y aparentemente no había modo de penetrar por las ventanas. Keyes sonrió ligeramente.
-En apariencia tendremos que hacer al general una visita formal -dijo-. Por la puerta de enfrente.
No había nada más qué decir, y así, a las 11:55, los incursionistas ocuparon sus puestos. Dos hombres destruirían la planta eléctrica; cuatro vigilarían el jardín y el estacionamiento de los carros para impedir la llegada de cualquier refuerzo una vez que hubiera empezado la acción; otros dos se encargarían de vigilar la tienda de los guardias; dos más en las afueras de un hotel cercano para impedir que alguien saliera; dos, guardarían la entrada y el sendero que conducía a la puerta de enfrente; y finalmente, dos en la parte posterior de la casa.
-El coronel estacionó a Joe Kearney -continúa Brodie- y a Spike Hughes en la puerta de atrás con instrucciones de disparar sobre cualquiera que no diera la contraseña, que era "Lamlash" (campo de entrenamiento de los comandos).
A las 11:59 p. m. Keyes, Campbell, Terry y Brodie, en ese orden, se dirigieron a la puerta delantera de la mansión para matar a Rommel.
Keyes llegó a la puerta y trató de usar el pestillo. No se abrió. Se volvió y emitió un sonido italiano equivalente a un gesto de impaciencia.
A continuación, principió a golpear la puerta lanzando exclamaciones en alemán para que alguien abriera. Caía un fuerte aguacero y era posible que la gente que se encontraba en el interior no lo hubiera escuchado. Gritó más fuerte y para mayor convencimiento principió a dar patadas a la puerta.
Sin embargo, nadie se presentaba.
-Era una sensación terrible permanecer inactivos en aquella lluvia cuenta Campbell-. Finalmente Keyes comenzó a reír y la ironía de ello me afectó. Allí estábamos, después de haber recorrido tanto camino y con tantos peligros y ni siquiera podíamos entrar a la casa.
Sin embargo, Keyes dejó de reír instantáneamente al oír el ruido de una cadena detrás de la puerta, De pronto se abrió la puerta.
Keyes se lanzó al quicio gritando una orden en alemán.
-El centinela se veía un hombre poderoso con su casco y sus botas -recuerda Campbell-, y nunca pareció titubear un instante, Había hecho a un lado el cañón del arma y luchaba contra Keyes. Creí que Keyes podría estrangularlo, de manera que esperé unos segundos. Pero podía observar el corredor a sus espaldas y temí que alguien pudiera salir y descubrirnos apelo tonados en aquella forma en la puerta.
-Así pues, me incliné sobre Keyes y disparé contra el centinela. Se derrumbó azotando el piso con su casco. La entrada estaba libre.
La Expedición para Matar a Rommel

07

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"Keyes corrió por el, corredor y abrió de un tirón la primera puerta. El cuarto estaba vacío. Se ubservaba una rendija de luz debajo del segundo. Keyes abatió de una ráfaga a tres soldados que se encontraban ante una mesa, cerró la puerta y proseguimos.
"Escuché los dísparos que hacía la Sten de Terry y miré hacia atrás, observando que disparaba desde la cadera. Un par de alemanes rodaron casi a sus pies. Cambió la dirección de su fuego a la parte de arriba de las escaleras y vi que un enorme tipo se balanceaba allí y luego caía sobre el pasamano, en la misma forma en que se hace en Hollywood, haciendo un ruido macabro al caer.
"Keyes disparó sobre un dormitorio y pidió una granada. Tiré de la espoleta, la lancé y nos dirigimos a la siguiente puerta. Hasta ahora no habíamos encontrado nada que se pareciera a un cuartel general, o a las habitaciones de un general. Nuestra siguiente visita fue a un cuarto de mapas, allí nos estaban esperando. Sin embargo, el primero en lanzar una andanada fue Keyes, y cerró la puerta. Son oficiales; gritó.
- ¡Espera! --exclamé-. Les lanzaré una granada.
Keyes tomó nuevamente el pestillo de la puerta mientras yo quitaba la espoleta.
- ¡Ahoral -exclamé, y Geofrey abrió la puerta. Lancé la granada y observé como rodaba hacia el centro de la habitación. Pero alguien de los que estaban allí tenía una automática y antes de que Keyes pudiera cerrar la puerta disparó sobre él y lo derribó.
Mi granada estalló y ya no escuchamos ningún otro sonido. Me incliné sobre Keyes. Estaba bañado en sangre. Principié a incorporarlo pero abrió los ojos y dijo:
- ¡Agarren a Rommel!
"Proviniendo de Geoffrey aquello equivalía a una orden terminante.
"Retrocedí hasta donde se encontraba Terry y juntos comenzamos a subir las escaleras. Allí se oían disparos. Terry abatió a dos enemigos en el corredor y continuamos subiendo. Alguien asomó una pistola fuera de un cuarto y nos hizo un par de disparos. Le lancé una granada y desapareció. Barrimos a disparos otro cuarto. En un segundo cuarto encontramos a un alemán oculto debajo de una cama.
" -¿where it is Rommel? -le grité, pero no pudimos obtener ninguna respuesta.
"Escuchamos disparos afuera, en el jardín. Buscamos en otro cuarto. Estaba vacío.
-No creo que se encuentre aquí -dije a Terry.
"Por precaución arrojé dos granadas hacia el salón, y eso fue todo. Ahora era más intenso el ruido de los disparos en el exterior, Brodie se encontraba en la entrada. En el piso bajo, Terry empezó a aproximarse a Geoffrey, que todavía se encontraba en la forma en que lo habíamos dejado.
-Es inútil -dije-. Estaba convencido de que había muerto.
En esta forma terminó la parte ofensiva de la expedición para matar a Rommel. Sin embargo, nuestra mala suerte aún no había terminado.
-El capitán Campbell dio la orden de "reunión"-continúa Brodie-, de manera que corrí hacia la puerta delantera, según las órdenes de Keyes. Sin embargo, Campbell atravesó corriendo la casa y salió por la puerta trasera. Los dos centinelas no se dieron cuenta de lo que se les venía; no dio la contraseña, de manera que Spike abrió fuego con su Tommy y le destrozó una pierna a Campbell.
"Terry continuó corriendo hacia el sitio de reunión, y a medida que yo rodeaba la casa corriendo y gritando "¡Lamlash!", Spike me relató lo que había sucedido. Revisamos la pierna de Campbell, pero era inútil pensar en trasladarlo durante cerca de cuarenta kilómetros de regreso con nosotros, de manera que nos dijo en dónde guardaba sus tabletas de morfina y sus últimas palabras antes de quedar inconsciente fueron:
-Localicen la estación generadora y destrúyanla.
"Busqué la pequeña planta en la oscuridad (aún estaba funcionando) y mis oídos fínalmente me condujeron a ella. Le lancé una granada de mano y una bomba incendiaria e inmediatamente se apagaron todas las luces, tanto en el pueblo como en el hospital. A continuación me reuní con los otros en el sitio convenido para emprender el largo camino de regreso.
-Sin embargo, no era tan fácil como parecía.
-El terreno rocoso era demasiado peligroso en la oscuridad y nos dimos por vencidos cuando el sargento Terry sufrió una caída de aproximadamente cuatro metros en un risco y perdió su arma. Al amanecer encontramos nuevamente el arma y continuamos la marcha. Tratábamos de localizar la cueva en donde habíamos dejado el día anterior a un hombre herido para que descansara y cuidara de nuestro equipo adicional, pero los guías árabes habían desaparecido y no logramos localizarla.
La Expedición para Matar a Rommel

08

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El principal grupo de expedicionarios, conducidos por Terry, llegó de regreso a la playa cerca de las 5:30 p. m., justo al anochecer. El grupo de Cook los habla precedido.
-Aquella noche el Torbay se acercó todo lo que pudo, pero la costa era sumamente escabrosa y el mar aún estaba muy agitado; así que, el comandante Myers señaló que no podría amesgar su nave y que regresaría la noche siguiente. Teníamos una canoa desmontable de lona, dice Brodie, pero quiso nuestra suerte que la encontráramos averiada; en otra forma hubiéramos tendido un cable al submarino para que nos remolcara.
Adustos, y no sin cierta aprensión los comandos se instalaron en la playa para esperar otro día. Laycock colocó dos ametralladoras y un pequeño mortero con veinte cargadores en la orilla y cavaron una cuidadosa defensa alrededor de la cabeza de playa. No obstante, nadie abrigaba muchas esperanzas, no podrían dejar de descubrirlos los alemanes al segundo día después de la incursión.
Los comandos pasaron unas pocas horas después del alba durmiendo lo mejor que pudieron y cornentando en voz baja el ataque. Especulaban acerca de si Rommel posiblemente se encontrara entre los oficiales muertos tan rápidamente en aquella mansión gris, si Keyes sería recompensado con la Cruz Victoria, el más alto galardón británico (se la concedieron el 19 de junio de 1942), y que si de todas formas e¡ asalto habría tenido algún efecto sobre la ofensiva que ahora se desarrollaba.
* * *
Aproximadamente a las 8 a. m., un avión enemigo voló bajo sobre la costa, pero los comandos creyeron que no habían sido descubiertos. Reasumieron inquietos su espera. A las 10 a. m., se presentó una patrulla alemana conducida por árabes. Los comandos abrieron fuego. Los alemanes lo contestaron y enviaron correos en busca de refuerzos. El asunto se iba a decidir en unas cuantas horas; los alemanes atacaron con un tanque e irrumpieron sobre las débiles defensas con facilidad. Los comandos trataron de disparar su mortero utilizándolo como cañón antitanque, pero no obtuvieron ningún resultado. Laycock dio la única orden posible: separarse y que cada quien se cuidara como mejor pudiera.
Con excepción del mismo Laycock y de Terry, ninguno lo hizo. Juntos huyeron hacia el oriente, vagando por el desierto durante treinta y siete días, yendo a dar, delirantes y medio muertos de hambre a una avanzada del Octavo Ejército, el día de Navidad.
¿Qué sucedió a los otros? La historia no está clara. Es indudable que el desierto devoró a algunos; Laycock y Terry, después de algunos días de caminar hicieron un estofado con huesos de carnero y ajos silvestres. Mientras lo estaban cocinando un árabe llegó al campamento. Después de oler la olla la volvió. Los furiosos comandos se le echaron encima; finalmente, el árabe los hizo comprender que los "ajos" les podría haber producido una ceguera total en cosa de horas.
Indudablemente otros árabes eran menos bondadosos. El benefactor de Laycock y Terry enseñó los cinco dedos de una mano y luego se pasó el índice por la garganta, indicando que los árabes habían degollado a cinco comandos que huían y habían entregado sus cadáveres a los alemanes, por la elevada recompensa que ofrecían.
Algunos fueron hechos prisioneros: Campbell perdió la pierna pero sobrevivió a la guerra; Cook murió de parálisis infantil en un hospital de Londres hace pocos años, Bruce es ahora el poseedor de una granja en donde cría ovejas, en Australia; Brodie y otros seis, tuvieron una suerte típica: vagaron durante ocho días por el desierto, llegaron a un fuerte de Mekili, ocupado por los alemanes. El desesperado -grupo se ocultó esperando que llegara la noche, con la idea de hacer una incursión para hacerse de vituallas; de pronto, los italianos cayeron sobre ellos. Un grupo británico de gran alcance en el desierto había atacado furiosamente el fuerte hacía sólo unas cuantas horas y los italianos estaban esperando que regresaran.
Así pues, el ataque sobre Beda Littoria, constituyó un total desastre. Fracasó en su propósito y sólo regresaron dos hombres. Sin embargo, nada de esto se refleja sobre la audacia y determinación de los hombres que llevaron a cabo el asalto, ni tampoco sobre los que lo planearon. En los informes capturados a los alemanes, entre la lista de bajas en el ataque, existe la curiosa anotación de que un hombre desesperado y herido habla dejado un rastro de sangre cuando se arrastró desde el corredor principal y subió las escaleras hasta la entrada de un cuarto del segundo piso.
En aquel lugar dos alemanes más se encontraban muertos y ahí yacía el cuerpo de un teniente inglés, con una subametralladora entre los brazos, su dedo sobre el gatillo y el cargador vacío.
Aquel cuerpo pertenecía a Geoffrey Keyes, que había ido a matar a Rommel y que nunca dejó de intentarlo hasta que no tuvo más valor que gastar... o vida que arriesgar.





¡Torpedo Humano!
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A las nueve cuarenta y cinco de la noche del 19 de diciembre de 1941, seis cabezas brotaron en la tranquila superficie del Mediterráneo, bañada por la luna, precisamente afuera de la bahía de Alejandría, Egipto. Aquellos seis hombres no estaban nadando. Iban jinetes, es decir, a horcajadas sobre tres torpedos de unos seis metros de largo. Eran italianos. Sus intenciones eran penetrar a la bahía sin ser observados y hundir los restos de la mermada flota inglesa del Mediterráneo, específicamente a los barcos de guerra Valiant y Queen Elizabeth.
Su historia, desarrollada en el mismo teatro de la guerra que la expedición de Geoffrey Keyes, es al mismo tiempo una historia triunfante y un bello contrapunto en lo que se refiere al valor y osadía de un pequeño grupo, ya que el Eje también tuvo hombres que también se burlaban de los aspectos formales de las guerras modernas.
Conducidos por el teniente Luigi Durand de la Penne, los seis italianos usando una nueva clase de equipo ligero submarino, abandonaron su submarino nodriza por una abertura de escape situada debajo de la línea de flotación. En grupos de dos, en realidad "jinetearon" sus torpedos de baja velocidad, especialmente adaptados, a través de los campos de minas, tanto de superficie como submarinas. Cerca del muelle de Alejandría se vieron obligados a sumergirse profundamente, ya que una patrulla británica arrojaba sistemáticamente bombas de profundidad.
Cerca de la media noche, fue levantada la red antisubmarinos para dar paso a un escuadrón de destroyers británicos. Desde una profundidad de diez metros, los tres grupos de torpedos humanos, jinetes en sus mortales "caballos" siguieron a las batientes hélices hasta el interior de la misma bahía.
En las primeras horas de la madrugada, trabajando furiosamente y casi ahogándose en las negras y lóbregas aguas del anclaje británico, los italianos lograron su propósito, a pesar de la vigilancia de las patrullas que cruzaban la superficie. Poco después de las 6 a. m., el capitán, posteriormente vicealmírante, Charles Morgan, del Valiant fue arrojado sobre cubierta por una violenta explosión. El buque de guerra se hundió bajo sus pies hasta el bajo fondo de la bahía. Unos cuantos minutos más tarde lo siguió el Queen Elizabeth, en tanto que un enorme barco tanque inglés, que estaba anclado cerca, volaba en pedazos e iluminaba la escena con sus despojos en llamas.
Rara vez en la guerra moderna el victorioso se encuentra con el vencido cara a cara en el momento de su triunfo; sin embargo, Luigi de la Penne fue hecho prisionero a bordo del Valiant. El capitán Morgan, cuando su barco se hundía, se volvió al italiano y le dijo quedamente: "Se ha anotado una victoria fantástica".
* * *
Es probable que nunca antes en la historia (parafraseando a Churchill), una armada ha debido tanto a tan pocos, corno en el caso de la armada italiana a su Décima Flotilla Ligera, único y pequeño compacto grupo de entusiastas de los botes a motor y del buceo. La Décima, que nunca llegó a contar más de cien hombres, se anotó la mayor parte de las victorias navales italianas durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el triunfo del valor puro y del poder de la voluntad de los hombres contra los barcos, más que el triunfo de barcos contra barcos.
Desde el día en que el primer navío izó en su mástil la bandera de la Italia Unida en 1861, la marina italiana había vivido a la sombra de la Real Armada Británica. Los marinos italianos lo admitían libremente.
-Padecemos un irrazonable complejo de inferioridad -comentaban-, los cañones ingleses son más precisos y de más alcance, sus barcos son más rápidos y más fáciles de maniobrar, sus comandantes más decididos y conocedores.
La jactancia "Mare Nostrum" de Mussolini acerca del Mediterráneo era pura bravata para la marina italiana en tanto que los ingleses poseyeran Gibraltar, Malta, Alejandría y Chipre. Para 1940, aquel complejo de inferioridad se había convertido en parálisis; los almirantes italianos recurrían a cualquier extremo con tal de evitar combates con la Real Armada, aun cuando las oportunidades se inclinaran fuertemente a su favor.
¡Torpedo Humano!
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Muchos oficiales aislados de la marina italiana protestaban calladamente, es cierto, contra esta habitual inacción, que equivalía casi a miedo. Pero estaban adecuadamente disciplinados. Unos cuantos individuos osados entre los oficiales de menor categoría principió entonces a pensar en armas más pequeñas, que la Supermarina (Cuartel General Naval Italiano) podría encontrarse dispuesta a arriesgar contra el enemigo.
Los rápidos botes a motor constituían una solución. En la Primera Guerra Mundial la marina italiana había logrado un éxito considerable contra la armada Austro-Húngara a lo largo de la costa dálmata con unidades pequeñas, hundiendo un total de tres cruceros de batalla. Al mismo tiempo se había alcanzado un considerable progreso técnico; a bote a motor equipado con rodada de oruga para trepar sobre las rocas había entrado en acción precisamente al final de la guerra.
Pero también había otras líneas de pensamiento. Desde octubre de 1935, dos tenientes ingenieros de la base para submarinos de La Spezia, Teseo Tesei y Elios Toschi, principiaron a trabajar con torpedos. Torpedos de una clase muy especial que fueron puestos en plena operación en los primeros días de la guerra. Si la Armada Británica no podía ser atacada en acciones de superficie en pleno Mediterráneo, quizá podría ser atacada y hundida cuando se encontrara inmóvil y confiada en sus protegidas bahías.
¿Pero cómo? ¿Con acciones? Las múltiples defensas reducían su efectividad. ¿Submarinos? Las minas, redes y pocas profundidades de las bahías ya hacía mucho que los habían nulificado. Sin embargo, tal vez un torpedo, guiado por manos humanas, podría burlar todas las defensas sin ser visto, en una noche oscura...
A primera vista la idea era tan descabellada como la de que un hombre domara y montara un tiburón. Y sin embargo, ¿porqué no? Disminuyendo la velocidad del torpedo para proporcíonarle mayor maniobrabilidad, montando un piloto en él sobre unos estribos, y adaptándole mandos manuales en vez de los preajustados, y el piloto con equipo de buceo...
Pero, ¿que pasaría con este piloto humano? Concediendo que la nueva arma pudiera ser guiada con éxito hacia su blanco -y ya era conceder bastante- ¿qué sucedería con el hombre que lo montara cuando el torpedo se incrustara con un terrible impacto en el casco de un barco?
Tesei y Toschi nunca pensaron en la posibilidad de un escuadrón suicida, aun cuando los sentimientos casi fanáticos de Tesei en cuanto a la guerra, de hecho lo condujeran en aquella dirección, como se verá más tarde. Casi desde el principio se pensó en el torpedo mismo como medio de transporte para el piloto humano y para el explosivo, el cual se fijaría en el fondo de algún barco y se haría explotar una vez que el piloto hubiera logrado ponerse a salvo.
Trabajando en su tiempo libre, los dos hombres trazaron los planos del nuevo torpedo y los sometieron a la consideración del ministerio naval. Para su sorpresa, los planos fueron rápidamente aprobados y se pidieron dos modelos. Sin embargo, Tesei y Toschi no fueron relevados de sus obligaciones normales, y los torpedos se construyeron bajo la supervisión de los dos inventores, y de los mecánicos de La Spezia en su propio tiempo de trabajo. El dinero estaba tan escaso' que los motores de los torpedos tuvieron que adaptarse de dos viejos motores de elevador.
A principios de 1936, se terminaron y probaron oficialmente los dos modelos. Los informes eran favorables, pero el papeleo demoró la producción uno y otro mes. Se le dio una prioridad baja al nuevo torpedo; finalmente, en la complacencia que siguió a la guerra de Etiopía, fue abandonado.
Sin embargo, a fines de 1938, a medida que la guerra contra los ingleses tomaba aspectos más reales, un comandante naval, de nombre Paolo Aloisi recibió instrucciones de revisar nuevamente el asunto de los torpedos humanos. Trabajando con los dos inventores, ayudó a revisar los planos, y en julio de 1939, en vísperas de la guerra, se fabricaron doce "Torpedos de Baja Velocidad" o "pígs" (puercos), como los nombraron los hombres que los tripulaban.
A principios de 1940, siete oficiales se unieron a Tesei, Toschi y Aloisi para crear la Primera Flotilla Ligera. Entre esos siete estaba el teniente De la Penne, un elevado (para ser italíano) y joven oficial de la reserva, de pelo ondulado, procedente de Liguria, que hablaba con ligero acento. De la Penne, que ocultaba una intensa fuerza interior con unos modales externos despreocupados, pronto se encontró formando parte del círculo más íntimo del comando.
El "pig" fue sumamente modificado como resultado de las pruebas prácticas a que fue sometido por la flotilla. El diseño básico resultante era de aproximadamente siete metros de largo por medio metro de diámetro. Dos hombres lo tripulaban en su parte media, sobre estribos, el piloto al frente protegido por un parabrisas de plástico. La velocidad máxima del torpedo era de 4.6 kilómetros por hora, su radio de acción de dieciséis kilómetros y su profundidad de inmersión limítada a treinta metros, (pero con frecuencia excedida).
El torpedo se sumergía y tornaba a la superficie por medio de flotadores o vaciando un pequeño tanque por medio de bombas eléctricas. La propulsión era a base de un acumulador con una capacidad de sesenta volts. Los controles eran luminosos y podían leerse de noche bajo la superficie. La cápsula explosiva del "pig" era de metro y medio de longitud y contenía trescientos kilos de TNT, y se desprendía del torpedo por medio de un sencillo mecanismo de embrague. El demás equipo incluía cortaredes, un ingenioso mecanismo a base de aire comprimido para levantar redes, ganchos para la quilla de los barcos y un gran carrete de cable.
Tanto el piloto como su ayudante usaban trajes de buzo de hule que los cubrían totalmente, excepto las manos y la cara. Sus máscaras no se diferenciaban gran cosa de las que se usan en la actualidad, alimentadas por botellas que contenían oxígeno a alta presión, para una duración de seis horas. La exhalación se practicaba a través del mismo tubo a un depósito de cristales de cal sádica para la absorción del bióxido de carbono.
¡Torpedo Humano!
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Para el 10 de junio de 1940, cuando ltalia declaró la guerra a Francia y a la Gran Bretaña, los "pigs" no entraban aún en la producción en masa. No obstante, la flotilla decidió utilizar inmediatamente sus doce torpedos de entrenamiento, viejos como estaban, contra el enemigo. Dos barcos de guerra y un portaaviones ingleses se encontraban en el puerto de Alejandría. Serían atacados y hundidos al salir la luna la noche del 25 de agosto.
Todos los hombres de la flotilla se ofrecieron como voluntarios para esta primera misión. Cuatro tripulaciones salieron en el submarino Iride, entre ellos De la Penne. En la madrugada del 22 de agosto el submarino se reunió con un barco tanque y con una motonave en una apartada bahía al oeste de Tobruk, Libia, que llevaba a un almirante y a los cuatro "pigs". Se ensayaron las tácticas con gran lujo de detalles para beneficio del almirante, las que fueron interrumpidas por un avión de reconocimiento enemigo que volaba a poca altura sobre la bahía. Tanto el barco como el submarino lo recibieron con fuego antiaéreo, pero el avión logró escapar.
El motivo por el que el Iride no tomó a los "pigs" a bordo y buscó la seguridad del mar inmediatamente, no está claro hasta la fecha. De hecho nada se hizo. A las 11.30 a. m. tres aviones torpederos británicos se presentaron rugiendo sin previo aviso. Volaban bajo, rozando las olas, y a cincuenta metros de distancia cayeron de sus vientres los torpedos ingleses. Dos de ellos f allaron y se enterraron sin explotar en el bajo fondo de la bahía. El tercer torpedo dio directamente en medio del submarino que se encontraba en la superficie. Le hizo un enorme agujero. El Iride se hundió en menos de un minuto salvándose sólo una parte de su tripulación.
Sin embargo, afortunadamente había bastantes buzos entrenados en el sitio para las labores de rescate. Las cuatro trípulaciones de los "pigs" se enfundaron apresuradamente sus equipos y se hundieron hasta el submarino que yacía a quince metros de profundidad en el fondo de la bahía. Golpeando el casco determinaron que se encontraban vivos nueve marineros en el compartimiento delantero de torpedos y que la salida de escape estaba trabada.
Durante veinte largas horas los ocho buzos trabajaron hasta casi quedar exhaustos, en tanto el oxígeno se agotaba lentamente en el submarino. Al fin, un poco antes del amanecer del día siguiente, se despejó la abertura de escape, mediante un poderoso esfuerzo conjunto de los buzos. En ese momento, los hombres del submarino casi enloquecieron de pánico ante la orden de que inundaran su compartimiento y que ganaran la salida a nado. Varios de ellos no sabían nadar. Se negaron a inundar el compartimiento.
Finalmente, el almirante ordenó que se transmitiera un mensaje golpeando el casco: "Inunden el compartimiento o los abandonamos".
Una poderosa explosión de burbujas que se observó a los pocos minutos sobre la superficie del mar indicó que la orden había sido obedecida. Uno a uno, ocho de los marinos atrapados salieron a la superficie y fueron halados a bordo de la motmave. El noveno hombre permaneció abajo en una pequeña bolsa de aire que pronto se agotaría; claramente se había vuelto loco, no sabía nadar, y amenazaba matar a cualquier miembro de la tripulación que lo obligara a salir por la inundada cámara de escape.
La paciencia del almirante se había agotado. Ordenó que aquel hombre fuera abandonado. Corno el héroe de un libro de cuentos (y en cierta forma así lo era), De la Penne pidió hablar con el almirante.
- Déme la oportunidad de bajar y traerlo -pidió.
De la Penne descendió y con gran riesgo de su vida entró por la abertura de escape y encontró a su hombre. Como se suponía, estaba enloquecido. Los dos hombres lucharon con sus cabezas juntas en la única burbuja de oxígeno que quedaba en el hundido submarino. El marino le arrancó su aparato para respirar. De la Penne trató de volvérselo a colocar. El marinero trató de ahogarlo. De la Penne lo dejó sin conocimiento después de una ruda lucha, y con la última bocanada de aire ya viciado inició su regreso a la abertura y hacia la superficie, remolcando al tripulante del submarino.
Fue izado por sus camaradas y el almirante con aire voluble le prometió una medalla. Sin embargo, las felicitaciones se vieron enfriadas por el descorazonador hecho de que, sin submarino, había fracasado la misión en Alejandría, antes de que hubiera empezado.
* * *
De regreso en La Spezia, la flotilla principió a planear un segundo y más ambicioso asalto. Este sería un ataque de doble efecto: la noche del 29 de septiembre, los "pigs" iban a arrastrarse dentro de los puertos de Alejandría y Gibraltar. En una sola noche de trabajo toda la flota británica podría ser aniquilada. Las tripulaciones se mostraban sumamente entusiastas. Esta vez no habría equivocaciones.
El 28 de septiembre, el submarino Gondor se encontraba sumergido a poca distancia al oeste de la bahía de Alejandría. Comenzaron a llegar malas noticias. El reconocimiento aéreo demostraba que la flota británica había salido de Alejandría hacía sólo unas horas. El Gondor y su tripulación de torpedos humanos, Henos de abatimiento, hicieron rumbo a su puerto.
¡Torpedo Humano!
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Navegando sobre la superficie, el submarino se vio obligado al siguiente día a sumergirse rápidamente al aparecer sobre el horizonte unas unidades navales enemigas. Desgraciadamente había sido descubierto.
El submarino permaneció inmóvil en tanto las cargas de profundidad explotaban sordamente a su alrededor. Irónicamente, las naves británicas que lanzaban sus bombas en cuidadosos diseños sobre la superficie eran los destructores que servían de escolta a los mismos barcos de guerra que el Gondor había ido a destruir a Alejandría. Y estos detroyers no cejaban. Una hora después una carga de profundidad abrió las costuras del submarino. Este salió rápidamente a la superficie. Parte de los marineros corrió hacia las escaleras y saltó al mar antes de que se hundiera, siendo recogidos por un destructor británico. Entre éstos se encontraba Toschi, el coinventor del "pig", y Brunetti, comandante tanto del Gondor como del Iride, hombre carente por completo de suerte. Así fracasó, en forma todavía más desastrosa, la segunda expedición sobre Alejandría.
* * *
De la Penne había sido más afortunado, por lo menos había salvado su vida y su libertad. Aun cuando había protestado ruidosamente, fue retirado del asalto a Alejandría y designado al asalto gemelo sobre Gibraltar. El submarino Scire, comandado por el príncipe Valerio Borghese, salió de La Spezia el día 24 con tres dotaciones, incluyendo a De la Penne. En la mañana del día 29, un mensaje en clave emitido de Roma les hizo saber que las unidades británicas de Gibraltar, lo mismo que las de Alejandría, habían abandonado su base. Se encontraba sólo a ochenta kilómetros de su objetivo cuando el Scíre abandonó el ataque. A diferencia del Gondor, llegó a puerto seguro.
A pesar de las súplicas de De la Penne, no se hicieron más intentos de ataque sobre Alejandría. Era contra las miras del teniente: la caza mayor -portaaviones y cruceros-, digna de cazarse se encontraba anclada en Alejandría, Gibraltar contenía sólo unidades menores y barcos mercantes. De la Penne era romántico. Le parecía un poco menos agradable arriesgar su vida hundiendo un sucio carguero de Glasgow.
A diferencia de muchos oficiales italianos De la Penne sazonaba sus inclinaciones dramáticas con cierto toque de realísmo. No había nada dramático en el fracaso, y los dos asaltos contra aquel puerto egipcio habían fracasado. Hasta ahora los "pígs" no se habían probado en verdaderas condiciones de batalla. Existía mucho que podría salir equivocado, y en Gibraltar los pilotos de los torpedos por lo menos habrían tenido oportunidad de regresar a España con información para modificar los torpedos. Hubieran sido internados por el técnicamente neutral Franco y pocas semanas después se les permitiría discretamente "escapar" hacia donde se encontrarla un avión italíano aguardando.
Por otra parte, Alejandría constituía un viaje en un solo sentido. Era poco probable escapar del Egipto dominado por los ingleses. Unos pequeños aparatos de radio de onda corta que guiaran a los "pigs" de regreso al submarino nodriza, se habían probado en la Spezia durante los primeros días, pero se encontró que no eran de confianza; junto con la dificultad de manejar el torpedo ya desprovisto de su cápsula explosiva, los mismos pilotos habían solicitado que fueran considerados costosos. Toda la energía tenía que encaminarse hacia el éxito de la misión.
* * *
Los fracasos perseguían como sombra a la flotilla. El 21 de octubre de 1940, nuevamente salió de La Spezia el Scire haciendo rumbo hacia Gibraltar, nuevamente bajo el mando de Borghese. Lejos de poder compararse a un dilettante, Borghese era un experto marino y un jefe nato. Frente a Gibraltar, se arrastró sumergido en corrientes en extremo peligrosas sólo a un millar de metros de la entrada de la bahía de Gibraltar a plena luz del día.
En esta ocasión no hubo mensajes procedentes de Roma, el asalto estaba en marcha.
El Scire había permanecido sumergido durante cuarenta horas a medida que Borghese se aproximaba a Gibraltar y se movía lentamente al entrar a la bahía, descansando de tiempo en tiempo en el fondo, escuchando a las patrullas y luego continuando su marcha hacia adelante. Un poco después del oscurecer el submarino se dirigió cautelosamente al puerto español de Algeciras, todavía a la vista del enemigo. Fue un triunfo de la navegación a ciegas. A la 1: 30 a. m., con su tripulación casi sin conocimiento por la falta de oxígeno en el viejo Scire, Borghese salió a la superficie.
Conducidos por Tesei, las tres dotaciones partieron con intervalos de dos minutos en sus respectivos ''pigs''. El compañero de De la Penne en esta misión y en otras posteriores era un rudo y macizo pescador que se hallaba tan a gusto en el agua como si allí hubiera nacido, era el oficial subalterno de buceo, Emilio Bianchi. Fueron los terceros en salir.
Todo iba bien. De la Penne y Bianchi viajaban parcialmente sumergidos, con sólo sus cabezas fuera del agua por necesidades de la navegación, pero respirando oxígeno para el caso que se hiciera necesaria una inmersión rápida. El torpedo que tenían debajo palpitaba suave y regularmente. Los dos pilotos se habían encargado de revisarlo personalmente después que los mecánicos terminaron con él.
La distancia a Gibraltar no era mucha, pero una brillante luna rielaba sobre la bahía. De la Penne estaba preocupado por la estela que dejaban y redujo a la mitad la velocidad del torpedo. De pronto se escuchó el ruido de una lancha de motor y observaron el reflector de una patrulla antisubmarina que los buscaba. De la Penne tiró apresuradamente de la palanca de inmersión.
A unos cinco metros de profundidad volvió a nivelar. Allí todo era negrura, pero el torpedo continuaba funcionando. Sin embargo, de pronto sintieron una leve explosión en el motor. El ''pig'' inclinó la cabeza y se precipitó al fondo de la bahía. Los dos pilotos se afianzaron a él por un instante y luego lo abandonaron.
Salieron a la superficie. El reflector había desaparecido. De la Penne golpeó a Bianchi en el hombro y los dos hombres se hundieron nuevamente. Nadaron aproximadamente unos cuarenta metros hacia el fondo. Allí, en una oscuridad absoluta, vagaron por lo que les pareció una eternidad, buscando el pig''. El único faro que tenían para que los guiara era el reflejo luminoso del tablero de control del torpedo.
Torpedo Humano!
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Al final lograron encontrarlo medio enterrado en el lodo. Durante diez minutos más se sentaron en el fondo y tentalearon el motor en una oscuridad absoluta. Sabían exactamente qué hacer en una emergencia como esa. Lo habían practicado con los ojos vendados. Sin embargo, el torpedo no quería arrancar nuevamente. Sufrían la presión de aquella profundidad en sus trajes de hule delgado. De la Penne volvió a hacer senas a su companero y se dirigieron lentamente a la superficie. La misión había terminado para ellos.
Se despojaron de sus equipos de buzo y nadaron hacia España.
Tesei y su compañero también habían tenido dificultades, según De la Penne descubrió al día siguiente. Sus dificultades provinieron no del "pig", sino de su equipo de buceo. Se filtraba y casi los ahogó, teniendo que abandonar el "pig". El tercer grupo, conducido,por el teniente Birindelli, logró atravesar las defensas y penetrar en la rada interior de Gibraltar. Allí su "pig" falló y fueron capturados.
La cápsula hizo explosión en la bahía, pero los ingleses no tuvieron ninguna idea de la verdadera naturaleza del "pig" hasta que fue encontrado el torpedo abandonado por Tesei en las poco profundas aguas de una playa española. La policía secreta de Franco lo retiró inmediatamente, sin embargo, no antes de que los agentes británicos tuvieran unas impresiones vagas acerca de la nueva arma secreta.
* * *
Las defensas inglesas de la bahía pronto se multiplicaron especialmente en Gibraltar. Los reflectores barrían las entradas. Se reforzaron las redes. Patrullas silenciosas surcaban las aguas por todos lados y en todas direcciones, escuchando con hidrófonos. Pequeñas cargas de profundidad, capaces de matar o dejar sin conocimiento a cualquiera que se encontrara nadando en el agua dentro de un radio de unos treinta metros, eran soltadas con frecuencia durante toda la noche. En Gibraltar, los ingleses incluso organizaron secciones de buzos para inspeccionar las quillas de todos los barcos surtos en la bahía, con regularidad.
Sin embargo, no eran las contramedidas del enemigo lo que preocupaba a la flotilla italiana. Era completamente evídente que la nueva arma en sí tenía que ser perfeccionada. Tesei, De la Penne y otros se dedicaron furiosamente a la tarea de hacer pruebas. En un segundo ataque sobre Gibraltar, los "pigs" volvieron a fracasar. El tercero, el 26 de mayo de 1941, fue igualmente infructuoso.
Otra clase de hombres hubieran abandonado todo esfuerzo. Pero éstos eran hombres especiales. El cuarto intento, el 20 de septiembre de 1941, constituyó un éxito completo: se hunti p m - dos barcos tanque y un carguero. Los ''pigs'' eran al fin dignos de confianza y no había nada que pudieran hacer los ingleses para contrarrestar a aquellos locos italianos. En los dos años siguientes fueron hundidos 14 barcos solamente en la bahía de Gibraltar y muchos de ellos en plena, luz del día.
F. E. Goldsworthy, oficial de la Inteligencia Naval Británica, declara:
-Ninguna de estas siete operaciones fue incorrupta por la ruptura de la neutralidad española; sin embargo, cada una de ellas demandó de los atacantes una audacia física y una tenacidad que les hubiera ganado el respeto de cualquier marina del mundo.
Una de las razones para este éxito, aparte de la audacia y el valor, sin embargo, la constituyó un nuevo comandante italiano de la operación: Borghese. Aun cuando había fallado el primer ataque sobre Gibraltar recibió esa comisión y finalmente fue recompensado con la Medalla de Oro, la más elevada condecoración italiana, por su audacia y destreza al navegar con el Scire en los mismos dientes del enemigo.
El mismo Mussolini se encargó de la presentación. De la Penne y Tesei, con sus dos compañeros en los "pigs", recorrieron en unión de Borghese un largo corredor cubierto de espejos para su audiencia con 11 Duce. Fueron introducidos a una pequeña pero adornada oficina. Mussolini, cansado y un tanto seco, (la guerra en Albania iba mal), parecía casi desinteresado. No vestía uniforme, sino unos pantalones a rayas y una chaqueta negra. Permaneció detrás de su escritorio todo el tiempo que Borghese hacía el resumen de la operación de los torpedos humanos con ayuda de mapas. El dictador ofreció la medalla y felicitó a los cinco en nombre de todos los italianos.
-Ahora pueden retirarse -añadió casi en la misma emisión de la voz.
De la Perme, junto con los otros, estaba notablemente desilusionado.
No obstante, la entrevista produjo sus frutos. El 15 de marzo de 1941, Borghese fue designado comandante de la división submarina de la Décima Flotilla Ligera, la cual se hábía organizado para incluir a las Unidades-E, botes a motor explosivos (cargados con TNT y lanzados en alta velocidad contra los barcos enemigos), junto con los torpedos humanos. Se concedió una autonomía completa, así como mucho dinero para el perfeccionamiento de los "pigs". Borghese estaba poseído de un inmenso entusiasmo y llevó consigo a sus hombres, incluyendo a De la Penne, a pesar de sus muchos fracasos.
Al principio parecía como si los botes explosivos fueran a ser la mejor arma pequeña naval de Italia. El 26 de marzo de 1941, una docena de estas pequeñas unidades salieron de su embarcadero y después de recorrer millas y millas de mar abierto, se lanzaron por sorpresa en Suda Bay, Creta, puerto inglés de abastecimiento por aquella época. Las pequeñas embarcaciones abarrotadas de explosivos, atravesaron rugiendo la bahía. El piloto ajustó una trayectoria de colisión contra un barco enemigo, aseguró los controles y a doscientos metros de la muerte se lanzó del bote de regreso al mar abierto. Los italianos hundieron tres barcos mercantes en este ataque, dañando severamente al crucero británico York y escaparon casi sin sufrir bajas, ya que un bote de rescate los esperaba y en medio de una granizada de balas enemigas avanzó para recoger a los pilotos y huir en seguida a mar abierto.
Exactamente cuatro meses después, el 26 de julio, la Décima Flotilla intentó la misma estratagema en Malta. Tesei, la inspiración espiritual de la flotilla, había abandonado su propia creación, los "pigs", para conducir el ataque. El resultado fue un completo desastre.
Una fuerte cadena que sostenía una red de acero se encontraba tendida a través de la entrada de la bahía. La fuerza aérea italiana, a quien se había pedido que eliminara dicho obstáculo, había bombardeado un lugar equivocado. Los nueve botes explosivos, zumbando como abejas furiosas, dieron la vuelta y se retiraron, frustrados. Fuego de cañón, disparado desde la orilla, comenzó a llover a su alrededor en tanto los botes se lanzaban inútilmente una y otra vez contra la barrera. Tesei, sin titubear más, dirigió su bote directamente sobre el obstáculo. Saltó demasiado tarde y fue cogido por la explosión. Nunca se encontró su cadáver.
¡Torpedo Humano!
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Y peor aún, había muerto en vano. La carga de TNT había sido demasiado poderosa. La red se abatió y una pesada viga de madera permaneció sobre la superficie del agua. No quedó ninguna manera de penetrar. Otro piloto que trató de volar el, botalón también murió. El resto dio la vuelta y se dirigió a su puerto, derrotado. La RAF les dio caza en mar abierto y los destruyó uno por uno. Sólo un bote logró escapar.
* * *
En esta forma terminó la carrera de los botes explosivos. El mero arrojo no era bastante. La astucia y la cautela también eran necesarias para sorprender a los capitanes de puerto británicos. Los hombres que jineteaban torpedos eran la respuesta.
Es trágicamente irónico que Tesei haya muerto empleando un arma distinta a la suya. La Décima lo echó grandemente de menos.
-El éxito de una misión -afirmaba- no es muy importante en si, ni siquiera la guerra misma. Lo que en realidad cuenta es que existan hombres dispuestos a morir en el intento y que mueran realmente por él, ya que nuestro sacrificio inspirará y tonificará a las futuras generaciones.
Lo anterior suena a fascismo, pero es más amplio. Había poco sitio en la Décima para el bombo con que en Italia se hacía la política en aquella época. Tesei vivió y murió protestando contra el gastado hombre moderno, por su amor al placer y a la molicie, por su disposición a sacrificar su honor, su valor y su propia virilidad; por el derecho de no tener que arriesgar su vida por alguna razón, por noble que ésta fuera. Es al llegar a esta etapa, afírmaba, que se puede decir que la civilización en Italia y en otras muchas naciones ha llegado a la decadencia.
Era un bello misticismo para un grupo de hombres torpedos. De la Penne también creía en lo mismo, hasta cierto punto y trató de seguir adelante con la guía interior de la Décima. Logró el éxito en una forma terrena y ruda, pero al final, la moral de la organización hubo de descansar en la muda camaradería y en la lealtad de los hombres fuertes que comparten una tarea peligrosa, agotante, y en ocasiones imposible.
La Décima Flotilla Ligera conducía una vida retirada y secreta en su. propio campamento sembrado de pinos de la orilla occidental del Mediterráneo. Se dedicaban con igual frenesí al trabajo y a los juegos, juntos los hombres con los oficiales; los oficiales enseñaban con el ejemplo. Un viejo crucero, el San Marco, anteriormente utilizado para práctica de tiro se les había proporcionado para que planearan sus ataques, ellos lo asaltaban con los "pigs" en operaciones a toda escala por lo menos dos veces por semana. Los días de asueto se lo pasaban ideando nuevas clases de obstáculos y de redes para rodearlos. También practicaban con naves italianas en La Spezia; en una ocasión, De la Penne y otras dos tripulaciones "hundieron" al buque de guerra Giulio Cesare aun cuando su capitán había sido prevenido de la hora aproximada en que se haría el intento.
Su vida en el bosquecillo de pinos era idílica en muchos aspectos; no había periódicos, ni pláticas sobre política ni mujeres, excepto cuando se encontraban gozando de permiso. Nadaban constantemente y jugaban volibol e improvisaban cacerías de jabalíes. Estudiaban mapas y fotografías aéreas de Alejandría, Malta y Gibraltar diariamente y sabían las profundidades y configuración submarina de cada puerto.
Los reclutas para la Décima eran cuidadosamente seleccionados en forma psicológica, por las inmensas dificultades que iban a encontrarse. Los que padecían dificultades de carácter emocional, incluso en asuntos triviales tales como dificultades financieras y disputas familiares, eran eliminados, junto con los amantes desilusionados. Los requisitos de aptitudes físicas y habilidad en la natación eran fantásticamente elevados. Además cada hombre recibía un año de entrenamiento, no sólo para desarrollar su cuerpo, sino también para crear una mentalidad "dispuesta a cualquier cosa". La Décima planeaba una guerra larga y preparaba tanto el cuerpo como la mente.
Se exigía un secreto absoluto, no sólo en lo que se refería al equipo, lugar y operación, sino también en lo relativo a la existencia de la unidad. Ni siquiera los padres o las esposas sabían las verdaderas funciones de la Décima. Es claro que los ingleses, ya para el final de 1941 tenían una idea general de cómo se efectuaban las operaciones, pero ningún detalle escapó de Italia o se filtró en los campos de prisioneros de guerra, a pesar de todos los esfuerzos de los funcionarios de la Inteligencia Británica.
- Cuando se toma en consideración el ansia innata que todos los italianos sienten por hablar, -comentaba Borghese con sequedad-, se puede dar uno cuenta de las cualidades excepcionales que encontramos en estos jóvenes.
* * *
Los últimos meses de 1941 acumularon sobre los alíados, desastres navales tras desastres, tanto en el Mediterráneo como en el Pacífico:
• El 13 de noviembre, a unas noventa millas al este de Gibraltar, Gugenberger, comandante de un submarino alemán, izó su periscopio y descubrió al portaaviones inglés Ark Royal que cruzaba por proa. Le disparó un torpedo y se sumergió inmediatamente. El torpedo dañó al portaaviones, el que fue remolcado pero se hundió a veinticinco millas de Gibraltar.
• El 25 de noviembre, el U-335, al mando del teniente von Tiesenhausen encontró a la flota de Alejandría frente a la costa de Libia. Los acorazados Valiant, Queen Elizabeth y Barham viajaban en zig-zag con una escolta de nueve destructores. El submarino alemán se deslizó entre la escolta, levantó su periscopio y disparó cuatro torpedos a una distancia de cuatrocientos metros. El Barham se hundió en diez minutos con ochocientos sesenta hombres.
• El 7 de diciembre los japoneses, en Pearl Harbor, aparentemente habían abatido el poder naval de los Estados Unidos, hundiendo al Arizona y dañando seriamente a otros siete acorazados y a tres cruceros.
• El 10 de diciembre, el Prince of Wales y el Repulse fueron sorprendidos por los aviones japoneses en el Golfo de Siam. También fueron hundidos.
¡Torpedo Humano!
07
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De las tres armadas del Eje únicamente la italiana se mantenía pasiva. Esto ponía frenético a De la Penne e insistía noche y día con Borghese para que se llevara a efecto el tantas veces pospuesto ataque sobre Alejandría. Basado en los finales ataques con éxito a Gibraltar, el comandante se convenció y apresuró entusiastamente la operación. Supermarina concedió el permiso.
Borghese reunió a los miembros de la Décima y un tanto formalmente pidió voluntarios para una misión de la que era casi probable que rfo regresarían. No reveló el destino, pero todo el mund o lo sabía: Alejandría. No había ninguna duda respecto a ello. Con faces sonrientes todos los hombres de la flotilla dieron un paso al frente para ofrecerse como voluntarios.
Borghese les dió las gracias y eligió a las tripulaciones. De la Penne conduciría el ataque, no cabía duda. Llevaría a Bianchi, su ayudante de costumbre. Las otras dos tripulaciones las compondrían el ingeniero y capitán Antonio Marceglia y el oficial subalterno buzo Spartaco Schergat; el artillero, capitán Vicenzo Martolotta y el oficial subalterno buzo Mario Marino; una cuarta tripulación quedaría como reserva.
No hubo necesidad de hacer grandes planes. Todos conocían íntimamente el fondo de la bahía de Alejandría. Las fotos de los reconocimientos aéreos no mostraban ninguna nueva construcción. Mostraban claramente al Queen Elizabeth y al Valiant bien dentro de la bahía, cada uno de ellos rodeado por sus propias redes antitorpedos.
El Scire salió de La Spezia al anochecer, aparentemente en una misión de entrenamiento rutinario. Fuera de la vista de la tierra una embarcación ligera se aproximó al submarino y fueron cargados los tres "pigs". Los números 221, 222 y 223 habían llegado apenas procedentes de una revisión en la fábrica. Cada grupo se había entregado con su propio "pig" y conocía sus peculiaridades. De la Penne colocó al Núm. 221 en el hangar delantero a bordo del submarino; los demás fueron cargados a popa.
A continuación las tripulaciones regresaron a la embarcación ligera para reunirse posteriormente con el Scíre. Borghese se hizo a la mar. La "Operacióii EA-3", el tercer intento contra Alejandría estaba en marcha.
Frente a Messina, el Scire recibió un mensaje no en clave del cuartel general naval, violación a las normas de seguridad que puso furioso a Borghese. El solo hecho de que el Scire se encontrara de noche en el mar pondría alertas a los británicos de que se gestaba otro inminente ataque con hombres torpedo. El mensaje de radio, superurgente, prevenía a Borghese contra un submarino enemigo que se encontraba en aquella zona; el Scire navegó a través de los restos. de un convoy atacado sin ver señales del enemigo. A su debido tiempo se deslizó en el puerto Italiano de Leros, en las islas del Dodecaneso, en el Mediterráneo oriental.
Debido al gran número de griegos que habitaban las islas, se cubrió al submarino con tela embreada para ocultar a los "pigs" que portaba. Al siguiente día, De la Penne y sus compañeros volaron en hidroplano, descansaron y se alistaron para la acción. El comandante ítaliano en jefe de las fuerzas navales del Egeo también había venido volando desde Rodas y deseaba que se ejecutaran pruebas y ejercicios con los "pigs". Borghese le explicó que los agentes aliados que se encontraban con los griegos obtendrían alguna evidencia de lo que iba a ocurrir, aun cuando no descubríeran a los "pigs". Las pruebas en Leros indicarían un ataque sobre Alejandría.
El almirante insistió. Borghese perdió la paciencia y llamó al almirante burócrata y un completo asno. Este lo amenazó secamente con someterlo a una corte marcial; Borghese insistió en que se consultara a Roma el asunto. Se redactaron los mensajes y se enviaron a Supermarina al anochecer del día trece. En la mañana del día siguiente, antes de que pudiera llegar la respuesta, De la Penne y sus compañeros abordaron silenciosamente el Scire y se hicieron calladamente a la mar.
Estaban a un día adelante de lo fijado, pero no importaba. Adelante de ellos, a unas ochocientas millas al sureste, se encontraba el enemigo. De la Penne y sus hombres tuvieron una última y breve sesión con los mapas. Todos estaban ya de acuerdo. Entonces, sintiendo que estorbaban las maniobras de los tripulantes del submarino, treparon a sus camastros y allí permanecieron.
Leían y dormían, compartiendo un enorme pastel de frutas que alguien había llevado. El día quince, De la Penne distribuyó dinero inglés que les serviría para escapar. Sin embargo, los seis hombres no abrigaban muchas esperanzas de regresar a suelo italiano; habían escrito largas cartas a sus esposas y a su familia, para ser depositadas en cualquier momento después de cumplida la misión, aun cuando Borghese insistía en que se haría cualquier esfuerzo para rescatarlos.
De la Penne hizo que cada hombre ensayara sus instrucciones para escapar: seguir el canal de Mahmoudia y luego la bahía de Abasker o, en una emergencia, adquirir audazmente un boleto para el ferocarril a Rosetta. Allí podrían rentar o hurtar una pequeña embarcación. El submarino Zaffiro los esperaría a diez millas de Rosseta, en la medianoche del veintidós y el veintitrés.
El día dieciséis el tiempo se puso malo y el submarino no pudo navegar en la superficie sino únicamente por cortos periodos. Borghese se preocupaba por la tensión que sufrían los hombres torpedo confinados en sus camastros por tan largo periodo.
La operación estaba fijada para principiar a horas avanzadas de la noche siguiente. Sin embargo, el día diecisiete, Borghese la pospuso hasta el siguiente día. Ningún informe sobre reconocimientos había llegado procedente del operador de radio de la Décima Flotilla, el cual se había trasladado hasta la ocupada Atenas especialmente para esta misión. A las 10 de la mañana del dieciocho el Scire se encontraba sumergido a unas treinta millas de Alejandría, en una zona peligrosa. Y aún lo llegaba ningún informe de reconocimiento sobre la base naval.
Borghese maldecía a sus compatriotas italianos por su ineficiencia. Llamó a De la Penne. Los hombres torpedo no irían a enfrentarse a una muerte casi cierta o al peligro de ser capturados sin tener la certeza de que sus presas, el Valiant y el Queen Elizabeth no se habían hecho a la mar. Y por otra parte, el Scire no podía permanecer otro día más en aquellas aguas, patrulladas constantemente por los británicos. El triste destino del Gondor se abatía grandemente sobre ellos.
¡Torpedo Humano!
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Tenía que tomarse una decisión inmediatamente. De la Penne pidió a Borghese que atacaran a ciegas. Por lo menos podría hundirse a algún barco mercante, aun cuando los dos barcos de guerra hubieran zarpado. En estos precisos momentos el operador de radio del Scíre escuchó al operador de Atenas; las noticias eran buenas. Dos aviones alemanes habían efectuado el reconocimiento; el Valiant y el Queen Elizabeth permanecían allí. De la Penne dio una palmada de felicidad en el hombro de su comandante.
-Muy bien -comentó sonriente Borghese-, ahora todo lo que tenemos que hacer es cruzar la zona minada.
Formidables obstáculos impedían acercarse a Alejandría. Los informes de la Inteligencia mostraban un cordón de minas que principiaba a veinte millas de tierra. En el interior de éste, en un radio de seis millas, existía un anillo de minas "lobster pot" y en su interior una red de cables detectores. Finalmente, existían más minas "lobster pot" diseminadas. Desde luego, la red que impedía la entrada al puerto en sí, también era un problema para los hombres torpedo.
Las minas y los cables podían evadirse con facilidad siempre y cuando los mapas estuvieran al día. De la Penne estuvo de acuerdo con Borghese que la ruta más segura de todas se encontraba siguiendo el fondo. También podían existir minas allí, pero serían menos. El Scire avanzó. A veinte millas de distancia redujo su velocidad y descendió hasta tocar suavemente el fondo. De la Penne se reunió con sus hombres a hacerles compañía en sus camastros. No había nada qué hacer por el momento. Si llegaran a tocar una mina todos morirían; de lo contrarío, continuaría la misión.
El operador de Atenas también había radiado un fragmento de interés humano: Bianchi era padre de un nuevo niño. El séptimo de los hombres torpedo le ofreció un brindis con vino al nuevo padre. Aquello parecía un buen augurio. Pero enmedio del brindis el casco del submarino rozó con algo que parecía sonar como el cable de una mina.
El Scire continuó deslizándose, golpeando ocasionalmente el fondo. Las horas transcurrían lentamente y la tensión aumentaba. A nadie le interesaba platicar. La mayoría trataba de dormir pero nadie podía hacerlo. Borghese había recibido la Medalla de Oro por su navegación a ciegas en Gibraltar, tal vez aquí podría repetirla;
-A las 18:40 horas -relata Borghese-, habíamos llegado a nuestro destino. De acuerdo con mis cálculos nos encontrábamos a una milla y tres décimos y a trescientos cincuenta y seis grados del faro en el muelle occidental de la bahía comercial de Alejandría, y una profundidad de quince metros.
A las 21:30 horas o 9:30 p. m., el Scire levantó cautelosamente el periscopio. Nada se encontraba a la vista, Borghese ordenó que el submarino saliera a la superficie y se dirigió apresuradamente a la torreta a comprobar sus cálculos. Perfectos. Una noche clara, un mar en calma y en la oscuridad se distinguía el faro en la distancia. Ordenó que los buzos se presentaran sobre cubierta, incluyendo la tripulación de reserva. Estos dos hombres se encargarían de abrir las puertas del compartimiento de torpedos, ahorrando a los expedicionarios una fatiga extra. Se ajustaron los equipos de inmersión y se puso el oxígeno a funcionar. Borghese cerró la compuerta de la torreta y se preparó a hundirse.
Hizo que el Scire descendiera seis metros y escuchó con los hidrófonos el sonido de los motores de los torpedos. El Núm. 221, de De la Penne, salió de su hangar, luego los otros dos. Borghese estuvo escuchando hasta que no percibió más el sonido de sus motores. Luego volvió nuevamente a la superficie para recoger a los dos buzos de reserva. Uno de los hombres había perdido el conocimiento sobre cubierta. Se llevó apresuradamente bajo cubierta para proporcionarle estimulantes cardiacos, en tanto el Scire se sumergía y regresaba deslizándose por los campos de minas, por la misma ruta por la que había venido, El buzo recobró finalmente el conocimiento, pero ese presagio era malo.
* * *
De la Penne y Bianchi no tuvieron dificultad con su "pig". Unos minutos después de haber abandonado el submarino, el nuevo comandante del asalto contra Alejandría decidió llevar su torpedo a la superficie para comprobar su navegación. Marceglia y Martelotta aparecieron en sus "pigs" a cierta distancia, pero se aproximaron a distancia adecuada para conversar en voz baja con De la Penne. Hasta ahora, el ataque iba adelantado con respecto a su horario. Flotando cómodamente sobre sus tres "pigs" y solos en el mar, los hombres torpedo abrieron sus raciones y esperaron, observando las lejanas luces de la bahía y especulando sobre los pelígros y dificultades que les esperaban en aquella noche.
Después de una hora, se dirigieron lentamente hacia las luces, con sólo sus cabezas sobre el agua. Nuevamente se detuvieron. Nadie hablaba ahora. Se podían oir con claridad las voces de los egipcios en el muelle comercial.
De pronto apareció un gran bote de motor equípado con un reflector. Los hombres torpedo se sumergieron inmediatamente, de acuerdo con el plan y se dirigieron inmediatamente al muelle a toda velocidad. Principiaron a estallar pequeñas cargas de profundidad que lanzaba en la distancia el bote del reflector. Los tres "pigs" se reunieron en la punta del muelle, bajo el agua, preguntándose cada uno de ellos si el asalto no habría sido traicionado, posiblemente por el mensaje de radio en Mesina, por los griegos en Leros o por un cable detector en e¡ exterior de la bahía.
El estallido de las cargas inglesas de profundidad se aproximaba, y las olas que producían los estallidos balanceaba a los hombres contra los cimientos del muelle. El bote patrulla se acercó y cruzó sobre sus cabezas, lanzando una carga final que explotó a escasos 15 metros de distancia. El impacto se sintió como un duro golpe dado con el puño. Pero el bote patrulla se alejó.
¡Torpedo Humano!
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A las 12.10 a. m., las tres tripulaciones, todavía debajo del agua, guiaron sus torpedos a la red que bloqueaba la entrada de la bahía. Un minucioso examen reveló que no existía ninguna abertura, y De la Penne titubeó para utilizar los levantadores de redes por temor a las alarmas eléctricas que podían poner al enemigo sobre aviso demasiado pronto. Entonces les sonrió la suerte. Tres destructores ingleses pedían la entrada. De la Penne distinguió a los reflectores que barrían la bahía y la zona de entrada, arriba en la superficie. La luz se fíltraba hacia abajo y finalmente se perdía en las verdes profundidades inferiores.
La red se abrió para dar paso a los destructores, y los tres "pigs" siguieron de cerca a las vibrantes hélices. Pero en la prisa por entrar, las tres tripulaciones perdieron el contacto entre ellos. La red se levantó, y en la negrura del fondo de la bahía, cada uno de los torpedos actuaría por cuenta propia.
De la Penne, con Bianchi detrás, rebasaron cierto número de cascos de barcos que, por su posición, sabían que eran unidades internadas de la marina francesa, aún mantenidos en inactividad por sus comandantes de Vichy. Sólo una vez salió De la Penne a la superficie por un instante para comprobar su posición en el interior de la bahía, luego descendió nuevamente. No sentía una gran excitación. Era como otra práctica de maniobras. Conocía al detalle toda la bahía.
Sin embargo, había dificultades reservadas para De la Penne. Su traje de buzo se había estado filtrando ligeramente casi desde que salió del submarino. Sumergido en aquellas heladas aguas durante más de tres horas, ahora comenzaba a sentirse entumido en tanto trataba de localizar a su presa. Sus movimientos eran más lentos y no parecía que pensaba con claridad. Sin embargo, no podía abandonar la misión.
Llegó a una red antitorpedo. Pero no era la que buscaba. Dentro de ella el Queen Elizabeth, y éste pertenecía a Marceglia. No había señales del otro "pig". Continuó su camino.
Después llegó a otra red. Sus manos, fuera de su traje, estaban casi rígidas por el frío. El agua subía y bajaba en su interíor debido a las filtraciones de su traje. No recordaba haber sentido jamás tanto frío. Pero al fin, allí estaba la red, Era la red que había estado buscando, En su interior se encontraba su crucero.
De la Penne buscó desesperadamente una abertura, palpando con las manos en la oscuridad, hasta que calculó que le había dado la vuelta completa al barco. Pero no había ninguna abertura.
Llevó el "pig" al fondo y Bianchi, sin hacer ninguna pregunta se desprendió los estribos para intentar la aplicación del levantador neumático de redes. Pero éstas eran de un tipo nuevo y rígido. El levantador no la levantaba lo suficiente. Bianchí regresó al "pig" y permaneció a su lado. De la Penne le hizo una señal y montó nuevamente sobre el "pig". Sólo quedaba otra posibilidad. Sobre la parte superior de la red.
Cautelosamente, muy cautelosamente, los dos hombres sacaron las cabezas fuera del agua. Había una total oscuridad. Pero allí se levantaba el enorme barco...
-No sentía ninguna gran emoción -refiere De la Penne-. Sentía demasiado frío por las filtraciones de mi traje. Temía no poder continuar.
Sin embargo, continuó. juntos, los dos hombres levantaron y pasaron el torpedo sobre la red a plena vista del Valiant, si alguien allí hubiera pensado en encender una luz... A las 2:20 a. m., ya se encontraban en el interior y navegaban sumergidos con la más baja velocidad. Un momento después, con De la Penne viajando en la parte delantera del torpedo, tocaron el costado del Valiant.
En aquel instante, lo mismo que en Gibraltar, el motor del torpedo se detuvo y éste se precipitó al fondo de la bahía. De la Penne nadó en su persecusión. No podía distinguir a Bíanchi. De pronto la máscara de De la Penne comenzó a filtrarse y se vió obligado a dar un trago de agua salada. De un vigoroso puntapié se dirigió a la superficie, pero sólo tomó una bocanada de aire, vació su máscara y volvió a hundirse. Estaba demasíado cerca ahora, después de tantos años, para ser derrotado.
¿Dónde estaba Bianchi?
De la Penne encontró el torpedo en el fondo y trató de hechar a andar el motor. No había señales de su compañero. Finalmente, inspeccionó la hélice del torpedo y la encontró trabada con uno de los alambres de la red. Maldijo su suerte. No había otra cosa qué hacer que arrastrar al inmóvil "pig" debajo del Valiant mediante tracción humana. De la Penne sudó y jadeó y casi sollozó por la frustración. Su máscara se filtraba peor aún y el pesado "pig" sólo podía ser remolcado unos cuantos centímetros a la vez. No podía determinar si estaba tirando de él en la dirección adecuada. El lodo del fondo de la bahía oscurecía la brújula y tuvo que nadar a ciegas hasta que nuevamente tocó el casco del crucero.
¡Torpedo Humano!
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Tragó más agua. Esto lo hacía sentirse enfermo. Tenía miedo de vomitar ya que si lo hacía tenía que volver a la superficie. Siguió tirando del "pig". Otro poco más. Lo soltó y nadó para comprobar la posición del casco nuevamente. Tiró del torpedo. Lo empujó. Al fin el torpedo estaba en posición. El crucero se encontraba a poco más de un metro arriba. Podía palpar su casco.
Sin embargo, De la Penne estaba casi inconsciente y a punto de perecer ahogado. No le quedaban fuerzas para desprender la cápsula explosiva o para fijarla en el casco. Sólo podía ver la carátula del reloj sincronizador. Con un último movimiento de su mano ajustó la explosión para lo que calculó serían las seis e inició su viaje a la superficie cuando el agua de su máscara ya le llegaba arriba de la nariz.
Bianchi, en la superficie le quitó la máscara a De la Penne y lo remolcó hasta la boya de amarre del Valiant. Los dos juntos se aferraron a ella. De la Penne estaba completamente agotado. No había que pensar en nadar hasta la orilla. No podía coordinar ningún pensamiento y estaba a punto de soltarse de la boya. Apenas podía escuchar que Bianchi le explicaba que se había desmayado cuando su oxígeno falló y que no se explícaba por qué no se había ahogado.
A las 3:30 a. m., un bote patrulla británico los descubrió con su reflector.
* * *
Aun cuando De la Penne se había recuperado ligeramente ninguno de los dos hombres estaban en condiciones de resistir. Fueron izados a bordo de la lancha y llevados a la orilla, al cuartel general británico naval. En el interrogatorio que siguió De la Penne habló poco. Bianchi hizo solamente una narración de sus desventuras, y el oficial de la Inteligencia Naval Británica, apresuradamente sacado de su lecho, le expresó una irónica simpatía por sus fracasos.
Algún tiempo después de las 4 a. m., el par fue llevado a bordo del Valiant. El capitán Charles Morgan, comandante de la nave, se mostraba cortés pero sospechoso por el informe de que los italianos habían fracasado. Les proporcionó a ambos una ración doble de ron y empezó nuevamente el interrogatorio. Bianchi, exhausto por las fatigas de la jornada nocturna, pronto se quedó profundamente dormido, a pesar de la orden de Morgan de que permaneciera despierto.
-Como el teniente De la Penne rehusaba decir sí había atacado alguna de las instalaciones del barco -declara Morgan-, lo coloqué bajo cubierta, cerca de la parte del barco en donde creí que podía haber sido colocada la carga explosiva. A continuación ordenó que todo el personal evacuara las cubiertas superiores. El mismo De la Penne creía que había sido colocada precisamente arriba de la carga.
-Fuimos llevados abajo, a la unión entre dos torretas de artillería – refiere -.Cuando el guardia nos dejó solos, le dije a Bianchi que todo había terminado para nosotros pero que habíamos tenido éxito, a pesar de todo.
* * *
Pero, ¿qué había pasado con las otras dos tripulaciones?
Todo había marchado perfectamente para Marceglia y Achergat. Habían terminado de atar la cápsula explosiva a un metro y medio de la comba del Queen Elizabeth a las 3.15 a. m. Hundieron su "pig", enterraron su equipo de buceo y nadaron hasta la orilla, a donde llegaron a las 4:30 a. m., sin ser observados. Tiritaron toda la noche en el frío desierto egipcio hasta que salió el sol,y secó sus ropas, y a partir de entonces, haciéndose pasar como marineros franceses, vagaron libremente por Alejandría. Tuvieron un momento de pánico al descubrir que la libra esterlina inglesa no era fácilmente aceptada en Egipto, pero pronto cambiaron su dinero por libras egipcias en el mercado negro. Tomaron el tren a Rosetta sin ningún incidente, pero fueron arrestados por la policía egipcia al siguiente día, mientras vagaban inocentemente por la orilla, buscando un bote que robar.
El capitán Martelotta y Marino no tuvieron tanta suerte, pero al final tuvieron éxito. Un reflector de uno de los barcos de guerra los descubrió, pero, inexplicablemente, nada sucedió. Debajo de un barco tanque de mil seiscientas toneladas Martelotta se puso repentinamente enfermo al no lograr mantener en su sitio su máscara y él agua comenzó a filtrarse. Sin embargo, Marino ajustó la carga explosiva a las 2:55 a. m. y huyeron a la orilla. Una hora después fueron detenidos en un puesto aduanal de control y, después de breve discusión, entregados a las autoridades navales inglesas.
Morgan, a bordo del Valiant, continúa desde este punto con la narración.
-Aproximadamente a las 5:45 a. m., se me informó que el teniente De la Penne deseaba hablarme y ordené que lo subieran al cuarto de guardia. Todo lo que dijo fue que pronto habría una explosión, pero aún rehusaba decir si había sido colocada una carga explosiva en el barco. En consecuencia, ordené que fuera bajado nuevamente y que se cerraran todas las puertas a prueba de agua.
De la Penne había esperado permanecer un poco más de tiempo en la cubierta superior. Había sido separado de Bíanchi y uno y otro temían por su vida. Sin embargo, De la Penne tuvo una fría satisfacción al tener la certeza de que el barco se hundiría, aun cuando el capitán sólo necesitaba cambiarlo de su presente posición de amarre para salvarlo, ya que la cápsula explosiva del torpedo -no estaba atada al casco, sino que solamente descansaba debajo de él.
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-A las seis y cuatro minutos -dice Morgan-, ocurrió una explosión debajo del barco, la cual hizo un enorme agujero en el casco, del ancho de la torreta B, siete metros por debajo de la línea de flotación. No se registraron bajas, pero como resultado del daño, el barco estuvo fuera de combate durante más de cinco meses.
Tanto Bianchi como De la PenDe sobrevivieron a la explosión la cual fue bien alejada de sus compartimientos.
-El navío reculó con extrema violencia -refiere De la Penne-. Todas las luces se apagaron y la bodega se llenó de humo. Estaba ileso, excepto por un dolor que sentía en la rodilla a resultas de la caída. Abrí una portañola esperando escapar, pero era demasiado pequeña.
La puerta había sido desquiciada por la explosión y De la Penne finalmente logró abrirla del todo.
-Subí por la escalera y encontrando el camino libre comencé a caminar hacia la popa. No encontré a nadie a mi alrededor. Crucé la cámara de la tripulación y encontré al capítán Morgan. Le pregunté qué había hecho con mi compañero. Bianchi apareció sobre cubierta. Entonces los tres hombres contemplaron la explosión del Queen Elizabeth a quinientos metros de distancia y cómo se hundía en el fondo de la bahía. Un momento después le siguió el buque tanque, esparciendo el llameante aceite en cientos de metros. Después, los prisioneros fueron conducídos a un centro de prisioneros de guerra.
Estos seis hombres se habían apuntado el mayor golpe de toda la Décima Flotilla Ligera Italiana. Pero no fue el último. Para el armísticio italiano del 8 de septiembre de 1943, la organización había hundido veintisiete barcos mercantes, un destructor, un crucero y dos acorazados, con un total de más de un cuarto de millón de toneladas. Es cierto, muchos de los barcos se hundieron en aguas poco profundas y fueron izados y reparados para que volvieran a navegar, pero se habían perdido cascos y cañones vitales en los meses cruciales. El record de la Décima aún permanece como vívido relieve histórico.
Cuando el armisticio italiano, de hecho, había terminado de probar un submarino de dos tripulantes en el lago Iseo, Italia. Cuando las hostilidades terminaban, fue empacado y alistado para su embarque a Burdeos, de donde hubiera sido transportado por submarino trasatlántico a la boca de la bahía de Nueva York. Lo que este pequeño submarino hubiera hecho a las embarcaciones en el río Hudson, solamente se puede imaginar.
* * *
Existe una extraña postdata a esta historia. Morgan la refiere:
-No volví a ver a De la Penne nuevamente sino hasta que fue repatriado de un campo de prisioneros de guerra en la India en 1944, cuando yo era comandante almirante de Taranto y el Adriático. Después de esto, me iba a visitar con bastante frecuencia y no sólo me dio su versión del ataque sobre el HMS Valiant sino que me explicó muchos otros asuntos sobre los cuales tenía dudas. También me fue sumamente útil al mantenerme enterado de valiosas informaciones sobre las actitudes y reacciones de los oficiales navales italianos, especialmente los jóvenes, con relación a ciertos eventos que tenían lugar en Italia por aquella época.
"Por su valeroso comportamiento en el ataque sobre La Spezia hice todo lo posible por obtener para él una condecoración británica. Sin embargo, como todavía nos encontrábamos en guerra con la nación italiana, no se concedían condecoraciones a los oficiales navales italianos.
"En marzo de 1945, el Príncipe de la Corona de Itaha llegó a Taranto para inspeccionar los barcos italianos y las instalaciones. El segundo día de su estancia almorcé con él y lo acompañe durante sus inspecciones, las que incluían una visita a las barracas de San Vito, en donde iba a tener lugar una distribución de medallas. El primer oficial iba a ser condecorado con la Medalla de Oro.
"Una vez leída la comunicación a las tropas en formación de desfile, el teniente De la Penne se adelantó a la plataforma. Mientras lo hacía, el Príncipe de la Corona se volvió y me dijo: "vamos Morgan, este momento le pertenece".
"Así fue como tuve el placer y el honor de condecorar a De la Penne con la más elevada recompensa que concedía su nación por el muy valeroso ataque que hizo sobre mi barco tres años y tres meses antes. Parecía justo que yo lo hiciera así: el valor, después de todo, no tiene nacionalidad".